El encuentro de la humanidad con fuerzas más grandes es inminente ahora, y esto es ampliamente sentido por muchas personas en todo el mundo. Algunas se retiran a sus antiguas religiones, profetizando el final o el principio. Otras entran en un estado prolongado de confusión y ambivalencia, y son incapaces de funcionar, incluso en los asuntos de la vida cotidiana. Y otras intentan avanzar, romper los lazos del pasado y entrar en una mayor y nueva comprensión.

Estas representan las tres respuestas principales que cualquier persona puede tener con un gran cambio, y estas se demuestran al nivel de las masas. Ante un gran cambio, tú puedes alejarte de él, puedes ir contra él o puedes ir hacia él.

Alejarse del gran cambio es entrar en la fantasía y la confusión, y volverse preocupado por las pequeñas cosas, excluyendo todo lo demás. Esto representa todo el comportamiento adictivo de la humanidad y las muchas manifestaciones de la preocupación humana.

Ir en contra del gran cambio significa aferrarse a las viejas ideas y oponerse al surgimiento del cambio, luchar contra las mareas del cambio, identificarse completamente con algo en el pasado y usarlo para resistirse al presente y al futuro.

Ir hacia un gran cambio requiere que uno se libere lo suficiente de los lazos del pasado como para poder ganar una nueva comprensión, abrir nuevos caminos psicológica y emocionalmente, e intentar extenderse y abrirse a nuevas posibilidades.

Cada una de estas tres respuestas es inherente a cada persona, aunque una siempre será predominante. Es decir, las personas son capaces de responder en cualquiera de estas formas a los grandes cambios, pero tenderán a responder principalmente de una forma.

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