Marshall Vian Summers
el abril 13, 1992
Cuando hablamos del propósito espiritual, del Conocimiento y del mundo emergiendo en la Comunidad Mayor, es necesario que comprendas que atravesarás algunos umbrales muy importantes, a medida que progresas y te desarrollas. De hecho, ahora tienes la oportunidad de desarrollarte en un grado de que pocos han logrado en la historia humana. La vida está llamando a este desarrollo no sólo para una o dos personas en la familia humana, sino para muchas, porque ahora es necesario que muchas cultiven y nutran una perspectiva y una comprensión de la Comunidad Mayor. Se necesitan a muchas para llevar a la humanidad hacia adelante, y se necesita que muchas contribuyan su Conocimiento para que la humanidad una sus esfuerzos, se una a sí misma y llegue a un mayor nivel de cooperación e integración. La evolución llama a esto. Muchas personas son ahora llamadas al servicio. Muchas personas han venido al mundo para dar y para ayudar en este gran surgimiento, en todos los niveles de la sociedad y de la interacción humana.
Por eso, hablaremos de estos umbrales y lo que puedes esperar en un principio. Esta es una comunicación importante porque, aunque no puedes ver donde te llevará el camino o lo que sucederá como resultado, los umbrales son importantes cuando se está emprendiendo un viaje, o para usar nuestra analogía, cuando te preparas para subir la gran montaña. Debes estar preparado para ciertas eventualidades. Debes tener la actitud correcta. Debes tener el equipo adecuado. Debes tener una comprensión de lo que necesitas y de lo que no será necesario. Esto es importante y te permite embarcarte. Entonces, cuando te encuentras con la dificultad o la adversidad, no tienes que retroceder. Serás capaz de seguir adelante, porque ya tendrás el entendimiento necesario para que puedas comenzar a subir la montaña, para comenzar a desarrollar tu vida interior, y para desarrollar una mayor objetividad sobre la vida a tu alrededor.
Existes umbrales menores, y las personas a menudo les atribuyen una gran importancia. Es así, porque cuando ocurre las personas experimentan de forma más inmediata los umbrales menos importantes que los más importantes. Los más importantes requieren más tiempo para abordarse, más tiempo para experimentarse y más tiempo para atravesarse. Sin embargo, su efecto es mucho más penetrante y completo. Los umbrales menores pueden generar tremendas respuestas emocionales y grandes expectativas o ansiedad, pero en la vida estos son más como altibajos en la calidad de vida, sobre todo cuando aún no dispones de la base de Conocimiento con la que equilibrar tus fuerzas y atributos internos.
Los grandes umbrales son más amplios. Cuando estás atravesando estos umbrales, es muy difícil saber dónde te encuentras. No puedes decir con exactitud, «Hoy estoy atravesando el umbral en este punto, y ayer estaba en este otro punto». Tú no puedes saber dónde te encuentras. Pero sabrás que algo grande está ocurriendo porque te sentirás muy diferente de ti mismo y de otras personas. Tendrás una percepción diferente de la vida a tu alrededor. Tus valores han cambiado, el enfoque ha cambiado. Cosas que ayer o el año pasado eran importantes tal vez ahora no son importantes. Otras cosas han surgido para ocupar su lugar. Toda tu base ha cambiado. Se requiere un cambio muy pequeño en tu base para producir una experiencia y percepción diferentes. Esto representa un gran umbral.
Mientras hablo de grandes umbrales, permite que te recuerde que no puedes determinar cuándo pasas a través de ellos. Sólo puedes saberlo, en retrospectiva, y tu retrospectiva debe ser muy grande y muy objetiva porque, en el gran esquema de las cosas, las personas atribuyen gran importancia a las cosas que realmente demuestran tener mucho menos importancia.
Existen tres etapas de desarrollo: la dependencia, la independencia y la interdependencia. El primer gran umbral en el desarrollo humano permite al individuo ser independiente. Todos están trabajando en esto, hasta cierto punto, y unas pocas personas han alcanzado la independencia e incluso la han trascendido. Como entrar en la independencia es un gran umbral, este toma muchísimo tiempo y tiene muchos pasos. Incluso, es raro que las personas piensen que están entrando en un umbral porque la experiencia no es necesariamente inmediata y la resolución no es inmediata. La independencia aquí no es completa, porque no existe tal cosa como la independencia total. Por ello la independencia es una etapa intermedia. Está debe conducir a otra cosa, porque en sí misma no es completa. No puedes ser completamente independiente, porque estás unido a toda la vida. Tú vives en el ambiente mental, tú vives en el ambiente físico, vives en el mundo, vives en la Comunidad Mayor de mundos. Así que, ¿cómo puedes ser independiente de todo eso? Obviamente, no puedes, y cuando piensas objetivamente sobre ello, ves que la independencia es realmente una cosa muy relativa.
Lo que significa la independencia, dentro del contexto que estoy ilustrando, es que los individuos son capaces de comenzar a pensar por sí mismos. Para ganar esta libertad, tienen que tomar algunas decisiones muy difíciles, honrar estas decisiones, confiar en ellas y atenerse a ellas. Estas decisiones pueden ser difíciles, porque uno podría tener que renunciar en cierto grado al amor, o a una ventaja financiera, o a la aceptación social por hacer algo reconocido como correcto. Uno debe estar dispuesto a hacer estos sacrificios y a tomar estos riesgos para obtener una mayor sensación de bienestar, de seguridad interior y de corrección en la vida. Tomar estas decisiones y permanecer con ellas, es lo que establece la capacidad de pensar con relativa independencia.
Por relativa independencia, quiero decir que eres capaz de crear tus propios pensamientos en lugar de simplemente tomarlos prestados de otra persona. Eres capaz de comenzar a discernir tu propia dirección, en lugar de seguir únicamente por dónde todos parecen ir. Eres capaz de tener tus propios sentimientos en lugar de vivir en el pasado. Eres capaz de decir «no» a la riqueza, al amor y al placer cuando es correcto hacerlo. Porque debes decir «no» a estas cosas con el fin de decirles «sí» en un momento posterior, y tener una respuesta interior afirmativa que sea genuina y beneficiosa. Debes asumir la responsabilidad de tu propio sufrimiento, aceptar tu propio sufrimiento y aprender de tu propio sufrimiento, sin culpa o sin un sentimiento de venganza sobre otros o sobre la vida en general. Todas estas son las características de volverse independiente, de volverse una persona, de volverse un individuo.
Ahora, en gran parte del estudio de la psicología humana, volverse independiente se considera el sello absoluto del desarrollo, el punto final, el estado ideal, y muchos modelos se ilustran para dibujar que aspecto tiene una persona independiente. Pero la independencia es una etapa intermedia. Es, por lo tanto, inestable. A medida que las personas adquieren una verdadera independencia, dando los grandes pasos de avance que permiten que esto ocurra, y haciendo sacrificios y tomando riesgos, sean los que sean, después de un tiempo, después de felicitarse a sí mismas y de recibir las grandes recompensas y los beneficios de desarrollar y lograr la independencia, entonces empiezan a comprender que necesitan a otras personas para hacer algo significativo en la vida. Ser independiente, aunque sea muy superior y más gratificante que tu vida anterior, debe conducirte a algo, porque esto presenta nuevos problemas que requieren solución. El logro de la independencia representa un gran umbral de aprendizaje. Tiene muchos pasos y muchos desafíos. Esto no sucede durante la noche. Se necesita mucho tiempo para reconocerlo, mucho tiempo para aceptarlo y mucho tiempo para lograrlo. Y en el camino existen muchos riesgos y peligros.
Otro gran umbral en la vida es cuando empiezas la lenta aproximación a una vida de interdependencia, en la que consciente y responsablemente decides dar tu vida a algo. Ahora bien, existen muy pocos seres humanos que han logrado la independencia genuina y muchos menos aun los que hayan logrado una verdadera interdependencia. Por eso, este es un umbral que pocos han atravesado. Por supuesto, sólo porque uno adquiera un estado funcional de independencia, eso no significa necesariamente que uno seguirá adelante. Puedes quedar bloqueado a un lado del camino, en cualquier parte del viaje de la vida. Y las razones para estancarse siempre pueden parecen ser muy convincentes y autocomplacientes.
Volverse realmente interdependiente implica que comprendes las limitaciones de ser un individuo. Has aceptados las ventajas de ser un individuo, las has experimentado y no las traicionarías. Pero comprendes que eres limitado y que necesitas a otros, no sólo para satisfacer tus necesidades o tener compañía durante un tiempo, sino para participar en una mayor unión. Necesitas una comunidad, necesitas relaciones de una naturaleza muy, muy especial y grande. Necesitas un entendimiento profundo, necesitas devoción, necesitas compasión, necesitas compromiso, necesitas compatibilidad. ¿Por qué? Porque estás aquí para hacer algo en la vida. Tu independencia es para permitirte y empoderarte para hacer algo en la vida. No es sólo una recompensa, es una preparación. Es difícilmente un punto final.
El umbral de volverse interdependiente es tremendo. Aquí existen muchos pasos y existen muchas oportunidades para estancarse o entretenerse a un lado del camino, y muchos lugares donde las personas renuncian. Este es un gran umbral. Es aquí donde reconoces la necesidad de dar tu vida a algo. Esto puede ser muy difícil, porque tal vez te has esforzado mucho para asegurar tu propia vida, para establecer tus propios límites, y no quieres volver a caer en el estado de dependencia emocional o física, que demostró inicialmente tu vida, desde el momento en que naciste hasta llegar al punto de inflexión en tu vida, cuando te vuelves dueño de ti mismo.
Muchas personas nunca lograrán la independencia, por lo cual es algo raro y valioso, pero ahora ¡tienes que renunciar a ella! Tienes el poder de hacerlo consciente e intencionalmente, porque eres independiente. Nadie te la quitará. Aquí te dices consciente, «Compartiré mi vida. Daré más de lo que he ganado para tener una recompensa mayor». Entonces, viene el reto de conocer realmente a alguien, un conjunto de circunstancias, una comunidad o una gran causa que involucra unas relaciones íntimas y cooperativas. Aquí tus oraciones son contestadas, y se te da esa oportunidad. Ahora tienes que tomar la decisión, asumir los riesgos y hacer los sacrificios. Este es un gran umbral.
Otro gran umbral, que pocas personas han atravesado, es percatarse de la presencia del Conocimiento en su vida. Aquí el Conocimiento ha nutrido su búsqueda de independencia, y en caso de que ellas la desarrollen o la logren, esté nutrirá su deseo de seguir adelante, para lograr la unión con otros y encontrar un propósito en la vida. Percatarse de la presencia del Conocimiento es un gran umbral, porque esto inicia tu vida interior y te da una sensación de presencia espiritual y de propósito, un sentido de origen y de destino. Esto es lo que te permite trascender la vida mundana.
Este es un gran umbral con muchos pasos. Este requiere mucho tiempo; mucho tiempo para reconocerlo, mucho tiempo para aceptarlo, y mucho tiempo para alcanzarlo y asegurarlo. Es un gran umbral. Sólo una persona independiente puede tomar esta decisión, porque debe tener su vida en orden, para darla. Debes ser una persona que pueda tomar decisiones muy sólidas e importantes, basadas en lo que conoces en tu interior. Sólo una persona independiente puede hacerlo.
Entonces, comprenderás que el Conocimiento no es sólo intuición o ciertos tipos de impulsos, o sentimientos, o sensaciones, o ideas, o recuerdos, o premoniciones; es una viva Presencia Espiritual dentro de ti, la Mente detrás de la mente, el Espíritu dentro de la mente, un Espíritu que no es un individuo sino un Espíritu que fluye a través de ti como un individuo, un Poder Mayor que se expresa. No es tuyo para poseerlo y reclamarlo, no es tu dominio privado o tu propiedad privada, y no es tu pequeña porción del Cielo. Más bien, es una gran y permanente Presencia Espiritual que pasa a través de ti y permanece contigo. Reconocer su existencia en tu vida y unirte a ello, es pasar por un umbral muy grande.
Aquí no sólo haces espacio en tu vida para otras relaciones, sino que das tu vida al servicio. Ahora bien, no necesitas ser necesariamente una persona religiosa para hacerlo, porque esto les sucede a personas que piensan que son religiosas y a personas que piensan que no son religiosas. Con todo, un sentido de reverencia entrará en tu vida, un sentido de destino mayor, de origen más grande y de mayor relación. Se trata de un emerger espiritual, un gran umbral espiritual. Pocas han pasado a través de este, incluso pocas reconocen lo que les aguarda, pocas están preparadas para ello. Al igual que al atravesar una gigantesca cordillera, el camino es estrecho y sinuoso. No es un gran paseo en el que se aglomeran multitud de personas. Es un pequeño camino, no reconocible para muchas, pero lo suficientemente transitado para que pueda discernirse.
Este es un umbral muy grande. Tú no te limitas a atravesarlo. Vives en este umbral. No vas a través de él y pasas a otra cosa. Vives en él. Cuando dejas esta vida, entonces atraviesas este umbral. Vivir en este umbral te lleva a grandes alturas, si no desciendes de nuevo. Muchas personas afirman que han pasado este umbral, o sienten que ahora están atravesándolo, o que ayer lo atravesaron, pero no es así. Tú vives en ello y con ello, y el grado en el que vives en ello y con ello, determinará tu avance.
Para comprobar este avance, tendrías que estar completamente fuera de tu vida. Pero no se espera que seas capaz de hacerlo, y rara vez tendrás semejantes destellos de tu vida. Eso no es necesario para avanzar. La independencia, la interdependencia y el emerger espiritual —o, dicho de otra forma, unirse al Conocimiento, volverse interdependiente del Conocimiento y ser el Conocimiento— estos son tres umbrales muy grandes.
Hay otro umbral que me gustaría mencionar, y es que estáis emergiendo en la Comunidad Mayor. Ya vives en la Comunidad Mayor. El mundo no es un lugar aislado. No existe en una realidad separada del resto del universo. Emerger en la Comunidad Mayor como individuo, sin embargo, es un gran umbral. Aquí tienes que aceptar tu humanidad, aprender a reconocerla con mayor objetividad y, hasta cierto punto, trascenderla. Esto es necesario para que tu vida espiritual se exprese completamente a través de ti.
Aquí no te vuelves únicamente un ciudadano de tu ciudad, estado o nación. Comprendes que estás funcionando en un contexto más amplio de la vida. No reclamas una identidad con toda la vida, porque es demasiado grande. Pero de una manera práctica reclamas una mayor asociación con la vida, que incluye tu humanidad y la trasciende. Aquí tu idea de Dios, o de un Poder Mayor, tu idea de la vida, tu idea del destino, tu idea de tu origen, tu idea de la individualidad, tu idea de raza, conciencia, comunidad, cultura, todo, comienza a cambiar. No es simplemente que te digas a ti mismo o a otros, «Soy un ciudadano del universo». Estamos hablando de un estado diferente de la mente, no es sólo una autoproclamación.
Las recompensas de pasar a través de este umbral son inmensas. Son muy importantes para tu mayor comprensión y tu mayor participación en la vida, y para tu capacidad de contribuir al surgimiento del mundo en la Comunidad Mayor. No tienes que ser necesariamente un visionario o una persona filosófica para experimentarte como parte de la Comunidad Mayor. Puedes ser una persona muy práctica, con habilidades muy específicas, dentro del contexto del mundo terrenal. Lo que importa es esa comprensión más grande. Al igual que todos los umbrales que he mencionado, este no es más que otra forma de trascender tu anterior comprensión de ti mismo. No sólo es algo que haces intencionalmente. Es algo que te ocurre aprendiendo a aceptar y a recibir, a unirte y a participar.
Atravesar este umbral te da una mayor capacidad como persona; un mayor rango de visión, comprensión y discernimiento, una mayor capacidad para sentir y experimentar, y una mayor motivación para desarrollar tus capacidades mentales. Aquí empiezas a entender lo que es realmente el ambiente mental, y las fuerzas que están funcionando dentro de él. También empiezas a entender más plenamente el entorno físico en el que vives, y cómo este puede reforzarse y respaldarse. De hecho, aquí superas los límites de la identidad humana de una manera muy práctica. Este es un umbral muy grande, y muy pocas personas lo han atravesado. Muy pocas personas reconocen que este es un umbral, o que acercarse a ello es algo valioso.
Sólo los grandes y los Sabios recorren estos caminos, pero no pienses que los grandes y los sabios son una especie diferente a ti. Ellos son hombres y mujeres que han pasado por grandes umbrales en la vida, y han mantenido su sentido de sí mismos y su sentido de equilibrio. Ellos han mantenido su vida equilibrada, y han emprendido estos grandes cambios y reevaluaciones —iniciaciones, si deseas llamarlo así—. Ellos se han mantenidos íntegros y han adquirido los beneficios de cada uno de estos grandes umbrales. Por eso se vuelven grandes, y por eso se vuelven sabios.
Ahora bien, abordas cada uno de estos umbrales porque algo dentro de ti te fuerza a ello. No se abordan por la ambición o el deseo de tener un gran poder, riqueza y ventaja. Debes tener la intención de atravesarlos, pero la intención no es el factor iniciador. El factor iniciador es el surgimiento de una profunda necesidad interna, que no puede satisfacerse por medios normales. Si la aceptas y la honras, esta necesidad te llevará a una nueva gama de experiencias. Aquí te acercas a un nuevo umbral. Aquí, en gran medida, te sentirás solo, dudoso y disociado de las personas que te rodean. Mientras todas las demás parecen transitar el amplio corredor de un camino fácil, tú estás eligiendo un camino diferente.
Lo que confirma tu enfoque es que sabes que esto debe hacerse. Por el camino encuentras a ciertas personas que señalan el camino, y entonces conoces a ciertas personas que se unirán a ti. Algunas se unirán temporalmente, otras se unirán de forma más permanente. Todas ellas proporcionan estímulo, contraste, demostración; todas las cosas que necesitas reconocer y experimentar para seguir avanzando.
Atravesar cada umbral forja tremenda autoconfianza y autoestima, así como el reconocimiento de tus propias limitaciones como individuo. Cada uno es propiciado por un proceso muy natural en tu interior. Cada uno tiene grandes riesgos. En todos es posible fracasar. Cada uno te diferencia, hasta cierto punto, de otras personas. Cada uno requiere mayor capacidad y perseverancia. Cada uno requiere mayor autoconfianza, mayor humildad y un mayor reconocimiento de la importancia de una verdadera relación. En esto, todos ellos comparten atributos.
Emerger a un estado de independencia alentará una menor dependencia en las relaciones, porque volverse independiente es reconocer temporalmente que no necesitas mucho de otras personas, que puedes hacer las cosas por tu cuenta, y que quieres hacerlas por tu cuenta. Sin embargo, pronto comprenderás que necesitas personas importantes para ayudarte, para nutrirte y para mostrarte lo que es la independencia. Por eso, incluso aquí la dependencia de relaciones importantes es muy grande, pero no es tan predominante como en los demás umbrales de la vida.
La necesidad de una verdadera relación es muy grande para entrar en un estado de interdependencia. Es muy grande para asumir un emerger espiritual. Es muy grande para entrar en la Comunidad Mayor. Todas estas pueden entenderse como grandes pasos en la recuperación de relaciones, grandes pasos para entrar en una relación de interdependencia con la vida, donde la vida depende de ti y tú dependes de la vida.
La experiencia interna de atravesar estos umbrales es muy grande y muy singular. Te hará sentir diferente y pensar de forma diferente. Te cambia. Cambia a las personas a tu alrededor. Cuanto más progreses atravesando los grandes umbrales, mayor agente de cambio serás, y mayor será tu capacidad de servir, de cuidar y de suponer un avance real para otras. Aquí te vuelves un ejemplo vivo de que la verdad puede honrarse y puede seguirse, sin distorsión ni ambición. Aquí darás sin intentarlo, porque tu vida es una demostración. Tu vida es una demostración de lo que eres y de lo que valoras. Esto es cierto en todas las etapas del desarrollo. La capacidad de atravesar un gran umbral es lo que te dará madurez, y te dará profundidad y carácter. ¿Qué es el carácter? Es la capacidad de tener una expresión natural y única de una comprensión mayor y de una vida mayor. Esto es lo que significa el carácter dentro de este contexto.
Atravesar estos grandes umbrales te introduce en un nuevo ámbito de la vida, que es mayor que el ámbito de la vida en que estabas antes. Muchas de tus anteriores suposiciones, creencias e ideales no serán apropiadas en este caso. Debes comenzar desde el principio. Esto te da un sentido mayor de ti mismo y de la vida. Esto te permite reconocer la Presencia Espiritual en tu vida, que permanece contigo y te asiste, tanto a través del Conocimiento dentro de ti, como a través de los benefactores espirituales que están contribuyendo a tu progreso general.
Atravesar estos grandes umbrales genera muchísimos cambios. El cambio es el proceso de renunciar a algo y adquirir algo nuevo. Este tiene sus etapas. El cambio comienza con el reconocimiento de una necesidad, y le sigue un reconocimiento de que el cambio debe producirse tanto en tu vida interior, como exterior. Entonces experimentas el propio cambio, lo que te deja en un estado de ignorancia y confusión, porque estás entrando en un nuevo ámbito, y no sabes lo que estás haciendo, por qué lo estás haciendo, dónde te encuentras, etc. Seguidamente, permaneces con el cambio sin la certeza del resultado. Luego, el cambio se confirma, una vez que realmente ha ocurrido y alcanzas un punto de no retorno desde el cual no puedes volver atrás.
Para bien o para mal, debes continuar. En ese momento la recompensa comienza a estar disponible para ti. Muchas personas abandonan antes de llegar a este punto. No irán si no les garantizan las recompensas, si no identifican las recompensas, y si no se confirman las recompensas. Pero el verdadero cambio es un proceso de abandonar algo y adquirir algo nuevo. Entre la renuncia de algo y la adquisición de algo nuevo, estás vacío. Aquí se posibilita que la mente crezca, porque ella renuncia a su anterior entendimiento y está dispuesta a permanecer sin un entendimiento, lo cual la pone en disposición de adquirir y cultivar una mayor comprensión. Para muchas personas, este es un riesgo mayor que renunciar a todo su dinero, o que decir adiós a todos sus seres queridos. Es un riesgo mayor para ellas, porque para ellas sus ideas sobre sí mismas y sobre el mundo son más importantes.
Para tener una vida mayor, tener una mente mayor y tener un conjunto más grande de relaciones, debes atravesar los grandes umbrales. En todos los umbrales necesitas el deseo de seguir adelante, basándote en el reconocimiento de una verdadera necesidad. Tú necesitarás una gran preparación y necesitarás una gran compañía. Las necesitarás para llegar a ser independiente, las necesitarás para llegar a ser interdependiente, las necesitarás para emerger en tu vida interior y para recuperar tu relación con el Conocimiento. Y las necesitarás para entrar en la Comunidad Mayor.
Cada umbral provoca un cambio tremendo en tu experiencia de estar en el mundo. Existe una pérdida asociada a todo cambio, porque debes renunciar a algo. Existe una fe asociada a todo cambio, porque debes permanecer sin tener nada. La confianza en ti mismo y el amor propio son necesarios en todos los cambios, porque debes estar abierto a recibir otra cosa. Existe un verdadero respeto por la vida en todo cambio, porque debes estar dispuesto a acoger lo que la vida te presenta. Y en todo cambio existe un sentido de lealtad a un Poder Mayor, porque comprendes que en el proceso de un cambio real debe ayudarte algo mayor. Tú mismo no puedes hacerlo todo. Ese es el Misterio que trae el cambio. Esto produce reverencia hacia la vida, y produce fe en la presencia y actividad de un Poder Mayor con el que estás cada vez más implicado.
Ahora bien, cuando digo estas cosas tú puedes preguntarte: «Bueno, ¿cómo se relaciona esto con emerger en la Comunidad Mayor?» Emerger en la Comunidad Mayor no significa subirse a una nave espacial e ir en un viaje a las estrellas. Significa que estás comenzando a tener un sentido de relación con toda la vida. De esta relación se deriva la necesidad de discernimiento y la capacidad de participar. Aquí puedes servir no sólo a las necesidades de las personas, sino además a la evolución de la vida en el mundo, porque la evolución siempre reconoce un mayor contexto para existir. Por ejemplo, no tendría sentido analizar la evolución del mundo a menos que consideres el entorno más grande en el que existe el mundo y su relación con el medio ambiente. La evolución, por su propia definición, afirma un origen y un destino. ¿Cuál es el origen de la vida inteligente aquí en el mundo y cuál es su destino? Estas son preguntas genuinas para una persona que está empezando a emerger en la Comunidad Mayor. Estas son preguntas que claman por una sensibilidad espiritual, un enfoque práctico y una gran disposición a renunciar a tus antiguas ideas y suposiciones. Requieren la voluntad de pasar, quizás, por un período prolongado de incertidumbre y de estar abierto a recibir la mayor comprensión que nace de un mayor sentido de ti mismo y de tu relación con la vida.
No necesitas ver naves espaciales o tener encuentros con influencias extraterrestres para volverte una persona de la Comunidad Mayor. Volverte una persona de la Comunidad Mayor es un gran umbral. El logro aquí depende parcialmente de tu intención de continuar. Depende parcialmente de las circunstancias en las que vives, lo cual incluye la calidad de tus relaciones y su capacidad para apoyarte. Pero en gran medida, el logro aquí depende de la naturaleza de la propia preparación, porque ¿quién en el mundo puede enseñarte sobre la Comunidad Mayor? Necesitas una preparación de más allá del mundo para aprender de la Comunidad Mayor.
Si deseas ir más allá de la especulación humana y la fantasía humana, debes recibir algo que te permita hacerlo. No puedes inventar el camino por ti mismo. Es aquí donde necesitas ayuda de un tipo muy especial. Esto es cierto para todos los umbrales que he mencionado, los cuales representan los grandes umbrales de la vida. Necesitas mentores para llegar a ser independiente, para aprender a ser interdependiente, para someterte a un emerger espiritual y para entrar en la Comunidad Mayor. Necesitarás personas independientes para ayudarte a ser independiente. Necesitarás personas interdependientes que ayuden a aprender la interdependencia. Necesitarás personas espiritualmente evolucionadas para llevar a cabo un emerger espiritual. Y necesitarás aliados en la Comunidad Mayor para volverte una persona de la Comunidad Mayor. No puedes hacer esto por ti mismo. Y pensar eso, es malinterpretar tus capacidades y subestimar la grandeza de lo que estás emprendiendo.
Independientemente de cómo te percibes a ti mismo, o de dónde piensas que estás en el desarrollo de la vida, y sin importar cuán cultivado y avanzado puedes considerarte a ti mismo, es importante que reconozcas que existen grandes umbrales y que cada uno de ellos cambiará tus ideas sobre ti mismo, sobre los demás y sobre la vida. Como tienes una naturaleza espiritual, puedes acometer la transformación que se produce en cada uno de estos grandes puntos de inflexión, porque ya no están tus ideas ni tus asociaciones. Aunque permanezcas con ellas y las utilices y, hasta cierto punto, puedas confiar en ellas, tú eres más grande que ellas.
Sólo puedes conocer tu grandeza tomando los pasos que requerirán este reconocimiento y esa voluntad de ir más allá. La vida te llevará allí. Con esto, aprendes a ser valiente. Aprendes a reconocer tu gama de responsabilidades. Aprendes tus límites y tu grandeza. Y aprendes la grandeza del Poder Mayor que permanece contigo, y que permite a todos los individuos —en el pasado, ahora y en el futuro— emprender un gran cambio y preparación para hacer una gran contribución en el mundo.