Como fue recibido por
Marshall Vian Summers
el febrero 18, 2009

Escuchar el audio original de la revelación, en inglés:

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Las personas son impacientes. Ellas quieren respuestas ya. Quieren certeza ya. Quieren los resultados finales ya. Y, por supuesto, no obtienen estas cosas, por lo que están decepcionadas y desconfían. Ellas no comprenden la naturaleza de la preparación.

Gran percepción, mejores relaciones, oportunidades extraordinarias, revelaciones personales; estas cosas surgen como resultado de la preparación. No vienen simplemente. Estas vienen cuando una persona ha desarrollado una conciencia y una capacidad para que se le asigne una mayor responsabilidad. Estas son en gran medida el producto de la preparación de una persona.

Durante tu tiempo de preparación, es muy difícil estar seguro del resultado. A veces ni siquiera sabes para qué te estás preparando. Sólo sabes que debes prepararte. Por lo tanto, eso requiere una gran confianza, una gran fe en el poder y la presencia del Conocimiento dentro de ti —la Inteligencia más profunda que Dios ha puesto dentro de ti— y una gran fe en el Conocimiento en los demás.

Esta fe es necesaria, pero debe estar atemperada con la sabiduría. Porque hay muchas cosas que te frenan. Y hay muchas cosas que frenan a otras personas, en particular a aquellas destinadas a desempeñar un papel más importante en tu vida.

Entonces, mientras te preparas, no parece haber garantía del resultado. Esto es cierto para muchas cosas que son de suma importancia para tu vida. No es como como abrirse camino en la universidad, donde si tomas todos los cursos requeridos, obtendrás el certificado al final. Eso no es así, ya ves.

Desarrollas tu conexión con el Conocimiento con un entendimiento de que este fortalecerá tu vida y te permitirá ser consciente de lo que realmente necesitas y de lo que te frena. Pero no sabes lo que el Conocimiento traerá. Ni sabes lo que será, ni cuándo llegará el momento en el que estés [listo] para recibir algo de gran importancia.

Así que, esas personas impacientes quieren tener primero la seguridad del resultado. Y, por supuesto, no existe ninguna garantía real del resultado. Por lo tanto, no se prepararán, ni cultivarán sus habilidades, ni desarrollarán sus destrezas. Ellas dependerán de la sabiduría y la productividad de otras personas para que les proporcionen estas cosas.

Ellas son impacientes. Son inseguras. No comprenden el proceso de revelación dentro de ellas mismas. E incluso si comienzan a prepararse, buscan constantemente los resultados e intentan acelerar el proceso o cambiarlo. Y, por supuesto, cuanto más intentan controlar su desarrollo interior, más les elude su poder mayor y más lejos se sitúan de los resultados reales que creará la verdadera preparación interior.

Aprender algo que no sabes, desarrollar habilidades que no tienes, cultivar la sabiduría, el discernimiento y la discreción, no son cosas que se aprenden simplemente leyendo un libro o tomando un curso en algún lugar. Estas son habilidades que cultivas a lo largo de tu vida; las cultivas en cada situación. Ellas te brindan resultados que son tanto inmediatos como duraderos. Pero no lo haces por un simple objetivo definible.

Las personas no aprenden a ser sabias para serlo porque ellas ni siquiera saben qué es realmente ser sabio, ni cómo será, ni qué les exigirá, ni cuánto tendrán que trabajar para conseguirlo, ni cuánto tendrán que apartar para lograrlo.

Al cultivar estas habilidades más profundas estás yendo ahora más allá del ámbito y del alcance del intelecto. Quizás tengas una idea de lo que quieres lograr. Quizás reconozcas el valor de tus esfuerzos. Pero cómo se desarrollará este proceso, qué revelará y cuándo ocurrirá esa revelación está más allá de tu capacidad para determinarlo.

Cuando Nosotros hablamos de la revelación de una persona, estamos hablando de involucrarse con fuerzas que están mucho más allá de tu propia conciencia e incluso mucho más allá de ti mismo. Aunque tuvieras un maestro sabio que te guíe, ni siquiera ese maestro puede decir cuándo y cómo tendrá lugar esta revelación.

Es misteriosa por su propia naturaleza porque se involucra con poderes dentro y más allá del mundo, dentro y más allá del individuo. Estás involucrado en un proceso que está creando un cambio fundamental dentro del individuo y alineando al individuo no sólo con sus ideas, sino con Poderes Superiores en el universo.

Por eso no puedes realmente juzgar tu progreso, porque éste es un largo viaje y una gran montaña a escalar. En cualquier punto del viaje, puedes sentir que no hay esperanza. No estás progresando. Eres como solías ser. Y el viaje continúa, te desanimas y piensas: «Bueno, ¿realmente vale la pena después de todo? ¿Por qué estoy haciendo esto? Podría estar construyendo una carrera. Podría estar ganando riqueza. Podría estar atrayendo a una pareja. ¿Por qué estoy haciendo esto?».

Estás haciéndolo porque el Conocimiento dentro de ti te está moviendo a hacerlo. Y después de todo, ¿qué es el Conocimiento, ese poder misterioso? «¿Por qué no puedo aprovecharlo y utilizarlo para conseguir lo que necesito y lo que quiero?». Porque el Conocimiento es mayor que el intelecto, es puro y no puedes utilizarlo como un recurso. Ahora estás inmerso en Poderes Divinos. Ahora estás llegando más allá de la lógica y la razón humanas. Ahora estás yendo más allá de marcarte únicamente objetivos personales.

Todos los grandes acontecimientos de tu vida que son verdaderamente grandiosos, no simplemente los logros personales que planeas para ti mismo, sino las cosas realmente grandiosas —las grandes relaciones que llegarán a ti, las grandes ideas, los grandes puntos de inflexión, los grandes umbrales— no puedes predecirlas. No son sólo el producto de la fuerza de voluntad. Son producto de una unión más profunda dentro de ti, una conexión profunda con tu propósito y tu destino, con quienes te enviaron al mundo y con quienes estarán esperando para recibirte cuando dejes este lugar.

Aquí debes ser tan práctico en lo exterior como capaz de seguir el Misterio en lo interior. Debes ocuparte de tus asuntos, de tus finanzas, de tus responsabilidades, de tus necesarias obligaciones mientras estas siguiendo algo inexplicable que no puedes predecir ni controlar.

No puedes abandonarte al Misterio porque todavía tienes que manejarte en el mundo. Tienes responsabilidades. Tienes horarios. Tienes necesidades. Ha llegado a acuerdos con otras personas, algunos de los cuales es necesario que honres.

Ahora estás viviendo en dos realidades —la realidad de lo manifiesto y la realidad del Misterio— y lo estás haciendo al mismo tiempo. Entonces, mientras trabajas duro y eres responsable externamente de mantener la estabilidad en tu vida y de evitar que el exterior te supere o socave tu progreso, estás siguiendo un sendero que es esencialmente misterioso.

Estás participando porque sabes que debes participar. Y te estás entregando a tu preparación porque tienes claro que debes hacerlo. Esa es la única justificación que realmente tienes o la que realmente necesitas.

Aquí cuando tienes la sensación de que debes hacer esto o empezar a hacer aquello, tienes que prestar atención. Eso es importante. El Conocimiento te está guiando a través del camino. Te empuja para que no te desvíes del sendero. Te previene de cometer errores difíciles y costosos. Te restringe de entregar tu vida a personas o actividades que no forman parte de tu gran misión y propósito aquí.

No creas que puedes entender esto filosófica o metafísicamente, que realmente entiendes todos los niveles por los que tendrás que pasar. Eso engaña a la gente. Las personas creen que pueden entender lo que en realidad no pueden entender.

Esto requiere un tipo de participación que está guiada por el Conocimiento, no por tu ideología. Aquí reconoces que hay poderes mayores en tu vida y mayores responsabilidades que asumir. Esto siempre te mantendrá humilde porque comprenderás que todo este proceso ha sido creado para ti por Poderes más allá de ti, más allá del mundo, más allá del universo.

Ellos están guiándote a través de un laberinto —liberándote de tus propias limitaciones; liberándote de tus propias debilidades; liberándote de tu participación peligrosa e injustificada con otras personas a lo largo del camino— mientras estas ganando fuerza, adquiriendo percepción, desarrollando sabiduría, fortaleciendo tu experiencia del Conocimiento, respondiendo a sus estímulos y restricciones, escuchando sus advertencias y su guía.

Estás aprendiendo a hacer esto para separarlo de las maquinaciones de tu propia mente, de los engaños de tu mente; de tu condicionamiento social, tus mecanismos de defensa y tu propio autoengaño.

No podrías crear un plan que pudiera hacer todas esas cosas. No podrías idear un proceso que pudiera liberarte e iluminarte al mismo tiempo. Tú no tienes ese rango de experiencia. No sabes adónde vas. Es territorio inexplorado. No es un proceso racional. No es una búsqueda filosófica.

Cuando comienzas el estudio de Pasos al Conocimiento, tienes una idea de por qué es importante. Quizás tengas una idea de que existe una Mente mayor dentro de ti, que vas a conectarte con ella, y que esta hará que tu vida sea mucho mejor de lo que ha sido. Eso está bien y quizás incluso sea necesario, pero más allá de eso, tú capacidad para participar, tu motivación y el proceso en sí mismo estarán más allá de tu comprensión.

Pasos al Conocimiento te enseñará cómo pensar en resonancia y alineado con el Conocimiento. Pero más allá de eso, estará construyendo la conexión con el Conocimiento mismo, lo que comienza a abrir puertas internas dentro de tu mente. Eso pondrá en marcha varios procesos de cambio que afectarán tu vida interior y exterior.

No puedes predecir ni prever estas cosas. No puedes tener el control porque no conoces el territorio en el que estás entrando. No posees las habilidades que esto te brindará. No sabes cómo se producirá este aprendizaje y este desaprendizaje.

Aquí debes ser muy paciente y perseverante. Cuando estás escalando una gran montaña, no te detienes cada diez pasos y te preguntas: «¿Ya llegué?». Simplemente continúas, cada paso te lleva más alto, cada paso te lleva más lejos.

Es un viaje que nunca has hecho antes, por lo que no sabes lo que requerirá, ni cuántas vueltas y giros habrá en el camino, ni cuántas seducciones y atracciones existirán en el camino para sacarte de este sendero.

Querrás seguridad financiera. Querrás amor y romance. Querrás reconocimiento social. Muchas cosas estarán ahí a lo largo del camino llamándote y alejándote. Y eso es parte del viaje, ya ves.

Si reconoces esas atracciones y no capitulas ante ellas, el Conocimiento se hará más fuerte dentro de ti. Se convertirá en una fuerza tan poderosa que superará tus decisiones y tendrás muy claro qué hacer. Esta claridad no será una imposición sobre ti. Vendrá desde lo más profundo de tu ser.

Si vas a emprender este viaje, es muy importante continuar y recorrer todo el camino porque a medida que viajas, los puentes arderán detrás de ti. Tus valores irán cambiando. Tus prioridades irán cambiando. Ahora buscas quietud más que estimulación. Buscas honestidad en los demás más que belleza y atracción. Estás buscando una verdadera unión con otras personas en lugar de simplemente tener experiencias recreativas con ellas. Tu búsqueda será más honesta, más sincera, más auténtica y más fiel a tu verdadera naturaleza.

En cierto punto, verás que no puedes volver a vivir una vida trivial con actividades triviales, con intereses triviales, con conversaciones triviales con otras personas. Por eso debes seguir adelante, hacia lo desconocido, más allá de donde has estado.

No puedes volver atrás porque ya no habrá nada detrás de ti que tenga valor real. No puedes regresar y resucitar una vieja vida e intentar estar feliz y seguro en ella, y lo sabrás muy bien. No puedes deshacer la sabiduría que has creado. Ahora no puedes ocultar la verdad que te ha sido revelada a medida que has avanzado.

En realidad, no hay vuelta atrás sin ponerte en un conflicto y un sufrimiento increíbles. Debes seguir adelante. Debes alcanzar esa meta, cualquiera que sea. Debes escalar esa montaña, sea cual sea. Debes seguir esa guía hacia donde está destinada a llevarte.

Todos los grandes santos, todos los grandes contribuidores a la humanidad, han tenido que hacer un viaje como este, un viaje que no está trazado en vuestras instituciones educativas o universidades; una educación que es misteriosa, profunda y esencial.

Tarde o temprano, todos recobrarán el sentido y comenzarán a darse cuenta de que están sufriendo y que necesitan deshacer las causas de su sufrimiento. Pero esta decisión podría llegar en un futuro lejano.

Debes honrar esta decisión ahora o no estarías leyendo estas palabras o escuchado este mensaje. Seguirías perdido en el mundo, corriendo de un lado a otro, constantemente ocupado, constantemente estimulado, evitándote a ti mismo, evitando a los demás, evitando tu experiencia más profunda, evitando tus sentimientos más profundos, corriendo servilmente, manejado.

Pero ahora ese no eres tú, porque estás en el proceso de elegir un sendero diferente, un camino que tú no has creado, una realidad que no estás intentando crear por ti mismo, sino un gran sendero, el más grande de todos, el corazón de toda religión, la búsqueda del alma, la educación más esencial.

Tienes que ser inteligente y práctico en el exterior o el mundo que te rodea socavará tu viaje y te sacará del sendero. Tú manejas tus asuntos externos para que la revelación interna pueda continuar.

El Conocimiento te está llevando a alguna parte. Está sacándote de una vida y llevándote a otra. Expone tus debilidades y te da la fuerza para volver a elegir. Desarrolla tus fortalezas y te brinda todas las oportunidades para ejercitarlas en tu propio nombre y para el bienestar de otras personas. Pasas por este proceso, aprendes a lo largo del camino, sin asumir nada.

Olvida tus nociones de iluminación. Olvídate de tus nociones de convertirte en santo. Olvídate de todos esos ideales románticos que tienes sobre la espiritualidad. Porque este viaje no será así en absoluto.

No pienses que todo lo que estás atravesando es magnífico y significativo. Cuando estás escalando una gran montaña, simplemente estás dando los pasos. El sendero continúa. Puedes dejarlo en cualquier momento. Pero en cierto punto, a mitad de camino de la montaña, ¿realmente quieres tener que bajar y deshacer todo tu progreso?

Puedes acampar donde estás por un tiempo, pero el viaje aún te espera y tú no has alcanzado tu destino. Tu mente todavía no es clara y está llena de nubes y oscuridad. Y todavía eres propenso a entregarte a diversos tipos de persuasiones y seducciones. Todavía eres conducido por el miedo y la inseguridad. Y todavía estás perdiendo poder por otras personas y por tus propios compromisos.

Así que no existe paz ni resolución deteniéndose a mitad del camino. Aunque tu vida esté mejorando, no puedes decir: «Bueno, llegué. Esto es suficiente para mí». Puede que sea lo suficientemente bueno para tu inseguro intelecto, pero no será lo suficientemente bueno para tu alma. No fuiste diseñado para recorrer sólo la mitad del camino. Fuiste diseñado para recorrer todo el camino.

Antes de venir al mundo, se le dio a todos un propósito mayor y un conjunto específico de tareas para descubrir y realizar. Estas fueron colocadas en el Conocimiento dentro de cada persona, esperando el momento en que fueran lo suficientemente libres, maduras y receptivas para comenzar este camino mayor en la vida. Quizás empezaron jóvenes. Quizás comenzaron en su mediana edad. Quizás comenzaron más tarde en la vida. Pero ellas llegaron al punto en el que tenían que empezar.

El viaje no es fácil, no porque sea muy agotador, sino porque existe fuera y más allá del ámbito de vuestras definiciones y control. A las personas le resulta muy difícil lidiar con eso. En esencia, no es tan difícil subir el largo y sinuoso sendero hasta la cima de esta montaña. Sólo tienes que seguir dando pasos, y asegurarte de tener las provisiones que necesitas y de gestionar tus asuntos exteriores lo suficiente como para poder emprender ese viaje.

Es difícil, pero no extenuante. Lo que hace que parezca extenuante es que las personas luchan constantemente consigo mismas, tratando de afirmar y reafirmar su autocontrol, batallando contra sus dudas, siendo atraídas por lo que parece fácil y placentero; una vida fácil, una vida segura, que es sólo una vida de compromiso y servidumbre.

Muchas otras personas están escogiendo esa vida. Entonces, ¿por qué no eliges tú esa vida? ¿Por qué te sometes a todo este proceso que es tan misterioso y confuso?

Estás haciendo esto porque debes hacerlo, porque está ahí para que lo hagas y sabes que debes hacerlo. Y dicho Conocimiento es tu motivación. Es tu justificación. Es tu confirmación.

Pero las personan van llorando, gritando y quejándose todo el camino. No están obteniendo lo que ellas quieren. No entienden lo que están haciendo. Ellas están renunciando a cosas aparentemente maravillosas por algo desconocido en el futuro. Y constantemente se preguntan por qué lo hacen.

Ahora bien, el Conocimiento no les priva de nada valioso, pero las aleja de donde ellas mismas se llevarían, de donde les llevaría la cultura y de donde les llevaría su condicionamiento social. Así que hay muchas paradas y arranques, dudas y vueltas atrás, cuestionamientos a uno mismo. Y por eso parece muy difícil.

Sin embargo, el viaje en sí no es tan difícil. Vivir sin Conocimiento —sin certeza, sin claridad de propósito y sin inspiración real— eso es difícil, eso es extenuante. Es arduo y extenuante, y al final no produce nada. Estás trabajando para nada. Te estás sacrificando por nada. Estás eligiendo aquello que fracasará. Estás eligiendo aquello que es inadecuado o insuficiente para tus necesidades reales. Estás eligiendo relaciones que nunca podrán llegar a donde tú debes ir. Estás estableciendo compromisos que te frenarán, por tu propia duda e inseguridad. Estos no producirán más que frustración y decepción.

Entonces estás renunciando a nada por todo. Pero en el camino puede que sientas que estás renunciando a todo por nada. Así de confundida está tu mente. Así de disociada está tu mente de la fuente de tu fuerza y poder en la vida. Éste es el problema de la Separación.

Las personas están invirtiendo fuertemente en su intelecto porque ellas están desconectadas de su verdadera naturaleza. Ellas están intentando compensarlo, por eso tienen ideas muy infladas de sí mismas. Tienen ideas muy infladas de la vida. Tienen ideas muy exageradas sobre la espiritualidad. Tienen ideas muy exageradas sobre la iluminación o la liberación y todas esas cosas, porque ellas están intentando compensar su falta de conexión con su naturaleza más profunda, con el poder y la presencia del Conocimiento dentro de ellas mismas.

Ellas están tratando de comprender sin emprender el misterioso viaje. Pero no puedes reemplazar el viaje y lo que eso te revelará. No puedes reemplazar lo que revelarán las grandes experiencias de la vida simplemente intentando tener una comprensión, mientras te comprometes en tus relaciones y en tu trabajo para estar protegido, para estar seguro.

Pobrecito. Te sientas al pie de la montaña pensando que entiendes esto, y no es así. Todo lo que tienes es tu intelecto sobrecargado con todas sus ideas autogratificantes. Y la verdad es que no has hecho el viaje.

Te saliste de la carrera para estar cómodo al costado de la carretera. Y de aquí en adelante, emprenderás el viaje en tu imaginación, o emprenderás el viaje a nivel de las ideas. Te volverás teológico, metafísico y sofisticado; tendrás grandes debates con otras personas y escribirás libros profundos; y participarás en actividades académicas.

O simplemente tejerás tu propia cosmología personal, juntando todas tus ideas, sensaciones, agravios y objetivos dispares; intentarás crear cierta coherencia entre todas estas cosas que realmente no van juntas; tratarás de hacer que la vida encaje en una definición simple, en un simple conjunto de ideas.

Estás sentado al lado de la carretera fantaseando, justificando, comprometido, cuando en realidad sólo necesitas emprender el viaje, sin presunciones, sin conclusiones, sin grandes proclamas personales.

Debes afrontar la realidad de que la sociedad no honrará esto. No serás altamente apreciado por esto. No serás aclamado por esto. E incluso, si logras las metas más importantes en este viaje, si te aclaman aquí, será por razones equivocadas. Las personas simplemente intentarán utilizarte para validarse a sí mismas. Te alabarán, pero no entenderán tus verdaderos logros.

Así que, no existe gloria en la gloria. No hay satisfacción en la aclamación. Eso se convierte en una carga y una molestia, un problema, porque las personas quieren estar contigo por motivos incorrectos. Las personas te valoran por razones todas equivocadas. Están tratando de utilizarte como su propio recurso personal.

Por eso las multitudes se reúnen para encontrarse con el gran maestro, pero no pueden recibir lo que el maestro realmente tiene para ofrecerles, que es el viaje mismo. Ellas no entienden al maestro. Sus palabras son malinterpretadas o son confundidas. Ellas quieren el beneficio de los logros individuales del maestro, pero ellas mismas no pueden recibirlo ni comprenderlo.

Entonces, ¿qué es la revelación personal? ¿Es una realización del individuo, o es un reencuentro con fuerzas y poderes mayores en la vida, un regreso a la Creación Divina, un retorno a la inclusión? Ahí es donde está la gloria. Ahí es donde reside la felicidad y la plenitud.

Pero los separados al pie de la montaña no pueden entender estas cosas. Parecen maravillosos. Parecen gloriosos y divinos. Pero esos que allá abajo no pueden experimentarla. No pueden comer ese alimento. No pueden digerir esa sabiduría.

Así que, el maestro quiere que todos suban la montaña, y todos quieren que el maestro baje de la montaña para estar con ellos. Por lo que existe un conflicto de propósitos. Y por eso el verdadero compromiso es raro.

El verdadero maestro mira y dice: «¿Quién entre todas estas personas es un verdadero estudiante, alguien que podría emprender este viaje sin volverse loco, sin caer ante la primera dificultad o la primera gran atracción? ¿Quién tiene la paciencia y la perseverancia para alcanzar la verdadera sabiduría y poder participar en un conjunto mayor de relaciones?»

«¿Quién está preparado para una unión real en una relación con otro, una unión que represente un propósito superior en la vida y no simplemente una búsqueda de gratificación personal? ¿Quién está dispuesto a seguir la necesidad profunda del alma y no sólo las necesidades transitorias de la mente? ¿Quién está dispuesto a ser realmente responsable de sus deberes externos y no intente buscar simplemente un escape en su estudio espiritual? ¿Quién es realmente digno de confianza? ¿Quién es capaz realmente de tomar conciencia de sus fortalezas y debilidades hasta el punto de poder construir las primeras y gestionar las segundas? Aquí, entre estas personas, ¿quién no fallará; aprovechará todas las grandes inversiones que los Poderes Espirituales pondrán en ellas y quién no decepcionará? ¿Quién es digno de esta inversión? ¿Quién muestra verdadera promesa? ¿Quién, al final, se convertirá en un gran contribuidor para el mundo?»

Esto es un problema para el maestro, por lo que aquí incluso el reconocimiento y la aclamación son cosas vacías. El aparente interés y dedicación de la gente son realmente más problemáticos ahora. No hay un verdadero sentimiento de gratitud por esto. Las personas piensan que realmente están progresando cuando no van a ninguna parte. Están tratando de tenerlo todo ya. Para ellas, es como el consumismo, como si estuvieras comprando conocimientos espirituales, poder espiritual y reconocimiento espiritual. Todo el mundo quiere ser un gran maestro, un santo, una persona aclamada.

Así es como tus Maestros Internos —quienes velan por tu vida— ven tus avances y tu falta de progresos. El mismo desafío y la frustración son algunas de las cosas que ellos experimentaron, cuando tú continuamente piensas que tus ideas por sí solas son suficientes, cuando te dejas llevar siempre por actividades o atracciones triviales, cuando constantemente dudas de tu verdadera motivación.

Ellos te están dando señales y pistas. Y tú te pierdes el noventa por ciento de estas porque tu mente está muy preocupada por otras cosas y no presta atención. Así que, ese es el desafío y la frustración del maestro, del guía.

El viaje es real. Es puro. Tú no lo creaste. Tú lo sigues o no lo sigues. Es grandioso y misterioso, pero es muy seguro. Si sigues dando esos pasos montaña arriba, te elevarás por encima del nivel de los árboles. Serás capaz de ver el panorama más amplio de la vida.

Serás capaz de ver la relación del conjunto de todas las cosas porque has alcanzado un punto en el que eso es obvio, mientras que antes no podías ver estas cosas, y por eso una Revelación tan grande era sólo algo conceptual. Sólo podrías intentar imaginarla, pero tu imaginación nunca se asemejará a la realidad.

Si continúas, llegarás a tu destino y por el camino te liberarás de la debilidad, del conflicto contigo mismo, del dominio y las persuasiones de otras personas; ganando fuerza, ganando coraje, ganando determinación, ganando sabiduría y aprendiendo cómo es realmente el viaje para que algún día quizás puedas guiar a alguien porque tú habrás recorrido ese viaje.

Habrás atravesado las nubes de la ignorancia. Habrás atravesado por períodos de gran inseguridad y consternación. Habrás visto cosas hermosas en el camino. Habrás ganado la fuerza. Habrás perdido los grilletes y las cadenas que te retenían. Tú lo entenderás porque lo habrás hecho.

Así que, la revelación personal no es despertar justo un día, siendo sabio y claro, fuerte y decidido. No es como tomar una píldora o que Dios agite una varita frente a ti. Si eres estúpido, perezoso, indolente y  eres fácilmente engañado, no puedes asumir estos poderes y estas fortalezas.

Dios no agita una varita y te convierte en algo que no eres. No te vuelves grande un día. No te vuelves claro un día. No te vuelves sabio un día. No es como comprar en la tienda donde pagas tu dinero y obtienes el producto o el servicio. Ni todo el dinero del mundo comprará esto.

Hay un viaje que emprender, una montaña que escalar, un destino que alcanzar, un proceso que experimentar. Es real. Es más real que cualquier otra cosa.

Cuando dejes esta vida, tu Familia Espiritual te estará esperando para ver si has hecho este viaje y cuán lejos has llegado. No les importarán tus éxitos ni tus fracasos. No les importarán tus tragedias personales. No les importarán tus romances fallidos. No les importará cuánta riqueza personal hayas adquirido. No les importará si obtuviste reconocimiento o aclamación social o no. Eso no significa nada para ellos.

¿Ves la diferencia aquí? Esa es la distinción que marcará la diferencia para ti.

Tu alma anhela que descubras y cumplas tu propósito superior aquí. Para lograrlo, debes experimentar esta tremenda preparación, esta preparación que fue creada por Dios y que es administrada por grandes Poderes; un proceso que está más allá del engaño y la manipulación, un proceso que no puedes manipular, un proceso que no puedes corromper. Tienes éxito o fracasas. Sigues este recorrido o lo abandonas por otra cosa. Sigues el Conocimiento o sigues otras cosas.

Si eres impaciente, intentarás tenerlo todo ya: amor, romance, sociedad, éxito; todo. Y te entregarás a actividades locas, a implicaciones peligrosas y a decisiones tontas, y al final solo tendrás decepción y frustración. Incluso si te vuelves famoso y rico, tu vida estará vacía y sin sentido porque no respondiste a la Llamada del Conocimiento ni a la necesidad más profunda del alma.

Este es un regalo de amor. Está aquí para salvarte, para ahorrarte tribulaciones sin fin, para liberarte de la derrota personal, para sacarte de la adicción y la depresión, de la ira y el resentimiento. Esta es la respuesta de Dios a tu oración pidiendo  propósito, significado y dirección en tu vida.

Eso es lo que debes hacer en este mundo para descubrir y cumplir tu propósito mayor. Porque sólo el Conocimiento puede llevarte ahí. Y para llegar ahí, debes seguir El Camino del Conocimiento, practicar y vivir El Camino del Conocimiento. El Conocimiento es ahora tu guía, no el intelecto ni el intelecto de otras personas, ni los valores tan cacareados por la sociedad, ni las expectativas de otras personas, ni las exigencias de tu cónyuge. Aquí estás respondiendo a una Llamada más grande. Y el Camino es creado por la Llamada misma.

Las personas son impacientes porque quieren estar a cargo. Quieren asegurarse de obtener lo que ellas quieren. Quieren que su búsqueda esté en consonancia con su condicionamiento social y con las expectativas de su cultura y de su sociedad. Por eso todos sus motivos están equivocados. Sus motivos son todo el problema, no la solución: motivación equivocada, objetivos erróneos, enfoque equivocado, falsa comprensión.

E incluso así, en nombre de Dios, la religión y la redención, ellas emprenderán su búsqueda personal. Pero ellas no se diferencian del comerciante que busca riquezas y placeres. No se diferencian de cualquier otro consumidor de bienes y servicios. Ahora, es solo riqueza y aclamación personal, pero con diferente ropaje.

Esa no es tu meta ni tu destino. No fuiste enviado al mundo sólo para perderte en el mundo; perdido en un mundo de deseo y miedo; perdido en un mundo de confusión, frustración y decepción.

El mundo es decepcionante a menos que puedas encontrar el propósito superior por el que viniste aquí. El mundo no puede darte lo que tú quieres. Pero tú puedes darle al mundo algo que tanto necesita.

Esto es lo que te separa de los animales, las plantas y todas las demás criaturas de la vida. Por eso el viaje no es sólo una atracción. Es una Llamada. Está llamando a que responda algo más profundo en ti. No habla a tus deseos, a tus ambiciones, a tu condena ni a tu miedo. Está hablando a la parte más grande de ti, a tu naturaleza más profunda.

El Conocimiento dentro de ti está respondiendo. Es esta llamada y la respuesta, entonces, la que continúa a lo largo del viaje y se vuelve más fuerte a medida que procedes, mientras eliges una y otra vez seguir el Misterio y no abandonar por otras cosas.

Esto sólo parece difícil porque es diferente. Pero es mucho más fácil que intentar vivir una vida de engaño y compromiso, de negación y frustración. Ese es el regalo de Dios para ti, que tienes el Conocimiento vivo dentro de ti.

Sin el Conocimiento, no podrías responder y no encontrarías la fuerza para emprender ese viaje. Pero el Conocimiento está dentro de ti. Y se volverá más fuerte dentro de ti a medida que des los Pasos que el Conocimiento te proporcionará.

Entonces encontrarás una comodidad y una seguridad que nada en el mundo puede igualar. Encontrarás una relación más profunda con ciertas personas más allá de cualquier cosa que puedas lograr de otra manera. Encontrarás dónde puedes dar tus mayores dones, y estas situaciones sacarán esos dones de ti, donde nunca podrías antes encontrarlos por ti mismo.

Estas palabras no son sólo para atraer tu atención. Ellas deben hablarle a tu corazón y a tu naturaleza más profunda. Aún no sabes lo que esto significa ni cómo será el viaje, pero está bien, porque nadie puede saberlo realmente. Emprendes este viaje porque debes hacerlo, no porque creas que te dará algo que deseas para ti.

Por supuesto, hay estímulos. Pero, en última instancia, lo que te mantiene en este sendero —lo que te mantiene en movimiento en tu vida, lo que te impide comprometerte y entregar tu vida a otras cosas— es el poder y la presencia del Conocimiento.

Es esta Divina relación entre Dios y el Conocimiento la que permite que el Conocimiento se active, te guíe hacia adelante y restaure tu verdadera fuerza y tu mayor relación contigo mismo, con otras personas y con toda la vida.