Como fue recibido por
Marshall Vian Summers
el enero 1, 1989

El Conocimiento es el punto de referencia primario en tu desarrollo. Por tanto, es necesario considerar las etapas de desarrollo en términos de tu relación con el Conocimiento mismo. El Conocimiento es tu Verdadero Ser tal como existe en el mundo. Tú no puedes agarrarlo o conceptualizarlo ni posiblemente comprender su significado, su valor o su propósito. Sin embargo, puedes y debes experimentarlo cada vez más. La enseñanza en El Camino del Conocimiento se ocupa de la recuperación del Conocimiento y, a través de él, del servicio al mundo.

El desarrollo de tu relación con el Conocimiento ocurre a través de tres etapas, las cuales se tratarán aquí de una manera general. La primera etapa es la negación del Conocimiento, la segunda es el cultivo del Conocimiento y la tercera es la expresión del Conocimiento. Estas son categorías generales, y dentro de cada una encontrarás un reflejo de las otras dos. Por ejemplo, en la primera etapa, la cual trata principalmente de la negación o la supresión del Conocimiento, los individuos tendrán aun así momentos en los que expresarán y recuperarán el Conocimiento. De igual modo, en la tercera etapa, en la expresión del Conocimiento, habrá momentos en los que el Conocimiento será resistido o negado. Sin embargo, en general el desarrollo humano puede ser visto en función de estas tres categorías. Es importante ver lo que esto significa en función de tus relaciones con otras personas.

La primera etapa podría ser llamada la negación del Conocimiento. Todavía inconsciente de que el Conocimiento existe, el individuo buscará satisfacción de acuerdo a las ideas y expectativas de otros. La primera etapa comenzará una vez que algunos requerimientos básicos de supervivencia hayan sido satisfechos. Aquí el individuo no es todavía consciente de que está suprimiendo el Conocimiento dentro de sí mismo. Por el contrario, está intentando afirmar lo que piensa que quiere o debería hacer. Aquí no necesariamente está siendo malicioso. Simplemente no conoce nada mejor. Todo el mundo comienza en esta etapa.

La primera etapa se centra en la realización personal de acuerdo a las ideas personales propias. Trata principalmente de la adquisición. En ella el individuo ha sido liberado suficientemente para intentar dar forma a su vida hasta cierto punto. Está aprendiendo algunas formas tempranas de independencia, y es por eso que esta etapa es necesaria y no puede evitarse. Aunque aquí el individuo está comenzando a aprender a ser independiente, todavía está fortificando su dependencia de otros, porque está intentando vivir de acuerdo a las ideas de otros que él encuentra atractivas.

Este es principalmente un periodo de desaprendizaje, donde se intentan cosas y estas prueban ser insatisfactorias o bien imposibles de conseguir. Esto lleva al individuo de vuelta a sí mismo y resulta en decepción y confusión. Alrededor de esto puede surgir mucho enfado, pues gran parte de las cosas que parecían tan deseables, apreciadas y valiosas están demostrando carecer de valor o bien ser muy desalentadoras. En esta etapa, la cual puede durar mucho tiempo e incluso la vida entera, el individuo intentará una y otra vez satisfacerse tratando de adquirir ciertas cosas que cree son necesarias para su felicidad. Y una y otra vez encontrará la decepción de una forma u otra. Mucha gente se encuentra en esta etapa. Pero hay también mucha gente en el mundo que aún está luchando con las necesidades básicas de supervivencia, y ni siquiera ha alcanzado esta primera etapa de desarrollo.

Esta primera etapa es un periodo de prueba y error. Muchas relaciones se intentarán buscando varias formas de gratificación: gratificación sexual, compañerismo, ganancia financiera, puntos de vista políticos o sociales compartidos e incluso el matrimonio mismo. Aquí, en las relaciones, la gente intentará una y otra vez usar a la otra persona para satisfacer sus ambiciones. Y una y otra vez, esto probará ser doloroso, destructivo y decepcionante, porque la otra persona estará intentando usarles con un propósito similar. Una vez que estos propósitos salen a la luz, puede haber mucho desaliento e incluso hostilidad. La gente se siente utilizada y estafada. Se siente engañada y muy desilusionada. Este es un periodo de desilusión. Es un tiempo de exploración necesario, pero es desafortunado cuando se prolonga.

Este es un tiempo en el que el romance toma precedencia sobre la relación. El romance significa intentar utilizar a la otra persona para satisfacer una idea de ti mismo. Puede ocurrir en relaciones personales íntimas, pero también en relaciones de negocios y en cualquier área de actividad humana donde se establecen relaciones. Generalmente, el romance será la atracción principal hasta que los individuos implicados aprendan a valorar su Conocimiento y también algunas lecciones de discernimiento que son necesarias.

La dificultad con el romance es que no quieres reconocer al otro. Solo quieres que la otra persona valide las ideas que tienes de ella. Si parece validar tus ideas, tú la apoyarás. Si no lo hace, la rechazarás de acuerdo a cuáles sean tus ideas. Pero todavía no estarás en una posición en la que poder establecer verdaderamente la intimidad, porque no estarás experimentando aún una afinidad con la otra persona. Solo te atrae algún aspecto del otro que encaja con un plan que tú tienes, un plan del que eres consciente o bien que has creado inadvertidamente dentro de ti.

A medida que la relación progresa y la persona demuestra ser una persona real y no solo una buena idea, ello puede conducir a una gran confusión y decepción. Encuentras que la otra persona te decepciona, o bien tú la decepcionas a ella. Pierdes interés en ella, o bien ella pierde interés en ti. A veces esto es mutuo, pero generalmente una de las personas comienza a perder interés antes que la otra. Conforme la persona pierde interés, la otra puede sentir que su deseo se  intensifica a fin de continuar con la relación. Esto puede ser muy intenso y muy difícil.

Esta relación no tiene todavía suficiente base sobre la que perdurar. No es enteramente falsa, porque tiene elementos de verdad y muchos de estos elementos pueden ser bastante importantes. Sin embargo, la relación, particularmente si conduce al matrimonio o a una asociación que dure toda la vida, no puede sobrevivir si se construye sobre una base muy escasa o parcial. Cuando esta relación fracasa, eres devuelto a ti mismo y a veces con gran amargura e infelicidad. Aquí tienes una oportunidad de reexaminar tus motivos y tu toma de decisiones en tus relaciones. Este es un momento en el que puedes adquirir una sabiduría muy práctica y fundamental. Esto es absolutamente necesario. No es posible la madurez en las relaciones a menos que en esta primera etapa se haya producido un aprendizaje sustancial.

En algunas sociedades donde la gente disfruta de una considerable libertad de interactuar, puede haber muchas opciones y se hacen muchos intentos. Mucha gente puede volverse objeto de afecto. Aquí el aprendizaje puede acelerarse y puede ser de gran ayuda; pero también tiene sus peligros, porque hay tanta gente atrayente a la que podrías engancharte que puede tomarte mucho más tiempo aprender bajo estas circunstancias. Sin embargo, tarde o temprano la decepción te traerá de vuelta a ti mismo. Es entonces cuando podrás reconsiderar tus motivos para querer una relación, así como tu comportamiento y tu toma de decisiones en tus relaciones pasadas.

Aquí debes encararte a ti mismo. Si solo te preocupas de los motivos, el comportamiento y la toma de decisiones de otras personas, no podrás ver los tuyos. Por eso, debes usar estos periodos de decepción para la introspección y la autoevaluación. Si puedes hacerlo sin condenar, serás capaz de reconocer los errores que has cometido y verás cómo pueden ser corregidos en el futuro. Si puedes aprender de estas decepciones sin amargura ni condenación, podrás obtener una sabiduría muy práctica que te resultará de tremendo valor en el futuro.

Este no es solo un periodo de decepción, sino también de autodescubrimiento. Es entonces cuando comienzas a mirarte a ti mismo objetivamente. Te cuestionas. Te observas a ti mismo. Desafías tus propias ideas. Desafías tus propias presunciones. A medida que lo haces, comienzas a darte cuenta de que muchas de tus ideas y presunciones, las cuales hasta el momento habían gobernado tu vida, no son tus ideas en absoluto, sino simplemente ideas que has recolectado de otras personas o has aceptado de la sociedad en general. Y muchas de ellas vienen de tus padres. Debido a que no has sido aún capaz de establecer tu propio pensamiento independiente, has aceptado sin más las ideas de otras personas, a menudo de modo inconsciente y sin cuestionarlas.

En este prolongado periodo de prueba y error, de decepción y autodescubrimiento, comienzas a ver que existe una cualidad mental dentro de ti que tiene la capacidad de saber cosas. Comienzas a ver que tu mente no está hecha simplemente de actitudes y creencias, sino que posee también una cualidad de saber. Quizá tu descubrimiento inicial de esto sea bastante breve e irregular. Pero según aprendas a observar tu participación en las relaciones con cierta objetividad, verás que parte de ti sabía cuándo estabas a punto de cometer un error. Parte de ti sabía cuándo estabas cometiendo un error. Parte de ti sabía que debías ir a cierto sitio y no a otro. Parte de ti supo contenerte con esa persona específica o evitar esa particular situación. Este es el resultado de la introspección. Ser objetivo contigo mismo sin condenación puede aportarte esto. Aquí comienzas a ver que parte de ti sabe la verdad. Pero esto es solo una manifestación muy externa del Conocimiento, pues el Conocimiento es mucho más grande.

Esta primera etapa de desarrollo puede ser bastante intensa. El poder del romance puede ser increíblemente fuerte, porque parece ser una forma de salvación. Esto se apoya en que la experiencia inicial del romance es exaltada y puede parecer muy elevada y gloriosa. En el enamoramiento te dejas atrás a ti mismo y trasciendes, momentáneamente, los límites de tu propio yo, para experimentarte a ti mismo en el contexto mayor de la presencia del otro. Aquí traspasas tus propios límites temporalmente, pero todavía no puedes vivir más allá de ellos. Es por eso que la experiencia inicial no puede mantenerse. Por mucho que te esfuerces en recrear la experiencia inicial, no puede mantenerse. No puedes vivir mucho más allá de tus límites internos, porque en realidad no has crecido realmente todavía. Solo has tenido una experiencia pico, y estás asignando todo su valor y significado a la otra persona. Entonces querrás mantener a la otra persona y proteger la relación para poder tener de nuevo esa experiencia pico. Aquí el amor es más como una forma de intoxicación y manifiesta un comportamiento muy adictivo. Es solo mediante la decepción que una experiencia mayor del amor y las relaciones puede nacer para ti.

Para los estudiantes del Conocimiento, este periodo de prueba, error, decepción y autodescubrimiento puede ser grandemente acelerado. Ser conscientemente un estudiante del Conocimiento significa que ahora has encontrado dentro de ti un punto de referencia que, a través del tiempo y de muchas experiencias, estás aprendiendo a considerar y a valorar. Esta es tu Guía Interna. Trasciende tus preferencias, tus deseos, tus miedos, tus compulsiones, tus conflictos y tus dificultades. Es una fuente permanente de verdad y amor, y por tanto representa la verdadera relación.

Esta primera etapa es muy importante, y aun así aquí puede haber mucha dificultad y resistencia. Cuánto permanecerás en la primera etapa depende de tu deseo de la verdad y de cuánto necesitarás resolver dentro de ti. Pero todo el mundo necesita pasar por ella. Seguirás aprendiendo ciertas lecciones de esta etapa incluso cuando la hayas dejado atrás, porque las lecciones de discernimiento respecto al Conocimiento continúan durante todo el camino.

Al final de esta etapa, algo muy significativo cambia que te permite entrar en la segunda. En parte, es el resultado de tu aprendizaje o, para ser más específicos, de tu desaprendizaje en las relaciones. Pero es también el resultado de algo que ha ocurrido en tu interior, pues dentro de ti el Conocimiento ha sido iniciado. Tu experiencia tanto externa como interna ha llevado al Conocimiento a un punto en el que puede comenzar una segunda etapa de surgimiento dentro de ti. Esto te lleva a la segunda etapa de desarrollo, la cual es la etapa de la recuperación del Conocimiento.

En la segunda etapa, tu aprendizaje en el discernimiento y la toma de decisiones continúa según compruebas, cada vez más, que parte de ti es sabia y parte de ti no lo es. La parte de ti que no es sabia necesita aprender de la parte que sí lo es. Cada vez más, verás que estás viviendo de acuerdo a ideas y creencias que no te pertenecen y que has aceptado de tu ambiente sin pensar. Cada vez más, verás que el romance sin verdadera relación no tiene esperanza y siempre estará destinado al dolor y a la decepción. Verás que una relación debe tener un mayor propósito o enfocarse en algo mayor que simplemente la atracción personal para poder sobrevivir y aportar verdadero significado. Verás que la experiencia pico inicial del romance no implica relación, sino que es, en el mejor de los casos, una experiencia de reconocimiento entre dos individuos.

Todo este aprendizaje, que es vital y esencial, continúa en todas las etapas de desarrollo. Lo que separa a la primera etapa de la segunda es el surgimiento del Conocimiento. El Conocimiento ahora comienza a ejercer una influencia más fuerte. Es algo que sentirás de manera creciente. No lo sentirás solo a la hora de tomar decisiones importantes, sino también más en la vida diaria. La diminuta chispa que antes era una pequeña luz dentro de ti, se ha hecho ahora un pequeño fuego. Todavía no predomina en tu conciencia. Todavía no es algo sobre lo que puedas pensar siquiera, pero sentirás sus efectos cada vez más.

Aquí, si estás logrando ser cada vez más objetivo contigo mismo, comprenderás que mucho de lo que intentaste antes en efecto carecía de significado, y no podía satisfacer tu anhelo más profundo. Aquí comienza a surgir un profundo cuestionamiento sobre tu identidad y tu propósito en la vida. No será simplemente el resultado de un interés filosófico o unas preguntas superficiales. Tendrá que ver cada vez más con el valor, el significado y el propósito verdaderos de tu vida. Aquí, usualmente sin que te des cuenta, tus Maestros Internos se te acercarán y comenzarán a ejercer un diferente tipo de influencia. En la mayoría de los casos, nunca sabrás que tus Maestros están contigo reconociendo alguna forma específica de identidad. Sin embargo, cada vez más habrá una experiencia de Presencia.

La transición desde la primera etapa a la segunda es realmente enorme, aunque, como todas las grandes experiencias de transición, pasará en su mayor parte desapercibida. Solo notarás los resultados. Solo un cambio en tu entendimiento y tu experiencia indicará que ha ocurrido un verdadero movimiento. Tu pensamiento ha cambiado. Tus sentimientos han cambiado, así como tus valores, tu orientación en la vida y tus prioridades. Puede que incluso cambies físicamente, o que cambies tu apariencia externa. Pero tanto si lo haces como si no, algo dentro de ti ha cambiado y estás tomando conciencia de ello.

Por tanto, no es correcto que digas: «Ayer yo estaba en la primera etapa y hoy estoy en la segunda», porque no lo sabrás. De hecho, esta discusión de las etapas de desarrollo solo pretende brindarte una visión general, no establecer un sistema de criterios por los que juzgarte a ti mismo y a los demás. Por favor, recuerda esto; es bastante importante. Solo queremos brindarte una visión general, para que puedas ver cómo el desarrollo humano debe medirse de acuerdo al Conocimiento para tener algún sentido.

Conforme te aproximes a él, el Conocimiento se hará cada vez más poderoso e inclusivo. Aquí tu perspectiva de él se expandirá y lo apreciarás más. Como si escalaras una montaña, conforme sigas subiendo verás un panorama cada vez más amplio. Según continúes tu ascensión, obtendrás una mayor perspectiva sobre dónde has estado y a dónde estás yendo.

En la segunda etapa, comienzas a reconocer un auténtico contraste dentro de ti. El contraste sucede entre lo que deseas o crees y lo que sabes. Tarde o temprano, en esta segunda etapa descubrirás que este contraste es total, y que existe una gran brecha entre lo que quieres y lo que sabes. Tarde o temprano, verás que lo que sabes es lo que verdaderamente quieres. Cuando lo reconozcas será como una gran vuelta a casa para ti. Pero antes de que ocurra, los deseos que no están en conformidad con el Conocimiento parecerán competir con el Conocimiento mismo, y esto creará una división dentro de ti que puede ser muy difícil de reconciliar.

Durante la segunda etapa de desarrollo, el valor de tu educación se enfatiza cada vez más. Aquí comprendes que para progresar necesitarás la ayuda de ciertos individuos que, gracias a su capacidad profesional o su sabiduría general, pueden servirte como mentores y verdaderos asistentes o guías en tu desarrollo. Aquí el aprendizaje se hace menos caótico y tiene una mayor dirección.

Esta educación es muy importante, porque cada vez más habrá una distinción entre lo que sabes y lo que quieres al margen del Conocimiento. En otras palabras, habrá una creciente distinción entre la realidad del Conocimiento y las Fuerzas de Disonancia dentro de ti. Esto puede producir mucha confusión, porque todavía tenderás a identificarte con todo lo que experimentas internamente. Tenderás a pensar que la Fuerza del Conocimiento es parte de tu identidad, y que las Fuerzas de Disonancia son también parte de tu identidad. Mediante un aprendizaje substancial, verás que solo la Fuerza del Conocimiento representa tu verdadera identidad, y que las Fuerzas de Disonancia solo representan obstáculos en tu camino.

Las personas a menudo piensan que parte de ellas dice esto y parte de ellas dice aquello. Parte de ellas quiere esto; parte de ellas quiere aquello. Parte de ellas quiere ir; parte de ellas quiere detenerse. Piensan que todo forma parte de sí mismas, pero no es así.

Según aprendas a identificarte con el Conocimiento, no debes condenar lo que no es el Conocimiento. Recuerda, hay tres niveles de existencia: el físico, el mental y el espiritual. Aquí debes seguir valorando tu realidad física y mental. No las niegues ni las menosprecies porque estés descubriendo una realidad espiritual. Cada una requiere a las otras para su realización. La física requiere a la mental, la mental requiere a la espiritual. Cada una es el vehículo para la realidad mayor que se encuentra por encima. Así es como sucede la verdadera integración.

En esta segunda etapa habrá confusión al nivel del día a día, y a menudo considerable. Esto es así porque mucho de lo que antes pensabas que era cierto ha demostrado ser inadecuado o falso por completo. Lo que antes creías está cambiando y ahora no sabes en qué creer. Antes, en la primera etapa, construiste tu identidad enteramente sobre tus deseos e ideas. Ahora has visto los límites y, en algunos casos, la falsedad de esos deseos e ideas. Ahora no sabes sobre qué construir tu identidad. El Conocimiento no es todavía lo bastante fuerte dentro de ti para que puedas comprender que él es tu identidad.

Aquí debes apoyarte en la fe. La fe se vuelve aquí un elemento real. Debido a que estás experimentando el Conocimiento cada vez más, aunque sea de manera intermitente, debes tener fe en que representa una verdad rectora permanente dentro de ti, incluso si no puedes experimentarla gran parte del tiempo. Tu toma de decisiones estará pasando por una transformación gradual. Como resultado, al nivel del día a día las cosas podrían ser muy confusas. Eso está bien.

Aquí tus Maestros Internos asumen un papel más activo para ayudarte, porque ven que tu sentido de identidad, tu sentido de propósito y tu experiencia de significado están atravesando un tremendo cambio. Ellos están junto a ti ahora para prestarte su fuerza y, en algunos casos, para hablarte directamente. Tanto si eres consciente como si no, están enviando ideas a tu mente para ayudarte.

Cuando estás fuera en el mundo, no ves cuán esencial resulta esta asistencia de tus Maestros Internos, porque el mundo es un lugar donde la gente parece estar separada y por su cuenta. Sin embargo, si te apartas del mundo puedes ver que las personas no están solas, sino que realmente son sostenidas por muchos otros que las apoyan. El mundo tiene un reparto de caracteres, y más allá del mundo hay un reparto de caracteres que asisten. Una vez que veas esto más claramente, será para ti una gran causa de celebración, fuerza y autoconfianza, porque comprenderás lo grandes que son los recursos que te apoyan y te asisten.

La segunda etapa puede ser bastante confusa, porque las ideas y el Conocimiento están en esencia compitiendo por tu atención. A veces es difícil distinguirlos, y a veces los confundes. A veces no estás seguro de cuál es realmente la verdad, porque lo que pensaste que era la verdad te ha fallado o ha demostrado ser inadecuado. Aquí reconoces que la verdad que entendías antes era falsa, o bien que tu comprensión de ella no era lo suficientemente grande. Aquí tu posición como estudiante se pone a prueba. Aquí debes dedicarte a aprender y no simplemente a defender tus suposiciones, ni apoyar tu identidad o tu sentido de bienestar sobre ideas que te resultan reconfortantes o agradables en el momento. Aquí hay una verdadera necesidad de examinarte a ti mismo, porque tu aprendizaje ahora se está acelerando. Aquí se está evidenciando cada vez más un contraste entre lo que sabes y lo que quieres, entre el mundo del Conocimiento y el mundo de la fantasía.

Existen muchos riesgos en la segunda etapa, como los hay en la primera e incluso en la tercera. Si eres sensato, buscarás el consejo de aquellos individuos que son capaces de ayudarte a gestionar esta etapa de tu desarrollo. Nada puede hacerse en soledad. Requieres relaciones para tu avance y para todo lo que puedas crear. Por tanto, ahora debes buscar conscientemente ayuda. Sin embargo, encontrarás que mucha gente a tu alrededor no será capaz de ayudarte. Puede que todavía estén en la primera etapa y no comprendan aquello con lo que estás luchando. Tú ahora estás luchando por descubrir algo real que está intentando emerger dentro de ti. Si ese otro no ha experimentado esto, ¿qué puede hacer él por ti?

Conforme avanzas, se vuelve más importante que ejerzas un mayor discernimiento en tus relaciones. Aquí descubres que no puedes asociarte con éxito con cualquiera que encuentres agradable. No puedes enamorarte de cualquiera que sea atractivo. No puedes alinearte con cualquiera que te felicite. Esta segunda etapa es un periodo de creciente discernimiento, porque la necesidad de discernimiento está ahí. Necesitas encontrar aliados en la recuperación del Conocimiento. Necesitas gente que esté en contacto con su vida interna. Necesitas gente que esté experimentando la segunda etapa de desarrollo. Ellos estarán te buscarán a ti tal como tú les estás buscando, porque tampoco ellos pueden satisfacerse ya con relaciones limitadas. Como tú, ellos ahora necesitan relaciones de mucha mayor capacidad.

En la segunda etapa aún valoras el romance, y no has aprendido todavía por completo que el romance no tiene esperanza. Como resultado, puede que todavía intentes encontrarlo en la segunda etapa. Todavía tienes muchas ideas sobre las que basas tu identidad, e intentarás también vivir esas ideas. Por tanto, no pienses de ningún modo que ya estás libre del deseo de romance. Ahora, algo que no es mera fantasía está compitiendo por tu atención. Algo que no son meras ideas está empezando a manifestarse en tu vida. Sentirás que hay dos fuerzas compitiendo dentro de ti. Ahora estás volviéndote más consciente de ti mismo y de tu ambiente, así como de tu involucración con otras personas y tus propios motivos y procesos de decisión en tus relaciones.

En cierto momento, comienzas a reconocer tu necesidad de ser un estudiante del Conocimiento. Aquí el Conocimiento comienza a tener verdadero significado, porque comprendes que hay una parte de ti que sabe. Pero es una parte de ti con la que quizá has tenido muy poca experiencia. La cualidad de este saber, y la de tu conciencia cuando lo estás experimentando, está en directo contraste con tu estado mental habitual. Tu estado mental habitual está dominado por fuerzas poderosas: por el miedo y deseo, por el intento de conseguir algo o escaparte de algo, por el intento de tener consuelo y evitar el dolor, por el intento de tener placer y evitar la confusión. En la primera etapa de desarrollo buscabas escapar de ti mismo. Ahora te estás dando cuenta de que escapar no es posible. Aquí comienzas a contemplar la posibilidad de que aquello de lo que antes intentabas escapar, quizá sea algo que podrías querer abrazar en el futuro. Ahora la realidad comienza a parecer beneficiosa en vez de amenazante o empobrecedora.

Es entonces cuando tus Maestros Internos se te acercan más, porque tu iniciación les ha llamado a ti. Conforme comienzas a despertar, tus Maestros Internos acuden a tu lado. Antes estaban observándote desde cierta distancia, pero ahora su participación en tu vida se hace más activa y necesaria. A veces puedes comenzar a experimentar que hay alguien contigo. A menudo puedes tener una vaga experiencia de esto, pero raramente será clara y directa. Quizá sentirás que alguien está contigo, una presencia. Quizá sentirás simplemente que no estás solo, y derivarás fuerza y aliento de esto. En la segunda etapa, según aprendas a relacionarte con la gente a través del Conocimiento, empezarás a experimentar de forma creciente el poder de esta presencia.

Tu relación con tus Maestros Internos se basa enteramente en el Conocimiento, y no en el romance o la fantasía. Según comiences a valorar las relaciones verdaderas más que la estimulación temporal, empezarás a cambiar tu actitud respecto al romance. Quizá habrá decepción al principio, pero ahora estarás buscando algo más duradero, más estable y más genuino. Estarás buscando un alimento más profundo y permanente en vez de una estimulación temporal. No querrás experimentar de nuevo la severidad de tus anteriores decepciones. Como resultado, comenzarás a elegir tus relaciones con más cuidado.

Aquí es importante observar a las personas para aprender más antes de involucrarte con ellas. En lo que respecta a la sexualidad, esto es bastante importante. A medida que disciernas mejor y, por tanto, seas más prudente en tus decisiones, finalmente solo querrás tener relaciones sexuales con un individuo con el que puedas llegar a unirte de manera plena. Esto representa sabiduría pues, en verdad, ese es el propósito del sexo. El sexo es para regenerar la raza y para forjar la unión con una verdadera pareja. Usar el sexo solo para divertirse o estimularse temporalmente deja de ser placentero, y se reconoce que conduce a una grave decepción, e incluso a peligros físicos en términos de enfermedad.

La segunda etapa de desarrollo es un periodo de tremenda reevaluación. Es un periodo de aprendizaje mediante el contraste. Aquí el Conocimiento es todavía como un pequeño brote, pero ha roto la superficie del suelo y está por tanto empezando a ser perceptible. Sin embargo, en la segunda etapa todavía puedes tener fe en la posibilidad del romance, porque es allí donde antes habías puesto tu esperanza. Sin el Conocimiento, el romance parecía ser lo más esperanzador que se podía encontrar. Sin el romance, la vida parecía estar vacía. En la segunda etapa, descubres que se te ofrece una promesa mucho mayor mediante la recuperación de tu conexión al Conocimiento. Quizá no pensarás en ello de esta manera. Quizá lo considerarás en términos de ser fiel a ti mismo, o de experimentar una verdadera unión con otro, o de encontrar una mayor felicidad. Todo esto son expresiones del Conocimiento, porque el Conocimiento es su fuente. El Conocimiento es la base de la verdadera afinidad en la vida.

Hacia el final de la segunda etapa, descubrirás que debes asociarte con individuos que puedan reconocer tu naturaleza espiritual más profunda, y que tengan ellos mismos un énfasis en el desarrollo espiritual. En el comienzo de la segunda etapa, quizá no era ese el énfasis. Meramente querías estar junto a personas con quienes te sintieras más cómodo, más alineado, más validado y más seguro. Pero según progresas en la segunda etapa, comienzas a valorar las relaciones duraderas más que el romance, y el compañerismo duradero más que la estimulación inmediata. Comienzas a valorar la compatibilidad más que la belleza o el frenesí emocional.

En la primera etapa, el contraste entre tú y otros parecía ser en ocasiones muy estimulante y divertido. Estar con alguien diferente parecía muy emocionante. En realidad, sin embargo, los opuestos pueden atraerse mutuamente al principio, pero rara vez pueden coexistir en armonía en el ámbito de la relación íntima. Aunque necesitas cierta cantidad de contraste para aprender, la compatibilidad y una dirección común son la base esencial para que una relación con otro sea duradera y significativa. En la primera etapa, podrías haberte enamorado de alguien totalmente diferente de ti, porque valorabas el contraste. Era emocionante estar con esas personas, porque abrían panoramas que tú nunca habías experimentado antes. En efecto, aquí puede haber muchos estímulos, pasión y expectativas fantasiosas. Pero tarde o temprano encuentras que, sin una compatibilidad real y una dirección común, tú y la otra persona no tenéis a dónde ir juntos. No tenéis una base sobre la que participar, y vuestras diferencias dejarán de ser excitantes para convertirse en una fuente de discordia, conflicto y disociación.

Recuerda que eres como la pieza de un puzle, y si no puedes encajar con la otra pieza entonces nunca estarás a gusto con esa persona en una relación íntima. Nunca te sentirás en casa con esa persona. Nunca te sentirás plenamente conectado con esa persona. En el mundo, sentirte en casa, estar en paz contigo mismo y sentirte conectado está todo relacionado con tu propósito en él. El mundo no es una realidad permanente, sino una temporal. El mundo es un lugar al que has venido a trabajar y a lograr cosas. Por eso eres atraído a ciertas personas y no a otras. Por eso no puedes sentir lo mismo con todos. Por eso tu participación con diferentes personas será desproporcionada.

Conforme te aproximes al Conocimiento y comiences a ganar un mayor punto de vista, esto se hará tan evidente para ti que te preguntarás cómo no te habías dado cuenta antes. Verás que previamente estabas yendo por la vida con tus ojos cerrados. Tu énfasis estaba sobre todo en vivir tus sueños y tus deseos. Verás que muchas de tus relaciones eran irreales, que tus objetivos eran irreales, y que tus actitudes también lo eran. Mucho de lo que contemplaste antes era irreal. Sin embargo, con una conciencia del Conocimiento, verás que incluso en la primera etapa el Conocimiento estaba contigo, y que tú respondías a él dentro de tu limitada capacidad. Verás que parte de tu énfasis en las relaciones era cierto, y la verdad era evidente ahí. Simplemente no podía florecer todavía. No estabas preparado. La otra persona no estaba preparada. Pero la semilla de la verdad estaba ahí en la primera etapa.

La segunda etapa es aquella en la que la mayoría de los estudiantes del Conocimiento van a estar ocupados. Aquí uno se encuentra en el proceso de aprender a distinguir entre la verdad y la ilusión, entre el Conocimiento y la creencia, entre la relación y el romance, entre la satisfacción y la pasión, y entre la conexión y el alineamiento duraderos y la estimulación solo temporal. En la segunda etapa, estás comenzando a reconocer que tienes una forma única y que formas parte de algo mayor que tú mismo. ¿Cómo puedes determinar tu forma si no ves que encajas en algún sitio y formas parte de algo? Sin esta conciencia, solo te moldearás a ti mismo de acuerdo con tus ideas y las expectativas de otras personas, y no tendrás noción alguna de tu naturaleza y diseño verdaderos. Dentro de la segunda etapa, estás empezando a tener la sensación de que tienes un diseño inherente. Cuando comprendes que tienes un diseño, comprendes que tienes un Diseñador. Esto comenzará a establecer una conciencia de tu relación más primaria, tu relación con Dios. Pero, incluso aquí, tu relación con Dios no puede proveer un escape de tus relaciones con otras personas, ni tampoco remplazarlas. Porque Dios te ha enviado al mundo a recuperar relaciones, a aprender las lecciones de las relaciones y a aprender a recuperar y seguir tu Conocimiento, de manera que puedas recordar tu relación con Dios y expreses esa relación en el mundo.

La segunda etapa establece un contraste. Te aporta un nuevo sentido de perspectiva. Aquí estarás tentado de negar lo falso, de condenar lo falso, de deshacerte de lo falso. Puede que seas brutal y colérico contigo mismo. Puede que seas crítico y condenatorio con otros. Pero en la segunda etapa aprendes que lo pequeño puede representar a lo grande. Aprendes que lo falso en todas sus manifestaciones representa la necesidad del Conocimiento. Esto fomenta la aceptación, el perdón y la compasión. Entonces puedes empezar a aceptar todos los aspectos de ti mismo y aprender a tener una sensación de relación funcional entre ellos. Esto conduce a tu integración, a la aceptación de ti mismo y, como consecuencia, al amor propio.

La gente a menudo piensa en el amor propio como una especie de pasividad en la que uno ya no tiene que trabajar más. Puedes irte de vacaciones o de fiesta contigo mismo. Pero la verdadera aceptación es muy diferente. En ella comprendes que tu falta de respeto a ti mismo y tu propensión al error requieren corrección, y que son oportunidades para expresar lo que es genuino y significativo dentro de ti. Esto se basa en tu experiencia del Conocimiento, porque es así como el Conocimiento ve el error. Esto prepara el camino para la tercera etapa, la cual es la expresión del Conocimiento.

El comienzo de la tercera etapa representa otro gran cambio general en el énfasis. Aquí la persona comienza a comprender que ya tiene un compromiso con la vida y un propósito en ella. Incluso si este compromiso y este propósito no han sido definidos ni demostrados por completo, existe un sentido permanente de su realidad. Aquí la persona reconoce: «Estoy aquí para hacer algo. Estoy aquí para servir a algo».

En muy raras ocasiones, hay gente que nace con una conciencia de este compromiso. Pero para la vasta mayoría de personas, esta conciencia surge mediante el aprendizaje y el desaprendizaje en las dos primeras etapas de desarrollo. En la primera etapa, el compromiso era simplemente ser más feliz o ser mejor de acuerdo a tus propias creencias y deseos y a las creencias y deseos de otros. En la segunda fase, la persona comienza a tener la sensación de que podría tener un mayor propósito, pero no ve todavía lo que esto significa. Su conciencia de su propósito mayor todavía compite con su agenda personal de realización. En la tercera etapa, esta competición comienza a disminuir. Aún existe una agenda personal, pero ya no puede competir más con el Conocimiento y deja de ser el recurso y la motivación más valorados en la vida.

En la tercera etapa, el acento está en consolidar el aprendizaje y refinar tu discernimiento. Aquí el valor de las relaciones se vuelve crítico, pues no puedes permitirte asociarte con las personas equivocadas. Debes ser muy objetivo respecto a tus afectos por otros. Sentirás amor y gran afecto por ciertas personas con quienes no podrás participar. Aquí necesitas a las personas que pueden ayudarte a descubrir, refinar y expresar tu propósito mayor.

La tercera etapa es una etapa de promesa. En ella el verdadero poder comienza a emerger en ti, y también comienzan a emerger los criterios fundamentales para las relaciones. Tu vida se vuelve importante no solo para ti personalmente, sino por su valor para otros y su valor como vehículo para expresar lo que es verdadero y bueno. Aquí, tu énfasis en comprometerte a servir no supone de ninguna manera un autosacrificio. En cambio, nace del hecho de que estás buscando tener una experiencia cada vez mayor de la verdad, de la honestidad y de la inclusión en la vida. No es simplemente que quieras entregarte a Dios, sino que quieres experimentar tu relación con Dios. Quieres experimentar esta relación. Tu capacidad para experimentarla genera una motivación natural de dar a otros, pues solo podrás seguir experimentando a Dios mediante tu dar.

Tu desafío en la tercera etapa trata primariamente sobre el discernimiento y el refinamiento. Sentirás cada vez más el compromiso y el deseo de dar, pero debes descubrir dónde dar y cómo dar. Esto requiere paciencia, discernimiento y el desarrollo de tus habilidades. Tu vida externa necesitará ser estable para que el Conocimiento pueda emerger en ti. Esto lleva tiempo.

En la tercera etapa, la relación entre tú y tus Maestros Internos se hace cada vez más poderosa e importante. Aquí no eres solo un estudiante, sino que también te estás preparando para contribuir y, en raros casos, ser un maestro. Aquí enseñas mediante la demostración. Esto puede hacerse en cualquier profesión. Puede hacerse con palabras y sin ellas. Puede hacerse en un sentido formal siendo maestro profesional, pero a menudo no es así. Generalmente se expresa mediante tu trabajo, el cual se vuelve cada vez más una expresión del surgimiento del Conocimiento dentro de ti. Es entonces cuando tu llamada espiritual comienza a surgir.

En la tercera etapa, comienzas a ver que las dos primeras eran etapas de sacrificio. La primera etapa es donde sacrificaste tu conciencia de ti mismo y tu bienestar para poder cumplir tus deseos e ideas y las expectativas de otros. En tus relaciones, tendiste ya sea a retirarte o bien a entregarte a la gente. En la segunda etapa, comenzaste a sacrificar algunas de tus ilusiones y preferencias. Tus relaciones reflejaron el conflicto y el contraste entre tu conciencia del Conocimiento y tu agenda personal. Es en la tercera etapa donde abandonas por completo tu sacrificio de ti mismo y aceptas tu verdadero propósito, significado y valor.

La tercera etapa se ocupa principalmente del descubrimiento y la entrega de tus regalos. Aquí no puedes escapar los requerimientos de tu propio desarrollo. Aplicar lo que has aprendido en las dos primeras etapas se hace primordial para tu éxito. El valor de tu vida crece y tu sentido de humildad también, porque verás de manera creciente que tu vida es una expresión de algo mayor. Conforme la Presencia en tu vida se haga más permanente, sentirás cada vez más que debes cuidar de tu mente y tu cuerpo como vehículos para expresar el Conocimiento. Aquí te vas identificando más y más con el Conocimiento, y el abismo entre este y tu experiencia personal de ti mismo comienza a disminuir.

Con el tiempo, si atraviesas los muchos umbrales del desarrollo en la tercera etapa y alcanzas la cumbre del aprendizaje en este mundo, te volverás una expresión del Conocimiento mismo. Retendrás los aspectos externos de tu identidad y tu personalidad humanas, pero la esencia del Conocimiento será tan fuerte que tu vida lo demostrará cada vez más. Aquí la esfera de tus relaciones no se centrará solo en una persona, sino que se extenderá hacia el mundo. Cuando esto sea plenamente logrado, te volverás un maestro para otros.

El surgimiento del Conocimiento es un proceso espontáneo y natural. Conforme se completa cada etapa, la siguiente empieza de manera natural, como si se hubiera dado una señal o se hubiera pulsado un interruptor en lo profundo dentro de ti. La gran iniciación de una etapa a la siguiente raramente se percibe en el momento, pero sus resultados se hacen bastante evidentes con el tiempo. Esto es un proceso natural. No es algo que puedas controlar o dominar. Es el resultado de tu participación. Es el resultado de la participación de tu Familia Espiritual, tus Maestros Internos y el propio Plan de Dios. Es también el resultado del cambio y la evolución del mundo, lo cual establece el contexto para tu contribución.

La preparación es necesaria. Particularmente en las etapas segunda y tercera, se hace cada vez más vital y necesario que comiences un entrenamiento formal. No puedes aprender con éxito las etapas segunda y tercera sin la ayuda adecuada. Necesitarás aquí algo más que tus Maestros Internos, porque ellos no desean ser el objeto de tu devoción. Prefieren más bien que centres tu atención en los individuos que son llamados a ayudarte, y que aprendas a reconocer y liberar a otros que te están reteniendo.

Más tarde en este libro, cuando se aborden las cuestiones prácticas, quizá verás ilustradas de una manera más clara las etapas de desarrollo. Es importante que las tengas en cuenta, y hará falta que leas este capítulo sobre las etapas de desarrollo muchas veces para poder entenderlo. Porque, en efecto, estas palabras deben reflejar de manera creciente tu experiencia para que puedas comprender plenamente lo que aquí se dice.

El énfasis aquí está en llevarte más arriba de la montaña, de modo que puedas ver más y más. Conforme asciendas la montaña y ganes un punto de observación más amplio y elevado, verás por qué tu vida era antes un vaivén. Entenderás por qué las cosas se veían de cierta manera en cierto punto de tu viaje, y por qué se veían de manera distinta en otro. Verás cómo tu perspectiva ha cambiado con tu posición en la montaña misma. Verás cómo tus valores han progresado y cambiado de manera natural. Verás cómo tu énfasis en la relación ha cambiado. Y comprenderás cómo tus errores te han servido para aprender a dar el siguiente paso.