
Marshall Vian Summers
el diciembre 30, 2007
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El matrimonio es algo que debe ser un enfoque para cada persona. El matrimonio es el acto de unir tu vida, de enfocar tu vida y de ponerte en posición de convertirte en un proveedor para unirte a algo más grande que tú mismo, para entregarte a algo más grande que tus intereses personales.
Pero aquí el matrimonio es más inclusivo de lo que piensas, porque no todos en esta vida estarán casados con otra persona en el sentido tradicional, y eso es apropiado. Pero todo el mundo tiene la oportunidad de casarse con algo, de casarse con una relación mayor, de unirse a otros para servir a un propósito superior, de volverse más grandes siendo parte de algo más grande, porque no hay grandes individuos.
El matrimonio, entonces, es tu destino si aprendes a seguir la Inteligencia más profunda que el Creador de toda vida te ha dado, que es llamada Conocimiento: una Mente más profunda, una conciencia más profunda, una corriente más profunda dentro de ti mismo, una dirección verdadera, una orientación verdadera.
Si puedes seguir esta corriente más profunda, esta voz más profunda, esta presencia más profunda dentro de ti, esto te llevará al matrimonio. Ya sea que estés casado con una persona en el sentido tradicional, ya sea que estés casado con una comunidad religiosa, ya sea que estés casado con un grupo de personas que estén haciendo algo importante en el mundo, tú debes convertirte en parte de algo más grande para ser tú mismo más grande.
En última instancia, eres aquello con lo que estás unido. Si únicamente estás unido a tus deseos, tus metas y tus ambiciones, en realidad aun no estás unido a nada que sea real y sustancial. Pues estos sólo son ideas en la mente.
Para ser más grande, debes unirte a otros para servir a algo más grande. El grado en que puedas hacer esto será el grado en que puedas llegar a ser más completo, más consciente, más pleno dentro de ti mismo, más maduro.
En tal grado, puedes volverte un verdadero contribuyente en el mundo, que es para lo que fuiste enviado aquí. Porque no fuiste enviado al mundo para ser solo un consumidor, o para cumplir tus deseos, o para asegurarte de obtener todo lo que crees que quieres para ti más allá de tus necesidades básicas. Eso no es lo que te ha traído al mundo, ni a ninguna otra persona. Tu propósito superior aquí es unirte a otros, servir de una manera única, satisfacer ciertas necesidades en la vida, ciertas necesidades de otros y ciertas necesidades del mundo.
Tu unión con otro, si es auténtica, tendrá esta orientación. De lo contrario, el matrimonio es simplemente la atracción de la personalidad. Es enamorarse de la apariencia de alguien. Es obsesionarse o apegarse a alguien. Pero esto realmente no tiene la profundidad ni el carácter para convertirse en un matrimonio real.
Porque las demandas de una verdadera relación reemplazarán cualquier interés egoísta. Y ciertamente el desvelo o la obsesión con otro es un interés egoísta. Si bien puedes tener una atracción natural hacia alguien con quien realmente puedas estar alineado, también tendrás una atracción natural hacia personas con las que no puedes estar alineado. Es natural sentirse atraído por personas, ciertas personas que tienen ciertas cualidades, que tienen una presencia con ellas, que tienen algo especial en ellas. Es natural sentirse atraído, pero claramente no puedes casarte con todo lo que te atrae.
No, el matrimonio es para algo más grande. Tu vida es para algo más grande. Cómo te ves a ti mismo, cómo valoras tu tiempo en el mundo, cómo valoras lo que tienes que hacer aquí, la forma en que te consideras a ti mismo determinará el tipo de matrimonio, el tipo de relación que tendrás con otros.
Si solo estás interesado en adquirir riqueza y tener experiencias placenteras, bueno, esto se convertirá en la base para que elijas a otro; eso determinará tu criterio para la relación. Y puedes ver, al mirar en el mundo, cuán pocas relaciones realmente tienen éxito, cuán pocas son verdaderamente inspiradoras, cuán pocas representan una unión saludable y creciente para los involucrados.
Si miras esto objetivamente, debes admitir que la posibilidad de éxito es muy pequeña, dados los resultados que están obteniendo las personas a tu alrededor. Las personas que no tienen una asociación más profunda permanecerán casadas para proteger su propiedad o por seguridad financiera o por estatus social o para satisfacer las expectativas de otras: los miembros de la familia, los hijos, etc.
La tragedia aquí, especialmente, es que, en un matrimonio de este tipo, que es tan común, si una persona comienza a agitarse, si una persona comienza a preguntarse realmente hacia dónde se dirige en la vida y comienza a discernir el poder y la presencia del Conocimiento dentro de sí misma, ella pondrá en riesgo su matrimonio y todo lo que se ha construido alrededor de ese matrimonio: las posesiones, los bienes, la familia, los hijos. Todo se verá puesto en riesgo porque una persona está comenzando a responder a la presencia y al poder del Conocimiento.
Como resultado, aquí las personas se blindan contra sí mismas. Ellas en verdad no quieren sentir lo que realmente sienten. Realmente no quieren cuestionar lo que están haciendo. Realmente no quieren tener que reconsiderar nada significativo porque entonces todo se vuelve dudoso, todo se cuestiona.
Aquí es cuando tu matrimonio, tu relación y finalmente toda tu vida trabajan contra ti para mantenerte en la superficie, para mantenerte esclavizado a las expectativas de otros y de tus propios deseos errantes.
Por eso primero debes buscar el poder y la presencia del Conocimiento. Aquí estas buscando primero el Reino, porque este es el poder y la presencia que Dios ha puesto dentro de ti para guiarte, protegerte y llevarte a tu mayor rol en esta vida. Cualquier cosa que hayas establecido antes de esto, o en lugar de esto, será puesto en duda una vez que comiences realmente a responder.
Por eso es importante buscar primero tu relación con el Conocimiento. Esa es tu relación primordial porque representa tu relación con Dios. No pienses que tu relación con Dios trata de alabanza y adoración, porque fundamentalmente trata de experimentar y de seguir lo que Dios ha puesto dentro de ti para experimentarlo y seguirlo. Dios no necesita tu alabanza ni adoración, pero Dios necesita que cumplas tu propósito estando aquí, un propósito que se determinó antes de que vinieras, un propósito que tú mismo no puedes cambiar.
Lo que permanece incierto sobre tu propósito es si lo encontrarás, si lo seguirás y si lo cumplirás. Aquí incluso la Voluntad de Dios depende de ti y de tu toma de decisiones. Tienes el poder de elección. Tienes el poder de decisión. ¿Qué escogerás?
El Conocimiento te llevará a tu verdadero compañero en la vida si estás destinado a ser un esposo o una esposa. Te llevará a tu verdadera asociación con personas en tu trabajo, en tu estudio espiritual. Te llevará a las personas adecuadas las cuales realmente marcarán para ti la diferencia.
Pero para seguir el Conocimiento, debes renunciar a las otras voces en tu mente. No puedes tener a todo el mundo. No puedes tener todo. No puedes ir en más de una dirección. Puedes enamorarte de esta persona o de aquella persona, pero solo el Conocimiento sabe con quién necesitas realmente encontrarte y asociarte, y cómo necesitas estar con ella, ya ves.
Puedes tener una relación tras otra. Puedes perseguir a las personas. Ellas pueden perseguirte. Todo ello terriblemente costoso, invirtiendo toda tu vida en atracciones y actividades que no tienen promesa ni futuro.
¿Es eso lo que la libertad te da? ¿La libertad de desperdiciar tu vida en cosas que no tienen promesa ni futuro? ¿O la libertad te da la oportunidad de encontrar y seguir el Conocimiento dentro de ti mismo?
Sí, estás destinado a casarte, pero sólo el Conocimiento sabe con quién y con qué propósito. Sin embargo, sin el Conocimiento, las personas inventan el matrimonio. Ellas se casan como parte de una expectativa social. Se casan porque su familia espera que ellas se casen. Se casan por ventajas económicas. Se casan para escapar de la soledad. Se casan para ganar propiedades, para ganar riqueza, para ganar aprobación, para ganar posición social.
Así es el matrimonio en todo el mundo, pero este no es el tipo de matrimonio del que Nosotros hablamos aquí. Porque puedes apegarte a personas, a lugares y a cosas, pero tu alma no se apegará. No estará comprometida con nadie excepto con la persona que estás destinado a conocer, e incluso aquí debes estar listo para conocerla y ella debe estar lista para conocerte. Si os encontráis prematuramente, o si no estáis listos, entonces la relación puede no llegar a existir completamente, y eso es una tragedia. Esa es una verdadera dificultad.
Naces con un propósito superior para estar en el mundo. Este propósito te ha traído al mundo en este momento para vivir dentro de estas circunstancias, pero no existe garantía de que encuentres ese propósito, sigas ese propósito y lo cumplas porque este es un mundo sin Conocimiento. Este es un mundo alejado de Dios. Este es un mundo donde puedes expresar, al menos hasta cierto punto, el libre albedrío, donde tú tienes el poder de decisión.
Lo que valoras aquí determinará con qué te casas y con quién te casas. Si solo valoras la belleza, bueno, te casarás con alguien hermoso, o lo intentarás. Si valoras la capacidad intelectual, intentarás casarte con alguien que tenga capacidad intelectual, o lo intentarás. Si valoras la integridad personal, si valoras la riqueza, si valoras el encanto, intentarás casarte con estas cosas en las personas, pero tu alma no se comprometerá.
Cuántas personas que están hoy casadas no están realmente comprometidas, no porque no hayan intentado comprometerse, sino simplemente porque en un nivel más profundo ellas no están comprometidas. Solo han llenado su tiempo con alguien. Han llenado su vida con personas y objetos, con responsabilidades, obligaciones, requisitos. Ahora, su única oportunidad de despertar a su propósito superior pondrá en duda todas estas cosas. Será mucho más difícil y, lamentablemente, en la mayoría de los casos, las personas no tendrán el coraje de hacerlo.
Aunque su alma permanezca insatisfecha, aunque su mente esté inquieta, aunque su vida parezca sin rumbo y sin mayor propósito, ellas se quedarán por los beneficios que reconocen, y vivirán su vida sólo en la superficie.
Pero ese no es tu destino. Ese no es tu propósito. Para encontrarlo debes desarrollar, ante todo, una relación con el Conocimiento. Pues cuando tú haces esto, si el Conocimiento puede crecer en tu conciencia y si puedes elegir seguir el Conocimiento —que es la gran dotación de Dios para ti—, entonces encontrarás el trabajo correcto, las personas correctas, la vocación correcta, el lugar correcto para estar, el énfasis correcto en la vida, porque el Conocimiento ya los tiene.
Aquí no tienes que inventar tu vida. Simplemente tienes que dejar que esta se desarrolle y tomar decisiones importantes en el camino. Pero debes ser paciente para tener esta sencillez, para tener esta plenitud, para tener este sentido de integridad, porque no todo viene bajo demanda.
Tendrás que enfrentar la vida estando solo. Tendrás que enfrentar la incertidumbre, sin saber si tu deseo de verdadera relación se cumplirá o no. Deberás tener fe en el Conocimiento durante esos períodos en los que no lo experimentas. Tendrás que prestar atención a lo que tienes frente a ti y no intentar planificar tu vida con demasiada antelación. Tendrás que llevar a cabo lo que el Conocimiento te ha dado para hacer, sin estar seguro de lo que esto significa, ni a dónde esto te llevará, ni cómo resultará la vida en el futuro.
Debes tener esta fe, esta apertura, esta falta de suposiciones. Debes tener las riendas de tu vida en tus manos. Si intentas estar controlando y dominando, bueno, no serás capaz de permanecer con la luz que Dios te ha dado para guiarte. Te pondrás en marcha voluntariosamente e intentarás ganar todo lo que puedas mediante el engaño, la persuasión e incluso la fuerza si es necesario. Puedes ver todo esto a tu alrededor, si miras.
Un verdadero matrimonio es un matrimonio que se construye sobre un propósito superior, un matrimonio en el cual el Conocimiento ha unido a dos o más personas para que participen juntas de una manera mayor. No es la locura y la diversión que ves en los romances de las personas, en sus búsquedas mutuas, en sus desesperados intentos de atraerse mutuamente, en el inmenso costo personal de intentar ganarse a alguien, de ganar el amor de alguien.
Realmente, las relaciones de las personas son un desastre. Estas representan toda la confusión de sus vidas: sus objetivos confusos, su autoengaño, sus ambiciones, sus frustraciones, su ira, su intento de dominar su vida. Todo está representado en el gran jolgorio y locura de las relaciones de las personas.
Y aquellas relaciones que perduran son más una forma de servidumbre que un fenómeno creciente, un compromiso creciente y significativo. Las personas se resignan a su situación. Están resignadas a su matrimonio. Están resignadas a su vida. La luz se ha apagado dentro de ellas. Ahora solo intentan tener pasatiempos y placeres para disipar su sentido de fracaso, su sentido de culpa, su sentido de depresión.
Si miras todo esto junto, es realmente un desastre. Es el desastre del mundo. Las verdaderas relaciones, dentro de esto, parecen raras y poco comunes. Y las personas que son guiadas por el Conocimiento parecen raras y poco comunes.
Por eso el viaje, en sí mismo, puede parecer solitario porque muy pocas personas lo toman. Todas están amontonadas al pie de la montaña, y solo unas pocas personas se aventuran a subir, separándose para hacer su viaje a la montaña donde han sido llamadas por Dios.
El Conocimiento dentro de ti no es simplemente una función biológica de tu mente. Es la Mente de Dios dentro de ti llamándote y dirigiéndote, pero no puedes ser complaciente al respecto. No puedes ser pasivo al respecto.
Este requerirá el mayor enfoque y actividad de tu parte. Requerirá que asumas la responsabilidad de tus pensamientos, tu comportamiento, tus inclinaciones. Requerirá una gran moderación de tu parte para que no entregues tu vida a cosas que no tienen valor ni significado. Requerirá tremenda fe y determinación.
Porque debes seguir adelante incluso si no sabes lo que estás haciendo, incluso si no estás seguro de lo que esto significa, incluso si parece alejarte de lo que los demás piensan que es importante, o espiritual, o religioso, o justo, y demás. Dios no está atado por estas cosas, y lo que Dios ha puesto dentro de ti tampoco está atado por estas cosas.
Aquí, en esencia, primero debes casarte con el Conocimiento. Es tu primera y principal responsabilidad. Conviértete en un estudiante del Conocimiento. Toma los Pasos al Conocimiento. Ese es el comienzo. Esto es realmente construir el capital de tu vida, los verdaderos activos de tu vida.
Aquí ganas sabiduría mientras aprendes, mientras aplicas, mientras intentas usar el Conocimiento para ayudarte a tomar decisiones reales en la vida; a medida que rompes con tus adicciones y tus obligaciones con otros, o con situaciones que no son apropiadas para ti y no representan tu mayor dirección en la vida.
Aquí ganas capacidad aprendiendo a contenerte, al volverte objetivo y observador. Aquí tus valores cambian, tus prioridades cambian, de forma natural, porque te estás acercando más al Conocimiento y no eres simplemente impulsado por la naturaleza frenética de tu mente personal.
Aquí te separas de la sociedad hasta cierto punto para que puedas volverte objetivo respecto a ella. Aquí valoras el silencio por encima de la estimulación. Valoras la honestidad sobre la conversación sin sentido. Valoras la inspiración sobre la estimulación. Valoras una relación genuina por encima de una compañía agradable.
Comienzas a estar conectado contigo mismo, con el mundo, con la naturaleza, con otros, porque estás diseñado para hacerlo. Pero es muy confuso para la mente porque es una completa revolución dentro de ti: un cambio de un estado mental a otro, de un nivel del ser a otro. Y durante este cambio, esto es muy confuso.
Dejas atrás tus viejas metas, viejos amigos, viejos intereses, viejos pasatiempos, quizá, aventurándote a algo nuevo. Y ni siquiera sabes aun qué es, pero el Conocimiento te está llevando allí.
El Conocimiento es tu balsa de una orilla a otra. Como al pasar sobre un gran lago, bueno, una vez que pierdes de vista la orilla detrás de ti, no ves la orilla hacia la que te diriges. Pero el viento te lleva y te mueves.
Lo importante aquí no es la comprensión. No es la comprensión intelectual. No es la confirmación personal. No es el reconocimiento social. Es que te estás moviendo con el Conocimiento, dejando que el Conocimiento te mueva.
En lugar de intentar controlar tu vida, ahora tienes que controlar tu mente y tus tendencias para permitir que el Conocimiento te mueva. Tienes que aprender a esperar. Tienes que aprender a mirar. Tienes que aprender a escuchar. Tienes que aprender a discernir.
Todo requiere concentración. Toda lleva tiempo y enfoque mental. Si no estás ajetreado dando vueltas con un horario imposible, entonces puedes centrar tu atención en estas cosas más grandes, cosas que realmente te rendirán tus verdaderos activos.
La riqueza de una persona se mide en su sabiduría, en su conexión con el Conocimiento y en el valor de sus relaciones. Esa es la verdadera riqueza. Esa es la riqueza que hace que tu vida sea significativa, viva y vibrante, que le da dirección, propósito y significado a tu existencia, que establece los criterios sobre con quién puedes estar y qué puedes hacer con ellos.
Esto es lo que te prepara para el matrimonio con otro, porque el matrimonio con otro le sigue al matrimonio con el Conocimiento dentro de ti mismo, que es unirte con la Mente más profunda que Dios te ha dado.
Esto lleva tiempo. Debes aprender a ser paciente. No conoces el viaje que tienes por delante. No sabes cuán grande es la montaña que estás comenzando a escalar. Nunca has estado en esta montaña antes. No es simplemente un paseo por la tarde. Es un gran viaje. Y los grandes viajes requieren fe y determinación.
Debes continuar yendo a donde te lleve el Conocimiento. A lo largo del camino, existirán otras atracciones: lugares bonitos, caras bonitas, cosas intrigantes, grandes tragedias, todo tipo de cosas que te desviarán del rumbo, todo tipo de cosas con las que obsesionarte: que sean placenteras y que sean dolorosas.
Pero el Conocimiento dentro de ti no se deja influir por estas cosas, pues solo se deja influir por Dios, y te llevará a donde necesitas ir si puedes seguirlo. Y a medida que lo sigas, te despojarás del peso de tu vida, del peso de tus conflictos, del peso de tus obligaciones inapropiadas, del peso de tu condicionamiento social, del peso de cumplir con las expectativas de otras personas. Estas cosas desaparecen y tu vida se vuelve más ligera, más poderosa y más concentrada.
Existen tantas personas hoy en el mundo que ni siquiera tienen esta oportunidad, ya sea porque viven en la pobreza o en un entorno oprimido, o porque su riqueza las ha encerrado en un lugar, como si estuvieran encadenadas a su propio museo de artefactos, siendo ahora sólo un custodio. Pero ese no es tu destino. Esto no es lo que viniste a hacer, a ser y a tener.
El Conocimiento dentro de ti sabe a quién necesitas conocer, qué necesitas hacer y qué buscas lograr. Pero estas cosas no son simplemente una explicación. No es una teoría. No es un conjunto de conceptos. Es un viaje por tomar, y es uno de los grandes.
Tu matrimonio con el Conocimiento te permitirá unirte a otros, y verás si ellos están listos o no, y verás si tú estás listo o no. Y si tienes un matrimonio convencional como esposo o esposa, o si te unes a un grupo de personas que realizan un trabajo importante en el mundo, o si te unes a una comunidad religiosa, o si te unes al servicio de la naturaleza con otras personas, la fortaleza de tu compromiso aquí será lo suficientemente fuerte y tu liberación de las distracciones será lo suficientemente fuerte como para permitirle involucrar tu vida a un nivel mucho más profundo y completo.
Tus relaciones no estarán plagadas de las constantes dificultades de la personalidad. La mayoría de tus problemas serán de naturaleza circunstancial, y tu alineación será tremendamente fuerte, más fuerte que todas las atracciones románticas que ves a tu alrededor, que ves en tus películas y lees en tus libros.
El poder de tu propósito unido a otro tendrá una fuerza mayor que la que cualquier individuo podría tener, y será mucho más duradero que cualquier preocupación personal. Esto es para ti. Ese es tu destino. Pero debes tener la libertad y el coraje para encontrarlo, seguirlo y expresarlo.
Todo esto llevará tiempo, porque el viaje a la montaña es un viaje de muchos pasos, muchas vueltas, muchas decisiones. Sin embargo, cuanto más lejos vayas, más libre estarás de la opresión de las tierras bajas. Tu vida se volverá más ligera, a medida que te deshagas de esas cosas que no pueden viajar contigo o que no tienen valor en este viaje.
Y conocerás a otros en el camino que te demostrarán que realmente existe un propósito superior dentro de las relaciones. Y a medida que obtienes un punto de vista más alto en la montaña, podrás ver lo que nunca podrías haber visto abajo, rodeado por los bosques y las colinas. Ahora puedes mirar hacia afuera y comenzar a ver la disposición del terreno. Ahora puedes comenzar a ver dónde has estado y la grandeza de la montaña en la que te encuentras. Y aunque tendrás que enfrentarte a nuevos conjuntos de problemas, estarás libre de muchos de los antiguos.
Aunque siempre hay cosas dentro de ti que pueden hacerte retroceder o detener tu progreso, el poder del Conocimiento crecerá con cada paso. Y será más difícil olvidar, ignorar o negar, porque es la fuerza más natural y potente dentro de ti. Es tu relación principal en esta vida. Es el gran regalo de Dios para ti. Y su propósito es casarse con otro y cumplir con tu propósito en la vida.
Esto es lo que tú estás esperando, deseando, pero no puedes inventarlo. No es un romance. No es una fantasía. No es una apariencia. No es un encanto. No es una imagen. Es algo mucho más profundo y sustancial, y tu corazón anhela ir allí. Aunque tu mente pueda estar cautiva en una red de su propia construcción, tu corazón te llevará allí.
Que el poder y la presencia del Conocimiento sean tu guía tal como está destinado a ser. Que las dificultades y los placeres de este mundo te muestren que estás aquí para un propósito mayor. Que el mundo te demuestre el gran riesgo que tienes de entregar tu vida a cosas, a personas y a lugares que no representan tu propósito superior. Y que el mundo te muestre que estás destinado a estar unido a otros en el servicio al mundo, a la humanidad y al futuro de la vida en este mundo.