
Marshall Vian Summers
el noviembre 27, 2009
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Es evidente que la humanidad ha sobrepasado los límites de los recursos del mundo y que el énfasis de la humanidad en el crecimiento y la expansión conducirá a un grave agotamiento de los recursos del mundo y de la capacidad del mundo para sostener a la familia humana. Esto, por supuesto, es parte de la naturaleza. No es meramente una teoría o un concepto. Ahora es evidente que la humanidad ha sobrepasado este límite de capacidad. Y por esta razón Dios ha enviado un Nuevo Mensaje al mundo.
La humanidad es una raza joven e imprudente. Es adolescente en sus actitudes y creencias. Se cree extraordinariamente especial en el universo. Y, sin embargo, no practica un alto grado de responsabilidad ni de asunción de consecuencias. No se prepara para el futuro. No tiene noción de cómo se proveerá a sí misma en el futuro, excepto en lo que respecta a cómo lo ha hecho en el pasado. De esta manera, todavía no es una raza madura en el universo. Todavía no ha alcanzado un nivel de madurez en el que tendrá que preocuparse principalmente por la estabilidad y el sostenimiento de su vida en este mundo.
El poder tecnológico sólo ha dado a la humanidad una mayor expansión, una aceleración más rápida y la capacidad de despojar al mundo de sus elementos con mayor rapidez y eficiencia. En este sentido, este desarrollo tecnológico sólo está acelerando la desaparición de la humanidad. Ha puesto en marcha las Grandes Olas de cambio que se avecinan en el mundo y con las que la humanidad tendrá que lidiar.
Los pueblos de todas las naciones —ricas o pobres— tendrán que hacer frente a las Grandes Olas del cambio. La condición del mundo actual está tan degradada que el futuro de la humanidad está en gran duda. Pero ¿quién puede verlo, excepto aquellos que tienen los ojos claros y entienden el equilibrio de la vida en este mundo, aquellos que no están dominados por la codicia ni el consumo, aquellos que pueden ver los límites de la tecnología y los límites del poder y de los gobiernos? Porque no puedes desear que el mundo sea como tú quieres que sea. El mundo no responde a los deseos.
En esta grave situación, el Creador de toda vida ha enviado un Nuevo Mensaje al mundo y un Mensajero para entregar este Mensaje. Es una gran desdicha que se tenga que enviar un Mensaje así, porque demuestra la inmadurez de la humanidad y su falta de autocontrol. Vosotros no os estáis comportando ahora como una raza que tendrá un futuro. Sois imprudentes, impulsivos, compulsivos, queriendo cada vez más y más. Ni siquiera este mundo abundante y fabulosamente rico puede sostener eso.
Por supuesto, hay personas que lo ven y lo reconocen, porque es algo muy obvio. El hecho de que a las demás se les escape y que la mayoría de las personas no quieran pensar que su deseo de cosas pueda verse limitado y restringido por el mundo mismo, hace que no presten atención a estas señales y a esta sabiduría.
Las leyes de la naturaleza han sido olvidadas; la gente cree que se pueden superar con el poder y la influencia de la tecnología y la invención humana. Pero nadie en el universo ha descubierto cómo escapar de los límites de la naturaleza. Incluso las razas con tecnologías muy avanzadas, mucho más allá de lo que la humanidad ha logrado, están limitadas.
Cuanto más intentas alejarte de este fundamento, de tu fundamento natural, más antinatural te vuelves, más impulsivo y compulsivo te vuelves, más descuidado te vuelves y tienes menos discernimiento para reconsiderar tus acciones y su impacto sobre el futuro.
Las ciudades del mundo están abrumadas de gente, todas quieren más y muchas personas necesitan las cosas más necesarias para vivir, que se merecen. Pero las necesidades nunca son suficientes para quienes las han adquirido. Estimuladas ahora por la riqueza y el poder, tratarán de superar sus circunstancias a toda costa. Y así, vivimos en un mundo cada vez más inestable e inseguro.
¿Qué son las Grandes Olas del cambio sino la reacción, la respuesta y las consecuencias de este enfoque de la vida, acelerado ahora por un énfasis convulsivo en el poder, el crecimiento y la expansión?
Las personas han perdido sus fundamentos. Ellas han perdido su relación con el mundo, su conexión natural y, con ello, las sensibilidades mayores que ellas poseen y que están ahora aletargadas en la familia humana.
Las consecuencias de semejante vida, los resultados de esa conducta, deben conducir a una gran corrección, a una gran decepción. Es como pedirle a tu cuerpo que se mantenga joven en todo momento durante toda tu vida. Eso conduce al agotamiento, a la privación y a la decepción.
El Nuevo Mensaje de Dios es, pues, una corrección, pero una corrección benévola, sabia y compasiva. Se da ahora para salvar a la humanidad de la corrección de la naturaleza, que es dura, despiadada y no muestra consideración por el bienestar de las personas ni por sus necesidades genuinas.
Dios no se quedará en silencio permitiendo que la humanidad destruya su oportunidad de vivir y avanzar en este mundo, y caiga víctima de la persuasión y la manipulación de razas más allá del mundo, que incluso ahora están aquí para aprovecharse de la difícil situación de la humanidad y de sus debilidades.
Las personas temen ver estas cosas porque tienen muy poco poder y se sienten impotentes y desesperanzadas. Ellas se sienten así porque no están arraigadas en el Conocimiento. Su base espiritual es débil o inexistente, y no quieren mirar la realidad. Y por eso persisten en su pensamiento delirante y en su comportamiento destructivo, empujando a la humanidad hacia una serie de circunstancias catastróficas.
Si la familia humana no puede contenerse, entonces la naturaleza os restringirá. Y las fuerzas intervinientes del universo os restringirán, pero sólo para su beneficio.
Esa es la sabiduría de la vida, ¿sabes? Eso es fundamental y elemental. Pero al adolescente no le importa y no quiere saber. Sólo quiere lo que quiere y no ve las consecuencias de sus actos.
Incluso los científicos más brillantes y los administradores más inteligentes están atrapados en esta fijación, en este gran engaño de traer riqueza a todos en un mundo en decadencia. El engaño es muy grande y está muy arraigado ahora, y se basa en tantos autoengaños, que cuestionarlo parece casi como si fuera herético para las creencias sociales y para los contratos sociales que las personas han hecho entre sí.
Esto representa un cambio profundo, una gran corrección en la percepción, las actitudes y el comportamiento propios. Esta corrección debe ser dada desde lo Divino para ahorrarle a la humanidad la gran calamidad que está creando para sí misma. Su mensaje no es negativo. No es atemorizante. Es real. Es natural. Es ineludible.
El mundo es como un organismo. Si se fuerza demasiado, si se le merma en exceso, fallará. No podrá prosperar, no será beneficioso ni propicio para la vida. Las personas someten su cuerpo y su mente a ese estado de agotamiento, para luego ver cómo su salud se desmorona y su vida termina antes de que puedan alcanzar sus mayores logros.
La condición de la humanidad debe ser, entonces, tu preocupación. Pero tú no tienes las respuestas. Y las soluciones de las que has oído hablar, o las que puedas concebir, serán insuficientes para afrontar el gran desafío. Para ello, necesitarás un poder mayor, la gran dotación de Conocimiento que el Creador de toda vida ha proporcionado. Todas las personas tienen acceso a ella, pero deben desarrollar esta conexión y esta relación más profunda dentro de sí mismas. Esto requiere que reconsideren sus ideas, sus creencias y su enfoque general de la vida.
Es como despertar de un sueño ferviente, un sueño triste y motivado, un sueño de desesperación, para ver el mundo como realmente es, para sentir realmente tu propia condición dentro de ti mismo: el vacío que sientes, la falta de salud y bienestar que sientes, la soledad que sientes, la duda y la incertidumbre que te acechan. Esforzándose siempre por avanzar, las personas intentan mantenerse un paso por delante de todas esas experiencias, un paso por delante de sí mismas y de su verdadera condición.
La gente está atrapada en sus ideas, sus promesas, sus seguridades. Incluso su optimismo las engaña. Por eso Dios ha enviado una gran corrección al mundo para salvar a la humanidad de sí misma y ahorrarle el gran sufrimiento que está creando para sí misma en este momento y para todos sus hijos en el futuro.
Sólo Dios sabe cómo hacerlo, ya que nadie en el mundo tiene la sabiduría para ver cómo se puede lograr. Se necesitará fe, especialmente al principio, para que darte cuenta de que la redención es posible para ti y para la humanidad. Pero la redención no sucede en tus propios términos. Tú no estableces las condiciones para ello, porque tu redención es tu relación con lo Divino. Y lo Divino conoce el camino y establece las condiciones.
La Revelación debe entonces darte esas condiciones y esa visión, esa promesa y esa gran confianza. La humanidad puede emerger a través de las Grandes Olas de cambio, aunque será una travesía muy difícil. La humanidad puede construir una nueva fundación en el mundo, pero muchas cosas tendrán que llegar a su fin para que esto sea realmente posible.
La humanidad tiene el poder de contrarrestar la Intervención que se está produciendo en el mundo, pero no sabe en qué consiste ese poder, ni cómo se puede utilizar. Las personas que viven en las circunstancias más desesperadas, sin ninguna esperanza aparente de movilidad social o de mejora en sus vidas, no ven cómo este poder puede influir en ello para su beneficio.
En lugar de que todos intenten ser ricos, las personas aprenden a estar bien. En lugar de que todos intenten adquirir cada vez más posesiones, las personas aprenden a estar satisfechas. En lugar de dejarse atrapar por todas las seducciones del poder, la riqueza y el encanto, las personas aprenden a ver con claridad y sabiduría.
No puedes ver la solución porque estás demasiado inmerso en el problema. No puedes encontrar una salida porque estás perdido en el mundo. Estás perdido en tu propia mente y no puedes sentir la presencia ni el poder del Conocimiento que vive en lo profundo de ti.
La gente habla de cambio. La gente quiere cambio. Pero ¿tienen el poder y la fuerza para cambiar ellas mismas? ¿Y de dónde vendría ese incentivo? ¿De dónde vendría la convicción? Y ¿de dónde vendría el coraje y el compromiso para lograrlo?
En el mundo, un creciente número de personas saben que el mundo está fracasando, pero ellas no pueden encontrar la solución porque están demasiado perdidas en él. Aún no tienen el poder del Conocimiento para guiarlas y mostrarles cosas que de otra manera no podrían ver.
Es cierto, por supuesto, que la humanidad tendrá que cambiar su comportamiento. Pero esto sólo se logra mediante una cierta revelación personal, un análisis sobrio de la vida propia y de la realidad del mundo. Las personas evitan esto a toda costa. No quieren que nadie les diga que sus sueños son irreales o inalcanzables o que sólo las llevarán al desastre.
Así pues, al principio, un Nuevo Mensaje de Dios parece una gran decepción. Pero la madurez exige que veas lo que no puedes ser, hacer ni tener. Porque no puedes ser cualquier cosa, no puedes hacer cualquier cosa, no puedes tenerlo todo. La diferencia entre el adulto y el adolescente está en esos reconocimientos.
Y no es tanto una decepción como un alivio ver que no tienes que adquirir cosas que son innecesarias para tu verdadero propósito y tu naturaleza más profunda. Entonces, la presión desaparece y eres capaz de ser más tu verdadero Ser, sintiendo tus inclinaciones más profundas, sin otras cosas que compitan por tu atención. La decepción se convierte entonces en alivio y liberación, liberándote no para una vida de ascetismo, sino para una vida de plenitud basada en lo que realmente tienes que hacer aquí y en los dones que realmente posees.
Es mejor que la sabiduría te decepcione a que la vida te decepcione. Es mejor que veas el final en lugar de tener que experimentarlo. Es mejor que reconozcas las consecuencias de tus acciones en lugar de enfrentar sus resultados. Esto es lo que te ofrece el Nuevo Mensaje: un profundo regalo de amor, una salida a tu dilema, una misteriosa salida a una situación desesperada.
La humanidad no puede encontrar su camino ahora. Está demasiado engañada, demasiado consumida y obsesionada. Pero es posible que un número suficiente de personas puedan recibir la Nueva Revelación de Dios y, a través de su actividad, su estudio y su influencia sobre otras personas, puedan efectuar un cambio mayor: un cambio mayor en la conciencia de las personas que les rodean, dando mayor promesa a que la humanidad pueda evitar el desastre, el colapso y la ruina en sus naciones, ciudades y culturas.
Ésta es la profecía de este tiempo. Es una advertencia, una bendición y una preparación. La está transmitiendo un hombre; un hombre humilde, un hombre sin posición en el mundo, un hombre que ha sido enviado al mundo con este propósito. Así es como se transmiten siempre las Revelaciones de Dios, tanto aquí como en otros mundos. Y aunque hay muchos peligros para el Mensajero y muchas fuerzas que se le oponen, él es el vehículo para la Revelación.
Si Dios no tuviera esperanza para la humanidad, no se habría enviado un Nuevo Mensaje y el Creador de toda vida permitiría que la humanidad sufriera su ruina y su calamidad. Pero el Creador de toda vida ama a la humanidad y reconoce que la humanidad ha mantenido vivo el Conocimiento en el mundo, en contraste con muchos otros mundos donde la espiritualidad y la religión han muerto completamente.
Este es un mundo prometedor. Sois un pueblo muy prometedor. Pero debéis superar vuestras tendencias adolescentes lo suficiente para ser capaces de rescatar al mundo del colapso, para detener vuestras tendencias y construir una mayor cooperación y unidad entre vuestros pueblos y naciones.
Por supuesto, sólo Dios sabe cómo hacerlo. Incluso si tuvieras la receta adecuada, ¿dónde encontrarías la fuerza y el poder para llevar a cabo tu parte? ¿Y cómo sabrías cuál es tu parte o cómo ella debería expresarse en circunstancias cambiantes?
La redención de la humanidad no recaerá sobre una sola persona, sino sobre los hombros de muchas personas, de todas las culturas y orígenes religiosos, de familias ricas y de familias pobres. Ellas serán guiadas por el mismo reconocimiento. Ellas prestarán servicios en muchas funciones diferentes para fortalecer a la humanidad, para aumentar su convicción e integridad y para denunciar las actividades imprudentes que están llevando a la humanidad hasta el límite.
Para que esto sea posible, sólo hay un Mensaje de Dios para el mundo en este momento y para los tiempos venideros. Este convocará a todas las religiones del mundo a compartir su sabiduría con ese propósito, porque todas ellas provienen de la misma Fuente.
La bendición está sobre ti. Anímate, porque la bendición está sobre ti. Ten confianza, porque el Misterio es poderoso. Reconoce el poder más profundo que existe en tu interior. Da los Pasos al Conocimiento para encontrarlo, sentirlo y experimentarlo, y para incorporarlo a tus asuntos diarios.
Al final de cada día, piensa en tus acciones del día y en si aplicaste el Conocimiento a esas decisiones. Considera cuánto olvidaste dónde estabas, cuánto olvidaste escuchar sin juzgar, cuánto olvidaste usar el discernimiento y la discreción en tus interacciones con los demás. Observa la evidencia del Conocimiento tratando de hablar por ti y a través de ti, y cómo esto contrasta con todas tus comunicaciones confusas con otras personas.
No pienses que debes sanarte a ti mismo antes de poder traer una solución al mundo, porque debes hacer ambas cosas a la vez. Una cosa no sucederá sin la otra.
No hay tiempo suficiente para que la humanidad, para que la gente, se centre primero en su propio desarrollo. Y el mundo requiere de tu desarrollo interior, así que todo va de la mano, ¿lo comprendes? No puedes posponer una cosa por la otra.
Esa es la enseñanza de la Nueva Revelación de Dios; un compromiso real con el mundo y un compromiso real con tu naturaleza más profunda, todo al mismo tiempo. Habrá muchas preguntas. Habrá muchas preocupaciones. Habrá muchas dudas. Por supuesto. ¿Cómo podrías liberarte de ser esclavo de tu cultura o de tu mente sin que todo esto surja? Pero las preguntas recibirán respuesta con el tiempo. Y las dudas desaparecerán a medida que veas el poder y la potencia del Conocimiento en tu vida y el grado en que ha estado contigo todo el tiempo, intentando llamar tu atención.
Así que, la condición del mundo es un reflejo de tu propia condición, y la resolución de ambos debe ir acompañada una de la otra. Esto traerá alegría, satisfacción y determinación a tu vida, donde estas cosas faltan ahora.
Se te honra por recibir la Revelación, por escuchar Nuestra voz —un Llamado desde tu Antiguo Hogar; un recordatorio de tu antigua responsabilidad, de que estás en el mundo para un propósito mayor; un reconocimiento de tu verdadera condición y de la verdadera condición del mundo.
Cada paso que des hacia ese reconocimiento te devolverá fuerza y confianza, y con ello un sentido de responsabilidad y obligación hacia quienes te enviaron al mundo. Esto es más una bendición que una carga, porque restaura el valor de tu vida y la necesidad crítica de tu participación y de tu contribución a un mundo en gran peligro.
Que el poder y la bendición estén contigo, y que puedas aprender a estar con ellos.