Como fue recibido por
Marshall Vian Summers
el noviembre 14, 2007

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Hay un Nuevo Mensaje de Dios en el mundo, y una de las cosas que pide es surgimiento de líderes femeninas, particularmente en el área de la espiritualidad y la religión. Es tiempo ya de que ciertas mujeres sean llamadas a estos grandes roles y responsabilidades, y es importante que esto se permita alrededor del mundo en diferentes culturas y en diferentes tradiciones religiosas.

Tal vez será interesante para ti considerar que en las naciones avanzadas del universo —las naciones avanzadas de la Comunidad Mayor de vida inteligente en la que vive la humanidad—, allí donde existe una distinción entre hombres y mujeres o entre lo masculino y lo femenino, en esas razas en particular que no son de naturaleza andrógina, generalmente se da prioridad a los seres femeninos en los asuntos de la consciencia y la espiritualidad.

Esto representa un avance y también una sabiduría práctica, porque los líderes en este contexto deben ser esencialmente proveedores y deben ser esencialmente preservadores. El rol de ser un líder religioso en cualquier contexto en que pueda existir —ya sea dentro de una tradición formal o dentro de una jerarquía de liderazgo, o bien en algo mucho más informal, si se trata de pequeños grupos de personas—, es en todos los casos un rol centrado principalmente en proveer y preservar.

Ser creativo en el área de la religión solo es apropiado si es para atender las necesidades prácticas de la gente y adaptar una enseñanza religiosa a circunstancias cambiantes. Incluso en este caso, esto debe hacerse con mucho cuidado, porque a la gente le gusta cambiar lo que se ha dado y modificarlo para satisfacer sus necesidades, sus preferencias, sus deseos y su propio interés. Por tanto, la creatividad en el ámbito de la religión es realmente muy, muy arriesgada.

Pero la religión misma, en cualquier contexto en el que exista, debe cambiar y evolucionar. Debe tener una mayor capacidad de servir a las personas que están experimentando cambios en sus vidas personales y también cambios al nivel de las naciones y las sociedades. De hecho, incluso cuando las condiciones ambientales del mundo cambien frente a las Grandes Olas de cambio que están llegando al mundo, la religión también tendrá que adaptarse y cambiar.

Pero en esencia, en casi todas las situaciones, el papel de los líderes religiosos es el de ser proveedores y preservadores. Lo que proveen realmente no es tanto de carácter material como de naturaleza espiritual, dentro del ámbito de una experiencia y un reconocimiento más profundos que son posibles para todos los seres humanos y para otras razas dentro de la Comunidad Mayor. Porque Dios ha puesto una mente más profunda dentro de todos los seres conscientes —una mente que en el Nuevo Mensaje se llama Conocimiento.

Claramente, en muchas sociedades las mujeres han estado tomando un papel más importante, pero todavía hay una considerable resistencia y en algunas tradiciones esto no se permite en absoluto. Pero tiene que haber un mayor reconocimiento aquí de la fuerza inherente de las mujeres y de las capacidades naturales con que pueden servir en este sentido. Porque incluso en las tradiciones actuales, aunque las mujeres no estén sirviendo como líderes reconocidos, en la mayoría de los casos ellas son la columna vertebral de la organización religiosa y de la propia tradición.

Los hombres no deberían sentirse amenazados por esto, ya que es una aceptación de las habilidades naturales. Y aunque los hombres continuarán siendo líderes religiosos, la oportunidad para las mujeres debe ampliarse considerablemente. Porque si una persona, una mujer en este caso, ha desarrollado sus habilidades en el aprendizaje de la mente más profunda y responde a ella adecuadamente, acometiendo su dirección de manera responsable —sin alterarla o redefinirla para sí misma o por las expectativas de los demás—, entonces, conforme esta mujer adquiera esta madurez y esta responsabilidad, ella podrá asumir un papel mayor y más natural como líder religioso.

Claramente, si miras al siglo pasado, habrás visto en toda la evolución de la sociedad y en muchos lugares del mundo el ascenso de las mujeres a roles prominentes que antes solo eran asumidos por hombres. Se trata de una evolución natural y debería continuar.

En la actualidad, hay jefes de Estado que son mujeres, pero todavía se les impide convertirse en líderes religiosos en muchas, muchas tradiciones y en muchas culturas. Ellas pueden llegar a ser el presidente de una nación, pero en general no un sacerdote o un rabino o un imán.

Si la humanidad pudiera aprender de las razas avanzadas del universo, vería que esto es un error. Podría ver lo que otras razas de seres han tenido que aprender y cómo han tenido que cultivar su sabiduría y sus habilidades nativas para sobrevivir y operar en el entorno de la Comunidad Mayor, que por su propia naturaleza es extremadamente competitivo y complejo. Si pudierais aprender de estos ejemplos, entonces veríais la sabiduría de lo que estamos diciendo aquí.

Como hemos mencionado, en muchas sociedades avanzadas las mujeres son las sacerdotes; ellas son las autoridades religiosas. En este caso, en razas muy diferentes de la vuestra, lo femenino se reconoce como más receptivo a la dirección del Espíritu, o de Dios, mientras que —los hombres en general o en la mayoría de las situaciones— el aspecto masculino es más competente en capacidad física o práctica.

Esto no es solo un fenómeno humano o un precedente histórico que se haya dado únicamente en este mundo. Es algo que es cierto en todo el universo. En ciertas razas avanzadas, lo masculino y lo femenino han sido unidos en un ser para tener acceso a las habilidades que estos dos aspectos de la Creación pueden proporcionar. Pero esa no es la realidad de la humanidad ni necesita serlo porque ambos —el hombre y la mujer, lo masculino y lo femenino— tienen tremendas cualidades y activos que cultivar, y estos deben cultivarse.

Por eso se podría denominar la Era de las Mujeres, al ascenso de las mujeres, no sólo a puestos de relevancia política, no sólo a puestos de liderazgo en los negocios o en los asuntos comerciales, sino realmente en el ámbito de la religión y la espiritualidad.

Aunque las mujeres poseen grandes fortalezas, ellas también tienen debilidades y desventajas dentro de la familia humana. Ellas son muy propensas a la persuasión. Son muy propensas a las influencias de la cohesión social y el consentimiento. Son muy propensas a las dificultades de enfrentar al desacuerdo y la desaprobación. Y su ira y sus conflictos pueden deberse a cuestiones extremadamente insignificantes. Pero a pesar de todo esto, ellas tienen una habilidad natural para resonar, para cuidar, para sostener y para preservar, y para proporcionar los grandes recursos de la vida, que son inmateriales en su naturaleza.

Todos los seres humanos tienen necesidades materiales y necesidades espirituales. Las necesidades espirituales no pueden colmarse satisfaciendo necesidades materiales, pero mientras no se satisfagan las necesidades materiales, la mayoría de las personas no podrá considerar seriamente las necesidades espirituales. Ambas necesidades son diferentes, como ves. Una vez que se han satisfecho ciertos requisitos físicos de la vida relacionados con los alimentos, el agua, la vivienda, la seguridad y demás, entonces se empieza a contemplar una mayor serie de necesidades. Estas son quizás de naturaleza psicológica y emocional, pero las necesidades psicológicas conectan con las necesidades espirituales más profundas.

Al final, la mayor necesidad espiritual es la misma en todas las personas: encontrar y cumplir la misión específica con la que vinieron al mundo. Esto es cierto independientemente de su cultura, de su religión, de sus circunstancias familiares, de su situación económica, etc. Pero para poder considerar esto con seriedad y responsabilidad, deben tener ciertas necesidades materiales satisfechas. Ese es el primer requisito.

Debido a que la provisión material históricamente ha recaído principalmente sobre los hombres, las mujeres han podido cultivar la provisión a otros niveles —a nivel psicológico, emocional y espiritual— en un grado mucho mayor, y están naturalmente dotadas para hacerlo. Sería absurdo pensar que las mujeres desplazarán a los hombres en el abastecimiento y la provisión de las necesidades materiales. Donde el poder de las mujeres destaca es en el poder de la empatía, en el poder del servicio. Ellas se enfrentan a los mismos problemas del miedo, del deseo y de la preferencia que los hombres, pero aun así tienen esos activos naturales en gran abundancia. Por eso, negarles oportunidades en el ámbito de la religión y la espiritualidad es un gran error, y uno muy costoso.

Los asuntos del espíritu son diferentes a los asuntos comerciales y materiales de las personas, y no deberían confundirse. En ningún caso deberían ser lo mismo el estado y la religión. Esto ha demostrado ser desastroso en la historia. La gran víctima de intentar unir a los dos es la religión misma, que se vuelve una herramienta del estado y comienza a usarse como una forma de manipulación y persuasión, de santurronería y de condena a otras personas.

Las personas tratan de simplificar las cosas y hacer que todas sean lo mismo, pero no son lo mismo, como ves. La naturaleza se expresa de forma diferente en diferentes contextos, y aunque seguirá habiendo mujeres que serán maravillosas líderes en el comercio y en la política, y seguirá habiendo hombres que serán excelentes maestros y líderes religiosos, existe una orientación natural que da a lo femenino, a la mujer, la ventaja.

No pienses, sin embargo, que el mundo se transformaría mágicamente si las mujeres llevaran la religión, porque ese no es el caso. Pero las oportunidades para mantener la religión y preservar el espíritu de la religión en todas las tradiciones se verían reforzadas.

Todavía necesitáis personas para dirigir las organizaciones, para hacer frente a las necesidades financieras y para mantener las infraestructuras y todas estas cosas, pero el espíritu de la religión se pierde cuando se une con las necesidades que son exclusivamente comerciales y prácticas. Su fundamento ético y su énfasis espiritual se erosionan; se vuelve algo formalizado, rígido, regido por reglas y reglamentos; se vuelve algo restringido por el gobierno del estado, por los poderes políticos, por el poder económico, y la vida se escapa de ella. Como resultado, se vuelve algo estancado, estático y opresivo.

Hay una ascendencia natural de las mujeres en el ámbito de la religión y la política. Esto no quiere decir que todas las mujeres vayan a ascender allí, o que ese vaya a ser el propósito de todas las mujeres. Por supuesto que no, pero aquellas que tienen un don natural —que tienen propósito, propósito real, en ese ámbito— debería permitírseles la oportunidad de asumir un papel más importante.

Dentro de este contexto de la religión y la espiritualidad hay administradores, hay proveedores y hay videntes. Dediquemos un momento a hablar sobre este tema.

Ciertamente, los administradores son los que operan las organizaciones, los que responden a las necesidades prácticas y financieras de las organizaciones, los que están involucrados en la promoción de la enseñanza, las oportunidades o los beneficios de una organización.

Los proveedores son los que sirven a la gente en las necesidades emocionales, psicológicas y espirituales más fundamentales, dentro de un contexto espiritual o religioso.

Los videntes, sin embargo, tienen un papel muy inusual y requieren una preparación muy especial. Si alguien que tiene el don de la visión no está bien conectado a tierra como ser humano, si no es fuerte en los Cuatro Pilares de su vida —sus relaciones, su salud, su trabajo y su desarrollo espiritual—, su visión puede ser gravemente malinterpretada y usarse indebidamente.

A través de los siglos, los hombres han temido tanto el poder de las mujeres y de la posibilidad de que las mujeres ascendieran dentro de la sociedad y la cultura, que realmente se han negado a sí mismos los recursos y beneficios de estas habilidades. Y la civilización en su conjunto ha sido retardada y restringida, quedando sin descubrir su pleno potencial por esta causa.

Hay muy pocas personas que puedan ser videntes y no todas serán mujeres, pero estos dones se han otorgado a lo femenino en mucha mayor abundancia, y en la actualidad hay mujeres que están destinadas a ser videntes. Ese es su propósito. Esa es su misión.

Pero tal vez en sus culturas y sociedades se les asignan simplemente tareas de mantenimiento dentro de la familia. Ellas se ven frenadas por su propia religión y por las costumbres culturales locales. Y su propósito superior no se está cumpliendo. Su gran oportunidad les está vedada.

El hecho de nacer con un propósito no significa que el mundo vaya a permitirte asumirlo. Por eso la libertad es tan importante —la libertad para pensar, la libertad para expresarse, la libertad para crear—. Pero en última instancia, la libertad es para encontrar tu propósito y cumplirlo.

Poco a poco, durante el siglo pasado en particular, las mujeres han ido emergiendo, [lo que representa] el ascenso de las mujeres en muchas culturas; no en todas las culturas, pero sí en muchas. Se trata de una evolución natural, como hemos dicho. Esto debe suceder. Y la raza humana será mucho mejor por ello. Mantener a las mujeres atrás y asignarles solo tareas domésticas es un gran error. Esto niega a la familia humana recursos muy superiores que de otro modo estarían disponibles.

La confusión sobre los roles del varón y la hembra, de lo masculino y lo femenino, ha dado lugar a un gran retraso en el desarrollo humano y a un gran abuso sobre las personas a lo largo de los siglos en muchas culturas. Limitar a las mujeres a la crianza y las tareas domésticas, y a mínimas oportunidades de empleo es un gran error, y donde quiera que esto exista en una cultura, esta cultura sufrirá por ello.

Hasta hace poco, en la mayoría de las sociedades del mundo las mujeres se consideraban simplemente una posesión de los hombres —una posesión valiosa, pero una posesión, algo que se podía comprar o vender o intercambiar o destruir— y esa es una de las razones de que la civilización humana hay avanzado muy lentamente.

¿Por qué le ha llevado realmente a la humanidad tanto tiempo realizar avances? No son solo los límites en la energía y la tecnología los que la han retenido. Ha sido la restricción sobre los roles de los hombres y las mujeres. Ha sido el peso de la historia y la tradición. Han sido las expectativas puestas en los niños.

Así, a una mujer que este destinada a convertirse en un proveedor dentro de la religión y la espiritualidad, ¿cómo se le reconocerán jamás sus talentos en una cultura que no le permite asumir ningún rol dentro de ese contexto? ¿Acaso no sufrirá ella como resultado de ser incapaz de cumplir con las expectativas y demandas de su cultura?

Hay mucha gente infeliz y disfuncional actualmente en todo el mundo que ha terminado en estas condiciones, ya que su evolución natural ha sido sofocada y reprimida. ¿Y cuánto le cuesta a la sociedad tener gente disfuncional? ¿Cuánto le cuesta a la sociedad tener que pagar el precio de la adicción y de las muchas acciones de autodestrucción de estas personas? ¿Cuánto le cuesta a la sociedad?

Pero el mayor coste, que no ha sido reconocido, es que estas personas no han sido capaces de proporcionar y de expresar su propio propósito para estar aquí y los dones que de este emanarían, que no son simplemente sus creaciones personales, sino realmente los dones del Espíritu, los dones de Dios.

Ahora bien, muchas mujeres exteriormente pueden, por ambición o inseguridad, aspirar a estar en estos grandes roles, pero eso puede no estar destinado a ellas. Eso es una cuestión de reconocimiento y no debería verse limitado por las restricciones tribales, religiosas o políticas.

En muchas culturas avanzadas del universo, los videntes son reconocidos por los Ancianos y se eligen y entrenan especialmente para sus funciones futuras. Los proveedores, igual. Las personas con habilidades técnicas, lo mismo. Sus talentos son reconocidos en una edad temprana, y todos ellos reciben diferentes formas de educación a fin de prepararlos para expresar y utilizar sus capacidades naturales.

Otro aspecto muy desafortunado en la restricción del ascenso de las mujeres es que los niños y las niñas son puestos juntos demasiado temprano. Ellos tienden a imitarse unos a otros. Compiten entre sí, y se les insta a asumir entre sí roles tradicionales, restringiendo en los chicos y chicas jóvenes el cultivo y el reconocimiento sus propias habilidades e inclinaciones naturales.

Se espera que todos se emparejen, formen familias y tengan romances. Así que, son programados para tener romances cuando tienen cinco años a través de los medios de comunicación y a través de todas las imágenes de la cultura. Esto es cierto en muchos lugares hoy en día.

¿Cómo pueden el talento individual y la capacidad de las personas ser jamás reconocidos bajo influencias de este tipo? Es como preparar a todos los niños para ser soldados y nada más. Y la pérdida para la sociedad es incalculable —la pérdida de talento, la pérdida de inspiración, la pérdida de la dirección natural de las personas.

Hombres y mujeres jóvenes deberían tener muy poco contacto entre sí, hasta que hayan tenido tiempo para comprenderse a sí mismos y hayan tenido tiempo para considerar sus propias inclinaciones y fortalezas y su sentido de dirección en la vida. Juntarlos sin más e influenciarlos para que tengan prematuramente comportamientos sociales unos con otros, es extremadamente destructivo. Ya es bastante difícil para los jóvenes enfrentarse a todas las diferentes influencias de la sociedad en general, como para tener que lidiar con el sexo opuesto a una edad tan temprana.

Es importante que todos los padres, a lo largo del tiempo, en lugar de ejercer sus expectativas y sus demandas en el comportamiento de sus hijos, miren para ver qué señales les están dando sus hijos sobre sus inclinaciones, sus fortalezas, sus debilidades y sus capacidades naturales. A veces esto no puede discernirse hasta que una persona llega a la edad adulta.

Pero alentar a una persona joven y enseñarle a aprender El Camino del Conocimiento para que pueda tener acceso a esa gran inteligencia que Dios le ha dado, es quizás el mayor regalo que un padre puede dar a un hijo, más allá de proveer para sus necesidades materiales básicas.

El mundo actual se vería diferente si se permitiera ascender a las mujeres. No sería mágicamente maravilloso; aún habría muchos problemas. Pero tendríais menos personas en el mundo y estaríais mejor preparados para las Grandes Olas de cambio que vienen al mundo: el deterioro de vuestro entorno natural, el cambio en vuestro clima, la reducción de los recursos naturales del mundo, etc.

Y existiría un liderazgo mayor y más sabio en el ámbito de la religión y la espiritualidad. Esto está teniendo lugar ahora de manera natural, a medida que las mujeres buscan obtener esas oportunidades, si es que están disponibles para ellas.

El Nuevo Mensaje de Dios anima las mujeres a ascender y asumir estos mayores roles de responsabilidad. Aquí el énfasis no está en el poder, sino en la responsabilidad. Buscáis mayores responsabilidades, no mayor poder. El poder sin responsabilidad es destructivo. Es arrogante. Es egoísta. Y conduce a un gran daño.

Por supuesto, habrá una gran resistencia por parte de muchos hombres que siempre han tenido miedo de las mujeres y temen lo que el ascenso de las mujeres podría significar para ellos. Pero aquí hay una ascendencia natural. La intención no es desplazar a los hombres, privarles de sus derechos o hacer de ellos algo inferior a lo que realmente son, pues ellos tienen también responsabilidades mayores que aún no han sido reconocidas ni reclamadas.

La sabiduría de las mujeres debe pasar a primer plano para que la sociedad avance, para que la humanidad se adapte a las condiciones cambiantes del mundo y para evitar mayor rivalidad, conflictos y guerras. Estas dotes naturales deben tener libertad para surgir, no solo para el bienestar de las personas involucradas, sino también para el bienestar del mundo  entero y de toda la humanidad.

Las mujeres deben ser desencadenadas, y deben desencadenarse a sí mismas de la mezquindad, la ignorancia y la arrogancia. Deben aprender a controlar sus emociones. Deben aprender la sabiduría del discernimiento. Deben tener oportunidades de educación. Deben ganar mayores responsabilidades en las áreas que les fueron negadas previamente. Debe existir suficiente confianza entre hombres y mujeres para que este surgimiento natural tenga lugar.

El Nuevo Mensaje enfatiza esto, porque es un elemento importante para dar a cada persona la oportunidad de establecer una conexión con el Conocimiento, la inteligencia más profunda que Dios ha puesto dentro de cada persona. Hoy en día, la mayoría de las personas no son conscientes de la presencia del Conocimiento y no pueden responder a la orientación y la protección que proporciona el Conocimiento.

Por tanto, tomar los Pasos al Conocimiento es esencial y representa el eje fundamental de todo verdadero desarrollo espiritual y educación religiosa. Enseñar a alguien a recitar las escrituras o a alabar a Dios no es realmente satisfacer sus necesidades espirituales. Puede ser importante para su futuro papel, puede ser individualmente significativo, pero en lo fundamental, en su verdadero sentido, el propósito de todo desarrollo espiritual y educación religiosa es la construcción de una conexión entre tu mente pensante , que es un producto de todas las influencias del mundo, y la mente más profunda que Dios ha creado en tu interior —para protegerte, guiarte, evitarte daños y llevarte al mayor propósito que te ha traído al mundo, un propósito que solo el Conocimiento en sí conoce y entiende, que está más allá del alcance del intelecto, más allá del alcance de la especulación, la ambición y la teología humanas.

En la verdadera jerarquía de tu Ser, la mente tiene que servir al espíritu, no a la inversa. Tu cuerpo sirve a tu mente, tu mente sirve al Espíritu y tu espíritu sirve a Dios, para lo que está naturalmente diseñado e inclinado a hacer. Es así.

Pero si la mente trata de usar al Espíritu, la mente se convierte entonces en el falso líder. No puede proporcionar verdadero propósito, sentido y dirección. Solo puede reforzar las estructuras y las reglas, que pueden ser necesarias, pero que en este sentido se vuelven dominantes y opresivas. La creencia toma el lugar de la inspiración. La obediencia toma el lugar del servicio. La adhesión toma el lugar del reconocimiento.

Y es por eso que en el mundo actual la religión, en muchos aspectos, no sirve a su propósito fundamental, que es acercar a las personas a Dios. Acercar a las personas a Dios significa acercarlas a lo que Dios ha puesto en su interior —no a un Dios ideal, no a una creencia en Dios, no necesariamente a la creencia tradicional en Dios, sino en realidad a lo que Dios ha puesto en su interior, que en el Nuevo Mensaje se llama Conocimiento.

Solo el Conocimiento sabe quién eres y por qué estás aquí, a quién estás tratando de encontrar en el mundo, qué estás intentando lograr en última instancia, dónde debes dar tus dones, los pasos que debes dar en el camino, las atracciones que debes evitar, las oportunidades a las que debes responder, los lugares a donde ir, los lugares a donde no ir, las personas a las que conocer, las personas con las que no asociarte, las tentaciones que negar y la profunda tentación a seguir en tu interior —la tentación dada por Dios.

Este desafío es enfrentado por igual por hombres y mujeres. Los obstáculos para tomar los Pasos al Conocimiento son enfrentados por igual por hombres y mujeres. Pero las mujeres, en la mayoría de los lugares, tienen una mayor desventaja justo en las oportunidades —el valor de su Conocimiento no está colocado muy alto en absoluto—. Ellas simplemente están siendo utilizadas como herramientas de sus familias, de su cultura, de sus pueblos, de sus tribus, de sus naciones.

Esto debe cambiar, o la humanidad no avanzará. Seguirá siendo primitiva, una cultura tribal incapaz de funcionar en un mundo de recursos menguantes, propensa a la rivalidad, al conflicto y a la guerra, y su religión seguirá siendo un instrumento del estado —aprisionada por la historia y la tradición, y asfixiante para la verdadera expresión del Espíritu.

Sin duda, hoy la religión es muy importante en sus enseñanzas éticas y en su capacidad de mantener y proporcionar una vía para experimentar la naturaleza Divina de cada persona y lo que la naturaleza Divina pide de cada persona. Pero la religión ha caído, en tantos y tantos lugares, bajo el dominio del estado, y en algunos casos hasta se ha unido al estado. Eso no puede ser. Eso es esencialmente insano.

Todos los verdaderos Mensajeros de Dios que han venido al mundo eran Mensajeros que, en casi todos los casos, actuaban desligados del estado. Ya sea que fueran considerados santos o herejes, ellos tuvieron que operar libremente al margen de los dictados del gobierno y la cultura. Tal vez adaptaron sus enseñanzas para poder tener una oportunidad de enseñar y proveer, pero ellos estaban operando bajo un sistema de guía muy diferente —un sistema de guía interior que Dios había puesto dentro de ellos, un sistema de guía interior que vive dentro de cada persona como su mayor potencial.

Una de las grandes tragedias de la pobreza humana, que prolifera tanto en el mundo actual y tiene el riesgo de crecer cada vez más en el futuro, es que los grandes activos de estas personas nunca serán descubiertos, nunca se les permitirá emerger. Los grandes científicos, los grandes pensadores, los grandes políticos, los grandes líderes religiosos y los grandes servidores de la humanidad se mantendrán todos bajo el yugo de la pobreza.

Y no solo sus vidas serán sacrificadas y mantenidas en un estado miserable, sino que sus sociedades también sufrirán. Pues la sabiduría que las sociedades necesitan para avanzar y progresar les será negada. Este, más allá del sufrimiento humano, es el drama de la pobreza.

Estáis entrando en la Era de las Mujeres. Es el momento para el surgimiento de las mujeres; de mujeres responsables, éticas, sabias. Pero ellas también deben aprender El Camino del Conocimiento. Ellas también deben escuchar el Nuevo Mensaje de Dios, para entender realmente lo que les motiva a asumir un papel más importante en la vida. Esta comprensión ya existe en algunos lugares del mundo, pero no es accesible a la mayoría de las personas. Es rara. Es invaluable. No subestimes su potencia.

Muchos de los grandes líderes en el futuro de la humanidad tendrán que ser mujeres. Es su destino. Es lo que ellas deben hacer. Si esto se les niega, entonces la humanidad no progresará. Seguirá estando cautiva de la historia, la tradición, el conflicto y la guerra.

Siendo proveedoras y preservadoras, las mujeres tienen una mayor inclinación a establecer la paz y la cooperación. En un sentido tradicional, ellas hacen los trabajos familiares, mantienen unida a la familia, cuidan de la gente directamente, íntimamente. ¿Ves aquí las ventajas?

Es en el ámbito de la religión y la espiritualidad donde sus grandes habilidades saldrán a la luz. Sin embargo, esto ocurre dentro de un contexto más amplio. Las mujeres aún pueden tener una familia, pero ellas tienen una carga mayor para cuidar a las personas en cualquier ámbito específico en el que estén destinadas a servir.

El hecho de que el Nuevo Mensaje de Dios haya llegado a través del Mensajero, que es un hombre, no debe desalentarte del mensaje que se está dando aquí. Pues este hombre, este Mensajero, reconoce la necesidad del poder de las mujeres.

Si puedes separar la verdadera inspiración de la ambición personal, podrás ver el significado de esto. Si puedes liberarte de la rivalidad por el poder que se apodera actualmente de tantos hombres y mujeres en su relación mutua, entonces podrás ver la sabiduría de esto. Podrás ver el significado de Nuestras palabras.

Porque Nosotros no hablamos a tu intelecto, ni a tu condicionamiento social, ni a tus ambiciones personales, sino a tu naturaleza más profunda —la naturaleza que Dios ha creado en tu interior—, una naturaleza que no es el producto del condicionamiento social, político o religioso, sino que es la creación de lo Divino dentro de ti. Esto no es simplemente un potencial, es una inteligencia más profunda, mucho más sabia que tu intelecto.

Pero cuán pocas personas la han encontrado. Cuán pocas personas han reconocido la diferencia entre el Conocimiento y su mente pensante. Porque tú no eres tu mente. No eres tus ideas ni tus creencias. Tus ideas y creencias son solo parte de la forma en que te desenvuelves en la vida. Quién eres y lo que eres está más allá de ellas. Pero ¿cuán pocas personas en el mundo entienden esto?

Cuando hablas de tener una relación contigo mismo, estas hablando de tener una relación con tu mente y tu cuerpo. ¿Qué otro ser está ahí, sino tu verdadero Ser?

El desafío para las mujeres, en parte, es no caer presas de la rivalidad por el poder con los hombres, pues eso es meramente destructivo. No se trata de desplazar o superar a los hombres, porque eso es destructivo. Se trata de asumir mayores responsabilidades. Y en algunos casos esto significa que la mujer, como individuo, debe ir adelante sin un hombre, sin una familia. No hay garantías al respecto.

Tu llamada espiritual es tu llamada espiritual. No puedes hacer tratos con eso. Las mujeres que están llamadas a un mayor servicio deben ir hacia el futuro sin un acompañante que supervise su comportamiento. No pueden llevar a un hombre consigo para que las proteja, provea para ellas y las mantenga pequeñas. Tal vez tendrán una gran alianza con un hombre, o tal vez no. Eso dependerá del Conocimiento y de su propio diseño y llamada individual.

Nosotros ponemos esta cuestión aquí, para que las mujeres entiendan que están poniendo las relaciones con los hombres por delante de su gran llamada. Esa es una de las debilidades que tienen las mujeres, que ha sido condicionada socialmente en ellas, aunque también representa una necesidad humana normal. Pero a veces, incluso las necesidades humanas normales deben ser superadas por una profunda necesidad espiritual, una necesidad Divina. Esta debe ser lo primero.

Esto es cierto tanto para hombres como para mujeres. Si vas a encontrar tu llamada en la vida, debes dar a eso la más alta prioridad. Si tu propósito para venir aquí requiere eso, entonces eso es lo que tiene el mayor valor. El cumplimiento de tus obligaciones sociales o de tus impulsos biológicos no es tan importante como esto, ¡Dios mío!, Nosotros estamos hablando de la necesidad del alma: la necesidad del alma es encontrar su propósito y cumplirlo en el mundo, dentro de las circunstancias del mundo.

Esto es lo que restablece tu naturaleza Divina. Esto es lo que cumple tu compromiso con Dios. Esto es lo que termina el conflicto dentro de ti. Es en esto donde tu verdadera naturaleza se integra. Es en esto donde tu cuerpo sirve a tu mente y tu mente sirve a tu espíritu, tal como fueron diseñados. Es aquí donde tu vida se unifica. Es aquí donde asumes mayores responsabilidades. Esto es lo que satisface la necesidad del alma.

Estáis entrando en la Era de las Mujeres. Acéptalo. Abrázalo. Considéralo. El Nuevo Mensaje de Dios te enseñará el gran significado de esto y por qué es tan importante para la humanidad en este momento de su evolución.

Porque estos no son los «tiempos finales». Estos son los tiempos de un nuevo comienzo. Esta es la era de la unidad y la cooperación humanas, porque solo eso salvará a la humanidad del gran peligro que ha creado en el mundo y de la competencia de otras formas de vida inteligente en el universo que os rodea. El Nuevo Mensaje de Dios describe en detalle el significado de estos dos grandes fenómenos y por qué deben atenderse con coraje y compromiso.

El Nuevo Mensaje ha sido enviado al mundo para preparar a la humanidad para un futuro que será diferente al pasado. Consecuentemente, para las mujeres debe haber un futuro que sea diferente al pasado. Y al mismo tiempo los hombres deben tener un futuro que sea diferente al pasado. Esta es la era de la unidad y la cooperación humanas, porque esta es la gran necesidad de la humanidad en este momento.

Una creciente humanidad viviendo en un mundo de recursos menguantes lo requerirá, y eso es bueno. Eso es necesario. Eso es lo que se requiere para minimizar el sufrimiento humano y para dar la espalda a la gran tentación de la rivalidad, el conflicto y la guerra.

Las mujeres están destinadas a desempeñar un papel más importante en esta gran transición, para preparar al mundo para su restauración y preparar a la humanidad para su futuro y su destino dentro de la Comunidad Mayor, donde se requerirá la unidad y la cooperación humanas, y el ascenso de las mujeres