Como fue recibido por
Marshall Vian Summers
en febrero 12, 2009

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Hay una Nueva Revelación sobre Dios, una Revelación que saca a Dios de la antigua historia de la humanidad y de sus conflictos, fantasías y malentendidos. Esta Revelación lleva a Dios al mayor panorama de la vida en el universo, llamado la Comunidad Mayor.

Necesitáis ahora este nuevo entendimiento de Dios, porque el Dios de los antiguos era un Dios pequeño —un Dios de vuestro mundo y vuestro tiempo, un Dios de vuestras culturas, un Dios de vuestros pueblos en los tiempos antiguos.

Pero la humanidad ha dejado atrás este Dios, este Dios humano, este Dios enfadado, vengativo, este Dios que parece ser una proyección de vuestra personalidad y vuestras tendencias.

No es que los antiguos estuvieran equivocados; es solo que su comprensión era limitada. No es que crearan un Dios a su imagen; es solo que no podían comprender a un Dios que estuviera más allá de su imagen.

La Nueva Revelación presenta a Dios en un mayor contexto, en el contexto de la vida inteligente en el universo. Este no es un contexto humano, pues no es un universo humano el que estáis encarando.

No es un Dios que esté preocupado solo con este mundo. No es un Dios que juzgue a la manera en que vosotros juzgaríais o que condene a la manera en que vosotros condenaríais. No es un Dios que necesite alabanza y adoración, que deba ser obedecido y adulado. Ese es el viejo Dios de la tribu. Ese es el viejo Dios que favorece a una nación sobre otra, a una gente sobre otra. Esa es una vieja idea de Dios.

Pero, verás, Dios nunca ha sido así. Porque el Dios al que la gente ha mirado y ha adorado, el Dios que la gente ha entendido y malentendido, ha sido siempre el Dios de la Comunidad Mayor —de las vastas extensiones del espacio, de otras dimensiones de la realidad y de incontables razas de seres, muy diferentes de la familia humana.

Este es el Dios del universo. No es un Dios de un mundo, de una gente o de una tribu, no es un Dios que piensa, actúa o se comporta como lo hacen los seres humanos.

Este Dios no está limitado a una única Revelación para la humanidad, pues ha habido sucesivas Revelaciones para la humanidad. Y ahora hay una Nueva Revelación para preparar a la familia humana para el gran cambio que está llegando al mundo, así como para su futuro, su destino y su encuentro con una Comunidad Mayor de vida inteligente en el universo.

No podrás pensar en Dios a la manera antigua si quieres entender la Nueva Revelación de Dios para el mundo. Si piensas a la manera antigua no serás capaz de entender la realidad y el significado de la vida inteligente en el universo.

Porque el viejo Dios era exclusivo de la humanidad: un Dios de una nación, de un pueblo, de una raza, de un único mundo.

Es por eso que el viejo Dios era demasiado limitado, y demasiado percibido solo a imagen de la humanidad, para poder comprender la verdadera naturaleza y propósito de Dios, incluso aquí en este mundo.

El viejo Dios llevaba a la gente a la guerra. Parecía no preocuparse por el bienestar de la gente y de las naciones que no favorecía. El viejo Dios era usado por los reyes, los monarcas y las naciones para justificar y amplificar sus propias ambiciones y demandas.

El viejo Dios parecía deleitarse en castigar a la humanidad por los inevitables errores que esta cometería viviendo en este mundo en su estado de separación.

Y por tanto, toda la noción del Cielo y el Infierno se levanta en torno a las creencias y suposiciones sobre el viejo Dios.

Pero el nuevo Dios, el Dios de la Comunidad Mayor, el Dios de una realidad mayor que la vuestra, requiere una redefinición de todas estas cosas. Porque la realidad de Dios es muy diferente de cómo se la ha considerado y creído en el pasado.

Dios no favorece a una nación sobre otra. Dios no conduce a los pueblos a la guerra. Dios no desea la victoria de una nación sobre otra o que un pueblo conquiste a otro.

Dios no desea desastres naturales, plagas, enfermedades o catástrofes. Puedes culpar de estas cosas al viejo Dios, pero no al nuevo. Porque Dios ha puesto en movimiento las fuerzas de la naturaleza, la evolución y el cambio geológico al principio de los tiempos, y ahora todo ello funciona por sí mismo.

Dios es inteligente. Dios no tiene que manejar cada pequeña cosa. No tiene que mover la sangre por tus venas ni operar tus millones de células. No tiene que hacer funcionar el tiempo atmosférico del mundo.

Dios no tiene que dirigir las naciones o las economías del mundo. Todo eso está en marcha. Fue puesto en marcha al principio de los tiempos.

Dios vela por el mundo y por todos los mundos, llamando a los separados a retornar, llamando a través de los caminos de la religión, los caminos de la conciencia, los caminos del amor y el reconocimiento verdadero.

Al Dios del universo no le importa cuáles sean tus creencias religiosas, siempre y cuando puedan ayudarte a ir al Conocimiento más profundo que Dios ha puesto dentro de ti —una inteligencia más profunda que Dios ha puesto en tu interior para guiarte, protegerte y conducirte a un mayor servicio y contribución en el mundo.

El viejo Dios estaba dominado por las instituciones religiosas. Si no apoyabas estas instituciones y no creías en su ideología, se consideraba que serías enviado al Infierno y que estabas ofendiendo a Dios. Pero a Dios no le importan estas cosas.

Las creencias y las fascinaciones, las obsesiones y las fantasías de la humanidad no son lo que mueven a Dios. Lo que le mueve es el movimiento más profundo del corazón y la conciencia. Es el acto de dar sin interés. Es el acto del perdón y el deseo de contribuir más allá de las preferencias y necesidades propias. Es el reconocimiento mutuo. Es un enemigo volviéndose un amigo. Es la sanación del mundo natural que ha sido despojado. Estas son las cosas que mueven al Señor del universo.

Para poder comprender el destino y el futuro de la humanidad en una Comunidad Mayor de vida en el universo, para poder comprender cómo prepararte para las Grandes Olas de cambio que están llegando al mundo, debes tener una nueva experiencia y comprensión de lo Divino.

Si te aferras a las viejas ideas y definiciones no comprenderás lo que la humanidad enfrenta ni cómo prepararte. Pensarás que es el fin de los tiempos. Pensarás que es el gran castigo. Pensarás que es la batalla final —toda esa clase de cosas que parecen indicar un gran final a la experiencia humana.

Pero la humanidad solo está dejando una fase de su desarrollo y entrando en otra. Es una gran transición desde un mundo de sociedades tribales y facciones en conflicto a una humanidad más unida y poderosa —una humanidad capaz de vivir, operar y permanecer libre en una Comunidad Mayor de vida, una humanidad capaz de hacer frente a intervenciones de otras razas del universo y capaz de establecer sus propias reglas de interacción aquí; una humanidad unida que puede aprender a vivir dentro de los límites de este mundo y sus limitados recursos, sin llevarlos al agotamiento y al declive.

Una humanidad unida necesitará una experiencia y comprensión nuevas de lo Divino para poder realizar esta gran transición y evitar la creciente tentación del conflicto, la competición y la guerra. Frente a un mundo de recursos en declive, de destrucción medioambiental, de violencia meteorológica y creciente inestabilidad económica, necesitarás tener una mayor experiencia de lo Divino y, particularmente, del poder del Conocimiento dentro de ti. Porque es a este nivel más profundo, bajo la superficie de tu intelecto, donde Dios te tocará y te moverá mediante la fuerza misma de atracción de lo Divino.

No puedes comprender a Dios con tu intelecto. No puedes reducirlo a un principio racional. Debes ver que Dios no está operando todas las funciones del mundo, porque estas se pusieron en marcha al principio de los tiempos.

Aquí no hay conflicto entre la Creación y la evolución. Realmente no hay conflicto entre la religión y la ciencia. Ambas nacen de la misma realidad, de la misma necesidad de comprender la vida, de la misma necesidad de corregir los errores humanos y establecer un futuro fiable y seguro para la familia humana.

La religión y la ciencia son corrompidas por las mismas fuerzas: por el deseo de poder individual, por la dominación de un grupo sobre los demás, por las instituciones luchando por la supremacía. Ambas son ortodoxas por derecho propio, y ambas tienden a estar limitadas y a la defensiva.

En vez de intentar conectar el pasado con el presente y el futuro, es mejor dejar marchar el pasado y ver que el entendimiento que tiene la humanidad de lo Divino es un proceso evolutivo en y por sí mismo. Si intentas conectar el futuro con el pasado entonces negarás el futuro, o bien tendrás que cambiar tu entendimiento del pasado.

Las antiguas profecías no se cumplirán. El mesías no retornará al mundo. Ahora es el momento de que el Conocimiento emerja. Es la era de la cooperación y la responsabilidad humanas. No va a venir ningún gran líder para llevar a la humanidad a un futuro glorioso. No va a venir ningún individuo a ajustar las cuentas y a vengarse de los malvados. Esa es la antigua idea de Dios. Ya no es relevante y en realidad nunca fue verdadera. No es sino el deseo de la gente de hallar una solución final a los enigmas, las preguntas y los problemas de la vida.

Fuiste enviado al mundo para contribuir en él, para hacer una contribución específica que concierne a ciertas personas en ciertas situaciones. No pienses que ya comprendes esto. No asumas que ya estás plenamente involucrado en esto.

No pienses que por creer en una ideología religiosa vas a ser salvado. Porque si no haces lo que viniste a hacer aquí, si no te unes a aquellos con los que debes unirte para contribuir tus regalos, la creencia por sí sola no salvará la brecha, no terminará la separación entre tú y Dios.

Para reunirte con Dios, debes volverte más semejante a lo que Dios realmente creó en ti. Dios ha puesto el Conocimiento dentro de ti para guiarte y redimirte. Las creencias son secundarias, y a menudo son un obstáculo en el camino a esta redención.

Pensar que tu religión es la única religión verdadera será un obstáculo en el camino a tu redención. Condenar a otras naciones, a otros pueblos y a otras religiones te impedirá recibir esta redención. Ser un fariseo y defensor de tu fe te cegará, y te pondrás de espaldas a Dios.

Debes tener coraje y fe en lo Divino para pensar en Dios de un modo nuevo, para darte cuenta de las responsabilidades que tienes aquí y para reconocer que se te envió al mundo para ser un contribuidor, no un juez ni un crítico.

Aquí debes comprender que Dios ha iniciado todas las religiones del mundo y que todas ellas han sido alteradas por la gente, incluso radicalmente. Para corregir los errores del pasado, renovar la verdadera fe y sacar a la luz la gran verdad de las religiones antiguas en su forma pura, Dios ha enviado una Nueva Revelación al mundo, no para reemplazar las religiones del mundo, sino para clarificarlas y darles una fuerza y un poder nuevos, así como una mayor unidad entre ellas.

Sin embargo, no es solo una corrección; es una preparación para un futuro que será distinto del pasado. La humanidad está encarando un universo no humano. Está encarando la destrucción medioambiental y una inestabilidad e inseguridad crecientes en el mundo. Está enfrentando un mundo de recursos en declive, un mundo donde una población creciente tendrá que beber de un pozo que mengua poco a poco. Puede que reces a Dios pidiendo que te salve, pero Dios te ha enviado aquí para salvar el mundo, para jugar tu pequeña pero esencial parte en esto.

No es el fin de los tiempos. Es una gran transición. No es el fin del mundo. Es un gran ajuste y un nuevo tiempo de Revelación.

Muchas cosas llegarán a su fin. Muchas formas de vivir deberán alterarse. El entendimiento humano tendrá que cambiar. La responsabilidad humana tendrá que crecer. La compasión humana tendrá que crecer. El perdón humano tendrá que crecer. Parecerá que es el fin de los tiempos, como si el mundo entero estuviera derrumbándose ante ti, un tiempo de cambios cataclísmicos y convulsión. Pero es realmente un tiempo para que la humanidad madure, gane sensatez y se prepare para su futuro.

Solo Dios sabe lo que está llegando en el horizonte, y solo Dios puede preparar para ello completamente. La humanidad puede reconocer ciertas soluciones a algunos aspectos de los problemas del mundo, pero no puede prepararse por sí misma para las Grandes Olas de cambio ni para su encuentro con la vida inteligente en el universo.

Dios ha enviado una Nueva Revelación al mundo para preparar a la humanidad para su futuro, advertirla de los grandes peligros en el mundo y más allá del mundo, y bendecirla con el poder y la presencia del Conocimiento que ha sido puesto como una fuerza más profunda dentro de cada persona, de manera que la humanidad pueda escoger la paz sobre la guerra, la cooperación sobre la división, la resolución sobre la falta de confianza, la libertad sobre la capitulación y la responsabilidad sobre la debilidad.

Esto no es la providencia de unos pocos individuos inspirados o de unos pocos grupos pequeños trabajando para apoyar a la familia humana. Tendrá que ser algo que se extienda a lo largo y ancho del mundo. No todo el mundo tendrá que recibir el Nuevo Mensaje de Dios y creer en él, pero debe alcanzar a suficientes personas para tener aquí su impacto, y aportar una conciencia y experiencia nueva de lo Divino en vuestra vida y del movimiento más profundo de vuestra vida.

Aquí tendrás que abandonar tus nociones del Cielo y el Infierno y tu creencia en un Dia del Juicio final y todas esas cosas, porque esas cosas no encajarán con la mayor realidad en la que estáis entrando.

Si sigues al Conocimiento te acercarás a Dios. Si niegas el Conocimiento y sigues tus miedos y ambiciones, te alejarás aún más de Dios. Si contribuyes tus regalos en el mundo no necesitarás venir aquí de nuevo. Habrás completado este ciclo de tu evolución y desarrollo.

Dios no va a llevarte simplemente de vuelta al Cielo. Dios te pondrá a trabajar en el universo, en la realidad de los separados. Tienes muchas tareas en el presente y muchas tareas futuras. No huyes de esto yendo al Cielo, porque hay mucho trabajo que hacer. Dios no desperdicia esta oportunidad. Tu redención debe ser una fuente de inspiración para otros y debe continuar teniendo un efecto resonante y positivo en la vida en el universo.

Nadie será enviado al Infierno. Pero las personas están ya viviendo en el Infierno estando separadas de Dios: en el Infierno de su propia y temerosa imaginación, en el Infierno de su odio a sí mismas y de su odio a los demás, en el Infierno de sus circunstancias, en el infierno de su aislamiento. Sí, hay infiernos peores que eso, pero Dios no te enviará allí.

Si te quedas al margen de la Gracia y el Poder de Dios, de la Providencia y la Guía de Dios, entonces tu Infierno se profundizará y podrá parecer que es interminable. Pero no es interminable, porque Dios ha puesto el Conocimiento dentro de ti, y tarde o temprano descubrirás que debes seguir este Conocimiento, que debes aceptarlo y que solo el Conocimiento puede sacarte del Infierno de tu separación, de tu aislamiento y de tus propios agravios y autonegación.

Al final, Dios recuperará a todos, incluso a los más malvados. Ellos simplemente tendrán que trabajar más tiempo para redimirse. Tendrán que dar más para contrarrestar sus impactos dañinos sobre los demás. Aquí los reyes tendrán que ser portadores de agua y labrar los campos. Aquí los tiranos tendrán que barrer las calles.

Las personas son impacientes. Quieren un Día del Juicio. Quieren que todo termine. No quieren tener que vivir con grandes preguntas, con grandes preguntas sin resolver. Quieren que Dios castigue a otras que ellas mismas no pueden o no van a castigar. Ellas piensan que saben lo que es la justicia.

Es por eso que el viejo Dios está lleno de venganza, enfado y repudio, por eso la gente es forzada a creer con la amenaza de la muerte y el Infierno. Esta es una manera primitiva de ver la vida. Es una manera ignorante. No tiene en cuenta la realidad de lo Divino ni la realidad de vuestro destino y naturaleza Divina.

Dios llamará a todos de vuelta algún día, pero algún día puede ser dentro de mucho tiempo. Mientras tanto, sufres; vives en la oscuridad y la confusión. No te das cuenta de tu poder, de tu valor o de la mayor fuerza del Conocimiento dentro de ti que aguarda a ser descubierto y que está intentando salvarte incluso en este momento.

Para que la humanidad pueda evitar un gran colapso en el futuro y pueda evitar ser dominada por otras razas en el universo, debes escuchar ahora y obtener un nuevo y mayor entendimiento de la Presencia y del Poder Divino en tu vida, de la verdadera naturaleza del destino humano y de lo que se requerirá de las personas, los grupos y las naciones para que elijan sabiamente al enfrentarse a un mundo cambiante.

Aquí vuestras antiguas creencias son clarificadas y purificadas. Aquí no abandonas las grandes tradiciones. En cambio, ves su conexión mutua y la gran valía y sabiduría que se encuentra en el corazón de sus enseñanzas.

Pero tu cosmología cambiará porque estáis entrando en la Comunidad Mayor. Ahora tu religión no puede ser una religión de solo un mundo o una gente. Tendrá que ser una religión de la Comunidad Mayor —un Dios del universo y una espiritualidad del universo, aquello que os une y os conecta unos a otros, a pesar de vuestras diferentes visiones e interpretaciones.

Lucha contra esto y estarás luchando contra la Voluntad y el Propósito de Dios para la humanidad. Repúdialo y repudiarás tu futuro, tu evolución y la educación primordial que debes recibir en este tiempo. Arremete contra la Nueva Revelación de Dios y te alejarás aún más del Poder y la Presencia de Dios en tu vida.

Todas estas Revelaciones están conectadas, pero para entenderlo debes ver su hilo y su contenido puro.

Mucho de lo que la gente cree es pura creación humana. Los historias, los milagros, las tradiciones de relatos y milagros, son una creación humana. Que Dios creó el mundo en unos pocos días, es una creación humana, es el intento —de una conciencia limitada— para comprender la realidad y el misterio de la Creación. Es como pedir a un niño de cinco años que hable sobre la evolución del mundo. Él solo puede hacerlo en un lenguaje simple, con historias simples y un marco temporal simple. No puede comprender aún la amplitud, la inmensidad y la complejidad de lo que está contemplando.

Según expandes tu consciencia y tu entendimiento, ganas una mayor comprensión de lo Divino, del milagro de la Creación, e incluso del milagro mayor que supone la redención.

Aquí el nuevo Dios es el viejo Dios desvelado y clarificado, desvestido de antiguas comprensiones o antiguas mitologías. Porque solo hay un Dios, y ese es el Dios de todos los universos y todas las razas. Dios tiene un Plan de redención para cada una de ellas, y cada una de ellas es recuperada mediante el Conocimiento, porque Dios ha puesto el Conocimiento en todas ellas.

Y aunque la mayoría de las razas en el universo son mucho menos libres que la humanidad en esta época —porque muchas razas están sufriendo bajo la subyugación de otras razas o se han vuelto enteramente seculares y tecnológicas en su énfasis—, aun así existe un Plan de redención para todas ellas.

¿Pero puedes explicar esto? Por supuesto que no. ¿Puedes definir la Voluntad y el Plan de Dios para el universo? Por supuesto que no. ¿Puedes siquiera comprender una Comunidad Mayor de vida inteligente —de billones y billones de razas y mucho más más allá de eso?

Aquí, en vez de intentar que la vida encaje en tu ideología, que todo se comprima en tu limitado entendimiento, comienzas a seguir el poder y la presencia del Conocimiento dentro de ti. Esto revela la Presencia y el Plan de Dios para tu vida, y comprendes que más allá del intelecto hay una mayor dimensión en tu existencia, y que el intelecto debe servir a eso.

Aquí dejas de proclamar que conoces la Voluntad de Dios y te vuelves humilde, permitiendo que la Voluntad de Dios para ti y para este tiempo sea revelada. Si tu intención es pura, seguirás algo sin llegar a grandes conclusiones, sin autoproclamarte y sin formular una nueva ideología que es realmente una creación humana.

El Conocimiento sabe a dónde estás yendo. El Conocimiento sabe lo que está llegando en el horizonte. El Conocimiento está intentando protegerte y prepararte incluso en este momento. Pero aún no eres suficientemente consciente del poder y la presencia del Conocimiento dentro de ti para escuchar sus mensajes, para prestar atención a sus advertencias y recibir su guía. Es por eso que la Nueva Revelación de Dios provee los Pasos al Conocimiento, para que puedas acceder a esta realidad y a esta corriente más profunda de tu vida.

La humanidad no puede salvarse a sí misma ahora. No puede hallar una solución para las Grandes Olas de cambio. No sabe cómo prepararse para un universo de vida inteligente, un entorno competitivo a una escala que ni siquiera puede imaginar. Por eso hay un Nuevo Mensaje de Dios en el mundo, para proveer la Revelación, para proveer la advertencia, para proveer el aliento y para proveer la preparación.

Aquí debes ser una persona capaz de funcionar en la Comunidad Mayor, una persona capaz de pensar en los términos del mundo entero, una persona que no está limitada y constreñida por un entendimiento previo que es demasiado limitado e insuficiente para permitirte percibir vuestras circunstancias cambiantes y los grandes desafíos que están llegando.

Aquí la Nueva Revelación abre puertas, expande tu conciencia y tu percepción, te libera de viejas ideas que nunca te permitirían ver el presente y el futuro, te libera de la condena y te devuelve al misterio y al poder de tu vida y a tu mayor propósito en el mundo.

Dios tiene un Plan mayor para la familia humana, pero este Plan solo puede ser seguido individualmente mediante el Conocimiento, mediante la cooperación y el reconocimiento entre las personas, mediante la responsabilidad medioambiental, mediante la responsabilidad ante la familia humana y a través de la humildad y la simplicidad —sin arrogancia, sin condena y sin fariseísmo. Pues todas estas cosas son invenciones humanas.

Y no son solo algo exclusivo de la humanidad. Estas tendencias existen por todo el universo. Es el resultado de la Separación, la gran Separación de Dios que puso en marcha la creación y la expansión del universo físico. El universo físico no es sino una pequeña parte de la Creación de Dios.

Pero esto es algo que aún tienes que aprender, y tienes aquí un viaje y un destino mayor que asumir. Pero debes permitir que tu mente se expanda, que tus ojos se abran y que tus oídos escuchen para poder obtener esta preparación y entendimiento mayor.

Las religiones antiguas, si se mantienen en conflicto entre sí, realmente se habrán vuelto obsoletas y lo serán cada vez más en el futuro. Ahora debes ver a Jesús en el contexto de la Comunidad Mayor, y a Mahoma y a Buda y a todos los grandes santos y emisarios en un contexto mayor; en el contexto de una mayor serie de Revelaciones, cada una acercando a la humanidad a la civilización mundial, a una mayor cooperación y a una experiencia más profunda de la conciencia que Dios ha puesto dentro de todos vosotros. En este sentido, todas las religiones son ecuménicas. Todas han de apoyarse mutuamente en vez de competir y denunciarse unas a otras.

La Voluntad de Dios es que la humanidad se una, preserve el mundo y se prepare para su futuro en la Comunidad Mayor: un futuro donde la libertad de la humanidad será desafiada repetidamente, un futuro donde la humanidad será seducida por las ofertas de tecnología extraterrestre, un futuro con muchos riesgos, pero un futuro donde la humanidad debe mantener la libertad y la soberanía humana en este mundo. Si Perdéis esto, lo perderéis todo —todos los logros de la humanidad.

Solo la Nueva Revelación de Dios puede mostrar estas cosas, porque estas cosas no formaban parte de las anteriores Revelaciones de Dios. En las eras anteriores la humanidad no necesitaba saber de la Comunidad Mayor y no estaba enfrentando un mundo en declive.

Pero ahora estáis enfrentando estas cosas y debéis prepararos, y es por eso que se envió al mundo un emisario trayendo un Nuevo Mensaje de Dios. Él no es un salvador. No es magnífico. Él es simple y humilde. Es el Mensajero.

Una vez más, la humanidad es desafiada con una Nueva Revelación. ¿Puede recibirla? ¿Puede comprenderla? ¿Puede aceptarla, o luchará, forcejeará y la denunciará, continuando sus modos violentos e ignorantes? ¿Seguirá intentando el intelecto humano reemplazar el poder del Conocimiento dentro del individuo? ¿Crecerá y se expandirá la religión, o se contraerá y se pondrá a la defensiva?

¿Serán las personas capaces de cambiar, de tener un verdadero cambio en el corazón que las prepare para el futuro y asegure una vida mejor y una mayor seguridad en el mundo? Estas son preguntas que solo las personas pueden responder.

La Revelación está sobre vosotros, porque las grandes necesidades están sobre vosotros. Dios tiene más cosas que decir a la familia humana y ha provisto una Nueva Revelación y un nuevo camino para avanzar.

Esto ha venido del nuevo Dios —nuevo solo para vuestro entendimiento, porque solo hay un Dios y ese Dios no es ni nuevo ni viejo, sino el que siempre ha sido—. Es el entendimiento de la humanidad lo que debe evolucionar ahora, y se ha dado una Nueva Revelación para que esto sea posible.

La Revelación se dio frente a una gran necesidad, porque la humanidad no está reconociendo las Grandes Olas de cambio y no está respondiendo a la presencia de fuerzas de la Comunidad Mayor, que están en el mundo para aprovecharse de una humanidad débil y dividida. La humanidad no está respondiendo y no puede prepararse a sí misma a tiempo, y por eso se ha dado la Revelación.

También se está dando para elevar el entendimiento de que tiene la humanidad de su naturaleza y realidad espiritual al nivel del Conocimiento, donde no hay conflictos ni discusiones entre las personas. Porque el Conocimiento no puede estar en oposición a sí mismo. Tu identidad y tu realidad mayor fueron creadas en armonía con las de todos los demás. Solo la arrogancia de la presunción humana y la presencia dominante del miedo y la competición alejan a las personas de su naturaleza y su propósito verdaderos aquí.

Pero anímate, porque el Creador de toda vida en el universo está enviando al mundo un gran Mensaje. Ten gran confianza, porque el poder y la presencia del Conocimiento están dentro de ti. Y según aprendas a seguir los Pasos al Conocimiento encontrarás su poder, su gracia y su guía para ti y para los demás. Y verás que verdaderamente fuiste creado por Dios y enviado al mundo con un propósito mayor, y que tienes un destino mayor más allá de este mundo y un mayor futuro tanto dentro como más allá de los límites del tiempo.