Como fue recibido por
Marshall Vian Summers
en mayo 14, 2011

Escuchar el audio original de la revelación, en inglés:

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La Nueva Revelación de Dios no está aquí simplemente para añadir valor a tu existencia actual ni para validar tus actuales ideas y aspiraciones. No está aquí para validar las religiones del mundo ni ajustarse a sus creencias o expectativas, pues Dios no está limitado por esas cosas. No está aquí para validar tus expectativas, porque el Creador de todos los universos ciertamente no está limitado por ellas.

En realidad, el Nuevo Mensaje de Dios está aquí para proveer una nueva vida a quienes pueden verdaderamente responder, para darles una mayor base sobre la que construir una vida significativa —una vida inspirada, una vida guiada por el Conocimiento, una vida de verdaderas relaciones y compromiso significativo con el mundo.

Aquí no se asignan roles, sino que se da a las personas la base para que el Conocimiento en su interior —el Poder Mayor que Dios les ha dado para guiarlas— se vuelva evidente y puedan aprender con el tiempo a confiar en este y a seguirlo, navegando las dificultades de la vida y las grandes dificultades que tendrán que enfrentar en un nuevo mundo de recursos menguantes y mayor inestabilidad.

Las personas vienen al Nuevo Mensaje para ver si se ajusta a sus creencias, ideas y expectativas. Este, por supuesto, no lo hace. Las personas vienen al Nuevo Mensaje de Dios queriendo usarlo como un recurso para conseguir lo que quieren para sí mismas, pero la Nueva Revelación tiene un plan mayor y una mayor promesa para ellas.

Las personas vienen al Nuevo Mensaje esperando encontrar la sabiduría necesaria para corregir sus errores y hacer que sus actividades actuales sean provechosas y significativas, pero el Nuevo Mensaje está aquí para darles una nueva vida —no simplemente una nueva idea a colocar sobre una vieja vida, ni un endulzante para hacer algo más agradable y aceptable el sabor amargo de su experiencia actual—. Las personas esperan demasiado poco y quieren demasiado poco, y sus expectativas no están en correspondencia con el significado y el poder de la Revelación.

Las personas vienen a la Nueva Revelación de Dios queriendo ver cómo pueden usarla ahora mismo, como si no fuera más que una serie de herramientas que pudieran utilizar para intentar mejorar sus vidas. Pero ellas no pueden mejorar sus vidas porque no saben lo que están haciendo. No saben a dónde están yendo, y sus suposiciones y creencias, la mayoría de las veces, no están en armonía con su propósito mayor y su verdadera dirección en la vida.

Las personas pueden pensar que Dios es grande e inexplicable, pero intentan utilizar a Dios como una especie de sirviente, un chico de los recados para sus deseos, sus apetencias y sus dificultades. Dicen, «Bien, ¿qué puede hacer Dios por mí? ¿Qué puede hacer por mí la Nueva Revelación de Dios?».

Puedes ver en estas preguntas que su actitud y su aproximación no son apropiadas. No hay reverencia. No hay respeto. No comprenden que están tratando con algo mucho mayor que su entendimiento, algo que excede con creces sus expectativas, sus valores y sus preferencias. Por tanto, ¿qué puede hacer Dios por ellas salvo alentarlas, mediante los cambios y decepciones de la vida, a llegar a este gran compromiso con una intención más clara y un enfoque más honesto?

El Nuevo Mensaje está aquí para salvar a la humanidad de la calamidad y de la subyugación en el universo a medida que comienza a emerger a una Comunidad Mayor de vida, una Comunidad Mayor en la que siempre ha vivido y con la que ahora debe aprender a tratar.

Pero también está aquí para dar a los individuos una nueva experiencia, una nueva base y la oportunidad de restaurar sus vidas, de redimirse a sí mismos y utilizar sus capacidades y el poder del Conocimiento en su interior para servir a un mundo cuyas necesidades y dificultades están aumentando con cada día que pasa.

Muchas personas han renunciado a la búsqueda de un mayor significado, o ni siquiera la fomentaron. Para ellas, la Nueva Revelación será una curiosidad o un objeto de condena, algo sobre lo que puedan proyectar sus miedos, sus juicios y sus quejas, sin entender realmente lo que están viendo.

Habrá toda clase de respuestas a esto, por supuesto, pero es importante que quienes se acercan con una intención honesta y con humildad y sinceridad comprendan el poder y la potencia de la Revelación de Dios y de lo que puede significar para ellas —para restaurarlas, para darles un mayor propósito y dirección, los cuales ya viven en su interior.

Verás, tú no inventas el propósito y la dirección, ya que vienen incluidos. Forman parte del diseño de tu naturaleza más profunda, más allá del dominio del intelecto. Están más allá del debate y de la especulación. Puedes discutirlo indefinidamente, pero ello solo significa que no lo comprendes.

Es importante que las personas, que vienen con sinceridad a la Revelación, entiendan realmente desde el principio que ellas están tratando con algo de una mayor magnitud. No es simplemente una enseñanza entre otras enseñanzas. No es simplemente algo prometedor que les dará lo que ellas quieren en la vida. Está en su totalidad a un nivel completamente diferente. Por eso es un Nuevo Mensaje de Dios, el único Mensaje de Dios en el mundo reciente.

Esto no significa que el Nuevo Mensaje vaya a modelar una nueva vida para ti y darte un papel que jugar, pues eso debe venir de tu interior; de ti y tu verdadero ser, de ti y tu compromiso con la vida.

Muchas personas necesitarán que el Nuevo Mensaje sea el centro de su práctica y su foco, y algunas serán llamadas a servir directamente al Nuevo Mensaje, porque esa será su llamada. Pero a muchas otras, este les dará la fuerza para discernir una mayor dirección y les dará un poder y fuerza interior mayores, para tomar las decisiones necesarias, para dar un giro a sus vidas y comenzar a moverse en una dirección significativa y positiva.

Hay muchas personas en el mundo actual que saben que deben prepararse para algo, que se sienten llamadas a una mayor participación, que perciben que su vida es más importante que las actividades mundanas del día a día. Algunas no encontrarán su camino en las tradiciones religiosas del mundo, porque están siendo preparadas y llamadas para algo nuevo en el mundo. Ellas están más conectadas con el futuro que con el pasado, y el futuro está llamándolas y empujándolas hacia delante.

Hay personas destinadas a recibir la Revelación de Dios, y a estudiarla y aplicarla. Ellas no van a encontrar su camino en ningún otro lugar. Si tú estás destinado para algo de esta magnitud, entonces no encontrarás satisfacción ni realización en ningún otro sitio. No importa cuánto lo intentes, ni cuán firmemente puedas creerlo; intenta alterar tu vida como un tirano, y aun así no podrás realizar el compromiso primario a menos que tu vida esté orientada en la dirección correcta y pueda ser claramente discernida y aceptada la naturaleza del compromiso que está destinado a ti.

Es para estas personas que la Revelación proveerá una nueva vida, no una simple mejora de su vieja vida, ni una simple justificación para lo que han hecho o no han hecho en el pasado. No les dirá simplemente algo reconfortante «Bueno, estás bien. Todo lo que has hecho está bien. Es correcto».

No. La Revelación hará tus errores más patentes, tus decepciones más evidentes, tu carencia de dirección se sentirá más profundamente. Al principio, puede incluso incrementar tu sufrimiento, hasta que puedas discernir el verdadero regalo de la Revelación y reconocer que ahora estás comenzando un viaje mayor, quizá un viaje en el que has estado por algún tiempo y que ahora está dando un gran paso adelante.

Aquí no hay margen para el regateo. No puedes hacer un trato con Dios. No puedes hacer tratos con tu propósito y destino, porque tú no puedes cambiarlos. Solo puedes evitarlos, negarlos, o atravesar el proceso de aceptarlos y reclamarlos.

Cómo se expresará tu propósito dependerá de las cambiantes circunstancias del mundo. Por tanto, en esto no todo está predeterminado, ciertamente no. Tu éxito o tu fracaso no está solo basado en tu participación, sino en la participación y en la preparación de otras personas que están destinadas a jugar un papel importante en tu vida. Si ellas fracasan en esto, eso afectará el resultado para ti, porque tu progreso depende del desarrollo de esas otras personas.

Esta no es una búsqueda personal en la que intentas iluminarte a ti mismo individualmente. Es una conexión y una unión con otras personas para un propósito mayor. Si ellas fracasan, eso afectará el resultado para ti. Si tú fracasas, eso afectará el resultado para ellas. Por eso aquí el fracaso tiene una gran consecuencia.

Tú todavía piensas como si vivieras en Separación, de modo que no puedes ver que tu destino está vinculado a otras personas. Es a estas a quienes tendrás que encontrar en la vida. Ellas no serán las personalidades encantadoras, los rostros hermosos y el refinado comportamiento social que atraen a tanta gente. Ni siquiera serán las personas a las que pudiste amar o con las que tuviste alguna asociación en el pasado; la mayoría de esas personas no compartirán tu futuro, aunque hubieras tenido una antigua asociación con ellas. Ahora necesitarás al Conocimiento, pues solo este en tu interior sabrá. Verá. Responderá.

Si la otra persona no está preparada, eso será una tragedia para ti. Esto no significa que tu vida esté acabada. Solo significa que tendrá que establecerse otro plan para ti. El viaje será más largo y más incierto como resultado.

Hay mucho que desaprender. Hay mucho condicionamiento que no solo es contraproducente, sino que es realmente destructivo para el individuo. Hay muchas expectativas que te mueven y te llevan a comprometerte incluso antes de que sepas lo que estás haciendo en la vida, antes de que hayas hecho una conexión en el Conocimiento, que es el único que mantiene para ti tu propósito mayor y tu destino.

Dios nunca revelaría estas cosas al intelecto, la parte de tu mente que está condicionada por el mundo y que es tan poco fiable, tan débil y tan fácil de persuadir por otras fuerzas. No, el regalo se da a una parte más profunda de ti que no es influenciada por el mundo, no es influenciada por tus sentimientos y actitudes fluctuantes, por tus cambiantes emociones, tu esperanza, tu miedo, tu éxtasis, tu miseria; no es afectada por ninguna de estas cosas. Esta parte está viviendo en lo profundo del océano [de tu mente], no en la turbulenta superficie.

Entonces se hace esencial tomar los Pasos al Conocimiento, o tu vida seguirá siendo una búsqueda vana; persiguiendo a personas, persiguiendo promesas, persiguiendo ambiciones, persiguiendo sueños, persiguiendo esperanzas, huyendo del miedo en todos los casos, aterrorizado de que puedas estar solo y perdido, aterrorizado de que tu vida nunca tome forma.

El Conocimiento existe más allá del dominio del deseo y del miedo. Por eso es sólido. Por eso es fuerte. Por eso es inalterable, y no puedes cambiarlo. Este, sin embargo, representa tu redención. El poder de la redención vive dentro de ti, sin importar lo que piensas o haces, ni lo que has hecho o dejado de hacer.

Dios no tiene que resolver tu situación. El Dios del universo no está focalizado en tu vida. Pero Dios ha puesto el Conocimiento dentro de ti, y este sostiene tu propósito y dirección. Este encontrará a las personas debes encontrar. Este traerá corrección, armonía y equilibrio a tu vida, si eres capaz de discernirlo, seguirlo y aplicarlo, allá donde sea necesario.

Esto es lo que crea una nueva vida —no una vieja vida con unas pocas mejoras; no una vieja vida con un nuevo sistema de creencias; no una vieja vida con un nuevo ropaje o una elaborada explicación religiosa para todo; no una persona trágica vestida para el éxito; no una persona solitaria y aislada que ahora se vuelve socialmente aceptable porque dice y hace todas las cosas correctas. No eres un simple rótulo publicitario para las creencias de otros. Hay una promesa mayor para ti.

Dios cuida de ti porque Dios está proveyéndote una nueva vida. De otro modo, Dios dejaría que todo el mundo vacilase y fracasase, y no estaría preocupado. Eso es lo que la gente cree realmente, porque si piensas que las Revelaciones de Dios fueron dadas hace siglos y Dios no tiene nada más que decir a la humanidad, entonces debes concluir que Dios realmente no se preocupa y no tiene nada más que decir mientras la humanidad, colectivamente, encara ahora umbrales que nunca ha tenido que afrontar antes.

¿Cómo trataréis con un mundo en declive? ¿Cómo trataréis con una intervención de razas predadoras del universo, las cuales están aquí para aprovecharse de la división y la debilidad humanas? ¿Cómo trataréis con una agitación política y económica a una escala nunca vista antes en el mundo? Si eres honesto contigo mismo, tendrás que admitir en algún momento que no tienes ni siquiera una pista. Pero esa es la condición del mundo y lo que tendrás que enfrentar, tú y todo el mundo contigo.

Dios está enviando una preparación para el Nuevo Mundo como parte del Nuevo Mensaje. Dios está mandándote la ruta y la preparación para comenzar a establecer una nueva vida. Aquí está el Mensaje para el mundo, para todos los que habitan en él. También está el Mensaje para el individuo que siente que tiene un propósito y destino mayores en el mundo. Tú tendrás que decidir si esto te habla a ti.

Dios no inventó tus ideas y creencias. Dios no creó tus preferencias y tus miedos. Dios no creó el mundo que producen las preferencias y los miedos de todo el mundo. No puedes culpar a Dios por las condiciones sociales de la humanidad. No puedes culpar a Dios por las guerras y la crueldad, la explotación, la esclavitud y la pobreza. Todo eso es una creación humana basada en la codicia y la ignorancia, basada en que no hay suficientes personas contribuyendo lo necesario al mundo que les rodea.

Pero Dios creó la presencia del Conocimiento dentro de ti, y solo la Nueva Revelación de Dios deja esto muy claro, sin el revestimiento de la historia y la interpretación humana que nublen tu entendimiento. La transmisión es clara. El Mensaje es puro. Tú estás recibiéndolo de su Fuente, no de una interpretación que fue hecha siglos antes para el consumo humano.

Para tener una nueva vida, debes hacer el trabajo. No es un hechizo que se pone sobre ti. No es como tomar alguna poción mágica y que de pronto todo sea diferente. No es una forma de adicción o intoxicación.

Tú tendrás que hacer el trabajo. Tendrás que asumir los riesgos. Tendrás que tomar las decisiones. Tendrás que decepcionar a otras personas. Tendrás que decepcionar tus propios objetivos y ambiciones. Tendrás que cambiar tus planes.

Es aquí donde te haces fuerte. Es aquí donde te unes contigo mismo. Es aquí donde sigues una sola voz en vez de  numerosas voces en tu mente. Es aquí donde tu verdadera lealtad emerge entre tus otros compromisos y obligaciones.

Es aquí donde recuperas tu fortaleza y tu autoconfianza. Es aquí donde dejas de comportarte tontamente, entregando tu vida a cosas absurdas y sin significado. Es aquí donde sabes elegir con quién estar y cómo resistir las tentaciones que te conducen a otro lugar en la vida.

Tú te haces fuerte porque el Conocimiento está dentro de ti. Resistes la dificultad porque el Conocimiento está dentro de ti. Puedes encarar el dolor y la pérdida, la enfermedad e incluso el rechazo de otras personas que te importan porque el poder del Conocimiento está dentro de ti. Y cuando te encuentras con alguien que ha desarrollado este poder, vuestra relación estará por completo en otro nivel; será extraordinaria en el mundo, capaz de crear cosas mucho más grandes de lo que tú solo jamás podrías producir.

Dios te da la fuente de tu fuerza, pero tú debes ejercitar su guía, y debes desarrollar las habilidades personales que te permitan volverte un vehículo para el Conocimiento —una persona de poder e integridad, una persona que puede inspirar a otros y puede traerles confianza, confort y dirección.

Esta es la Nueva Revelación de Dios. Esto es lo que pretende lograr. Ahora debe haber muchos contribuidores fuertes en el mundo, de lo contrario la humanidad se enfrenta a un gran y precipitado declive.

Permite que este sea tu entendimiento.