En la región del espacio donde existe vuestro mundo no se permite la conquista. Esta está estrictamente prohibida, y se mantiene esta norma para asegurar el orden y la estabilidad en este vecindario de vida. Si una raza busca obtener una ventaja en otro mundo habitado, debe hacerlo de tal manera que parezca que su presencia es bienvenida en ese mundo y que se ha establecido un acuerdo mutuo.
Es muy importante entender esto en vuestro mundo, donde ya existen fuerzas intervinientes tratando de establecer su influencia. Si para los observadores externos parece que su presencia es al menos tolerada, o incluso bienvenida, entonces otras naciones no intentarán limitar su presencia aquí.
Pero si la humanidad ejerce su autoridad y proclama que no quiere una intervención y no da la bienvenida a las razas que están hoy presentes en el mundo, entonces esas fuerzas tendrán que retirarse o bien hacer frente a dificultades considerables —venidas de sus competidores y de otras naciones en la región.
Aunque otros en vuestra vecindad del espacio no tienen libertad para dominar vuestro mundo mediante la conquista y la fuerza militar, sí tienen completa libertad para ganar aquí una influencia bajo ciertas condiciones. Y sin duda querrán que un mundo como el vuestro forme parte de su red; que sea uno de sus clientes principales o bien un recurso dentro de su esfera de influencia.
Todavía no está claro si la humanidad puede sostener o no este tipo de sabiduría y contención. Incluso hoy queda ya muy poco por conquistar en vuestro propio mundo. Tenéis vuestro sistema solar disponible para explorarlo, pero encontraréis muy pocos lugares donde poder hacer siquiera algún establecimiento, e incluso estos serán muy difíciles de mantener. Tendréis que enfrentar —e incluso estáis enfrentando ya— la presión de la influencia y la persuasión creadas por grupos oportunistas de vuestra región del espacio, grupos que están aquí para ampliar su poder y su influencia mediante medios que están dentro de los límites de lo que es tolerado.