Como fue recibido por
Marshall Vian Summers
en junio 26, 2011

Escuchar el audio original de la revelación, en inglés:

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Fuiste enviado al mundo para hacer ciertas cosas, para conocer a ciertas personas. Hacer estas cosas y conocer a estas personas representa la mayor oportunidad para ti de cumplir tu destino aquí.

Pero aunque esto parezca simple, conlleva muchos desafíos. Existe el reto de satisfacer las necesidades fundamentales de la vida, un desafío abrumador para tantas personas en el mundo. Y, en parte, esa es la razón por la que la humanidad no puede progresar, ya que la mayoría de las personas en el mundo no pueden contribuir sus mayores dones debido a la pobreza y a la opresión política y religiosa.

Es como si el crecimiento y la evolución de la humanidad se vieran obstaculizados solo por esto. Los grandes inventores, los grandes humanistas, los grandes maestros, los grandes médicos, no alcanzarán su poder ni su propósito por las razones más elementales y fundamentales.

Las mujeres del mundo están oprimidas o están socialmente reprimidas, dominadas. Por lo tanto, más de la mitad de la humanidad no puede contribuir. Se les niega la posibilidad de hacer ciertas cosas y de conocer a ciertas personas. La Llamada no puede surgir dentro de ellas porque no se encuentran en circunstancias propicias —encerradas, reprimidas, retenidas.

¿Por qué la humanidad no puede superar sus dificultades, afrontar sus desafíos y aprovechar sus grandes oportunidades? Si solo el cinco por ciento de la población mundial puede responder a un llamado mayor y tiene la posibilidad de expresarlo en el mundo, entonces ¿cómo puedes esperar que la humanidad avance? Por supuesto, eso pone una mayor presión sobre ese cinco por ciento.

Los pocos que tienen la oportunidad, que tienen la libertad, que tienen la educación, que tienen las posibilidades, ahora deben hablar por todos los que no pueden hablar. Deben actuar por todos los que no pueden actuar. Y por eso, el propósito y la llamada no son un simple placer o un capricho para los ricos, los adinerados y los indulgentes.

El primer reto a superar es satisfacer los requerimientos de tus necesidades básicas: alimento, vivienda, ropa y seguridad. Pero existen muchos otros desafíos después de este —el desafío de poder responder al poder del Conocimiento, la Inteligencia más profunda dentro de ti, frente a las restricciones culturales, religiosas o políticas que existen a tu alrededor. Esto incluye la opinión pública, y la opinión de tu familia y de otras personas que tienen una gran influencia sobre ti.

Incluso en las naciones libres, las personas no son libres. Atadas por la convención, atadas por la necesidad de aprobación, atadas porque deben servir a otras personas que no pueden entender quiénes son ni por qué están en el mundo. Atadas, como si estuvieran encadenadas, ancladas a una pared. ¡Oh, sí!, ellas son libres para consumir. ¡Oh, sí!, son libres para expresarse, pero solo dentro de una franja de expresión aceptada.

El desafío: ¿Puedes hablar? ¿Puedes pensar? ¿Puedes considerar una nueva idea? ¿Puedes expresarte ante quienes te rodean? Sí, tienes comida. Sí, tienes agua. Sí, quizás tengas seguridad. Sí, quizás puedas moverte libremente y tomar decisiones. Pero las riendas de la represión ahora son más invisibles y difíciles de discernir. Las fuerzas en tu contra son más difíciles de reconocer, pero aun así son poderosas.

Así que, incluso dentro de ese cinco por ciento, el cinco por ciento del cinco por ciento tiene la posibilidad de responder, de superar sus condicionamientos y obligaciones sociales. Porque si debes complacer a tus padres, si debes complacer a tu cónyuge, si debes complacer a tus hijos y si debes complacer a esos cuyo apoyo sientes que necesitas, bueno ¿cómo puedes complacer a quienes te enviaron al mundo, responder a sus mensajes y seguir la guía del Conocimiento, que te conduce a un lugar en la vida donde puedes responder, donde tienes la posibilidad de responder?

Así que, la Llamada está en todas partes, pero ¿quién puede responder? Para los ricos, es más engañoso, pues su contención está inmersa en sus búsquedas de placer, en sus indulgencias, en su necesidad de aumentar su riqueza y protegerla. Ellos temen la Presencia. Ellos temen la Palabra. Temen que la Llamada les pida hacer otra cosa, y ellos han invertido tanto previamente. ¿Pueden ellos responder? Ese es el Desafío, ya ves.

Existen, además, fuerzas oscuras en el mundo que se oponen al surgimiento del Conocimiento en el individuo: fuerzas invisibles que se centrarán en quienes albergan la mayor promesa; fuerzas oscuras con las que debes aprender a lidiar y que puedes enfrentar con el Poder y la Presencia que está dentro de ti, a tu alrededor y contigo. Todo el Cielo está contando con tu respuesta. Pero el mundo habla de otras cosas, y las mentes de las personas están enfocadas en otra parte.

El desafío de abstenerte del compromiso prematuro en un matrimonio o en una relación, de dejar de cumplir las expectativas que otras personas tienen sobre ti, de contenerte porque el Conocimiento dentro de ti no está listo para entregarse a esa persona o a esa situación —¿quién puede hacer esto, con toda esa presión y todos esos atractivos?

Las personas se casan jóvenes. No tienen idea de quiénes son. No tienen idea de qué han venido a hacer aquí. No saben nada de sí mismas. Son unas desconocidas para sí mismas. Y ya han entregado sus vidas. Y entrarán en una especie de servidumbre, incluso si tienen riqueza. Aunque parezcan libres y tengan grandes beneficios, ya están en servidumbre. Sus cadenas son invisibles, pero son igualmente poderosas para oprimirlas.

¿Ves el desafío aquí? ¿Ves el desafío dentro de ti? ¿Ves el desafío en los demás? No condenes a otras personas por sus decisiones insensatas y sus errores; aprende aquí. Ellas te están enseñando las consecuencias de no seguir la verdadera voz interior. Te están mostrando que solo hay una voz verdadera dentro de ti. Te están mostrando el costo, el sacrificio, los años perdidos, las promesas vacías y las búsquedas sin esperanza; ellas te ahorran tiempo y refuerzan tu compromiso con la verdad. No las condenes. Ellas son parte de tu liberación.

Vienes a la verdad porque estás decepcionado. Estás conmocionado y consternado por las actividades del mundo, por la condición del mundo y por los esfuerzos irreflexivos de la gente. Su indiferencia, su deshonestidad, te conmocionan y consternan, y eso te lleva a un poder mayor. Estás conmocionado y consternado por tu propio comportamiento y por el grado en que has perdido tu integridad y tu dignidad ante los demás.

Puedes condenarte a ti mismo o puedes beneficiarte de tu experiencia, pues está enseñándote que no hay alternativa a un poder y un propósito mayores. Y si eres lo suficientemente libre para responder a esto, si estás dentro del cinco por ciento, entonces verás tu riqueza de una manera muy diferente —como una oportunidad única, una oportunidad que pocos tienen, una oportunidad que será cada vez más escasa en el futuro ante el gran cambio que está llegando al mundo.

No malgastarás tu tiempo. No desperdiciarás tu energía. No te disiparás en romances sin esperanza ni en esfuerzos apresurados; serás observador y objetivo, escuchando, vigilando, para que estés listo cuando la Revelación llegue a ti, cuando vengas al Nuevo Mensaje de Dios.

No le temerás por miedo a lo que te exigirá o a cómo cambiará tu vida y tus circunstancias. Estarás listo. Esto es lo que has estado esperando. Esta es la clave. Ya has enfrentado algunos de los desafíos críticos y has escapado de la servidumbre lo suficiente para poder responder en el momento de la Revelación para ti.

La Palabra del Creador no se perderá en ti. La intención que acompaña a la Presencia no se perderá en ti. Puedes estar confundido e inseguro. Puedes estar desconcertado. Puedes caer en la duda y la confusión, pero puedes ser alcanzado. Para el Cielo, esto es una celebración. «¡Ah!, este a quien hemos estado observando está empezando a responder ¡Hala!»

Estás saliendo del oscuro sueño de la Separación. Pero el camino por delante presenta nuevos desafíos, pues aún no tienes la suficiente fuerza en el Conocimiento para seguirlo con constancia y para evitar las trampas y los obstáculos, la duda en ti mismo y los momentos de desesperación que te acecharán. Porque tus propios demonios te seguirán mientras cruzas la colina hacia una llamada mayor. ¡Oh, sí!

En algún momento posterior, tendrás que lidiar con las fuerzas oscuras que intentarán amplificar tus dudas, que intentarán apartarte de tu llamada, que intentarán desanimarte y disuadirte. «¡Hey! Promesas de romance por aquí o de riqueza por allá» o «Deberías estar haciendo lo que hacen estas personas y no perder el tiempo en una búsqueda inefable». No. Las seducciones del mundo no te abandonarán, y tendrás momentos en los que sentirás su atracción e influencia.

Si no hubiera desafío, bueno, todos estarías involucrados, y el mundo sería muy diferente de lo que es hoy. Sería más como tu Hogar Antiguo. Muy diferente sería.

Pero el mundo no es así, ni esa es la realidad de la vida física en el universo físico. Esa no es la realidad de la vida en otros mundos. La gente espera que la vida en otros mundos sea mucho mejor, pero en el noventa y nueve por ciento de los casos, es mucho peor.

Así que aquí estás, en este mundo. No hay escapatoria. Tienes el don, la promesa. El Conocimiento está dentro de ti, pero está bajo la superficie de la mente que has estado construyendo todo este tiempo. Y los desafíos están ante ti. Están aquí hoy para ti.

¿Qué escucharás? ¿Qué seguirás? Tú, que has sido bendecido por recibir la Revelación y aprender de su presencia en el mundo. ¡Dios mío! No sabes la bendición que es. ¡Solo por saber de ella! ¡Solo por oír de ella!

Esos que acompañaron a Mahoma en sus días en la Tierra, ¿no fueron bendecidos por conocerlo y saber de él? ¿No fueron impactados por su vida, aunque le negaran? ¿Y no son la envidia de todos los que vinieron después, que siguen su enseñanza? Los que pudieron vivir en la época del Mensajero, ¿no son envidiados por todos los que vinieron después?

Tu desafío es grande y continuará, como si tuvieras que atravesar varias puertas y umbrales a lo largo del camino. Y habrá algunas pruebas. No todo es una prueba, pero algunas cosas sí lo son. Y llegan cuando estás a punto de tomar una decisión importante que te haría avanzar y te acercaría a tu propósito, a tu llamada y a tu meta.

Serás puesto a prueba por el mundo. Serás puesto a prueba por la Presencia Angélica para asegurar y comprobar cuán firme es tu compromiso, para ver si se te puede confiar una mayor responsabilidad y un trabajo mayor en el mundo.

Porque si fracasas en el futuro, no solo tu vida será gravemente dañada, también dañarás gravemente a otros. Por eso se ponen pruebas en momentos de transición, en las puertas, en los umbrales, para ver si puedes soportar la incertidumbre, si puedes convivir con lo desconocido, si puedes confiar en aquello que solo te habla intermitentemente, si puedes superar la duda en ti mismo y el autorrepudio para vivir con una fuerza y ​​un poder mayores que no experimentarás cada día.

¿Podrás enfrentar las fuerzas oscuras y aprender a través de la Revelación cómo lidiar con ellas? ¿Se puede confiar en ti? ¿Eres fiable? ¿O fracasarás y te derrumbarás ante el primer desafío, el primer desánimo, el primer rechazo del mundo? Porque tendrás que enfrentar estas cosas, sin duda, sin importar adónde te lleven tu propósito y tu llamada.

Si al mundo ama lo que haces, puedes estar seguro de que aún no has encontrado la verdad. Solo estás complaciendo a otras personas, y tus talentos aún no han encontrado su verdadero curso.

Dios sabe que los desafíos son grandes, y por eso se te ha dado el Conocimiento, porque sin el Conocimiento no podrías superarlos. Tarde o temprano, podrían derrotarte. Todos podrían ser derrotados. El mundo no tendría esperanza y no habría posibilidad real de redención. La contribución se agotaría, y la humanidad se convertiría en una raza como tantas otras en el universo —sirvientes y señores, y nada más.

Por eso el Conocimiento es tan importante, ya ves, y por eso debes tomar los Pasos al Conocimiento y construir tu conexión con la única voz verdadera, y distinguirla de todas las demás voces, sin importar lo agradables puedan parecer, o lo alentadoras puedan ser, o lo aterradoras y desalentadoras que suelan ser.

El Conocimiento no está impresionado por la belleza, la riqueza o el poder. ¿Puedes tú decir lo mismo de ti? El Conocimiento no se aferra al romance ni a las seducciones del mundo. ¿Puedes tú decir lo mismo de ti? El Conocimiento no teme a la desaprobación ni al rechazo, ni al desánimo ni a la decepción. ¿Puedes decir personalmente lo mismo de ti?

Claro que no. Y está bien. Dios sabe que sin Conocimiento, no puedes tener éxito realmente. Por eso el Conocimiento es tan importante, y por eso forma parte de la Nueva Revelación para la humanidad. Formó parte de Revelaciones anteriores, pero ahora es difícil encontrarlo en ellas a menos que tengas un maestro muy sabio que pueda distinguir la esencia de la forma, el verdadero camino de la pompa y el desfile.

Sin Conocimiento, no puedes prepararte para la vida en el universo. Y no puedes superar las Grandes Olas de cambio en el mundo. Tú solo puedes hacer tu parte y ser una luz para otras personas, una fuente de aliento, honestidad e integridad.

No tienes que ser grande y producir grandes obras de arte, grandes pronunciamientos, grandes logros, grandes inventos —bueno, tal vez algunas personas tengan que hacer estas cosas—, pero hay solo unas pocas cosas que debes hacer y unas pocas personas que debes conocer.

Ellas pueden estar al otro lado del mundo y no en tu vecindario. Puede que tengas que ir a buscarlos, y puede que ellos tengan que encontrarte a ti, y por eso la Llamada está ahí constantemente para evitar que te acomodes, que te rindas en la ladera de la montaña, [pensando]: «¡Oh!, te vas a poner cómodo aquí. Esto es suficientemente bueno para ti».

Pero no para el Conocimiento, no. Te mantendrá en movimiento. Está intentando llevarte a algún lugar, intenta llevarte a tu encuentro con esas personas y esas circunstancias que representan tu mayor oportunidad en la vida. Y si estás entre el cinco por ciento que puede responder, bueno, la energía y el enfoque sobre ti serán mucho mayores.

Entonces podrás recorrer los barrios marginales de las grandes ciudades y encontrar a quienes deben responder, a quienes serán los más grandes. Pero ¿quién abandonará sus agradables hogares para hacerlo? ¿Quién tiene la libertad de hacerlo? Porque esto es lo que realmente significa la libertad. De lo contrario, solo te convertirás en un consumidor sofisticado, una gran rata más en la carrera1. Y te sentirás como una rata, a pesar de tus agradables apariencias.

Grande es tu Llamada. Grande es tu oportunidad. Pero no pienses que tienes que ser magnífico, puro, completamente avanzado e iluminado, sin apegos y completamente comprometido. Bueno, no es así como el Cielo contempla tu vida.

Sí, tendrás que avanzar. Sí, tendrás que atravesar umbrales. Sí, deberás tener éxito cuando tu vida se ponga a prueba para ver si eres lo suficientemente fuerte con el Conocimiento y lo suficientemente claro en tu comprensión para avanzar al siguiente paso. Sí, tendrás que distanciarte de quienes no pueden o no quieren ir contigo. Sí, tendrás que tomar decisiones difíciles. Sí, tendrás que liberarte de enredos y relaciones sin esperanza.

Tendrás que hacer estas cosas porque ese es el precio de la libertad. Pero es un precio pequeño comparado con lo que ofrece, y lo que te ofrece a ti y a quienes se beneficiarán de tu progreso y tu presencia en el mundo.

El Cielo no es engañado por las maquinaciones, las indulgencias, las complicaciones ni la complejidad de los compromisos humanos. Cuando dejes esta vida, tu Familia Espiritual te estará esperando y te preguntará: «¿Conseguiste la conexión que debías hacer?». En ese momento, tu mente estará libre de preocupaciones y distracciones mundanas, y sabrás al instante si lograste tu objetivo o no. Si no lo hiciste, no hay condena. Simplemente significa que esta parte de tu trabajo no está completa.

No les importará todo lo demás que hiciste. Ni siquiera les importará si eres buena persona. No les importarán las cosas que te importan hoy. A ellos les importará si cumpliste tu misión lo mejor que pudiste y si te esforzaste. Incluso si tu misión no se pudo cumplir, ¿te esforzaste? ¿Desempeñaste tu parte lo suficiente ?

Nosotros compartimos esto con vosotros, gente del mundo, y contigo, el individuo, para que entendáis que vuestras prioridades deben reordenarse y que vuestra meta mayor debe dejarse indefinida para que el Conocimiento pueda llevaros a donde pueda realizarse y expresarse, porque antes de que eso ocurra, no podéis comprenderlo realmente.

Entiendes el viaje al emprenderlo. Encuentras la meta cuando la encuentras. Te das cuenta de que has llegado solo cuando has llegado. Conocerás a quienes estás destinado a conocer porque los conocerás cuando los encuentres.

Este es el desafío. Se te expresa con honestidad. No es fácil, pero es mucho más fácil que fracasar. Es mucho más fácil que vivir una vida de compromisos, una vida donde estás muerto para ti mismo y para los demás, una vida de servidumbre. Eso es duro. Eso es un castigo sin fin.

El éxito es mucho más fácil que el fracaso, aunque en este momento, el fracaso se volverá más atractivo y parecerá requerir menos esfuerzo. Debes esforzarte. Debes llevarte arriba a esa montaña.

Tienes la voz. Tienes los ojos para ver y los oídos para oír. Pero no son los ojos que usas hoy. No son los oídos que usas hoy. Pero ellos están dentro de ti, esperando ser descubiertos.

El Cielo observa, espera, sigue a quienes están respondiendo. En un tiempo de Revelación en el mundo, que es un acontecimiento tan inusual, un evento tan raro, esta es la mayor oportunidad. Porque el Creador ha provisto una aclaración de lo que significa estar en el mundo —la naturaleza de tu propósito, tu llamada y tu presencia aquí.

Libre de la historia humana, libre de la interpretación humana, libre de los abusos y errores cometidos en nombre de la religión a lo largo de la historia, esto te brinda una nueva oportunidad para ver, para conocer y para responder. Este es tu desafío. Y es una gran bendición, más grande aún de lo que comprendes.


* (NdT) La frase «The Rat Race», La carrera de ratas, describe una búsqueda interminable, a menudo agotadora y contraproducente de riqueza, estatus y éxito.