Como fue recibido por
Marshall Vian Summers
en noviembre 6, 2008

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Cada vez es más evidente, para un creciente número de personas, que es necesario un gran cambio para que la humanidad responda a los desafíos de su tiempo. Se necesita un gran cambio en cómo funcionan los gobiernos, en cómo las personas se comportan y responden. Se necesita un gran cambio en muchas organizaciones e instituciones para adaptarse a un conjunto cambiante de circunstancias en el mundo.

Porque las Grandes Olas de cambio están llegando al mundo; los grandes cambios medioambientales. Os enfrentáis a un mundo de recursos menguantes, un mundo cuyo clima ha sido afectado generando una meteorología violenta e impredecible, un mundo donde la inestabilidad política y económica está aumentando y existe un riesgo cada vez mayor de conflictos y guerras por los recursos restantes. Sin duda, no puedes aferrarte a tu forma preferida de vida, ciego frente a las Grandes Olas de cambio.

Muchas personas proclaman la necesidad de cambio, pero quieren que cambien otras personas. Ellas mismas realmente no quieren cambiar. Ellas quieren mantener sus privilegios y beneficios y tener más, y arremeten contra cualquier persona o cosa que piensen que amenaza sus derechos y sus bienes. Hay un clamor por el cambio, pero ¿quién va a cambiar, y qué va a cambiar?

Las personas que son ricas quieren mantener su riqueza y tener más. Las personas que no son ricas quieren la riqueza, y necesitan muchas cosas prácticas. Y también, por supuesto, hay grandes y crecientes cantidades de personas en el mundo que ni siquiera pueden satisfacer las necesidades diarias de la vida. Ellas necesitan fuentes fiables y suficientes de alimentos, ellas necesitan estabilidad política, ellas necesitan seguridad y necesitan una gobernanza ética.

Las necesidades son inmensas y crecientes. Pero debes preguntarte ¿quién tendrá que cambiar aquí? Y aunque es posible que señales con el dedo a determinadas personas o instituciones, si eres realmente honesto en tu cuestionamiento, debes mirarte a ti mismo.

Debes evaluar tus necesidades reales, las necesidades más profundas dentro de ti, y contrastarlas con tus preferencias y deseos. Si la necesidad es genuina, ella se distinguirá de lo que simplemente deseas. Hay necesidades primarias, por supuesto —la necesidad de alimentos, agua, vivienda, seguridad y protección—. Existe la necesidad de una verdadera compañía, la necesidad de comprometerse con otras personas de maneras significativas y productivas. Estas son necesidades esenciales. Se deben satisfacer, o no podrás funcionar en el mundo.

Luego, por supuesto, está la necesidad de una clase superior de relación basada en lo que realmente estás destinado a lograr aquí. Y eso empieza a moverte hacia un nivel más alto de necesidades; la necesidad del alma; la necesidad de encontrar el Conocimiento más profundo de que Dios ha puesto dentro de ti para guiarte, protegerte y llevarte a una vida mayor en el mundo. Existen necesidades psicológicas de creatividad y productividad, de reconocimiento de los demás y de comunicación honesta y productiva.

Para satisfacer estas necesidades dentro de ti, tú debes cambiar. Tú tienes necesidades básicas fundamentales, tienes necesidades psicológicas, y después tienes las necesidades del alma. Para satisfacer estas necesidades, no puedes ser tal y como tu pasado te ha moldeado hasta ahora. Es posible que desees que el mundo cambie tu alrededor, y puede que te manifiestes a favor de ello, y quizás tus peticiones sean genuinas. Pero, fundamentalmente, tú debes cambiar, o de lo contrario no podrás satisfacer las necesidades del cuerpo, las necesidades de la mente y las necesidades del alma. No puedes simplemente exigir que el mundo te dé todo lo que crees que quieres, porque ni siquiera sabes realmente lo que necesitas más allá de los requisitos básicos de la vida.

Las personas dicen querer relación y matrimonio, pero no están preparadas. Dicen que quieren conocer su verdadero propósito en la vida, pero no están preparadas. Dicen que quieren un trabajo significativo en el mundo, pero no están preparadas, no se han preparado para eso. Ellas no pueden tener estas cosas tal como son ahora; no están preparadas. No se han preparado. No han experimentado el cambio real que debe ocurrir.

Muchas personas quieren y demandan el cambio en el mundo. Ven una verdadera necesidad de cambio, pero ellas mismas no están dispuestas a cambiar. No están dispuestas a volver a evaluar sus pensamientos, sus comportamientos, sus compromisos, sus creencias y sus actitudes. Y así se agitan en el exterior por el cambio, pero ellas mismas no cambiarán. Están tan arraigadas en su posición como las personas a las que dicen oponerse. De esta manera hay conflicto en el mundo, porque las partes opuestas están atrincheradas en sus puntos de vista. No están dispuestas a cambiar.

Las personas proclaman que quieren la paz y que ellas trabajan por la paz, pero ya ves, no están dispuestas a cuestionar o renunciar a su posición, lo que en sí mismo hace imposible lograr la paz. Incluso para adaptarte a las Grandes Olas de cambio que vienen al mundo, realmente tendrás que cambiar tu forma de pensar, lo que esperas de ti mismo y de los demás, y cómo vives. Aquí se requiere un cambio fundamental, real, justo para poder responder a las circunstancias cambiantes de tu vida.

Tú puedes cambiar a los líderes de tu gobierno, pero eso solo puede lograr un cambio efectivo en función del grado en que las personas estén dispuestas a cambiar. Los políticos pueden cambiar en el gobierno de la nación, pero si las personas son reacias a cambiar, reacias a adaptarse a los cambios, renuentes a pasar por las dificultades y la transición a un conjunto diferente de circunstancias, entonces nada realmente importante va a suceder. Cuando se hace un progreso real, es porque existe una voluntad de cambio, existe una capacidad de cambiar y las personas implicadas tienen que cambiar.

Así que se habla mucho sobre el cambio, pero no hay mucho cambio real. Aquí, para ser realmente responsable, debes mirar tu vida, tus creencias, tus expectativas y suposiciones, para ver realmente lo que vas a hacer en el mundo real, en el mundo que ves hoy y en el cambio que se ve venir en el horizonte, porque es deshonesto exigir cambios, esperar el cambio, cuando tú mismo no estás dispuesto a cambiar. Decir: «Bueno, yo cambiaré si otras personas cambian», es deshonesto. Eso es poner la responsabilidad fuera de ti. Eso es deshonesto. Tú tienes que cambiar, incluso si otras personas no cambian. Ese es tu compromiso.

El cambio real es un cambio de corazón. Es un cambio en la manera en que sientes las cosas y un cambio en la forma en que te ves a ti mismo y a tu vida. Es un cambio no solo en la percepción, sino en lo que elijes hacer como resultado. Ese es el cambio real.

De lo contrario, te enfrentas a una situación en la que las personas quieren mantener lo que tienen y tener más. Y sean o no auténticas sus necesidades, esa es su posición. Elegirán a los lideres del país que ellas creen que les darán lo que ellas quieren, aunque eso conduzca a la nación a la ruina. Cualquier líder que afirme ser un candidato del cambio realmente tendrá que pedir a las personas que cambien su forma de verse a sí mismas y tengan un cambio de corazón, porque es a ese nivel en el que se produce el cambio real.

Cambiar solo las circunstancias propias —como cambiar donde se trabaja o se vive, o incluso los cambios en las relaciones que uno tiene— no provoca un cambio de corazón. Tú puedes casarte varias veces y ser la misma persona con las mismas esperanzas, los mismos problemas, las mismas conductas, las mismas sentencias contra otras personas, las mismas actitudes contra ti mismo. Aquí estás realizando un gran esfuerzo para cambiar tus circunstancias, pensando que vas a cambiar tu experiencia de manera significativa, pero ese puede no ser un cambio de corazón —un cambio fundamental en lo que valoras y en la forma en que te ves a ti mismo y a los demás.

Sin un cambio real, las personas están atrincheradas en sus posiciones, son esclavas de sus comportamientos y de su condicionamiento, y tratan de llevarse bien con otras personas que están atrincheradas en sus posiciones y que son esclavas de sus creencias y condicionamientos sociales. Y eso da por resultado el mundo ves: un mundo de inmensa transigencia personal, un mundo de inmensa tensión, un mundo que experimenta un estrés constante y que está lanzando a la humanidad a un camino de autodestrucción. Os destruiréis a vosotros mismos intensificando el conflicto, o simplemente agotaréis la capacidad del mundo para sosteneros. El cambio real no ha sucedido todavía en suficientes personas.

El cambio real ocurre porque un Conocimiento más profundo dentro de ti comienza a ejercer su influencia en tu consciencia cotidiana. Aquí una mente más profunda es conectada con la mente superficial, siendo la mente superficial la mente en la que vives cada día. De alguna manera, una consciencia más profunda dentro de ti ha atravesado las barreras y la evasión para alcanzarte en la superficie. Tú estás teniendo profundos sentimientos de pesar, pensamientos más profundos que están cambiando y dando forma a tu experiencia de ti mismo. No se trata de una conciencia social, es la consciencia que Dios ha puesto dentro de ti. Es parte de una mente más profunda dentro de ti, una mente llamada Conocimiento, una mente que está relacionada con tu capacidad de tener experiencias directas profundas, una mente que alterará el curso de tu vida.

Cuando Nosotros decimos que estás experimentando un cambio de corazón, significa que estás experimentando el Conocimiento dentro de ti, y que estás siendo influido por el Conocimiento dentro de otras personas. Este tipo de reconocimiento interno es lo que realmente te da el poder y la conciencia para cambiar el curso de tu vida a un nivel real, no solo a nivel de las apariencias, sino a un nivel real. Esto lleva a una evaluación más profunda de tus pensamientos, tus creencias, tus actitudes, tu comportamiento y tus implicaciones con los demás. Es fundamental y natural. Es como si estuvieras comenzando a experimentar tu verdadera inteligencia, tu verdadero ser.

Esto comienza un proceso en el que ya no eres un extraño para ti mismo. Ya no vives en la superficie, de acuerdo a lo que la sociedad y los demás esperan, de acuerdo con lo que te han enseñado a creer y te han condicionado a hacer. Ahora, estás empezando a tener una experiencia interior real, y es un gran avance si puedes permanecer con ella. Esto producirá un cambio real, un cambio fundamental en cómo te experimentas a ti mismo y lo que escoges hacer con tu vida como resultado.

A veces, una experiencia dramática y perturbadora en la vida puede producir un cambio de corazón. A veces, el fracaso de otra persona cercana a ti, o la pérdida de un ser querido, o el fracaso de tu propia empresa, pueden producir en ti un verdadero cambio de corazón. En circunstancias normales, que son aquellas que las personas intentan mantener, puede no haber nada que produzca un cambio de corazón. Solo continuarás tratando de obtener lo que deseas sin ningún tipo de alteración real de tu pensamiento o de tu comportamiento.

El cambio en el exterior requiere un cambio en el corazón del individuo. Quizás necesidades extremas van a generar esto. Las personas pueden actuar muy noblemente ante una crisis, y muchas personas lo hacen, pero una crisis es una forma muy costosa de aprender, pues muchas personas fallan e incluso perecen ante una crisis. Por tanto, no esperes a que una crisis cree el estímulo y la motivación para producir un cambio de corazón dentro de ti, porque esa es una situación en la que muchas personas sufrirán y se perderán.

A gran escala, una crisis es extremadamente cara. En vez de escuchar al Conocimiento dentro de ti, estás esperando a que la vida a tu alrededor cree un tratamiento de choque, y esta es una forma muy peligrosa de aprendizaje. Pero muchas personas posponen el cambio, que incluso ellas mismas saben que deben hacer, hasta que se produce la crisis. Y aquí los riesgos son muy grandes. Si la humanidad no se prepara para las Grandes Olas de cambio y no altera el curso de la conducta humana a una gran escala, habrá crisis, y frente a una crisis de esta magnitud, muchas personas se perderán; muchas personas perecerán. Esa es una manera muy imprudente y costosa de aprender.

Por tanto, es más inteligente aprender sin tener que pagar precios tan altos, o exigir a otros pagar precios tan altos. El Conocimiento dentro de ti puede guiarte a través de cada paso, si vas a aprender a escuchar, aprender a seguir y aprender a distinguir el Conocimiento de las otras voces en tu mente: la voz del miedo, la voz del deseo, la voz de tu cultura, la voz del acomodamiento, la voz de la concesión, la voz de la condenación. Solo hay una voz autentica en tu interior.

No esperes hasta que tu vida esté en crisis para cambiar las cosas que sabes que debes cambiar y que has sabido que debes cambiar. Porque si esperas hasta el final, te verás entonces obligado a hacer cosas y tendrás muy pocas opciones. El costo será inmenso, y tendrás que pagar enormes precios para hacer las cosas que podrías haber conocido y previsto mucho antes, sin tener que pagar esos precios.

Cambiar antes de que sea forzado el cambio en ti requiere un cambio de corazón. Es como una transición dentro de ti, dejando de vivir solo en la superficie de tu mente —constantemente absorto, constantemente ocupado, constantemente atrapado en tus deseos, miedos y juicios sobre los demás— para aprender a escuchar la corriente más profunda de tu vida, la cual te está hablando todo el tiempo.

Un cambio de corazón también significa un cambio en lo que vas a escuchar dentro de ti y en otras personas. En el mundo se habla mucho, pero se escucha poco. Las personas no experimentan la comunicación real que se está produciendo. Ellas optan por permanecer ajenas a las grandes necesidades que las rodean. Eligen vivir en la superficie para no sentir dolor ni malestar. Viven en la superficie para que no sentir que tienen que asumir mayores responsabilidades en la vida, o que efectuar algún cambio en su forma de pensar o en sus circunstancias. Quieren que el mundo cambie, pero ellas no quieren cambiar.

El problema de querer que solo cambie el mundo es que hay otras personas que están en desacuerdo contigo. Tal vez estas personas quieran que el mundo cambie de una manera diferente, o no quieran cambiar las cosas que tú deseas cambiar. Así que ahora tú estás oponiéndote a otras personas. Entonces, si te involucras más profundamente, tendrás que enfrentar dificultades con otras personas que se sienten amenazadas por tu deseo de cambio, que sienten que serán despojadas o perjudicadas por el cambio que tú deseas efectuar, y por ello tienes su oposición.

Para llegar a una verdadera cooperación, tiene que haber un cambio de corazón. Para que las personas hagan realmente sacrificios para lograr cosas que son evidentemente necesarias, se requiere un cambio de corazón. Se requiere la presencia y el poder del Conocimiento. Se requiere un reconocimiento de lo que realmente está ocurriendo y de los riesgos y peligros de no responder a un conjunto genuino de necesidades.

Aquí todos tienen que ofrecer un servicio mayor al mundo y encontrar maneras de proporcionarlo sin generar una guerra. Aquí las personas tienen que escuchar a las demás, incluso a aquellas personas que opinen de manera diferente, para escuchar lo que realmente están pidiendo y lo que realmente les preocupa. Si ambas queréis las mismas cosas, pero utilizáis palabras diferentes o tenéis ideas diferentes sobre la forma en que se puede lograr, tú debes escucharle. Esto es muy importante.

No esperes que otras personas tengan un cambio de corazón, si tú no has tenido un cambio de corazón. No exijas de otras personas lo que tú mismo no estás dispuesto a hacer. No les pidas cambiar si tú eres reacio al cambio. Aquí debes estar dispuesto a cambiar incluso si ellas son renuentes al cambio. Eso es lo que te dará el poder y la integridad para realmente volver a evaluar tu vida y discernir una mayor dirección para ti mismo. Toda la energía que se usa en juzgar, condenar, denunciar e indignarse contra los demás es energía perdida y malgastada, energía que podrías haber usado para hacer una evaluación más profunda de tu vida y dar un nuevo enfoque a lo que tú mismo debes hacer.

Las personas pierden gran parte de su fuerza vital quejándose y lamentándose, cuando ellas mismas son renuentes a realizar el tipo de cambios y sacrificios personales que serán necesarios para ser una fuerza de cambio en el mundo. Las personas están perdiendo su poder y su potencia en comportamientos que no producen ningún valor.

Es más fácil criticar que hacer. Es más fácil exigir y esperar que las cosas sucedan que hacer que las cosas sucedan. Entrégate a ese nivel. Eso  requiere un cambio de corazón. Como hay cosas que realmente valoras y sientes que son realmente importantes, tendrás que salir y hacer que algunas cosas sucedan. Vas a tener que efectuar algún cambio en tu propia vida y en tus circunstancias. Vas a tener que liberarte de relaciones que no van a ninguna parte, con personas que no comparten una inclinación y una dirección más profundas que ahora estás descubriendo para ti mismo. Vas a tener que renunciar a los beneficios y compromisos establecidos que te frenan y te retienen allí donde estas.

Lo que te motiva a hacer esto y te da el poder para hacerlo es el poder y la presencia del Conocimiento dentro de ti, porque no tiene miedo. No ha hecho concesiones. No es un producto de tu condicionamiento social. Es la gran dotación de Dios. Seas o no religioso en tu forma de pensar, el Conocimiento vive dentro de ti. Te adhieras a una tradición religiosa o no, el Conocimiento vive dentro de ti. Es el poder que Dios te ha dado para encontrar tu verdadera dirección en la vida, y experimentarlo producirá un cambio de corazón, un cambio real dentro de ti.

Aquí tú no estás meramente queriendo, esperando, demandando y quejándote; te estás poniendo en la tarea de encontrar y seguir una dirección más profunda en la vida. Estás sirviendo a esas cosas que sabes que debes servir. Sin la mera intención de enriquecerte a ti mismo o de ganar prestigio o dominio sobre otras personas, estás sirviendo a una motivación pura. Y esto te da un tipo fuerza, determinación y perseverancia que la ambición personal por sí sola nunca podría proporcionar. La ambición personal es impulsada por las circunstancias, pero el Conocimiento es impulsado por un Poder Superior.

Si bien reconoces la necesidad de un cambio en el mundo que te rodea —la necesidad de cambio en cómo vive la gente, de cambio en el gobierno, de cambio en cómo la gente usa el mundo, de cambio en cómo las personas asumen comportarse unas con otros—, realmente debes mirarte a ti mismo. ¿Estás viviendo la vida que estas destinado a vivir? ¿De verdad estás siendo honesto contigo mismo sobre lo que haces respecto a tus actividades y a tus relaciones con los demás? ¿Están tus relaciones construidas sobre una base firme y sobre una verdadera resonancia mutua? ¿Estás involucrado en un trabajo que sea sostenible en el futuro, teniendo en cuenta las Grandes Olas de cambio que están llegando al mundo? ¿Estás usando en exceso los recursos del mundo? ¿Cuál es tu relación con estos? ¿Estás honestamente involucrado con las principales personas de tu vida o solo estableciste estas relaciones por conveniencia y para beneficio personal?

Ahora estas llegando a las preguntas reales, para las cuales no hay necesariamente respuestas inmediatas, porque tienes que vivir con las preguntas para que las respuestas se revelen y para encontrar la fuerza para responder a lo que estás viendo y sabiendo.

Esto requiere un trabajo real. No es una actividad que pueda ser llevada a cabo por perezosos o indolentes. Aquí incluso el mundo está exigiendo un cambio de corazón. Las Grandes Olas de cambio exigen un cambio de corazón. Tus comprometidas circunstancias, tus relaciones insatisfactorias, tu mal estado de salud —física y mental— están exigiendo un cambio de corazón. Todos ellos te animan a venir al Conocimiento dentro de ti.

Cuando alguien realmente tiene un cambio de corazón, eso es algo notable. Algo importante ha ocurrido. El Conocimiento está emergiendo en el individuo. Ellos están pasando por un largo y confuso proceso de cambiar su enfoque y cambiar la fuente de la autoridad dentro de sí mismos, cambiando desde sus deseos errantes y su condicionamiento social a una fuerza y presencia más profunda y a una consciencia más profunda dentro de sí mismos.

Entonces la persona comienza a despertar. Ahora ven que realmente están aquí para hacer algo, y deben ir a descubrir lo que es. Ellas deben mirar dónde están perdiendo energía a través de un comportamiento inconsciente, a través de relaciones que carecen de un propósito mayor, a través de implicaciones sin sentido y de conductas autodestructivas. Ahora realmente tienen que recogerse en sí mismas, para recuperar su fuerza, para construir un enfoque, para generar el esfuerzo que se requiere para hacer lo que tienen por hacer ante sí. Ahora deben volverse sobrias respecto a sus deseos y sus fantasías. Ellas empiezan a vivir una vida real.

Este es el aspecto que tiene la redención en el individuo. La redención no es simplemente cambiar tus creencias. No se trata simplemente de adoptar una postura social o un punto de vista político diferente. Eso no es redención. La redención es un cambio de corazón en un nivel fundamental. Es, en esencia, poner tu intelecto al servicio de tu Conocimiento interior. El Conocimiento es la forma en que Dios te influye, y así tú mismo te llevas a Dios de la manera más primaria y genuina.

Aunque no seas religioso, aunque no asistas a una iglesia, un templo o una mezquita, ahora estás comenzando a honrar lo que Dios ha puesto dentro de ti, y estás dispuesto a seguir y descubrir lo que eso significa y adónde te llevará la vida.

Eso es un verdadero cambio de corazón. Aquí, en vez de juzgar y evitar a otras personas, empiezas a discernir por qué ellas son como son y las circunstancias que les han llevado a comportarse de la manera en que lo hacen. Y ves que, en lugar del juicio y la condena, este reconocimiento más profundo te muestra la importancia de seguir el Conocimiento dentro de ti mismo, la importancia de experimentar un verdadero cambio de corazón.

Sin esto, las personas solo seguirán siendo como son hasta que les ocurra algo. Y lo que les ocurra podría provocarles un cambio de corazón, o simplemente podría destruirlas, ya sea lenta o inmediatamente.

Si miras el mundo con compasión, ello generará un cambio de corazón. Ello evocará esta conciencia más profunda, este Conocimiento más profundo dentro de ti; un sentimiento más profundo por ti y por la vida, y un respeto más profundo por los demás. Esto te lleva más allá de la esfera de las ideas, las creencias, los conceptos. Te lleva a una experiencia más profunda, y comienza a abrir tu corazón a ti mismo y a los demás. En lugar de limitarte a juzgar y evaluar, empiezas a sentir la condición de otras personas. Tú eres conmovido por su valentía, y eres conmovido por sus concesiones y sus dilemas. Tú eres conmovido por sus logros y por su sufrimiento. Dejas de ser frío, remoto, y calculador.

Esto es un cambio de corazón. Este es el cambio real. Debe suceder en ti. No lo exijas ni lo esperes en los demás, si no está sucediendo en ti. Y si está sucediendo en ti, debes darle tu atención. Tú debes ser consciente de ello. Este es el cambio real.

La sociedad puede ser reorganizada, diferentes grupos pueden llegar al poder, pueden ocurrir revoluciones, se perderán vidas, se producirán crisis, pero en cierto sentido, no se habrá producido necesariamente el cambio real fundamental. No habrá habido un avance. Estarás simplemente viviendo bajo circunstancias diferentes. Tus circunstancias habrán cambiado, pero tú no habrás cambiado.

Lo que realmente produce el cambio es un cambio de corazón en el individuo y en un número suficiente de personas para generar un movimiento mayor, una transición en los valores, la disposición a cooperar y a trabajar en algo importante para el beneficio mutuo de todos. Todos los grandes movimientos en la política y en las culturas han sido el producto de este cambio de corazón. Todas las grandes actividades compasivas de la humanidad —el compromiso de restaurar el mundo natural, el compromiso de atender los grandes retos en la vida, el compromiso de servir a los necesitados— son el resultado de un cambio de corazón.

Aquí estás dispuesto a ver cosas, saber cosas y hacer cosas que otras personas no ven, no saben y no hacen. Aquí estás dispuesto a asumir mayores responsabilidades en vez de evitar las responsabilidades. Aquí te involucras realmente en el mundo en lugar de retenerte. Aquí te pones en posición de servir al mundo, en lugar de usarlo solo como un recurso para cumplir tus deseos y tus fantasías.

Eso es vivir una vida completamente diferente, una vida que te da gran satisfacción, valor y conexión contigo mismo y con otros. Una vida muy diferente a estar simplemente perdido en tus ideas, siendo un desconocido para ti mismo y para otros, una vida de conducta calculada, una vida de constante intento de sobrepasar o superar en táctica a otros para conseguir lo que quieres. Aquí puedes ver dónde surge la corrupción y cómo se promueve y construye. Y aquí también puedes ver dónde se enfrenta y se deshace.

Visto desde una perspectiva más amplia, todo tiene que ver con el Conocimiento; los resultados de conectar con el Conocimiento y los resultados de no conectar con el Conocimiento, el resultado de vivir de acuerdo a las ideas y el resultado de vivir una vida a un nivel mucho más profundo.

Es fácil llegar a estar hastiado del mundo, es fácil criticar y condenar a los demás. Eso es fácil, y por eso mucha gente lo hace. Pero es más retador y más difícil mirar bajo la superficie, tomarse el tiempo para entender realmente por qué están sucediendo ciertas cosas y explorar cómo pueden resolverse.

Tú te entregas a esta mayor participación porque ha habido un cambio de corazón. Puedes comprometerte a servir en el mundo y a estar en profunda relación con otras personas porque ha habido un cambio de corazón. Puedes convertirte en una fuerza para el bien en el mundo, en una persona que inspira a las demás, una persona que representa un valor real para tu comunidad, porque ha habido un cambio de corazón.

En algún lugar a lo largo del camino tu consciencia reemplazó a tus ideas. Has hecho una conexión más profunda dentro de ti. Has sentido el poder y la presencia del Conocimiento. Reconociste que algo estaba realmente mal, y que ibas a comprometerte con su resolución. Ya no eres solo un observador crítico de la vida, ahora eres un participante, ahora estás comprometido.

Si tu participación es regida y motivada por la inteligencia mayor que Dios te ha dado, tú serás compasivo, y estarás dispuesto a reconsiderar tus ideas y tus creencias frente a las necesidades reales del mundo que te rodea.

Esto es lo que el mundo necesita. Se necesitan personas que estén impulsadas y guiadas por este Poder Superior. Esto es lo que tú necesitas, para convertirte en lo que eres y cumplir con tu destino mayor en el mundo, un destino que fue decidido antes de que vinieras aquí. Esto es lo que necesitas para satisfacer la necesidad más profunda e intensa de tu alma.