Marshall Vian Summers
en diciembre 30, 2014
Escuchar el audio original de la revelación, en inglés:
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Hoy hablaremos de un Mensaje para el mundo del Islam. Porque Dios desea hablar de nuevo a un mundo en gran necesidad y ha enviado un nuevo Mensajero al mundo. Nadie puede decir que esto no puede ser, porque depende de Dios lo que Dios quiere hacer.
Pero Dios cuida de las grandes tradiciones del mundo, las cuales han sido muy cambiadas por el hombre a través del tiempo, y han sido utilizadas por los gobiernos y el comercio con diferentes propósitos y a menudo con fines muy poco sagrados.
Incluso hoy hay gran violencia religiosa en el mundo, en el mundo del Islam, del mismo modo que ha habido violencia religiosa en otras tradiciones a lo largo de los siglos, con terribles resultados, y gran crueldad y devastación causada en el nombre de Dios, lo que en todos los casos es una abominación.
Pero Dios comprende que, sin el poder del Conocimiento para guiarlas, las personas viviendo en Separación estarán confusas y cometerán errores, incluso graves errores. Se dañarán a sí mismas y a otros y dañarán al mundo entero.
Esta es la situación que estáis encarando ahora —un mundo en declive, un medioambiente cambiante, provocado por la ignorancia, la corrupción y el abuso humanos—. Este es un gran punto de inflexión para la familia humana. Es mayor que sus luchas políticas y su cambio social. Es mayor que su ideología. Es suficiente para socavar y destruir toda la civilización humana.
Dios ve lo que está viniendo. Dios sabe cuándo es el momento de hablar. Que nadie rebata esto, porque sería mera necedad y arrogancia. Porque Dios existe más allá de las creencias y los principios religiosos de la humanidad; es una realidad más allá de la comprensión de tu intelecto, que es demasiado pequeño para tener en cuenta la grandeza de Dios; [un Dios] no solo de este mundo, sino de un universo de mundos —de billones de razas y más, en esta galaxia y en galaxias más allá, y en la extensión infinita de la Creación, la Creación atemporal, más allá de la manifestación física.
Escucha entonces las palabras de la Gracia, dadas a través de la Asamblea Angélica, la misma que dirigió a Jesús, a Buda y a Mahoma, a todos los que han venido de la Asamblea Angélica.
Ahora otro miembro de la Asamblea Angélica ha sido enviado —un hombre humilde, un hombre que ha luchado y se ha probado a sí mismo a lo largo de décadas de retos, recibiendo la mayor Revelación jamás dada a este mundo, dada ahora no en términos pastorales ni en anécdotas sino en los términos más claros posible, con mucha repetición y aclaración—. La Revelación trae su propio comentario, el cual no puede ser dejado a las personas en este momento ni en los tiempos venideros.
Por tanto, Nosotros hablamos hoy al mundo del Islam, con gran respeto, pero también con gran urgencia, porque debéis entender que el Profeta Mahoma fue parte de un Plan Mayor, uno de los grandes Emisarios. Pero no es el último. Nadie sabrá nunca quién puede ser el último.
Pero estos Emisarios solo vienen una vez cada milenio en una gran crisis, en un punto de inflexión y de oportunidad para la familia humana, para proporcionar una nueva visión, una gran clarificación, un nuevo camino a seguir en respuesta a un mundo cambiante y a grandes necesidades globales, que la humanidad no puede ver y para las cuales está completamente desprevenida.
Debes saber que el profeta Mahoma está con el Mensajero que se encuentra ahora en el mundo, porque ambos vienen de la misma Asamblea —son mitad humanos, mitad santos, imbuidos de una grandeza que ninguna otra persona en el mundo puede entender—. Más allá de ser maestros o simplemente profetas, grandes santos o defensores, ellos aportan una realidad completamente nueva, una gran expansión de la comprensión humana, una gran preparación para un futuro que será diferente al pasado.
Debes elevar tus ojos al Cielo para escuchar esto y comprenderlo. Tu mente puede oponerse por principio, por las leyes de vuestra religión, por lo que se dijo y escribió hace siglos. Pero Dios no está limitado por estas cosas. El Señor del universo no puede ser coartado por la presunción o la creencia humana.
El Señor del universo, que supervisa innumerables religiones, entiende que hay un mayor movimiento en el mundo de la humanidad, un Plan Mayor para el mundo de la humanidad, más allá de la comprensión humana. El hecho de que seas parte de este Plan es esencial, como verás, para tu propia revelación individual y tu salvación.
Ahora debes tener humildad. Debes ceder a la Gran Revelación que ahora se está dando al mundo. Fuiste enseñado y entrenado para someterte y ceder, pero eso no significa simplemente someterse y ceder a lo que se le dio a la humanidad siglos y siglos atrás. Significa someterse a la Voluntad de Dios.
La Palabra y el Sonido de Dios están en el mundo, hablando una vez más después de tan largo silencio, hablando ahora a un mundo alfabetizado, a un mundo de comercio y comunicaciones globales, hablando ahora con gran claridad, hablando ahora para decirte lo que está viniendo, cómo prepararte y qué debes hacer para traer la paz y la cooperación en un mundo que se enfrenta a tan drástico cambio.
Porque el conflicto humano ahora debe finalizar. Todo debe protegerse y preservarse en un mundo de recursos en declive y población creciente. Todo debe usarse sabiamente, con propósito, teniendo este futuro en mente. Ahora no puede desperdiciarse nada, como verás, porque estáis bebiendo de un pozo que mengua lentamente.
Dios previó esto, por supuesto. Es el sino de muchas naciones en el universo —innumerables— que degradan sus propios mundos y tienen que enfrentarse a la realidad de vivir en una Comunidad Mayor de vida en el universo. La humanidad no sabe nada de esto.
Esto forma parte del gran umbral que ahora estáis encarando. Es un contacto con otras razas que están ahora aquí en el mundo para aprovecharse de una humanidad débil y sin resolución, para promover el conflicto humano, para debilitar la autoridad humana, para socavar la soberanía humana en este mundo. Por esto, la humanidad debe unirse o se arriesga a perder todo lo que hay de valor aquí. La Revelación de Dios habla de lo que esto significa, de por qué está ocurriendo y de cómo los individuos y las naciones deben prepararse.
Las puertas del universo se están abriendo, pero debéis tener la voluntad de saber. Debes tener los ojos para ver y los oídos para escuchar. No debes estar limitado por creencias e ideologías religiosas, o estarás muerto para tu Creador —insensible, sin reconocimiento ni reverencia.
Solo viniendo a la Revelación de Dios podrás ver que en verdad es lo que dice que es, que habla íntegra, honesta y claramente, porque no puede haber ningún error.
El reto es para el oyente, como es siempre el caso, como fue en el caso de Mahoma. Porque, ¿quién podía oírle? ¿Quién le habría escuchado? Las personas en ese momento estaban muy ligada a su tradición, a su historia, a sus intereses económicos, a su posición política. ¿Quién habría escuchado a un Profeta de Dios? Cuanto lucho, incluso, para alcanzar el número inicial de personas en las que necesitaría apoyarse para traer su Revelación al mundo.
Ahora eso está ocurriendo de nuevo, como ves. No sabes lo bendecido que realmente eres por vivir en un tiempo de Revelación. Quizás pienses que es terrible. Quizás lo temas. Quizás lo rechaces. Tal vez te enoje y enfurezca. Pero eres muy afortunado de vivir en un tiempo de Revelación.
Esto revelará quién está abierto a Dios y quién no, quién puede recibir la Revelación y quién no, quién confía en el Creador y quién no. Verás, finalmente cuando llegue la prueba quizás todos se sientan seguros y protegidos en sus creencias y tradiciones religiosas, pero verás, la prueba será cuando el Señor hable de nuevo.
¿Quién pasará la prueba y quién fracasará? Dios no te castigará si fracasas, pero no busques el favor del Señor del universo si no apoyas a su Mensajero, si no escuchas su Gran Mensaje para el mundo entero, dado ahora no solo a una tribu o nación, sino a todas las personas en todas las tradiciones de fe —no para finalizar sus tradiciones sino para acercarlas, para hacerlas más puras, para alinearlas más con la Voluntad del Creador en vez de con los planes y objetivos de los hombres.
Esta será la prueba —la prueba para el destinatario, la prueba para ti como individuo. Porque no puedes ser neutral frente a algo como esto. No puedes fingir que no sabes. No puedes huir. El rechazo ciego significa que eres demasiado temeroso para ni tan siquiera mirar.
Esa es la prueba. ¿Puede la familia humana, tan fracturada y dividida como está, tan llena de enemistad, conflicto y desconfianza como está, recibir un Nuevo Mensaje de Dios —un Mensaje para salvar a la humanidad del colapso interno y de la subyugación del exterior?
¿Quién escuchará? ¿Quién oirá? El Mensajero es un hombre mayor ahora. En sus años restantes, ¿quién escuchará y quién oirá? Él es el portador de la Palabra. No hay nadie más. Él representa el cumplimiento de las profecías, nadie más.
Él es un hombre humilde. No reclama poder mundano. Él no conducirá una nación. Él no dirigirá un ejército. Porque eso no es necesario ahora y solo sumiría a la humanidad en un conflicto grave e interminable.
Si es rechazado, la civilización humana comenzará a declinar, según los ríos se sequen, según el planeta se vuelva insoportablemente caliente, según los cultivos fracasen, según un gran número de personas se vean obligadas a huir de su tierra natal. ¿A dónde irán todas ellas, y quién las recibirá?
Algunas pensarán que es el fin de los tiempos, pero realmente es la gran transición, la gran adaptación a un mundo que la humanidad ha creado por su uso indebido del mundo, por su ceguera e ignorancia, usándolo todo solo para el momento.
¿Quién tiene ojos para ver y oídos para escuchar? El mundo te está diciendo estas cosas todos los días. Las Grandes Olas del Cambio están llegando. Están levantándose. Están justo comenzando.
Rezas a Dios pidiendo liberación, pidiendo fuerza, pidiendo propósito. Rezas a Dios pidiendo la resolución de los conflictos. Rezas a Dios por el bienestar de tu gente y de tu nación. Y Dios envía una Gran Revelación al mundo, tan grande que ni siquiera puedes entenderla. Pero ¿quién recibirá la respuesta cuando se da? ¿Quién tiene la humildad, el coraje, para escuchar de nuevo?
Si niegas al Mensajero y a la Revelación, Dios no te va a castigar. Pero no busques el favor de Dios. No busques el favor de la Asamblea Angélica que vela por este mundo.
No puedes ser neutral. Si mantienes una posición de incertidumbre es porque tienes miedo de ver y saber. Está claro como el día, si careces de preferencias.
Es un gran reto, una gran prueba. Es la cosa perfecta para el mundo ahora. Porque las religiones del mundo no pueden salvar a la humanidad de lo que enfrenta ahora. Ellas no fueron diseñadas para hacer esto. Todas ellas son bloques de construcción de la civilización humana, todas son una preparación para un futuro mayor. Todas son necesarias. No debería haber ningún conflicto entre ellas. No debería haber persecución entre ellas. No debería haber guerra entre ellas, porque este es un gran y grave error.
Ningún hombre, ninguna nación, ninguna institución puede afirmar que tiene una comprensión de la Voluntad, la Presencia y el Poder de Dios, porque eso está totalmente más allá de la comprensión humana. ¿Puede entenderse a un Dios de innumerables razas y miles de galaxias? Esto es el epítome de la arrogancia y la presunción.
La autenticidad de la Revelación está en el Revelación. Es totalmente honesta. Es totalmente pura. Es totalmente clara. Si escuchas con el corazón abierto, tratando de servir y conocer a Dios, entonces sus regalos serán evidentes, y veras su total relevancia para el mundo que enfrentáis ahora y que tendréis que hacer frente cada vez más en el futuro.
El Sonido y la Palabra están en el mundo. Nuestra Voz está siendo disponible ahora por primera vez —la Voz que habló a los grandes Emisarios, a los grandes Mensajeros del pasado. Disponible ahora para que puedas escucharla, para que no haya ningún error, para que la Revelación no sea malinterpretada ni reinventada después por individuos astutos, inteligentes y ambiciosos.
El espíritu y el corazón de la Revelación están en consonancia con todo lo que se ha dado antes en su forma pura, pero ¿quién tiene las Revelaciones del pasado en su forma pura?
Debe darse y se está dando una gran clarificación, de manera que el Cristianismo, el Islam, el Budismo, el Hinduismo y todas las demás tradiciones religiosas puedan sobrevivir dentro de una Comunidad Mayor de vida y no morir simplemente por anticuadas o irrelevantes frente a la experiencia del Nuevo Mundo.
Es grandioso que las Revelaciones se hayan dado y preservado. El mayor honor es servirlas, en la capacidad de cada persona. Ellas son muy importantes para asegurar el éxito y el futuro de la humanidad.
Pero ellas no pueden usarse como armas de guerra. No pueden usarse para perseguir a otras personas. No pueden usarse para justificar la crueldad, el castigo y la muerte bajo ninguna circunstancia. Debéis arrepentiros en este sentido. En cada tradición, debéis arrepentiros.
Toda comprensión humana es una estimación. Viviendo en el tiempo, el espacio y el cambio, no puedes entender lo que es para siempre, lo que es permanente, lo que no cambia. Hasta que despiertes de tu estado separado no serás capaz de ver lo que es eterno y para siempre.
Dios ha traído la respuesta a la Separación —a lo que te separa de tu Fuente, de tu origen y de tu destino; lo que te mantiene en la miseria; lo que te mantiene confundido y agravado, temeroso, envidioso y lleno de remordimiento—. La respuesta es la gran Revelación de este tiempo.
Mahoma está con el Mensajero. Debes entenderlo. Esto no es una competición. Es un cumplimiento. Esta es la etapa siguiente. Este es el siguiente capítulo que une todos los capítulos anteriores, los honra y les da fuerza. Ahora tienen un propósito mayor.
El objetivo es salvar la civilización humana del colapso interno y del sometimiento externo. Cada religión tiene que servir a este propósito o todo aquí se perderá. Es el mayor cambio que la familia humana ha tenido que enfrentar, y solo está empezando.
Tendrás que defender el planeta, no solo tu tierra natal, a través del servicio, a través de la contribución, a través de la cooperación, a través de la sabiduría, el poder y la fuerza. Si las naciones comienzan a fallar, caerán como fichas de dominó.
Es esto lo que debéis evitar. Esta es tu llamada. Tengas o no una religión, seas fiel o no, esta es tu llamada. Si perdéis vuestra base aquí en el mundo no tendréis nada más que desesperación. Y no habrá buen resultado para ti, para tu nación, para tu vida.
Por eso Dios ha hablado de nuevo. Dios no permitiría que la humanidad fracase a causa de su estupidez y arrogancia. Porque Dios ama a la humanidad. El Plan de Dios es salvar a la humanidad, y por eso Dios ha hablado de nuevo.
Gente del Islam, escuchad la Nueva Revelación. Escuchad la Gracia, el Poder y el Amor que esto os trae —la libertad, la certidumbre, la claridad.
Sea cual sea tu posición en la sociedad, el reto es el mismo. El regalo es el mismo. Este te liberará internamente. Pondrá tu vida en equilibrio. Restaurará para ti la razón mayor por la que has venido a este mundo en este tiempo, en estas circunstancias; el momento perfecto para estar aquí. Pondrá fin a la vergüenza y la indignidad si puedes recibirlo, si puedes seguirlo y entenderlo.
Esto realizará al Islam, el cual se está ahora cayendo a pedazos, dividiéndose en facciones en guerra, rompiéndose a lo largo de su gran división, sucumbiendo a un mundo cambiante.
Dios busca realizarte, no despojarte, pero debes ver con ojos despejados. Debes escuchar con un corazón abierto. Debes rezar pidiendo certidumbre y claridad en estos asuntos, porque Dios ha hablado de nuevo.
La Revelación está en el mundo. Le ha tomado al Mensajero 30 años recibirla y aprender de ella suficientemente. Le ha tomado 30 años llamar a unos pocos individuos para ayudarle a proceder.
Él ha mantenido un registro de todo el proceso de Revelación, que está siendo revelado ahora por primera vez para que puedas saber y comprender, para que puedas ser aliviado y descargado, para que el mundo pueda tener un nuevo comienzo en vez de un final calamitoso, y para que la gente de todas las naciones y religiones pueda honrar la humanidad del otro y saber que sirven a un único Dios.
Esta es la Nueva Revelación que hace esto posible