Como fue recibido por
Marshall Vian Summers
en octubre 20, 2015

Escuchar el audio original de la revelación, en inglés:

Descargar (Clic derecho para descargar)

La humanidad se encuentra en el umbral de un gran cambio global, un cambio mundial a una escala nunca antes vista, causado ahora por el uso inadecuado y excesivo del mundo por la humanidad, causado por la ignorancia y la codicia humanas. Esta es ahora una condición que afectará la vida de cada persona.

Aunque pocos son todavía conscientes de esto, se trata de una emergencia global. Habéis cambiado la química de la atmósfera, las aguas y el suelo. Y ahora el mundo está cambiando —cambiando muy rápidamente, muy peligrosamente, cambiando ahora en formas que os afectarán más de lo que comprendéis.

El Nuevo Mensaje de Dios para el mundo debe hacer sonar la alarma y proveer la preparación para una nueva realidad mundial. Este es un tiempo y un umbral que llamará a muchos a emerger de sus vidas centradas en sí mismos, a emerger de su miseria y confusión personal para servir a un mundo en peligro.

Esta es una de las razones por la que hay una Intervención del universo más allá de vosotros, porque los que valoran este mundo para sí mismos reconocen lo que está ocurriendo. Han testado la atmósfera del mundo. Ellos entienden lo que la humanidad ha hecho para contaminar su aire, sus aguas y sus suelos. Porque esto ha sucedido innumerables veces en el universo. Es algo que se entiende bien allí. Así que ahora hay una carrera para ganar el control del mundo, para preservarlo para el uso de los de afuera. Ellos están directamente conectados a esto, como ves.

Esta es una emergencia global a una escala que todavía no habéis reconocido. Tiene el poder de destruir la civilización humana. Tiene el poder de generar una intervención externa. Tiene el poder de crear aquí el caos a un nivel nunca visto antes.

Tendrás que seguir ahora un poder más profundo dentro de ti, porque cada vez habrá más fricción a tu alrededor y por todo el mundo, a medida que las comunidades humanas son estresadas hasta un punto de ruptura, a medida que las antiguas animosidades comienzan ahora a desbordarse y a engullir a naciones y regiones, a medida que la competencia por los recursos restantes se vuelve feroz y peligrosa, produciendo conflicto y deterioro a una escala nunca vista antes.

Para algunos parecerá que es el fin del mundo, el cumplimiento de una antigua profecía, como si todo fuera obra de Dios. Pero Dios no es el autor de esta emergencia global. Dios es testigo. Esta situación es la consecuencia de la ignorancia y el egoísmo de la humanidad, de su miopía y falta de comprensión del futuro y de las consecuencias de sus acciones.

Ahora Dios debe advertir a la familia humana del gran peligro que ha creado, de la gran calamidad que ha puesto en marcha. Porque durante este tiempo, la humanidad puede prepararse y puede mitigar las consecuencias de sus acciones.

Si no lo logra, entonces la civilización humana estará en peligro, en todas partes, en todas las naciones. Las economías quebrarán. Millones de personas se quedarán sin trabajo. Millones de personas tendrán que abandonar sus países de origen, que se habrán vuelto estériles e inhabitables.

Es por eso que la Nueva Revelación de Dios para el mundo debe hacer sonar esta alarma, debe dar esta advertencia. Habéis cambiado el clima del mundo. [Ahora], este está cambiando por sí mismo. Va a seguir cambiando. Producirá sequías, inundaciones y privación. Arruinará las economías de los países que tengan que lidiar con las consecuencias y los eventos; con las calamidades que ahora serán cada vez más frecuentes y cada vez más destructivas.

Este es un tiempo en el que la humanidad tendrá que unirse para proteger el mundo y salvarse a sí misma. Aquí Dios está dando la advertencia, la bendición y la preparación para salvarte, para salvar a tu nación, para salvar a vuestras familias y comunidades, para salvar la civilización humana.

No podéis permitiros el lujo de descender en el caos, porque eso agotaría el resto de los recursos del mundo, dejando un grado de empobrecimiento que no puedes imaginar.

La Asamblea Angélica que supervisa este mundo ha visto esto venir. Y esto se está acercando muy rápido ahora, acelerándose por sí mismo, y precipitándose aún más debido a que la humanidad continúa contaminando el aire, las aguas y los suelos; poniendo en movimiento fuerzas que aún no entiende plenamente, poniendo en movimiento fuerzas de cambio y convulsión que trabajarán contra la humanidad, que ahora amenazarán a la humanidad.

Esta es una carrera para salvar la civilización humana. Es una carrera que se debe emprender. Es una llamada a la cooperación y la unidad humanas para hacer frente a una realidad que no se ha visto antes en la Tierra en tiempos de la civilización humana.

Dios sabe lo que está viniendo. La Asamblea sabe lo que se avecina si la humanidad no se prepara. Porque esto ha sucedido innumerables veces en el universo, donde mundos raros y hermosos como éste son destruidos y arruinados por el desconocimiento de su población nativa; explotados, saqueados y contaminados en tal grado que el entorno natural comienza a declinar.

No podéis permitirlo. Debes verlo. Debes encararlo. Debes tener el coraje, la honestidad y la humildad para enfrentarlo. Solo un gran peligro inmediato, solo una gran tribulación, solo una gran oportunidad para la unidad y la cooperación humana —nacida ahora de la necesidad— requerían que Dios hablara al mundo de nuevo.

El tiempo apremia. La humanidad se ha demorado demasiado tiempo. Esta es una crisis que ha sido prevista por quienes son prescientes o están bien informados. No pienses que hay otros problemas ante la humanidad que puedan competir con lo que estamos diciendo hoy aquí. No pienses que hay alguna otra gran necesidad o requisito que supere lo que estamos diciendo hoy aquí. Esta es una gran advertencia. Está ante ti.

Las ciudades costeras y los puertos del mundo podrían inundarse en 30 años. Las tierras se secarán. Las cosechas fallarán. Habrá migración humana a una escala nunca vista, con gran tribulación y conflictos emergiendo. Será una situación abrumadora si la humanidad no se prepara.

Este es el asunto más importante del mundo. Se requerirán todos los recursos, talentos, capacidades y cooperación de la humanidad para lidiar con esto y asegurar el futuro de la humanidad en un mundo que ahora ha cambiado y se ha vuelto más difícil y más peligroso. Será el mayor esfuerzo humano en la historia de este mundo.

Pero la humanidad debe unirse. Debe poner fin a sus conflictos incesantes y a su competencia destructiva para colaborar ahora, o las naciones caerán como fichas de dominó. Y su crisis será tan abrumadora que superará la capacidad de la humanidad para tratar con ella en el futuro si la humanidad no puede preparase o no se prepara. Hemos hablado de esto repetidamente, pero la crisis es cada vez mayor. Está creciendo.

Dios ama a la humanidad, de lo contrario miraría hacia otro lado y permitiría que los amargos frutos de vuestras acciones os confrontaran y sobrepasaran. Pero Dios ama este mundo y pretende que sea una nación libre y avanzada en el universo, donde la libertad es rara y donde mundos como éste son raros y muy difíciles de encontrar.

Razas de otros mundos se han enfrentado a estas situaciones. Son situaciones bien conocidas, y por eso ahora la exploración de la tierra y la Intervención se están llevando a cabo con gran determinación, sin el uso de la fuerza. Porque esas pocas naciones que están involucradas en esto no quieren degradar aún más el mundo con conflictos, y se apoyarán en el trabajo y la cooperación humana para lograr el control aquí. Ellas no quieren destruir a la humanidad, sino usarla para sus propios fines. Y puesto que la conquista no está permitida en esta parte del universo, deben buscarse otros medios: en el engaño y la persuasión, armas mucho mayores de lo que piensas.

Las personas están absortas y obsesionadas consigo mismas. Los ricos están atrapados en una red de codicia, confusión y decepción. Los pobres están luchando para sobrevivir cada vez con mayor dificultad. Los gobiernos están comprometidos en mantener una realidad que solo puede degradar aún más el mundo.

No pienses que esto será fácil. No pienses que alterar el curso actual de la humanidad requerirá solo unas pocas cosas. No pienses que existen soluciones fáciles y básicas. Serán necesarias miles de soluciones, y solo tenéis unas pocas. Tendréis que encontrar las otras, y se necesitará gran colaboración y esfuerzo humano para hacerlo posible.

Estás viviendo una emergencia mundial. No pienses que esto no afectará a tu vida profunda y completamente. Puede arruinar vuestras economías. Puede conducir a hambrunas y muertes masivas. Puede llevar a la guerra, la guerra perpetua, a una escala que nunca se ha visto aquí antes. Puede crear calamidades muy violentas y continuas, como si la naturaleza se agitara en contra de la humanidad, amenazada ahora por lo que ha creado; por el mundo que ha creado, por el cambio que ha creado, por la destrucción que ha creado para otras formas de vida y ahora para sí misma.

Esta es una llamada a todas las naciones, a todas las religiones. Dios ha provisto la preparación esencial, la cual se debe realizar si la humanidad va a tener el coraje, la determinación y la visión para ver lo que se debe hacer, para tomar las medidas que se deben adoptar y para construir la cooperación que se debe crear.

No será suficiente centrarse únicamente en acabar con la pobreza o en traer una mayor justicia en tantos lugares donde se necesita. No bastará con usar el mundo de forma más inteligente. No bastará únicamente con cesar la contaminación.

Tendréis que enfriar el planeta; una tarea mucho más grande de lo que jamás se haya logrado, pero aun así posible. Pero ello requerirá una radical redistribución de los recursos, una redirección de la voluntad y el propósito humanos, una mayor utilización de todas las ciencias y capacidades humanas.

Vais a tener que enfriar el planeta. La emergencia global cambiará todo lo que la humanidad está haciendo ahora mismo. Tendréis que replantar los bosques, restaurar los suelos y limpiar los ríos. Las personas tendrán que vivir de forma muy simple, porque toda la riqueza del mundo será gastada en eso.

No habrá ningún lugar donde esconderse para los ricos. No habrá un aislamiento real para los privilegiados, porque todo lo que tienen será amenazado por las cosas de las que hablamos aquí hoy.

Es el gran Amor de Dios el que está trayendo esta advertencia. No pienses que es de alguna manera exagerada, porque ni siquiera estamos diciendo todas las cosas. Y no lo estamos diciendo todo porque no tienes todavía el coraje, la capacidad y la determinación para oírlo y encararlo.

Muchos ignorarán lo que estamos diciendo. Muchos no responderán. Y ellos serán arrastrados cuando las Grandes Olas golpeen —sin percatarse, sin preparación— porque no las vieron venir, no prestaron atención a la advertencia y no reconocieron las señales.

Cambia tu vida. Simplifica tu vida. Usa tan pocos recursos del mundo como puedas. Colabora. Perdona. Conoce lo que está ocurriendo en el mundo. Mira la gran crisis que viene sobre el horizonte. Mira con ojos honestos y objetivos, con tanto coraje como puedas reunir.

Dios te ha dado la gran fuerza y determinación que necesitas para elevarte para esta ocasión —el mayor acontecimiento en toda la historia humana—, un evento que va a determinar el futuro de cada persona, de vuestros hijos y vuestras futuras generaciones. Dios te ha dado el poder y la determinación en el nivel del Conocimiento, el Conocimiento que vive dentro de ti más allá de la superficie de tu mente, más allá de tu intelecto y de todas tus preocupaciones y quejas.

Es en este nivel donde las personas deben ser encendidas, o no tendrán el coraje y la determinación; el coraje, la honestidad o la compasión para enfrentar algo de esta magnitud. Y por eso Dios te está dando la llave, el ingrediente secreto, la única cosa que marcará la diferencia —toda la diferencia en tu vida como individuo y toda la diferencia en la vida de la humanidad en su conjunto—. Porque Dios ha puesto un Conocimiento más profundo dentro de ti. Y este no está corrompido ni contaminado por el mundo y todas sus ilusiones y tragedias, su miseria y su degradación.

Dios te ha dado la fuerza que necesitarás, y está siendo proporcionada en la Nueva Revelación de Dios para el mundo, tal vez la revelación más importante jamás dada —dada ahora para salvar a la humanidad de sí misma; dada ahora para salvar la civilización humana; dada ahora para redimir a todos los que puedan responder a ella; dada ahora con gran urgencia, con gran advertencia, pero también con la gran Bendición del Creador. Porque Dios no quiere veros caer en el momento de mayor necesidad.

No te encierres en tu pequeña vida temerosa. No te retires hacia las sombras. No te preocupes con las pequeñas cosas, o los romances tontos que no tienen promesa en un mundo cambiante.

Esta es una llamada a elevarse para el mayor evento de la historia. Es una llamada de una necesidad tan grande y tan profunda que, si la reconocieras tan siquiera parcialmente, ello alteraría completamente tus prioridades, tus acciones y tus intenciones.

Las Grandes Olas de Cambio revelarán la corrupción, la ilusión, la ignorancia y la estupidez humanas. Pero también tienen el poder de generar una fuerza muy poderosa capaz de activar y poner al servicio del mundo la mayor fuerza, el mayor propósito y la mayor dotación que el Creador le ha dado a la humanidad.

Pero para ver la solución debes ver el desafío. Debes ver la emergencia global. Y debes ser parte de ella, porque formas parte de ella. Debes encontrar tu lugar y tu rol. Debes prepararte mediante la Revelación. Debes ganar los ojos para ver y los oídos para escuchar. Si puedes hacerlo, tu rol individual empezará a emerger lentamente según pones tu vida en orden y ganas la visión para ver lo que está ocurriendo en tu mundo y en tu vida.

No busques iluminación. No busques escapar, porque no hay escape. Solo habrá contribución y colaboración, o fracaso y catástrofe.

Permite que esta sea tu comprensión.