Cuando experimentas la decepción, la primera clave es aceptarla. No la combatas. Siempre hay un alivio en esto. La segunda clave es el estado de alerta, estar alerta a lo que está sucediendo. La tercera clave es dejar abierta la explicación. La cuarta clave es el duelo por la pérdida, y la última clave es comprometerte a actuar. Por tanto, hablemos de cada una de estas claves.
Cuando la decepción es evidente, las cosas no están saliendo como habías planeado. Algo no va a suceder como pensabas y puede que no suceda nunca. Aceptarlo te permite distanciarte de la experiencia y observar verdaderamente tu entorno, la situación actual y tu propia respuesta. Esto te da poder inmediatamente, porque te brinda la libertad y la fuerza para ser un testigo. Esto te permite estar alerta.
Uno de los aspectos más profundos e importantes en toda tu educación, independientemente de lo que hagas en la vida, es el estado de alerta. Parece tan común que nadie piensa en ello cuando habla del desarrollo personal, el entrenamiento espiritual y demás. Las personas hablan de la conciencia, pero la conciencia no es lo mismo que el estado de alerta.
Una vez que la toleres y estés alerta, entonces puedes comenzar a presenciar lo que está sucediendo. El siguiente punto importante es dejar abierta la explicación. Para los que han tomado cursos y leído libros, es muy tentador dar una explicación inmediata. «Sé por qué está sucediendo esto. Es por esta razón. Esto debe ser por esta causa, y eso por aquella otra». Cuando piensas así, dejas de estar alerta. Ahora te vuelves complaciente con tus explicaciones. Dejar la situación sin explicar te permite y te exige estar alerta. Ahora debes observar. La vida recibe tu atención.
Luego viene el duelo. Es muy bueno llorar por una pérdida, pero no por mucho tiempo —intensamente, pero por un corto período de tiempo—. El luto es embarazoso y menoscaba tu idea de ti mismo, pero te permite dar el siguiente paso. Recuerda, si estás alerta puedes saber lo que está sucediendo. Entonces puedes seguir cada paso. Simplemente no tienes todavía una explicación. Entonces alcanzas una posición para estar listo para la acción, porque cada decepción abre una nueva puerta —tal vez algo en lo que nunca habías pensado, o algo en lo que habías pensado al principio de tu vida, y que ahora está ahí esperándote, como una nueva oportunidad.
El duelo es especialmente evidente en las relaciones, porque hay muchas decepciones en ellas. Donde hay ambición, hay decepción. No queremos desalentar tu ambición. Deseamos que eso, en cambio, conduzca a su conclusión. Muchas personas quieren saber el propósito de sus vidas, el significado de sus experiencias y el sentido de los acontecimientos que ocurren a su alrededor, pero no puedes saber estas cosas desde la superficie de tu mente. Debes ir más hondo.