Deep Happiness Revelation Image
Como fue recibido por
Marshall Vian Summers
en septiembre 13, 2008

Escuchar el audio original de la revelación, en inglés:

Descargar (Clic derecho para descargar)

Te aguarda mayor una felicidad y satisfacción. Una mayor felicidad y satisfacción que será el resultado de estar profundamente conectado con el mayor propósito y significado de tu vida.

Está no será una felicidad momentánea, como la felicidad que surge de una estimulación placentera. No es una felicidad por la que debas esforzarte mucho mediante actividades externas o recreativas.

Es más bien una sensación permanente de estar conectado con tu interior, de ser una persona completa, de estar integrado. Es una felicidad que nace al comprender que estás aquí por un propósito mayor y que, aunque permanezca indefinido e incumplido, te sientes conectado a ese propósito. Y tú tienes la libertad para seguirlo.

Intentar estar felizmente estimulado durante todo el día, tratar de escapar de tus propios sentimientos más profundos y de las mayores responsabilidades en la vida, es, por supuesto, muy atractivo para muchas personas. Hay cosas dentro de ellas que no quieren afrontar. Hay cosas en el mundo que ellas no quieren enfrentar. Están llegando al mundo Grandes Olas de cambio que ellas no quieren enfrentar. Y la felicidad que intentan conseguir y proteger es muy fugaz, y está cargada de mucha ansiedad y preocupación.

Porque cuando no estás conectado realmente con la corriente más profunda de tu vida, estas molesto, estas inquieto, estas agitado, estas incómodo. Estar desincronizado de ti mismo, sin relacionarte con tu naturaleza más profunda, no puede producir ningún tipo de bienestar ni consuelo verdaderos. Tratar de escapar de ti mismo, intentar no ver lo que se avecina en el horizonte de tu vida, sólo aumenta esa incomodidad.

Aquí la felicidad se convierte en una especie de droga. Quieres tomar una droga o un escape que te alivie de tu constante ansiedad y nerviosismo. Quieres ser frívolo, quieres estar despreocupado, quieres estar alegre. Pero vives bajo una oscura nube de incertidumbre.

No tener relación con tu naturaleza más profunda hace que sea muy difícil tener algún tipo de relación significativa con cualquier otra persona, porque querrás evitar en ellas lo que estás evitando en ti mismo. Y esperas que estar juntos no estimule sentimientos desagradables o recuerdos dolorosos. Intentas comportarte bien, no estar enojado, ni estar irritado, ni ser crítico. Tienes que contenerte. No puedes estar a gusto.

Estas aflicciones son tan comunes que las personas consideran que esta es una forma de vida normal, un estado normal de conciencia. Las personas se pierden en el trabajo y sienten que su hiperactividad siempre está justificada. Las personas se pierden en sus romances, en las dificultades de otras personas. Se pierden en sus pasatiempos o en su excesivo énfasis en cosas triviales, intentando ser felices.

Tratar de ser feliz conduce al autoengaño, porque te encontrarás negando tu propia experiencia y gran parte de la realidad que te rodea para intentar preservar esa sensación de estar feliz y despreocupado. Las personas dicen vivir el momento, pero lo que realmente están diciendo es que ellas no pueden encarar el futuro y que no han resuelto el pasado.

Como tienes una relación con el futuro y tienes una relación con el pasado, para poder estar plenamente presente en el momento, debes estar presente para cualquier cosa que realmente esté ahí. No puedes pensar: «Sólo estaré presente en aquellas cosas que me agradan, en aquellas que me tranquilizan, sólo en aquellas que satisfacen mis expectativas».

Eso no es estar presente. Y estar presente es la base para ser capaz de experimentar el amor, la afinidad y la compasión. Si no puedes estar presente con tu propia experiencia, realmente no puedes estar presente con la experiencia de otra persona.

Si le dices a la vida: «Sólo quiero ver lo bueno. Sólo quiero ver la felicidad. Sólo quiero ver lo placentero», entonces no estás en relación con la vida, porque la vida incluye una amplia gama de experiencias.

Al no tener relación contigo mismo, te sentirás desconectado, no tendrás ninguna confianza real, no sabrás realmente de lo que eres capaz. No conocerás tus fortalezas y debilidades con suficiente claridad para discernirlas. Ese es un estado de constante frustración, nerviosismo y ansiedad.

Aquí, la felicidad se convierte en una adicción y en muchos casos en una droga. Tomas una droga para sentirte alegre, para sentirte creativo y para sentirte enérgico. Has perdido tu conexión con el Conocimiento y la conciencia más profunda dentro de ti. Y ahora la droga está ahí para aliviar tu dolor y tu ansiedad. Tienes sentimientos profundos y estos siguen emergiendo, pero tú sigues huyendo de ellos.

Esto conduce a formas cada vez mayores de evasión y adicción. Es un problema fundamental en la vida. Pero Dios te ha dado una mayor Inteligencia, en lo profundo de ti. Esta mayor Inteligencia es fuerte. No está condicionada por el mundo. No es amenazada por el mundo. No tiene miedo. Es capaz. Y es sabia. Representa un Conocimiento más profundo dentro de ti.

Comienza a dar los Pasos al Conocimiento, a experimentar el poder y la presencia del Conocimiento, para reconstruir una conexión esencial con la corriente más profunda de tu vida.

En el camino tendrás que encarar tu dolor, tu ira y tu falta de perdón. Tendrás que reexaminar tus relaciones anteriores y ejercer el reconocimiento y el perdón. Tendrás que afrontar todas esas cosas que quizás intentaste evitar en el pasado, pero ahora lo harás para construir una conexión real dentro de ti.

Esto te hace más abierto a otras personas, más discerniente con los demás y más objetivo en tu comprensión de los demás. Esto te saca de las sombras, de la oscuridad de tu propio dolor y evasión. Esto te lleva a una felicidad más profunda y a una mayor satisfacción.

El Conocimiento dentro de ti te da la fuerza para enfrentar estas cosas. Y a medida que te acercas al Conocimiento, sentirás que una gran fuerza vive dentro de ti y que no eres débil ni patético. Esto comienza a borrar cualquier sensación de baja autoestima. Y te muestra que, en tu pasado, todos tus desaciertos, tus errores de juicio, tus errores de cálculo se debieron a que no estabas conectado a esta Inteligencia más profunda.

A tu alrededor, verás personas tratando de huir de sí mismas, intentando evitar cosas, y tú comprenderás su situación. No juzgarás ni condenarás tanto. Pensarás para ti mismo: «Oh, sí, entiendo cómo es eso. He vivido antes en ese estado mental».

Dios te rescata porque Dios te da algo importante que hacer en la vida. Y ese importante conjunto de actividades implica relaciones importantes con otras personas. Eso comienza a borrar toda la falta de perdón que tienes hacia ti mismo y hacia otras personas. Eso restaura tu fuerza y tu sentido de dirección real en la vida, y reafirma que has venido de tu Antiguo Hogar trayendo dones para el mundo, que esos dones son valiosos y únicos en ti, y que estás especialmente diseñado para ofrecerlos, llevarlos y expresarlos.

Aquí son borrados el intenso dolor de la Separación de Dios y el intenso dolor de la Separación de tu propia naturaleza más profunda.

Ahora la vida es simplemente problemática, circunstancialmente difícil, en ocasiones muy molesta, pero dentro de ti hay una profunda sensación de rectitud sobre tu vida. Estás en el camino correcto. No estás vagando sin rumbo. No eres abrumado por la decepción o la agitación.

Las dificultades de la vida son circunstanciales. Son menos personales para ti. Todavía tienes debilidades y ciertas predisposiciones con las que debes tener cuidado. Todavía tienes ciertas tendencias que debes gestionar sabiamente. Pero fundamentalmente te has reconectado con el propósito superior para el cual estas aquí. Y estás siguiendo ese propósito paso a paso, permitiendo que se te revele a medida que avanzas.

Esto requiere una gran seguridad en uno mismo y una gran confianza. Aquí no tienes que tranquilizarte constantemente, ni demostrarte a ti mismo que tienes valor, que eres inteligente o que tu vida tiene sentido, porque estas cosas serán evidentes por sí mismas.

Dios te rescata dándote algo importante que hacer en la vida. Verás, esa es realmente la sanación, porque fuiste enviado al mundo para dar algo único que satisface una necesidad real en el mundo. Y si estás cumpliendo esa misión y permitiendo que se te revele paso a paso, entonces estás satisfaciendo la necesidad más profunda de tu alma.

A pesar de las limitaciones que tengas dentro de ti mismo, de las pequeñas irritaciones que tengas con la vida, de las decepciones que puedas encontrar en el camino, nada puede borrar ese sentido de rectitud de que estás realmente haciendo lo que viniste a hacer aquí. Esto produce una felicidad y una satisfacción que es profunda y duradera.

Eso no significa que estés riéndote todo el día. No significa que cada momento sea placentero. No significa que estés despreocupado. Significa que estás conectado, que estás realmente conectado a quién eres y por qué viniste aquí. Y estás empezando a estar conectado con las personas que realmente necesitas conocer y reunirte en la vida.

Esto deshace la fuente de todo tu sufrimiento, que es el resultado de estar separado o desconectado de tu verdadera naturaleza, de tu Creador y de tu verdadero propósito para estar aquí. Si tienes esta desconexión, entonces ninguna cantidad de placer o estimulación podrá borrar la profunda sensación de soledad y descontento que sentirás contigo y que llevarás contigo a todas partes.

Podrías vivir una vida cómoda, una vida sin exigencias primordiales, y seguirías estando inquieto —caminando como un animal enjaulado, de un lado a otro, incapaz de quedarte quieto contigo mismo, incapaz de estar plena y completamente con nadie— intranquilo, agitado, confundido.

Dios te da el escape de estas cosas al darte algo importante para hacer, para saber y para experimentar. Entonces podrás aprender a ser serio y alegre al mismo tiempo. Al principio esto parece una contradicción. ¿Cómo puedes ser serio y alegre al mismo tiempo? Porque cualquier cosa que parezca seria no tendría que ser algo sobre lo que podrías estar alegre. Por tanto, al principio, esto parece una contradicción.

Pero cuando comienzas a experimentar que estás tomando tu vida en serio, que estás evaluando en serio lo que realmente necesitas hacer, cuando realmente estás comenzando a reconectarte con la corriente más profunda de tu vida y con tu mayor propósito al venir aquí —lo cual es una búsqueda seria—, entonces comienzas a sentir como se disipa una especie de opresión dentro de ti.

La oscuridad en tu mente comienza a disiparse, como la niebla que se disipa bajo el sol de la mañana. Y cuando esa niebla comienza a disminuir, eres capaz de ver, de sentir y de conocer cosas que antes estaban demasiado nubladas para que pudieras experimentarlas.

Las personas en el mundo, si son lo suficientemente ricas, hacen grandes esfuerzos para tener experiencias de placer o felicidad. Hacen grandes esfuerzos para intentar sentirse conectadas consigo mismas en ciertas formas. Viajan por el mundo, escalan montañas, practican deportes extremos, se involucran en sus aficiones y en sus intereses en grados extremos, tratando de tener algún tipo de experiencia más profunda.

Ellas están gastando sus vidas, están gastando sus fortunas, están utilizando los recursos del mundo para intentar obtener una experiencia que ellas podrían tener si pudieran aprender a sentarse quietas, cada día.

Sentarse quieto requiere que estés contigo mismo y con tu experiencia. Requiere que veas la inquietud de tu mente y enfrentes todas las influencias que has permitido entrar en tu mente. Eso te muestra tu descontento. Te muestra tu falta de autodisciplina y la ausencia de concentración en tu vida.

Esto requiere un coraje tremendo. Enfrentarás todo lo que hay dentro de ti para alcanzar la corriente más profunda de tu vida. Esta es una búsqueda seria. Pero cuando comienzas a experimentar la corriente más profunda de tu vida, entonces sientes un alivio y una alegría.

No tienes que andar constantemente buscando y preguntando: ¿Quién soy yo? ¿Por qué estoy aquí? ¿Qué debo hacer realmente en la vida? Porque ahora estás empezando a experimentar la corriente más profunda de tu vida, donde esas cosas simplemente se sienten y se conocen. No tienes que salir e intentar definir tu vida, crear tu vida, establecer metas inmensas para tu vida o intentar —con inmenso esfuerzo y gran frustración— forjarte una realidad.

Porque el Conocimiento dentro de ti está moviendo tu vida. Te lleva en la dirección en la que realmente debes ir. Aquí, si estás involucrado en relaciones agravantes, verás que el Conocimiento te llevará a ellas o te alejará de ellas. Ellas están destinadas a ser parte de tu gran viaje o no, y esto traerá una tremenda resolución a tu vida.

Las personas luchan por tener cosas, o por ser algo, o por hacer cosas que realmente no tienen nada que ver con quiénes ellas son, ni por qué están aquí. Así que no importa cuánta energía o recursos inviertan en esas actividades, nunca resultan satisfactorias. No importa cuánto se esfuercen por intentar que sus relaciones sean funcionales, esas relaciones simplemente no pueden llegar a buen término.

Ser liberado de este intento desesperado es un tremendo consuelo para el alma. Ahora no tienes que esforzarte tanto. No es necesario que ganes la aprobación de los demás. No es necesario ser hermoso, inteligente, encantador ni atractivo para intentar ganarte la aprobación de otras personas y conseguir lo que deseas.

Aquí ves que las relaciones llegarán a tu vida cuando estés preparado para ellas, a medida que des los Pasos al Conocimiento dentro de ti, y sigas el verdadero movimiento de tu vida, paso a paso. Esto es un gran alivio y eso es lo que trae una sensación de alegría a tu vida.

Aquí estás asumiendo la tarea más seria y significativa de tu vida y, sin embargo, por dentro te sientes emocionado, sientes que tienes energía, hay un profundo entusiasmo, hay una sensación de rectitud en tu vida. Estás agradecido de estar libre de tus objetivos anteriores, los cuales nunca podrían brindarte una verdadera satisfacción.

Cuando ganes una visión más ventajosa, siguiendo este movimiento del Conocimiento, mirarás a tu alrededor y parecerá que las personas están encadenadas, tratando servilmente de tener lo que ellas quieren y de evitar la calamidad, comprometidas servilmente unas con otras. Y sentirás una especie de liberación dentro de ti mismo, como si finalmente hubieras establecido una conexión real y tu vida realmente se estuviera moviendo, y se estuviera moviendo en la dirección en la que estaba destinada a ir.

La aparente contradicción de ser serio y alegre al mismo tiempo ahora se reconoce como causa y efecto. Estás seriamente comprometido con lo que es realmente significativo para ti; se te devuelve un significado; te sientes alegre, aliviado y entusiasmado. Puedes entregarte de todo corazón a eso, porque ésa es tu verdadera dirección. Puedes entregarte de todo corazón sin sentirte traicionado, confundido ni ansioso.

Entregarse a cosas que no tienen futuro sólo puede generar confusión y frustración constantes. Ser libre de estas cosas es un inmenso regalo. Es un regalo para ti mismo y es un regalo para el mundo. Porque esto te liberará para encontrar tu verdadera contribución a otras personas, y eso te dará una satisfacción incomparable en el mundo.

Las personas están luchando por ser felices, por ser libres, por tener relaciones, pero si sus vidas van en la dirección equivocada, si ellas no van a donde realmente necesitan ir o no hacen lo que realmente necesitan hacer, entonces son infelices, están frustradas, están agitadas, están constantemente descontentas. Ves la evidencia de esto a tu alrededor. Esa es la tragedia de los ricos. Esa es una tragedia del mundo.

A todas se les ha dado el don del Conocimiento. Todas están aquí con un propósito. Pero cuando miras a tu alrededor, no ves la evidencia de esto, excepto quizás en unos pocos individuos. Es la tragedia de vivir en Separación.

Pero Dios ha puesto el Conocimiento dentro de cada persona, como la fuente y el poder de su redención. Entonces, Dios no tiene que administrar tu vida, porque Dios ha puesto un faro dentro de ti que te guiará hacia tu mayor contribución al mundo. Es como una verdadera brújula interior, con la cual puedes navegar tu vida de manera efectiva, independientemente de la confusión de los acontecimientos que te rodean.

Cuando pase el tiempo, los acontecimientos a tu alrededor se volverán cada vez más confusos a medida que las Grandes Olas de cambio choquen sobre el mundo. Habrá mayor confusión, mayor frustración, mayor ira, mayor disonancia en el mundo que te rodea mientras la humanidad enfrenta un mundo de recursos en disminución, un mundo de meteorología violenta, un mundo de inestabilidad política y económica cada vez mayor, un mundo de riesgo creciente de conflicto y guerra.

Aquí tu antigua búsqueda de la felicidad se verá cada vez más amenazada. Aquí la necesidad de Conocimiento se vuelve primordial. Necesitas esta brújula interior. Necesitas volver a conectarte con la corriente más profunda de tu vida. Necesitas aprender a aquietar la mente para poder sentir esta corriente más profunda y poder discernir las decisiones correctas a tomar, incluso si todos a tu alrededor están completamente confundidos.

Esta fuerza interior, esta dirección interior, esta luz interior, este navegante interior serán fundamentales en el futuro, especialmente porque el nivel de incertidumbre aumentará. Y es posible que tu vida tenga que dar mil vueltas, que no puedes predecir en este momento.

Quizás te preguntes: «¿Cómo sabré qué hacer? ¿Dónde encontraré la fuerza y la confianza?». Aquí, incluso las Grandes Olas de cambio te traerán de vuelta al Conocimiento, porque sólo el Conocimiento puede guiarte a través de ellas.

Tus ideas no te guiarán a través de ellas. Tu filosofía no te guiará a través de ellas. Tu dependencia de figuras de autoridad en el gobierno, el comercio o la religión no puede guiarte a través de ellas. Estas influencias pueden ser útiles o desastrosas, pero esencialmente para que encuentres una mayor certeza y fuerza internas, necesitas el poder y la presencia del Conocimiento. Para tomar decisiones sabias ante una gran incertidumbre, necesitas la Sabiduría del Conocimiento.

Aquí la felicidad no es una forma de escape. No es ser tonto e indulgente. No es una forma de traición o negación a uno mismo. No es una adicción ni una actividad peligrosa.

Aquí tu vida tiene una conexión más profunda y puedes subir a grandes alturas porque tienes una conexión más profunda. Puedes enfrentar una inmensa incertidumbre en el mundo porque tienes una conexión más profunda. Puedes confiar en ti mismo cuando no sepas qué hacer, porque tienes una conexión más profunda. Y no entregarás tu vida a personas, lugares o cosas porque tienes una conexión más profunda.

Esta libertad no tiene parangón en el mundo. Ni siquiera los ricos pueden comprarla. No se puede comprar. Ni siquiera un gobierno puede garantizarla. Tiene un valor incomparable para ti.

Tu alma anhela que su misión sea descubierta y realizada. Estás buscando, ahora mismo, a las personas y relaciones reales que vas a necesitar en el futuro. Estás tratando de encontrar tu verdadero camino, aunque quizás hayas estado buscando en lugares equivocados. Tienes un navegante interior que está intentando trazar el curso de tu vida y que sólo se ve frenado por todos tus planes, metas, esquemas, actitudes y actividades.

Por eso, cuando practicas la quietud, te pones en condiciones de recibir. Pero debes tener mucha paciencia aquí, porque cinco minutos de quietud no revelarán el misterio ni la dirección de tu vida. Para ello, tendrás que aprender a estar quieto con más frecuencia y de forma regular. Tendrás que aprender la sabiduría del discernimiento y de la discreción, y muchas cosas más. Pero esa es tu educación esencial en la vida. No hay nada más importante que esto.

Esto te enseñará cómo estar en el mundo, a quién elegir para tener una relación y cómo relacionarte, adónde ir, qué tipo de trabajo hacer, cómo vivir, dónde vivir, qué es valioso y qué no lo es, en qué involucrarte y en qué no involucrarte, etc.

Esta es una libertad que muy pocas personas han encontrado alguna vez. Y esta libertad crea una sensación de bienestar y rectitud en tu vida que no puede comprarse ni adquirirse de ninguna otra forma.

La Voluntad de Dios para ti es la felicidad perfecta, pero la felicidad perfecta tiene que ser una felicidad real. No puede ser una felicidad que nazca únicamente de las preferencias personales o la ideología. Tiene que ser un profundo sentido de propósito y significado en tu vida. Tiene que ser un reconocimiento y una expresión de tu naturaleza más profunda.

Aquí, la felicidad, no depende de circunstancias cambiantes, ni de momentos fugaces, ni de la naturaleza salvaje e impredecible del romance con otras personas. Tiene una certeza mayor, una mayor fuerza y una mayor duración. Puedes enfrentar cualquier cosa ahora, porque sabes que hay una fuerza mayor dentro de ti.

Quedas liberado de cometer errores tontos y determinantes en la vida porque te estás tomando el tiempo para mirar y ver, para sentir y saber. Ahora no eres engañado por la belleza, la riqueza o el encanto. No entregarás tu vida por estas cosas. Eso te da fuerza y aliento, confianza y un mayor sentido de presencia y dirección.

Ésta es la felicidad que realmente necesitas y que nace de dar los Pasos al Conocimiento, de volver a experimentar y comprometerte con la corriente más profunda de tu vida. Es el resultado de permitir que tu propósito superior se revele paso a paso, sin que intentes definirlo, dirigirlo o controlarlo.

Ello crea un mayor sentido de confianza en uno mismo y en los grandes poderes espirituales que existen en el mundo. Y eso, te da la capacidad de enfrentar la tragedia y las dificultades que ves a tu alrededor, sin sucumbir a estas cosas.

Es como si aprendieras a ser feliz de nuevo, basándote en un enfoque diferente, en un conjunto diferente de actividades, en una comprensión diferente. Es como volver atrás y empezar de nuevo. Felicidad para principiantes. Satisfacción para principiantes.

Aquí tus nociones previas y más tempranas deben ser cuestionadas y dejadas de lado. Y tienes que permitirte no saber cuál es la respuesta. Porque no la sabes, todavía no.

Esto implica una evaluación profunda de tu vida, una profunda reconsideración de tu vida: con quién estás, qué estás haciendo, hacia dónde vas, dónde te has invertido, qué está robando tu energía, qué te está frenando.

Aquí debes ser muy específico. Aquí tienes que cuestionarlo todo y permitir que surja la confusión mientras atraviesas esta reconsideración. Porque no se pasa de la confusión a la certeza última en un solo paso. Todas las cosas no se aclaran en un instante.

Es como emprender un viaje por la ladera de una montaña, un viaje saliendo del valle y de los bosques de abajo, donde no podías ver dónde estabas, ni te hacías una idea de lo que te rodeaba, ni conocías la configuración del terreno, ni veías la interrelación de los rasgos del terreno.

Es como sacarte de los bosques y los valles de tu vida, y llevarte a un punto de vista más elevado donde puedas ver claramente cuál es realmente el enfoque de la práctica espiritual. Cuando puedes ver, puedes saber, y cuando sabes, hay resolución. Y cuando hay resolución, hay una liberación de tu vida.

Aquí la felicidad no es la meta; es el resultado. No buscas la felicidad por la felicidad, no si la felicidad va a ser real. Buscas el significado y la corriente más profunda de tu vida. Buscas saber qué hacer a continuación. Quieres que el Conocimiento te guíe. Esto produce felicidad y satisfacción. Pero aquí la felicidad y la satisfacción no son el objetivo.

Si la gente dice: «Ah, yo sólo quiero ser feliz», ellas no comprenden realmente qué es la felicidad ni cómo se puede alcanzar. Si la gente dice: «Sólo quiero estar en paz», todavía no comprenden que están aquí por un propósito mayor, que fueron enviadas al mundo para hacer algo, que Dios les ha dado algo que hacer, para liberarlas, para rescatarlas y redimirlas.

La felicidad es una consecuencia; es el resultado de estar verdaderamente comprometido con tu vida tal como fue diseñada y como estaba destinada a ser. La felicidad no es una meta. La paz no es un objetivo. Al igual que la felicidad, la paz es el resultado de una resolución interior, una reconexión con tu naturaleza más profunda y con tu verdadera dirección en la vida. Es un resultado, no un objetivo.

Si tu objetivo es encontrar aquello para lo que realmente estás aquí y comprometerte con ello, esto te producirá paz y felicidad porque ellas son el resultado de una resolución interna, una reconexión, un redescubrimiento, una relación fundamental.

Tus valores cambiarán; tus objetivos cambiarán; tus prioridades cambiarán. En lugar de correr como un loco tratando de tener felicidad, diversión, emoción y estimulación constante, comenzarás a asentarte. No te dejarás llevar por el miedo a no tener, por el miedo a no encontrar. Serás capaz de asentarte y de volverte observador y sabio, poderoso y conectado.

Esto te diferenciará de otras personas. Te distinguirá. Te hará emprender un viaje diferente. Pero ello es totalmente apropiado y es mucho más valioso que cualquier dificultad que pueda surgir o cualquier desafío que tengas que enfrentar en el camino.

Dios te atrae como un imán. El Conocimiento vive dentro de ti. Está aconsejándote cada día. Tú tienes que dejar la inquieta superficie de tu mente para encontrar las tranquilas profundidades. Aquí la quietud no se convierte en vacío, sino en un lujo, una gracia, un poder y una presencia. Y eso es lo que tú buscas en todas las cosas.

Así que, comienza a dar los Pasos al Conocimiento. Siente la necesidad más profunda de tu alma. Comienza la evaluación profunda. Recibe el Nuevo Mensaje de Dios, que te proporciona el camino y la oportunidad de experimentar esto en la vida diaria, en todas tus circunstancias, sin importar quién seas, dónde estes o cuáles puedan ser tus dificultades.

Dios te ha rescatado porque Dios te ha dado algo importante que hacer. Debes encontrar esto y emprender el viaje que esto requerirá, la profunda reevaluación de tu vida que esto requerirá, y la profunda resolución que esto te dará como resultado.