Como fue recibido por
Marshall Vian Summers
el junio 4, 2008

La preparación para las Grandes Olas de cambio requiere muchas cosas. Es importante, si tienes una familia y estás casado, que comiences a prepararles a ellos también. Los niños pequeños no necesitan saber lo que viene, pero tu cónyuge o pareja debe educarse y apoyar tus esfuerzos. Esto es muy importante, porque dónde vivís y cómo vivís —vuestra ocupación, donde estáis situados, vuestra forma de transporte— será todo muy importante.

Por supuesto, muchas personas —incluso en los países ricos— están muy mal posicionadas para esto, y debido a que toma tanto tiempo aceptar esto emocionalmente y luego empezar a hacer los ajustes necesarios en la vida, cuanto antes esta preparación pueda comenzar, mejor. Una vez más, el tiempo es esencial. Si tienes muy poco tiempo tendrás muy pocas opciones y puede que no puedas hacer mucho.

Si tu cónyuge o pareja está reacio o duda, aun así, debes hacer los preparativos necesarios. Aquí debes volverte un líder. Debes asumir la responsabilidad. Tus hijos deben saber, por lo menos, que la naturaleza ha sido dañada por la codicia y el mal uso humanos. Las personas han tomado demasiado de los recursos naturales, y ahora hay menos para repartir.

En tu familia, los placeres deberían ser simples, y debes concentrarte en vuestra economía, ahorrando todo lo que puedas de vuestros recursos financieros para el futuro, siguiendo las «Recomendaciones» que se incluyen en este libro y comenzando a aprender El Camino del Conocimiento, para poder conocer el poder guiador que Dios ha puesto en tu interior y que esté disponible para ti. Ahora otros dependerán de que tomes una acción coordinada.

Por tanto, no tienes mucho tiempo para la duda y la ambivalencia en este asunto. Tu familia se vuelve un gran incentivo para aprender sobre las Grandes Olas, desarrollar tu conexión con el Conocimiento y dar los pasos iniciales que se recomiendan.

Tus hijos mayores deberían ser educados sobre las Grandes Olas. Deja que lean. Dirígeles a los recursos que puedan ayudar a educarles. Ten conversaciones significativas y objetivas con ellos. Si son reacios o no quieren saber, aun así debes conducir a tu familia. Una vez más, no te bases en el consenso.

Si existe un desacuerdo serio con tu cónyuge o pareja en relación al cambio que se debe hacer, aun así tienes que ser el líder. Si tienes claridad y el Conocimiento te está dirigiendo, debes ser el líder, y debes emprender las acciones que sean necesarias para proteger a tu familia y tus hijos, con o sin la participación de tu pareja. No puedes detenerte ahora por nadie, porque el tiempo demanda reconocimiento y preparación.

Si tienes padres mayores, dependiendo de sus circunstancias y su condición, puede que no puedas educarles. Pero tendrás que planificar cómo se les puede atender, teniendo en cuenta los recursos disponibles. Este puede ser un asunto muy difícil, y puede que necesites buscar asesoramiento profesional.

Es un gran desafío ser la única persona que es consciente, mientras otros siguen durmiendo y soñando. Puede ser un gran reto ser el único que ve, sabe y siente el gran cambio que se avecina, mientras otros permanecen indiferentes o vuelven la espalda. Pero esta es tu preparación, no solo para el mundo que viene, no solo para el futuro, sino también para fortalecerte, guiar a los demás y asumir mayores responsabilidades en tu vida. No rechaces ni resientas esto. Es necesario, y será redentor para ti. Como se ha dicho, las Grandes Olas de cambio están acelerando un proceso que debe suceder de todos modos. Es necesario que madures, que seas objetivo, que seas observador, que seas consciente de tu entorno y que tomes conciencia de tu conexión con el futuro y tu relación con el futuro.

En tu preparación, debes minimizar los gastos lo máximo posible, incluso si eres rico. Vas a necesitar estos recursos en el futuro. Tus placeres y actividades deberían ser simples, porque ahora necesitarás conservar tu energía y tus recursos. No pienses que tu situación y estatus financiero se mantendrá en el futuro frente a las Grandes Olas de cambio. Eso sería un error muy grave. Porque en el futuro muchas personas no tendrán trabajo y estarán financieramente desesperadas y desamparadas. Incluso los gobiernos de los países ricos no podrán proveerles adecuadamente.

Por tanto, es necesario, como en todas las cosas, simplificar tu vida, conservar tus recursos y empezar a dar los pasos que debes dar para recuperar tu fuerza, recuperar tu enfoque, asumir tus responsabilidades y proveer a otros sabia y eficazmente frente a grandes cambios.

Como se ha dicho, puede que tengas que cuidar también de otras personas, porque muchos sectores de la población, incluso en los países ricos, serán extremadamente vulnerables —los ancianos, los enfermos, los niños que no tienen padres o que tienen un solo progenitor—. Si puedes, debes estar en condiciones de asistirles. Porque todos serán más pobres en el futuro, a medida que las Grandes Olas disminuyan los recursos disponibles para la humanidad y las economías comiencen el gran y difícil ajuste a la vida en un mundo en declive.

La realidad económica no se basará en el crecimiento, sino en la preservación. Esa será una realidad muy diferente para la mayoría de las personas. Se está acercando. Puedes verlo. Puedes sentirlo. No necesitas ser un genio para reconocerlo, solo coraje y sobriedad.

Por tanto, todo debe ser fortalecido ahora: el bienestar económico de tu familia, la salud de tu familia, vuestra relación mutua. Debéis agruparos y trabajar como una unidad tanto como sea posible. Tus hijos responderán si reconocen que existe ahora una gran presión financiera. Sus juegos y sus actividades deberían ser simples y naturales. En el futuro, puede que no tengan los placeres o recursos tecnológicos que ahora pueden disfrutar en una nación rica. Tendrán que adaptarse a esto. Todo el mundo tendrá que adaptarse —no solo los pobres, no solo los que estén enfrentando desgracias, sino todo el mundo.

Aquí bien puede ser necesario que las familias se unan entre sí para proporcionar recursos y asistencia —redes de familias, a través de organizaciones cívicas, a través de las iglesias, etc.—. Cuanto más avances en esto, mejor será tu posición y la de tu familia.

Es muy posible que tengas que enfrentar el desacuerdo o la incredulidad. Por desgracia, la humanidad en su estado general de evolución no es todavía muy inteligente. Inteligencia aquí es la voluntad y la capacidad de aprender y adaptarse. Esto requiere la disposición y la capacidad para cambiar cuando las circunstancias lo requieren, así como para mirar hacia el futuro y prever la necesidad de cambio. En este aspecto, la humanidad en general todavía no ha demostrado su mayor inteligencia.

Por tanto, cuenta con que habrá incredulidad y resistencia. Cuenta con que muchas personas serán críticas. Ellas creerán que tus ideas y tu enfoque son demasiado extremos, y que lo que estás señalando para el futuro es demasiado radical, incluso imposible. Pero no puedes ser disuadido por esto, porque lo que está viniendo es un cambio radical, y eso requiere lo que a muchos les parecerá una preparación radical.

Siempre debes tener un suministro adecuado de alimentos para tu familia, tanto como puedas almacenar, ya que habrá momentos en que los alimentos se volverán difíciles de conseguir o comprar, y con toda seguridad serán cada vez más caros.

Debes ser muy tolerante con tu familia, pues todos los miembros experimentarán con el tiempo las tensiones del ajuste. Será difícil para todos. Será difícil para tus hijos mayores, que quizá están acostumbrados a vivir con cierto grado de riqueza, hacer frente a una vida sin esa riqueza. Sé pues muy tolerante con los demás. Sé tan compasivo como puedas. Sé paciente. Pero persevera. Debes tener determinación en tu enfoque. No puedes permitirte quedarte atrás en tu preparación.

Si tienes una familia, esto significa que tendrás que convertirte en el líder de esa familia. Significa que tendrás que asumir la responsabilidad de establecer una dirección, tomando medidas y requiriendo a otros que vayan contigo. Será difícil, pero también te hará fuerte. La adversidad te hará fuerte. El desacuerdo te hará fuerte. El ridículo te obligará a confiar en ti mismo y a confiar en el Conocimiento en tu interior.

No actúes desde el miedo o el pánico, porque eso conduce a malas decisiones. El estado mental que quieres lograr es uno de claridad, objetividad y determinación. Pasarás por periodos de gran ansiedad y temor. Pasarás, tal vez, por periodos en los que querrás negar esta realidad, huir de ella o encontrar alguna manera más cómoda de acercarte a ella o de considerarla. Querrás disminuirla y pensar que en realidad no es tan mala, y que estás reaccionando de forma exagerada. Pensarás que deberías ser más razonable, más racional, lo que en realidad significa que deberías actuar como actúan las otras personas. Tendrás momentos en los que te sentirás impotente y sin esperanza. ¿Por qué prepararte cuando esto es tan terrible?

Pero estas son reacciones emocionales. Es normal que tengas este tipo de reacciones, siempre que no sean de larga duración. Forman parte de la adaptación psicológica a vivir en un mundo en declive —un mundo de recursos en disminución, un mundo de oportunidades decrecientes, un mundo de mayor estrés—, el cual requiere una mayor cohesión y unidad entre las personas.

Es una extraña realidad que, cuanto más ricas son las personas, más separadas están. Cuanta más riqueza tienen, más lejos tratan de estar unas de otras, más se aíslan y más se centran en su relación con las cosas en lugar de entre ellas. Esta riqueza que se busca tan febril y compulsivamente, en realidad debilita a la familia humana y destruye a los individuos que dicen ser sus beneficiarios.

En el futuro, la gente tendrá que unirse. Tendrá que haber una mayor cooperación. Tendrá que haber mayores restricciones en lo que la gente puede hacer, simplemente para hacer que las ciudades y las comunidades funcionen. Habrá menos libertades personales en el futuro, y esto será difícil. Por necesidad, las personas tendrán que seguir ciertos cursos de acción dentro de las comunidades, según los recursos disminuyan y la necesidad de atender a las personas, especialmente a aquellas que son más vulnerables, se haga cada vez más esencial. La anarquía y el crimen aumentarán, y esto supondrá una gran dificultad.

Estas son cosas que tal vez has sentido ya, o tal vez son cosas que no has pensado en absoluto. Pero cuando empieces a mirar hacia el horizonte y a ver las señales del mundo, y según ganes una mayor objetividad —yendo más allá de la exaltada respuesta de la esperanza y el temor hasta un lugar de mayor objetividad—, serás capaz de ver la imagen, las posibilidades y las dificultades que sin duda surgirán. Verás cómo la gente responderá a los requerimientos de un gran cambio. Verás a la gente pelear, luchar y competir. Verás a la gente en la negación. Verás a la gente culpando a otros, culpando a los gobiernos y culpando a Dios. Verás violencia. Verás tragedias. Pero también verás un gran coraje humano y una gran integridad humana.

Los tiempos difíciles que se avecinan tienen la promesa de llevar a la gente a una unidad funcional mayor que todo lo que ha tenido antes. Solo en tiempos de guerra ciertas naciones se han unido con tanta determinación. Ahora estaréis luchando contra el fruto de un mal uso del mundo por parte de la humanidad. Ahora estaréis luchando contra las consecuencias de la codicia, la ignorancia y los conflictos humanos. Y ahora tendréis que hacer frente a la intervención de razas depredadoras en el universo que están aquí para aprovecharse de una humanidad débil y dividida.

Es como entrar en una gran guerra, pero no es una guerra contra otras personas. Es una guerra contra las circunstancias. Es una guerra contra el fruto del largo e infeliz pasado de la humanidad. Es una lucha contra la naturaleza, en el sentido de que ahora debéis hacer frente a la realidad de vivir en un mundo en declive, donde un número creciente de personas estará bebiendo de un pozo que mengua poco a poco.

El gran umbral aquí es encarar el gran umbral —el umbral para ti mismo, para tu familia, para tu cónyuge o pareja, para tu comunidad y para todas las demás personas que te importan.

Es por eso que la preparación interna es tan vitalmente necesaria. Si caes en el pánico, harás cosas tontas y tomarás decisiones muy insensatas e incluso trágicas. Si tratas de decirles a todos a la vez lo que estás viendo, te abrumará el desaliento. En vez de eso, en silencio, antes de proclamar cualquier cosa más allá de tu familia, debes construir tu fuerza interior.

Es como si estuvieras encarando una gran montaña, y debes subir esa montaña. Debes reunir lo que necesitas, las provisiones que necesitarás, dejando todo lo que no sea necesario para el viaje. Te preparas para hacer esta subida construyendo tu fuerza física, tu fuerza mental, resolviendo tanto como puedas, simplificando tu vida, simplificando tu rango de preocupaciones y enfocando tu mente y tu atención.

A medida que pase el tiempo, verás la tragedia de personas siendo barridas, perdiéndolo todo en las Grandes Olas de cambio. A medida que crezca la inestabilidad económica, las personas estarán perdiendo sus empleos, sus profesiones y sus hogares. Esto ya está ocurriendo en muchos lugares. Verás más desorden social, sobre todo en las ciudades grandes y en expansión, pero también en las zonas rurales según las economías locales comiencen a derrumbarse.

Verás estas cosas, y si no estás preparado te resultarán abrumadoras, y al final habrá poco que puedas hacer para prepararte para ellas. Es por eso que este tiempo es tan importante para ver lo que otros no pueden ver, para sentir lo que otros no van a sentir y para hacer lo que otros no van a hacer. Esto te brinda la máxima ventaja y requerirá mucha fuerza de ti. Necesitarás esta fuerza como nunca antes.

Por tanto, no te quejes. No rechaces estas palabras. No trates de volver a un estado mental cómodo, con todas tus confortables conclusiones y suposiciones. No te refugies en alguna experiencia anterior o pasada. No busques un escape, escapar a algún lugar o situación en la que no tengas que lidiar con estas cosas, porque esos lugares ahora no existirán.

Desde un punto de vista más elevado y desde una mayor sabiduría, las Grandes Olas de cambio son lo que la humanidad ha creado para sí misma para forzar una especie de redención. Incapaz de usar eficazmente su riqueza, ahora debe usar su fracaso. La humanidad debe ahora utilizar la adversidad para redimirse. Esta redención no está garantizada, pero bajo las más terribles circunstancias la gente muestra la capacidad de unirse de una manera más desinteresada. La gente tiene la capacidad de unirse para salvarse mutuamente. Es como estar en una casa en llamas. Todo el mundo tiene que arrimar el hombro o la casa se pierde. Todo el mundo debe participar o las personas se pierden. Es como estar en un barco que se hunde lentamente. Todo el mundo se ve obligado a actuar para salvar el buque y salvarse no solo ellos mismos, sino todos.

Las Grandes Olas de cambio requieren cada vez más este tipo de acción desinteresada, y aquellos que puedan cultivar este enfoque desinteresado hacia la vida estarán en condiciones de conducir, ayudar, rescatar y empoderar a otros. Aquellos que son adorados e idolatrados hoy pueden ser sustituidos por un conjunto diferente de líderes, cuyas habilidades y compasión les elevarán por encima de todos los demás. Aquellos que son glamorosos, aquellos que son famosos, aquellos que son guapos, aquellos que son encantadores, ¿qué ofrecerán a un mundo en decadencia? Sus posibilidades no son mejores que las de una persona normal, y en algunos casos son mucho peores.

Esto requerirá de las personas un tipo diferente de fortaleza, una fortaleza esencial, la fuerza del Conocimiento. Esto requerirá una mayor integridad, una mayor sabiduría y una mayor cooperación, que son los verdaderos méritos y capacidades de la familia humana. En la opulencia las personas son disolutas, pero en la adversidad pueden hacer cosas maravillosas.

Simplemente el cuidar de tu familia, convirtiéndote en un líder en ella, estableciendo la visión, dando los pasos y no queriendo renunciar a tus responsabilidades por causa de los deseos y preferencias de los demás, representa una grandeza en ti. No retrocedas ante esto, o estarás retrocediendo ante las mismas circunstancias que has venido a servir en el mundo, y pondrás a tu familia en peligro como consecuencia.

No puedes salvar a la humanidad. No puedes salvar al mundo. No puedes salvar a tu nación. No puedes salvar a tu ciudad o a tu pueblo. Pero debes salvar a los que están cerca de ti, y debes salvar a aquellos entre tus vecinos que son los más vulnerables y que se verán más seriamente amenazados por las circunstancias venideras.

Tendrá que haber mucho compartir y mucha cooperación. Tendrá que haber mucho servicio público. Tendrá que haber una gran contención de la violencia y el comportamiento autodestructivo. Las circunstancias lo requerirán. Mucha gente estará en gran riesgo —los ancianos, los muy jóvenes, los impedidos y los discapacitados—. Muchas personas tendrán que dar un paso adelante para dar más de lo que están acostumbrados a dar. Su tiempo y su energía estarán ahora dedicados a cuidar de los demás. Esto será un requerimiento. Todo el mundo tendrá que arrimar el hombro, de lo contrario ciudades y comunidades enteras podrían colapsar en un caos y una violencia terribles. El hambre podría surgir incluso en los lugares más ricos, a medida que la distribución de alimentos se interrumpa.

La situación es terrible, horrible o redentora dependiendo de cómo se mire, dependiendo del estado mental desde el que estés funcionando. Si estás funcionando desde tu mente personal, entonces todo parecerá terrible, y querrás negarlo y descartarlo. Si no puedes descartarlo, querrás culpar a otros por ello y tratarás de escapar y encontrar un lugar donde esconderte. Sin embargo, desde el estado mental superior del Conocimiento reconoces que las Grandes Olas estaban viniendo desde hace mucho tiempo, que tienes un papel que desempeñar y que ahora debes llegar a ser muy fuerte, muy compasivo y muy tolerante.

Es por eso que tomar los pasos al Conocimiento es tan importante. Ellos garantizarán tu bienestar y el bienestar de tu familia y de aquellos a los que cuides. El Conocimiento no consiste simplemente en tener una experiencia espiritual elevada. Tu supervivencia dependerá de él ahora, así como tu capacidad para servir a los demás, porque las necesidades de las personas serán mucho mayores en el futuro próximo de lo que lo son hoy.

Tu espiritualidad consistirá en cuidar a la gente, alimentar la gente, servir a la gente y cuidar del mundo que te rodea. Este será tu regalo a Dios. Este será tu servicio en el mundo. Esto será lo que te reunirá con el Conocimiento dentro de ti, unificándote e integrándote.

Las mismas circunstancias que las personas niegan, rechazan, evitan y temen son las circunstancias que podrían redimirlas, que podrían unificarlas dentro de sí mismas y que podrían hacerlas poderosas e íntegras, eficaces y plenas.

Si la humanidad no puede aprender de sus éxitos, entonces debe aprender de sus fracasos. Si la humanidad no puede unirse en su riqueza, entonces debe unirse en la pérdida de su riqueza. Porque en un mundo en decadencia la riqueza se perderá. En última instancia, la riqueza está vinculada a los recursos del mundo. A medida que disminuyan los recursos, la riqueza disminuirá. Puede que unos pocos se aferren a una gran riqueza, pero ellos serán extremadamente vulnerables según los demás se vuelvan en su contra. ¿A dónde huirán para esconderse? Ellos vivirán como esclavos, como prisioneros. Rodeados de escoltas, no podrán dejarse ver en público ni mostrar sus rostros. Esa será su tragedia.

Este es el mundo que has venido a servir. Gana la fortaleza más allá del miedo y la preferencia. Gana la mayor fortaleza del Conocimiento, que es clara, objetiva y compasiva. Sé un estudiante del Conocimiento. Recibe la bendición de Dios y la preparación de Dios. Mira hacia delante, sin tratar de entenderlo o resolverlo todo, sino dando los pasos que debes dar.

Pregúntate: «¿Qué debo hacer ahora para prepararme a mí mismo y a mi familia?». Ya hay cosas que sabes que debes hacer. Tal vez las has sabido desde hace algún tiempo. Debes hacerlas ahora. Haz las cosas que sabes que debes hacer hoy, y mañana sabrás otras cosas que debes hacer. Si las haces, sabrás más cosas que debes hacer. Es haciendo como ganarás una mayor claridad. Completar las tareas que sabes que debes hacer te mostrará el resto de las tareas que debes completar.

El camino se abre ante ti. No puedes detenerte y verlo todo. No hay garantía de éxito en la vida. No hay garantía de que todo lo que hagas vaya a funcionar perfectamente. No consigues ver el camino y luego decides si deseas hacer el viaje. Debes emprender el viaje para ver el camino.

El Conocimiento dentro de ti sabe lo que debe hacerse. Sabe cómo responder al mundo mucho más allá de lo que tu intelecto es capaz. Sin embargo, aquí incluso tu intelecto tendrá que ser llevado a un gran servicio, colaborando con el Conocimiento, unificándote en tu interior, poniendo a trabajar todos tus puntos fuertes y tu sabiduría ganada.

Para saber qué hacer más allá de lo que estás haciendo ahora, tendrás que completar lo que estás haciendo ahora, y después aparecerán los siguientes pasos. Así es como se revela el viaje. Y este es el viaje que debes emprender.