Marshall Vian Summers
el enero 1, 1989
Tu relación con el mundo es muy importante para tu avance, porque has venido a servir al mundo en su evolución. Puede que tu contribución individual sea muy pequeña en el gran esquema de las cosas, pero no obstante es esencial y significativa. Se te envió para dar algo al mundo. En última instancia, tus relaciones con los demás están destinadas a servir a la mayor relación que tienes con el mundo.
El mundo es un ambiente físico y también un ambiente mental. Es un lugar de objetos en movimiento y un ambiente de fuerzas mentales. En cierto modo, el mundo es una demostración a gran escala de lo que eres individualmente, ya que también tiene un cuerpo, una mente y una naturaleza espiritual. Es un mayor tú. Si la mente del mundo —la mente colectiva de las personas— usa mal el cuerpo del mundo, la capacidad del mundo para sostener a la familia humana se verá reducida, deteriorada y finalmente destruida. Si te fijas en la actividad de las personas en el medioambiente, verás que esto se está demostrando de muchas maneras. Debes aprender a cuidar el mundo como un entorno de aprendizaje. De esta manera reconoces tu relación con él.
Mientras estés lejos de tu Antiguo Hogar, el mundo es tu hogar. Es tu pequeño hogar temporal. Te sirve mediante su demostración tanto de la verdad como del error, al igual que tus relaciones con los demás. Te proporciona el entorno en el que puedes recuperar tu Conocimiento y contribuir tus regalos, al igual que tus relaciones con los demás. Requiere que seas objetivo y uses el discernimiento y la sabiduría, al igual que tus relaciones con los demás. Requiere que tengas una mayor comprensión de ti mismo en la relación, al igual que tus relaciones con los demás.
Todo lo que haces para otro y pensando en su bienestar, sirve al mundo. Porque el mundo, en cualquier momento dado, refleja el equilibrio cambiante entre las fuerzas del bien y las fuerzas del conflicto. El estado del mundo refleja el impacto de las fuerzas de la evolución humana y de las fuerzas que se oponen a ella, y también los resultados de las contribuciones de las personas a los demás frente a los resultados de sus intereses egoístas. En un sentido acumulativo, esto es cierto.
Al comenzar a pensar en tu relación con el mundo, descubrirás que quieres dar al mundo algo. Sin embargo, es probable que no sepas todavía lo que es, aunque quizá tengas algunas pistas importantes. Si ya estás pensando en contribuir al mundo, es probable que estés muy agradecido con él por lo que te ha dado. Tal vez tu gratitud no es todavía grande, pero será cada vez mayor a medida que reconozcas el servicio que el mundo te presta.
Al igual que tus relaciones con los demás, el mundo te está mostrando todo lo que necesitas saber. La diferencia aquí es que puede ser más difícil relacionarse personalmente con el mundo. Este no tiene la mente personal de un individuo. Tiene una mente colectiva, que es una mente impersonal. Su valor aquí es muy especial para ti, porque te demuestra que tú también debes descubrir tu mente impersonal, que es la mente más grande del Conocimiento dentro de ti. El descubrimiento de esta mente mayor dentro de ti mismo te permite ser capaz de contribuir verdaderamente en la vida. Dios tiene una mente impersonal, porque no es una persona. La mente que hay detrás de tu mente es una mente impersonal, porque tras ella no eres una persona. Ser una persona es un papel que desempeñas en el mundo. Esto es muy importante, pero no es la Realidad Mayor.
Cuando aprendas a experimentar afinidad con otros, conseguirás acceder a tu mente impersonal y verás que contiene un amor, una contribución, una comprensión y una expresión más altos que tu mente personal. No necesitas crear un complejo sistema de creencias, sino solo entender algunas ideas básicas que son esenciales para el pensamiento y la acción correctos.
El mundo requiere de tu atención y tu contribución, al igual que tus relaciones con los demás. Aquí también debes aprender a dar con discernimiento, eligiendo bien dónde entregar tu regalo y permitiendo que el Conocimiento te dirija, de manera que no lo entregues allí donde no estaba destinado. Aquí es importante que comprendas que no podrás entender tu regalo hasta que hayas encontrado a su correcto destinatario. Por ti mismo no podrás encontrar tu regalo dentro de ti, ni podrás abrirlo. Tu regalo emanará de ti cuando estés correctamente involucrado con otros. Entonces tu regalo se dará por sí mismo, ya que está diseñado para hacerlo así. Eres como un mensajero con un mensaje secreto que no puedes abrir por tu cuenta. Sin embargo, cuando hayas encontrado al destinatario correcto este sabrá cómo abrirlo y, por tanto, te revelará su contenido.
Tu realización en el mundo está muy ligada a la contribución correcta de tu regalo. Esta contribución correcta depende mucho de tu involucración con los demás. Aquí puedes comenzar a ver el énfasis que es necesario poner en las relaciones. El mundo necesita tu regalo. Plantea dificultades y obstáculos, pero estos pueden ser sumamente útiles para enseñarte el discernimiento que necesitarás para poder encontrar donde debe darse tu regalo.
Tus relaciones con los demás se construyen sobre tu involucración con el mundo. Toda relación real depende de la compatibilidad y una involucración con el mundo que también sea compatible. En este sentido, es posible que experimentes una resonancia espiritual con ciertos individuos, pero no seas capaz de participar con ellos. Esto es así porque la relación se basa en la compatibilidad y una involucración en la vida que sea compatible. No se basa en el reconocimiento espiritual. Este último no es una relación; es solo reconocimiento.
Una relación está determinada por lo que puede hacerse en combinación con el otro. Tu relación con el mundo se basa en lo que puedes hacer en el mundo. No se basa solo en tu forma de ver el mundo. Verlo con claridad es muy importante, pero no es eso lo que establece tu relación con él. Eso solo inicia tu relación. Una vez iniciada, tu relación debe establecerse sobre lo que podéis hacer. Es por ello que, junto con las relaciones personales, encontrar tu lugar en el mundo es muy importante.
Respecto a tu relación con el mundo, tienes algo que te puede servir y algo que te puede engañar. Tienes el Conocimiento para servirte y tu idealismo para engañarte, lo mismo que en tus relaciones personales. Sin embargo, la simplicidad de esta comprensión la vuelve desafiante. En esencia, cuanto más simple es el entendimiento de lo que debe hacerse, más difícil puede ser conseguirlo. Piensa en esto. La complejidad no requiere mucho de ti, pero la simplicidad sí. La simplicidad exige una acción directa, decisiones inmediatas, un mayor dominio de ti mismo y un mayor compromiso de renunciar a lo que es inapropiado. Lo que es complejo puede hacer las cosas más vagas. Eso te mantiene en un estado de especulación, el cual no es un estado de Conocimiento.
El mecanismo del mundo es complejo, pero tu verdadera función en el mundo no lo es. La esencia del mundo no es compleja. La esencia de lo que eres no es compleja. Aquí hay que distinguir entre los dos reinos de la existencia: el reino de la acción y el reino del Ser. Mecánicamente hablando, la acción es compleja. Pero lo que dirige la acción y motiva la acción es muy simple. Por tanto, si tus relaciones son complejas y contradictorias, puedes estar seguro de que todavía no estás involucrado apropiadamente. Todavía no has encontrado a la persona adecuada en el momento preciso y para la actividad correcta.
Tú propósito espiritual no es necesariamente el trabajo práctico que haces en el mundo. Esto es especialmente cierto al principio. Aquí, si eres un estudiante del Conocimiento, el trabajo es solo una forma de proveerte mientras llevas a cabo tu preparación espiritual. Esto es necesario. También encontrarás que el trabajo por el que te sientes atraído puede tener un gran beneficio, sobre todo en el futuro. Sin embargo, puede resultarte muy difícil determinar o justificar tus actividades. Porque solo cuando descubras tu llamada espiritual, lo cual representa un estado avanzado como estudiante del Conocimiento, te será posible comprender cómo todo lo que has hecho ha servido a este avance. Es entonces cuando mirarás tu pasado y el mundo con gratitud y con un verdadero discernimiento. El error debe evitarse, pero a veces puede servirte; no abrazándolo, sino aprendiendo de él.
El mundo es un mayor terreno de aprendizaje y también uno esencial. Debido a que tiene un cuerpo, tu cuerpo se relaciona con el cuerpo del mundo. Debido a que tiene una mente, tu mente se relaciona con la mente del mundo, que es la acumulación de todo el pensamiento en el mundo. Tu Ser tiene una relación con el Ser del mundo, que es la Presencia de Dios en el mundo. Aquí mantienes tus actividades físicas en el ambiente físico, y aprendes a hacerlo con sabiduría y objetividad. Piensas dentro del ambiente mental, y aprendes a hacerlo con moderación y discernimiento. Espiritualmente funcionas en el ambiente espiritual, a medida que permites que tu naturaleza espiritual refleje su poder mayor.
Lo que es físico no es mental, y lo que es mental no es espiritual. Esto representa una perspectiva fundamental. Aunque existe una relación entre estos tres niveles, las leyes que rigen cada uno de ellos son únicas. No es necesario hacer de esto algo complejo, pero sí es necesario ver que debes tratar el reino físico con objetividad, el reino de la mente con discernimiento y el reino espiritual con devoción. De esta forma te acercarás a lo físico de una forma práctica y a la espiritual con reverencia. Entonces no te confundirás. Serás capaz de tener poder espiritual y ser a la vez una persona funcional en el mundo. Serás capaz de tratar con el mundo en los términos del mundo. Serás capaz de lidiar con los pensamientos de los demás en el plano del pensamiento. Y serás capaz de tratar con los poderes espirituales al nivel del poder espiritual. Así, todas las cosas en tu interior adquieren su orden correcto y natural, y podrás percibir el mundo en sus tres dimensiones. Esto no requiere una filosofía o una cosmología complejas. Solo requiere de ti que mires, veas y sepas.
Aquí es importante que no intentes tratar a Dios como si fuese un asunto práctico, porque Dios es misterioso. Al mismo tiempo, no trates al mundo físico como un misterio, porque es algo concreto. Si puedes hacer estas distinciones evitarás innumerables formas de autoengaño y error que impedirán tu progreso. El mundo es un lugar físico, apenas misterioso. Y Dios apenas es concreto. Aquí, si no confundes lo temporal con lo permanente, no confundirás entonces lo que necesita servicio con lo que da servicio. Reconocerás la relación correcta con todas las cosas y, como resultado, todas las cosas serán bendecidas y servidas.
Tus Maestros Internos están en el mundo, pero no son del mundo. Tú estás en el mundo, pero no eres del mundo. Sin embargo, compartes la realidad del mundo porque tienes un cuerpo. También compartes el pensamiento del mundo, porque piensas con el mundo. Tus Maestros Internos han sido liberados de pensar con el mundo, por lo que pueden pensar con Dios. Si tú puedes aprender a pensar con Dios mientras estás en el mundo y, aun así, permites que tu mente piense con el mundo cuando sea apropiado, te volverás un puente entre lo Divino y el mundo. Esta es una manera de expresar tu verdadera función.
Tu mente es el medio, el mundo es el lienzo y Dios es el creador. En esta mayor comprensión, tus naturalezas física, mental y espiritual son todas confirmadas y llevadas a una correcta relación mutua. Este equilibrio es fácil de entender pero muy difícil de lograr. Aquí se te ofrece el camino más corto, el camino directo, el camino rápido. Este es el camino que no requiere deliberación, estudio y comparación constantes. Aquí se te muestra la puerta abierta a la verdad. Por tanto, este es el camino difícil, el camino inmediato. Se te ofrece a fin de ahorrarte tiempo y, por tanto, sufrimiento. Toda felicidad emana de cumplir tu propósito en el mundo. Toda tristeza, ira y confusión resultan de negar este propósito.
Eres una pieza del puzle. El mundo es el tablero en el que se construye el puzle. El puzle es el espejo donde se contempla el rostro de Dios. Cuando experimentas tu relación correcta con alguien, tu pieza individual reflejará el rostro de Dios, al igual que todas las otras piezas individuales. Esto es lo que te aguarda en el futuro. Por ahora, tu tarea es encontrar dónde encajas y perteneces. Una vez que encuentres a las personas adecuadas con el propósito correcto, tu contribución será llamada a surgir de ti, se dará por sí misma y comenzarás a experimentar el poder y el movimiento espiritual. Experimentarás un propósito, un significado y una dirección siempre crecientes en tu vida, a medida que aceptes y cultives estas relaciones y te dediques a ellas.