Marshall Vian Summers
el octubre 21, 1993
La participación de Dios en el mundo es omnipresente, pero no es fácil de reconocer. Las personas esperan mucho de Dios una vez que aceptan que Dios es una realidad. Esperan que Dios resuelva sus problemas personales, que les salve de sus propias calamidades, que restablezca a sus seres queridos cuando están enfermos, que evite la muerte y la dificultad de aquellos a los que aman, que logre la paz y la ecuanimidad entre las tribus en guerra, que efectúe cambios radicales sin alterar las preocupaciones o las prioridades de nadie, y que logre milagros grandes y pequeños, pero de tal manera que nadie se ofenda, nadie sea desafiado y nadie tenga que cambiar. Teniendo en cuenta este tipo de expectativas, que impregnan las culturas de la humanidad y forman parte de la mayoría de las religiones del mundo, se vuelve muy difícil apreciar quién es Dios y cómo Dios funciona en el mundo.
Permítenos entonces dar un nuevo enfoque y una nueva comprensión. Pero antes de hacerlo, diremos que, cuando ofrecemos una idea simple, esta no será fácil de entender. Cuanto más simple sea la idea, más difícil será de integrar, de experimentar y de aplicar. Por tanto, lo que parece fácil puede ser más difícil. La manera rápida y fácil puede ser la más difícil. Una idea simple es más difícil de penetrar y de comprender plenamente. Ahora vamos a darte una idea simple.
Dios está reclamando a los separados a través del Conocimiento. Dicho de otro modo, Dios te está llamando, y tú tienes la oportunidad de responder, de responder a un nivel profundo. Dios está llamando a Dios dentro de ti; a la parte de ti que es una parte de Dios, a la parte de ti que está en relación intrínseca con Dios y con toda la vida, a la parte de ti que contiene tu propósito, misión y destino mayores en el mundo, a la parte de ti que puede reconocer a tus verdaderos aliados, a tus verdaderos socios y a tus verdaderos esfuerzos en el mundo. Si no estás en contacto o no eres consciente de este aspecto mayor de ti mismo, que es el Conocimiento, entonces Dios te parecerá muy confuso y complejo. Dios te parecerá incluso contradictorio. Puede que pienses: «Bueno, Dios promete paz, pero ¿dónde está la paz? Dios promete consuelo, pero ¿dónde está el consuelo? Dios promete seguridad, pero ¿dónde está la seguridad? No puedo ver estas cosas a mi alrededor, y no las siento dentro de mí, por lo que Dios debe ser cruel, confuso o débil».
Dios te recupera en el contexto de la relación. Tú recuperas a Dios en el contexto de la relación. Aquí vuelves a la relación conjunta. Tu relación con Dios nunca terminó; simplemente fue negada y olvidada y otras cosas vinieron a ocupar su lugar. Tú vienes al mundo como un niño abandonado. A través de tu experiencia aquí, tienes la oportunidad de recobrar la memoria de aquellos que te enviaron —los miembros de tu Familia Espiritual— y su relación contigo, así como la memoria de tu relación con la Fuente de todas las relaciones.
Nosotros enseñamos la recuperación del Conocimiento. Esto se experimenta recuperando las relaciones con otros, porque solo no puedes saber nada. En soledad, tu Conocimiento no puede ser validado ni verificado. Para ser experimentado plenamente, debe tener un impacto en el contexto de una verdadera relación, no de una relación con una idea, una teoría o un principio, sino de una relación con otro.
Dios trabaja a través del Conocimiento en ti. Dios no interfiere, porque Dios realmente no es bienvenido aquí. Las personas esperan grandes cosas de lo Divino —milagros, enorme compasión y perdón—, pero no quieren ninguna interferencia. Nadie quiere a un salvador hasta que está desesperado. Nadie quiere la libertad hasta que siente que realmente está aprisionado. Si Dios respondiera a todas tus oraciones, tendrías que permitir que Dios tomara el control de tu vida. Dios no va a hacer eso.
Aquí puedes tener una vida que sea imaginaria, o bien una vida que sea real. Dios te trae de vuelta a la vida que es real, a la vida que puedes conocer, a la vida que puedes abrazar y a la que te puedes entregar. Sin esto, no hay devoción, comprensión, seguridad ni compromiso verdaderos.
Dios no interviene. Para entender esto plenamente, necesitarías tener una comprensión completa de Dios. Eso está mucho más allá de tu capacidad en este momento y en este contexto de la vida. Sin embargo, puedes tener cierta apreciación al respecto cuando ves cuánto no quieres que tus planes y metas sean interferidos. Al igual que los adolescentes, las personas quieren poder hacer lo que quieren con poca o ninguna interferencia. Solo quieren que intervengan sus padres cuando se meten en problemas o están en peligro. Quieren que sus padres les ayuden o que les rescaten o que paguen sus gastos, pero esto no verifica ni reconoce una verdadera relación. Es una forma de dependencia y rebelión. Y en el mundo abunda esta dependencia y rebelión. Esto se hace incluso más complejo por el hecho de que las personas usan la religión y su relación con lo Divino como una justificación para todo tipo de actos de crueldad y ataque. Por tanto, la verdadera religión es difamada, maltratada, comprometida e invalidada, debido al uso que el ambicioso y el temeroso hacen de ella.
Tú no puedes venir a Dios como un mendigo o un ladrón, porque Dios no te conoce como ninguno de los dos. Debes venir como parte de la Creación, reconociendo tu propia autoridad y tu lugar en la vida, y reconociendo el contexto más amplio en el que encajas y del cual formas parte. Se necesita un nuevo tipo de educación para enseñarte esto y ayudarte a recuperar esta conciencia. Sentarte en el banquillo y esperar, o pedir, o apelar, o engatusar a lo Divino para que interceda cuando lo desees, para que esté a tus órdenes y sea tu sirviente y consiga cosas para ti, es claramente tan ridículo, ignorante y presuntuoso que puedes ver lo falso que es. Puedes ver cómo de este enfoque y comportamiento no puede surgir nada de verdadero valor y mérito.
Dios está trabajando en el mundo, trabajando a través del Conocimiento. Dios no deja algún lugar para venir aquí, porque Dios es el Dios de la Comunidad Mayor. Esto es obvio. Sin embargo, en las religiones del mundo esto no se comprende. A menudo presumen que Dios se preocupa de este mundo con exclusión de todo lo demás. Se cree que existe Dios, el mundo y la humanidad, y que todo lo demás es simplemente parte del trasfondo de este gran drama entre lo humano y lo Divino.
Sin embargo, Dios es el Dios de la Comunidad Mayor, no solo de la Comunidad Mayor que hemos descrito, sino de toda la vida en todas partes. Dios no viene para prestar especial atención al planeta en el que vives. Dios no abandona las responsabilidades en otro lugar para interesarse o preocuparse inusitadamente por las necesidades, las expectativas o los asuntos humanos. Dios está trabajando en todas partes, recuperando a los separados a través del Conocimiento. Y la recuperación debe suceder a través del Conocimiento, porque es el Conocimiento lo que te redime ante ti mismo y ante la vida.
Tu mente personal no puede conocer a Dios. Tu mente personal solo puede rendirse al Conocimiento dentro de ti, y el Conocimiento dentro de ti se somete al Conocimiento en el universo. Entonces todo se pone en el orden correcto. Y con el orden correcto surge la verdadera relación. Con la verdadera relación viene un flujo constante de comunicación. Esto es lo que te permite contribuir en el mundo. Entonces no eres solo una persona corriendo por ahí, tratando de hacer que sucedan cosas e intentando adquirir cosas para ti mismo. Tú te vuelves un intérprete y un comunicador de algo mayor. Esto es misterioso; está más allá de las definiciones e incluso más allá de las teologías de tu mundo. Es puro. Es inmaculado. No puede usarse ni aprovecharse para fines políticos ni económicos. Está en todas partes. Es natural. Es omnipresente. La interferencia humana no puede corromperlo; solo puede confundir al receptor. Pero la esencia de la obra de Dios está más allá de la contaminación humana y más allá de la contaminación de cualquier raza en cualquier parte de la Comunidad Mayor. Comprende esto y serás capaz de tener un enfoque diferente en tu relación con lo Divino y sobre la presencia y la actividad Divina en el mundo.
¿Cómo trabaja Dios en el mundo? ¿Qué significa esto? ¿Qué ejemplos hay de esto? Dios busca retornarte a ti mismo y revivir tu verdadera relación con la vida tal y como existe aquí y ahora, con el fin de permitirte encontrar tu lugar en el mundo y que cumplas tu función específica en él. Dios amplifica el Conocimiento dentro de ti y te llama a regresar al Conocimiento; te llama a desarrollar una relación con el Conocimiento y una reverencia hacia el Conocimiento. Esto restaura tu autoestima. También valida tu autoridad, la cual debes ejercer para acercarte a una autoridad mayor. No puedes simplemente renunciar a tu autoridad y tratar de rendirte ante un Poder Mayor. Esto nunca puede ser eficaz.
Para representar a lo Divino, debes convertirte en un representante. No puedes ir como un mendigo. No puedes ser pasivo. No puedes simplemente entregarte. Las personas tratan de hacer eso, porque son demasiado perezosas o están demasiado descentradas para prepararse realmente para el papel que deben cumplir. Ellas simplemente quieren que Dios lo haga todo por ellas. Esto, por supuesto, es imposible, porque ellas deben hacer la mayor parte del trabajo. Son sus esfuerzos, sus capacidades y sus logros lo que ellas deben experimentar, no los de Dios.
Renunciar a toda tu autoridad —pensando que no puedes tomar una decisión sobre nada ni sobre nadie, negando tu propia percepción y tu experiencia y dejándolo todo en manos de Dios— parece ser una maravillosa libertad y un maravilloso escape, pero no es el modo de restaurar tu verdadera capacidad y valor. Dios no necesita glorificación. Eres tú quien necesitas validación en el mundo. A Dios no le mueven los deseos egoicos que llevan a las personas a establecer su propia importancia. No pienses que Dios piensa como tú, o Dios te parecerá terrible y contradictorio, cruel o impotente.
La decepción y confusión que sienten las personas sobre lo Divino, están basados en la proyección de que lo Divino está pensando sobre la vida y sobre las personas de la misma forma que ellas están pensando sobre la vida y sobre sí mismas. Dios opera al nivel del Conocimiento, que es un tipo de mente e inteligencia distinto a tu mente personal. El Conocimiento no es maquinador. No es traicionero. No es indulgente consigo mismo. No es egoísta. No usa a los demás para el beneficio personal. No es competitivo. No debate. No se hace preguntas. No está confundido. No necesita tomar decisiones. Él actúa porque sabe. Y entre los momentos de acción, permanece silencioso y presente. Tiene absoluta certeza, y es infinitamente paciente.
El Conocimiento te protegerá —protegerá tu mente personal y tu cuerpo—, pero no impedirá que te hagas daño a ti mismo. Al igual que Dios, no interferirá cuando la interferencia no es bienvenida. El Conocimiento te proporcionará todo el estímulo y las señales que necesitas para tomar decisiones acertadas y elegir sabiamente en tus relaciones. Sin embargo, si no prestas atención a estos signos y señales, si no escuchas, si no los tienes en cuenta y no eres capaz de responder, entonces el Conocimiento no vendrá a castigarte. No te criticará. No te desterrará al infierno. No te condenará, ni te juzgará. El Conocimiento te permitirá fracasar. Quizá entonces regresarás a él con mayor sinceridad, sintiendo una necesidad más profunda.
El Conocimiento es completamente honesto. Carece de conflicto o engaño. Tu mente personal tiene conflicto y engaño. Cuando algo que es puramente honesto está tratando con algo que es deshonesto, se requiere mucho tacto y cuidado. Si quieres saber cómo Dios está obrando en el mundo, entonces sigue el camino al Conocimiento, encuentra tu relación con el Conocimiento y aprende —con el tiempo y a través de muchas experiencias— cómo el Conocimiento está trabajando en tu vida. Entonces, en el ámbito de tu verdadera experiencia y no en el contexto de tu especulación, llegarás a ver, a entender y a apreciar la gracia, el poder y la omnipresencia increíbles de la presencia de Dios en el mundo.
Podrías decir que Dios está trabajando desde el interior hacia afuera, pero esto es solo parcialmente cierto, porque Dios tiene agentes en el mundo. Dios tiene emisarios —algunos de los cuales puedes ver y algunos de los cuales no puedes ver—. Los Invisibles viajan aquí y allá, trabajando con ciertos individuos que están mostrando una gran promesa y con ciertos individuos que han avanzado en el camino al Conocimiento. Ellos prestan su asistencia de tal manera que su presencia apenas se reconoce. Es así como Dios trabaja en el mundo.
Dios trabaja detrás de las escenas. Dios da oportunidades. Dios da trabajo, trabajo redentor. Dios da problemas que resolver y te orienta hacia las necesidades del mundo. Dios no viene y arregla las cosas por ti como si fueras un niño indefenso. Dios te enseña cómo arreglar las cosas dentro de tu propio ámbito, dentro del ámbito de la invención humana. La vida humana es una invención humana. No es una invención Divina. La cultura humana, la ética humana, las creencias humanas, la economía humana, la política humana, las relaciones humanas, las involucraciones humanas —son todas creaciones humanas—. No son creaciones Divinas. Para traer la Divinidad a tus creaciones, tú mismo debes introducirla. Dios no está en el centro de tus dilemas. Dios está fuera de ellos. Dios te llama a dejarlos y te ofrece un camino de salida, un camino que restaura tus verdaderas capacidades y tus verdaderas relaciones contigo mismo, con los demás y con el mundo.
El camino de Dios es sabio y eficaz. Sin embargo, a menos que tú seas sabio y eficaz, ¿cómo podrás apreciarlo? En los momentos en que eres sabio y eficaz, lo apreciarás. En otras ocasiones, cuando no estás siendo sabio ni eficaz, tú lo negarás o pensarás que es otra cosa. Ya sabes, muchas personas piensan que Dios está usando todo como una lección para ellas, como si Dios estuviera manejando todas las cuerdas. Cuando sucede algo bueno, es una bendición de Dios. Cuando sucede algo malo, es un castigo de Dios. Cuando sucede algo cruel o trágico, bueno, las personas se decepcionan y secretamente se resienten con lo Divino por ser cruel y despiadado. Entonces tratan de justificarlo diciendo: «Bien, esto iba a suceder», o «Ellos se lo merecían», o «Alguien se lo merecía», o «Tenía que ser así», o «Esto está más allá de nuestra comprensión, y nosotros no sabemos».
Dios no trabaja así en el mundo. El mundo contiene una serie de fuerzas que están trabajando por su propia cuenta. Dios está aquí para enseñarte cómo tratar con estas fuerzas y cómo utilizarlas de manera efectiva. Dios no está manejando todas las cuerdas, determinando todo lo que te sucederá hoy y todo lo que sucederá mañana. El mundo está en movimiento, y todas las miles de fuerzas dentro de sus ambientes mentales y físicos están en movimiento. Dios está involucrado en el mundo en tiempo presente sin controlarlo todo.
Rara vez hay una intervención directa. Cuando ocurre, sucede porque es bienvenida, porque es necesaria y porque ayudaría a la persona o las personas que la reciben a restaurar aún más la relación. Más allá de esto, Dios permite que todo suceda. Las tragedias que ves a tu alrededor y en todo el mundo no representan la obra de Dios. El mundo es un lugar peligroso. Tiene muchos riesgos. Cualquier cosa puede pasar aquí. Necesitas ser consciente. Dios te enseñaría a ser consciente. Dios te enseñaría a tener visión. Dios te enseñaría cómo proteger tu mente y tu cuerpo, cómo desarrollar tus habilidades y cómo usarlas de manera eficaz y constructiva. Esa es la obra de Dios en el mundo. Sin esta relación, tú estarías por tu cuenta, y sufrirías por ello. Sin embargo, tienes a tu disposición una asistencia y una seguridad mayores. No son una asistencia y una seguridad falsas. Son reales. Y obrarán a través de ti y para ti si les das la bienvenida y estás abierto a ellas, si eres sincero y no tratas de usarlas para tus propios objetivos o ventajas personales.
Dios está trabajando en todo el mundo a través del Conocimiento. Dios te conoce. Tú solo puedes conocer a Dios. Creer en Dios puede ser un paso preliminar para conocer a Dios, pero creer no es lo mismo que conocer. Muchas personas dicen que creen en Dios, ya sea porque creen o porque tienen miedo de no creer. Sin embargo, conocer a Dios es entrar en relación con Dios. Esto lleva mucho tiempo. Aquí se desaprenden muchas cosas y se aprenden cosas nuevas en su lugar. Aquí se desechan muchas viejas ideas y surgen nuevas comprensiones. Aquí los viejos problemas se abordan de una manera nueva. Aquí las cosas pequeñas se mantienen pequeñas y las cosas grandes se mantienen grandes. Aquí aprendes a decir sí a ciertas cosas y no a otras. Aquí abandonas tu lealtad a la culpa, a la compulsión, a la necesidad de aprobación y a la necesidad de aprovecharte de los demás, para responder a una mayor certeza que está emergiendo lentamente dentro de ti.
Dios no interfiere porque necesitas experimentar tu propio valor y tus relaciones dentro del contexto en el que vives. Cada vez que experimentas una afinidad o un reconocimiento verdaderos con otro, estás validando a Dios. Cada vez que haces algo que reconoces como necesario y lo haces por razones que no puedes justificar ni entender, estás validando a Dios. Cada vez que haces caso de una advertencia interna y tomas las medidas necesarias y sigues lo que sabes, estás validando a Dios. Esta es una experiencia, no una idea. Esto es fundamental. No es simplemente una creencia, una tradición o una conveniencia.
Al entrar en una relación significativa con otro, tú sentirás a Dios. Al decir la verdad donde la verdad necesita decirse, tú sentirás a Dios. Al experimentar gratitud por algo que se ha hecho por ti, incluso a un nivel mundano, tú sentirás a Dios. Así es como se reconoce y se experimenta a Dios. La recompensa de esta experiencia no es solo la experiencia en sí misma, sino las relaciones que se establecen, las acciones que se emprenden, las dificultades que se evitan y las contribuciones que se hacen.
Dios quiere que trabajes en el mundo para hacer que aquí sucedan cosas buenas. Dios no te está pidiendo que dejes el mundo y te ensimismes con Dios. Dios está diciendo: «Tienes cosas importantes que hacer. Viniste aquí para hacerlas. Yo lo sé y tú lo sabes. Por tanto, haz lo que sabes». Tú no puedes volver a tu Antiguo Hogar ahora. Tienes trabajo en el mundo. Estás aprendiendo sobre el Conocimiento, estás aprendiendo sobre El Camino del Conocimiento y estás preparándote para tomar los Pasos al Conocimiento.
Avanza aquí y verás que Dios está trabajando en el mundo, y no harás a Dios responsable de los mecanismos de la vida aquí. No harás a Dios responsable de las tragedias que ocurren. No harás a Dios responsable del error humano. No harás a Dios responsable de la creación de las religiones, las creencias y las autoridades. Descubrirás que Dios está trabajando dentro de ti e involucrándote de manera significativa con otras personas. Esto solo puedes apreciarlo cuando lo experimentas.
Te consideres o no una persona religiosa, tienes una oportunidad para recuperar tu relación con Dios a través de la recuperación de tus relaciones con los demás. Según experimentes el Conocimiento dentro de ti, verificarás la verdadera relación de tu cuerpo con tu mente y de tu mente con tu espíritu. Según experimentes una verdadera afinidad en la relación con otro y ambos experimentéis juntos un propósito mayor, tú validarás y verificarás el propósito de tu venida al mundo. Así es como se restaura para ti la memoria de tu Antiguo Hogar. Así es como retornas al Conocimiento dentro de ti. Y así es cómo sientes la presencia de Dios contigo, la presencia de tus Maestros, los Invisibles, y la presencia de tus verdaderos compañeros en la vida —aquellos que se han reunido para ayudarte a llevar a cabo tu misión y tu propósito, a medida que descubres poco a poco cuál es y dónde necesita llevarte.
Nosotros no te estamos pidiendo creer, sino saber. No hay devoción en la creencia. Las personas creen porque temen no hacerlo. Creen porque piensan que deben hacerlo. Sin embargo, de la creencia no surge devoción, relación o compromiso alguno. La creencia es siempre débil y vacilante. Las dificultades de la vida la atacan fácilmente. Su único valor es restituir tu convicción de que el Conocimiento está vivo y presente y de que tu fe en él está justificada. El valor de la creencia es rellenar los espacios entre esos momentos en los que experimentas el Conocimiento y las verdaderas relaciones. Sin embargo, la creencia y el Conocimiento no son lo mismo. La verdadera devoción y el verdadero compromiso solo pueden surgir del Conocimiento, porque el Conocimiento es completamente devoto y comprometido. Está comprometido con Dios. Está comprometido con la realización de tu propósito en la vida. Está comprometido con el bienestar de los demás. Ya está comprometido. Retornando a la relación con el Conocimiento, aprenderás a comprometerte con el Conocimiento tal como el Conocimiento está comprometido contigo.
Cualquier relación donde no se ha establecido y aceptado el compromiso, es una relación que todavía no se ha establecido. Piensa en lo raros que son la devoción y el compromiso verdaderos en las relaciones humanas. Las personas se necesitan mutuamente, se aferran unas a otras, se controlan unas a otras y no se dejan marchar, pero esto no es devoción ni compromiso. La devoción y el compromiso son algo que surge de dentro de ti. Son una emanación natural de tu espíritu. Son una expresión del Conocimiento. Son un reconocimiento de tu lugar y tu papel con el otro. Enfatizan un propósito superior más allá de tus intereses personales. Enfatizan tu bienestar y el bienestar de la otra persona, y lo demuestran. Piensa en lo raro que es esto en las relaciones humanas, donde las personas intentan usarse unas a otras por razones personales, y piensa en toda la infelicidad y todas las dificultades que esto produce como resultado.
Las relaciones basadas en el Conocimiento son muy diferentes. Tú no tendrás muchas de ellas. Estas relaciones serán únicas, y existirá un gran contraste entre ellas y todos los otros tipos de relaciones que has experimentado —las relaciones de conveniencia, las relaciones buscando ventajas, las relaciones por placer, las relaciones para la adquisición—. En esas relaciones no hay devoción, no hay compromiso, no hay reconocimiento, no hay afinidad real. Qué diferente es una relación basada en el Conocimiento, y qué resultado tan diferente crea. Cuando experimentes la verdadera devoción o la reconozcas en algún otro que la está experimentando genuinamente, podrás ver la evidencia de Dios en el mundo. La devoción es la máxima expresión del amor. Es su expresión más completa. Es cuando una persona decide entregarse a alguien para llevar a cabo un propósito mayor y servir a algo más magnífico que sus propios intereses personales —ya sea formando una familia, realizando un tipo de trabajo en el mundo o cumpliendo una misión en servicio a la humanidad—. En cualquier nivel en que se exprese, esto es algo raro y maravilloso en la vida. Esta es la evidencia de la obra de Dios.
Mientras que muchas personas están esperando o exigiendo que Dios venga a ellas y les dé lo que desean, tú puedes empezar a ver tras las escenas el verdadero trabajo de Dios —el trabajo de Dios que restaura la relación de las personas consigo mismas y con los demás—. Todas las grandes cosas que se han dado a la humanidad son fruto de relaciones significativas y llenas de propósito, relaciones donde se ha experimentado y expresado la devoción. Todos los grandes individuos —grandes creadores, grandes inventores, grandes científicos, grandes líderes espirituales— tuvieron grandes relaciones tras ellos, tanto en el reino visible como en el invisible. Sus ideas no vinieron de ellos. Vinieron de más allá del mundo, y fueron transferidas al mundo a través de ellos, de una forma que pudo ser reconocida y utilizada.
¿Qué es el genio sino una mente que está conectada a una Mente Mayor? Ser listo, ingenioso, agudo o rápido no son signos de inteligencia. La gente dirá: «Bueno, mi amigo está haciendo algo muy tonto, pero él es una persona brillante. Él es una persona lista». Pero esa persona está haciendo algo muy tonto o perjudicial. ¿Es eso una expresión de inteligencia? No. La inteligencia surge del Conocimiento. Es la capacidad de ver, de saber y de actuar. Es la capacidad de llevar a cabo una actividad o acción en el mundo con eficacia. La inteligencia es el Conocimiento y la Sabiduría trabajando juntos. Es la verdad y el mecanismo para expresar la verdad trabajando juntos en armonía. Esta es una expresión de la inteligencia. Tú tienes esa inteligencia. Nace del Conocimiento dentro de ti. Y puedes experimentarla. Ella demuestra un Poder Mayor y una mayor posibilidad para la humanidad.
Conforme te decimos estas cosas, tal vez comprenderás que el avance para la humanidad, en cualquier campo que puedas considerar, ha sido gracias a los esfuerzos de un número relativamente pequeño de personas que estuvieron comprometidas, que fueron devotas y que tenían grandes aliados. Esa es la evidencia de la obra de Dios en el mundo. A pesar de todas las calamidades y de todas las tragedias, adicciones y dificultades que acechan y prevalecen sobre la humanidad y las relaciones humanas, el trabajo de Dios lleva a la humanidad hacia delante. Si Dios no estuviera en el mundo, la humanidad simplemente se destruiría a sí misma. No habría ninguna motivación para cosas mayores. No habría ningún anhelo por la verdad. No habría ninguna bondad real. No habría entrega ni reconocimiento verdaderos. La humanidad se destruiría a sí misma.
Dios es como el aire. Todos respiran el aire, pero pocos le prestan atención. Todo el mundo es sostenido en todo momento con cada respiración. Sus cuerpos dependen de cada respiración para poder vivir en el momento siguiente. Si cortas el suministro de aire, la persona muere de forma rápida y todo llega a su fin. Dios es así —tan penetrante, tan presente, tan alentador y tan nutritivo—. Y, sin embargo, Dios no es reconocido, no es entendido, no es revelado y no es experimentado. Dios, por supuesto, es mayor que el aire que respiras. Pero, este ejemplo puede ayudarte a entender lo que estamos diciendo. Lo que estamos presentando aquí está más allá de los límites normales de la comprensión humana. Debes extenderte, abrirte y llegar alto para tener esta conciencia. Esto conduce a la verdadera experiencia.
Hazte un estudiante del Conocimiento. Aprende El Camino del Conocimiento. Toma los Pasos al Conocimiento. Permite que el Conocimiento reorganice tus prioridades. Permite que el Conocimiento ponga orden en tu vida. Permite que el Conocimiento te guíe, te dirija y te proteja. Permite que el Conocimiento fomente una mayor inteligencia dentro de ti. Permite que el Conocimiento te dirija en tus relaciones y en tus evaluaciones. Aquiétate como el Conocimiento. Hazte penetrante como el Conocimiento. Hazte perspicaz como el Conocimiento. Sé devoto de otros como el Conocimiento. Encuentra a tus verdaderos aliados. Encuentra tu propósito. Permite que surja tu verdadero trabajo en el mundo a medida que otras cosas quedan de lado —permitiéndolo de buena gana, con alegría y alivio.
Conforme progreses en esto, la presencia de Dios en el mundo se volverá algo que sentirás y conocerás, en vez de ser algo que te esfuerzas a creer. Y a pesar de todas las tragedias y dificultades que tú u otras personas podáis enfrentar y todas las tribulaciones de la vida física, sabrás que Dios está contigo. Sabrás que te diriges hacia Dios, y sabrás que tienes algo importante que hacer. Lo sabrás porque Dios está en el mundo.