Marshall Vian Summers
el marzo 23, 1992
¿Qué significa la discreción? Significa la capacidad de saber cuándo hablar y cuándo no hablar. ¿Puedes recordar algún momento en que has dicho algo y luego te has arrepentido de lo que dijiste? ¿Puedes recordar algún momento en que has dicho algo a alguien y luego has comprendido que era lo peor que podías decir? Tal vez no era lo correcto para ellos, o tal vez le revelaste demasiado. ¿Puedes recordar algún momento en que revelaste algo a otro, pero esto no era apropiado? ¿O tal vez algún momento en que dijiste algo y esto cayó en las manos equivocadas o fue mal interpretado, y más adelante se volvió contra ti?
Si piensas en estas cosas, verás que presentan un gran problema en la comunicación. En general, hay tres diferentes etapas en el desarrollo de la comunicación. La primera etapa es la incapacidad de expresarse. La segunda etapa es cuando sientes que tienes que expresarte. Y la tercera etapa es cuando no necesitas expresarte, excepto en raras ocasiones, a ciertas personas. Estas tres etapas representan las tres etapas de desarrollo en un ser humano: las etapas de la dependencia, la independencia y la interdependencia.
En la primera etapa, apenas eres consciente de cuál es tu propia experiencia, y tienes una gran dificultad para expresarla a otra persona. No tienes las habilidades para expresarla o no tienes el conocimiento de lo que necesitas expresar, y estás tan temeroso, que no puedes superarlo y sacarlo fuera de ti. Así que, esta primera etapa es de represión autoimpuesta. No es una etapa en la que el discernimiento y la discreción se ejercen mucho, en realidad.
En la segunda etapa, estás experimentando un poco de libertad, lo que significa que estás experimentando tus propias ideas y eres capaz de pensar más libremente y de forma independiente. Es durante esta etapa que casi te sientes obligado a expresarte. Deseas ejercitar tu libertad. No quieres contenerte, porque estás intentando escapar completamente de la restricción a la que previamente te ataste.
Luego entramos en la tercera etapa, que es una etapa en la que interactúas con otros de una forma muy responsable. Aquí la discreción es muy importante porque comprendes que todo lo que dices tiene un impacto en otros, y que, en todo lo que dices te declaras de una manera muy permanente. Ciertamente, cualquier persona que tenga una posición de responsabilidad o liderazgo comprende que todo lo que dice será tomado en serio por alguien. Ellas deben ser mucho más prudentes en lo que dicen y en lo que quieren hacer hincapié. Aquí la comunicación lleva consigo una gran responsabilidad, no sólo una responsabilidad contigo mismo y con tu deseo de expresarte, sino también, la responsabilidad de lo que ocurre como resultado de tu propia expresión.
Por eso, tenemos la dependencia, la independencia y la interdependencia —las tres grandes etapas del desarrollo humano—. La mayoría de las personas se encuentran en las dos primeras etapas. Realmente, la mayoría de las personas están en la primera etapa, muchas están trabajando su camino en la segunda etapa, y muy pocas han llegado siquiera a la tercera etapa. En la primera etapa, las personas no pueden hablar. En la segunda etapa, deben hablar como una expresión de su libertad e independencia. En la tercera etapa, rara vez hablan a ciertas personas para ciertos propósitos, porque comprenden aquí, de la gran responsabilidad que va con la autoexpresión. Si piensas sobre esto, comprenderás que dentro de estas tres etapas puedes tener una comprensión profunda de tu propia experiencia, y estás aprendiendo Sabiduría y cómo esta puede expresarse más eficazmente en el mundo.
En la primera etapa, la de dependencia, no puedes expresarte porque no eres suficientemente consciente de tu propia experiencia y no tienes aún las habilidades o el valor para romper las ataduras que te contienen. En la segunda etapa, la de independencia, estás rompiendo las ataduras, y tu deseo de comunicarte es más un deseo de liberar energía y desahogarte que el deseo de cambiar o afectar a otros eficazmente. Aquí la autoexpresión se vuelve muy caótica. Aún no comprendes las consecuencias de lo que dices. De hecho, estás disfrutando de la libertad de decirlo.
En la tercera etapa, la de interdependencia, comienzas a interactuar en las relaciones desde una posición responsable y consciente de ti mismo, en esta etapa tu discreción se hace cada vez más importante, porque sin ella produces resultados no deseados y, a menudo desastrosos, para ti y para otras personas. Aquí debes aprender la moderación. Y aquí debes aprender el discernimiento, para determinar cuándo y dónde debes expresarte. Aquí la restricción es importante porque a menudo debes retener lo que quieres decir. Las personas involucradas en la segunda etapa de independencia a menudo no pueden tolerar retener nada. Creen que retener cualquier cosa es una violación de su naturaleza y de su libertad. Ellas piensan que tienen el derecho de expresar cualquier cosa a cualquiera. Pues bien, con el tiempo, descubrirán que esto produce resultados no deseados y conflictos. Eso produce un gran problema en el mundo. Entonces, si son inteligentes, ellas empiezan a comprender que deben tener más cuidado con lo que comunican y con lo que dicen.
Aquellos individuos que se han vuelto sabios han tenido que comprender que deben tener cuidado con lo que ellos dicen a cualquiera, en cualquier lugar, en cualquier momento. Son cuidadosos porque comprenden que toda autoexpresión afecta a las relaciones y genera una respuesta en otros. Ellos quieren cultivar relaciones genuinas, y quieren alimentar una respuesta genuina. No quieren la tribulación que va con la autoexpresión irresponsable. Los sabios, entonces, no ven esta restricción como una represión autoimpuesta. Ellos son capaces de expresarse completamente a sí mismos. Ellos son capaces de expresar sus sentimientos, su rabia, su tristeza, su alegría, su inspiración, su decepción, y demás. Ellos han desarrollado esta habilidad. Ahora saben que deben utilizarla sabiamente.
Las personas en la primera etapa de dependencia no pueden expresar sus sentimientos de manera efectiva, porque no pueden experimentarlos plenamente. Las personas en la segunda etapa de independencia están comenzando a experimentar su propia gama de emociones y sus propias ideas, y su deseo de expresarlos es grande. Sin embargo, este deseo no nace de la Sabiduría. La persona sabia debe ejercer discreción en todo momento. Aquí existirán sentimientos de soledad y exclusión debido a que el sabio no puede expresar eficazmente la profundidad de su experiencia con muchas personas. Deben mantener su experiencia dentro de sí mismos y dejar que crezca allí. Esto genera el enfoque y la energía, que es el poder. También desarrolla respeto por la experiencia y la posición de otras personas en la vida, y también, el respeto por su propia experiencia y posición.
La responsabilidad debe acompañar al poder, para que el poder sea utilizado con prudencia y tenga un efecto beneficioso. Cuán cierto es esto en la autoexpresión. Aquí el Conocimiento es tu guía, pues el Conocimiento te moverá a hablar con ciertas personas y permanecerá en silencio con todas las demás. A medida que avances hacia el Conocimiento, y cultives tu relación con el Conocimiento, y aprendas a recibir el Conocimiento, también expresarás cosas potentes a ciertas personas y estarás en silencio con todas las demás. Harás esto sin juicio ni condena. No juzgarás a una persona como digna, ni a otra como indigna. No tiene nada que ver con eso. Sólo es, que eres llamado a expresar ciertas cosas a ciertas personas, en las que percibes que pueden entender y recibir tu autoexpresión de una manera constructiva y beneficiosa. Con todas las demás, mantienes esa autoexpresión dentro de ti y dejas que su potencia crezca.
Es interesante que las personas en la segunda etapa del desarrollo, la de independencia, se sienten muy poderosas a medida que comienzan a extender sus propias alas, en cierto grado, disipando su poder y su concentración todo el tiempo a través de su irresponsable autoexpresión. Para ellas, la autoexpresión es más sobre desahogarse a sí mismas, sacando su experiencia fuera de su sistema. Ellas no quieren retenerla. Piensan que retenerse es una forma de represión autoimpuesta. Como están intentando escapar de la dependencia, ellas temen retener cualquier cosa y tienden a sentirse muy ofendidas cuando tienen que hacerlo. Esta es una etapa adolescente del desarrollo. La adolescencia se destaca por las nuevas expresiones y experiencias de poder, pero sin la Sabiduría y la responsabilidad que conlleva el poder o de utilizarlo sabiamente.
La segunda etapa de desarrollo es como la adultez inmadura. Muchas personas están intentando entrar en la segunda etapa porque deben atravesarla. Muchas personas incluso lo enseñan. Son muy críticas con todo lo que niega el derecho de una persona a la autoexpresión, o el derecho de una persona a tener, hacer y ser lo que quiera. Las personas enseñan esto porque están intentando aprenderlo, pero aún no han comprendido que existe una extensa etapa más allá de eso. De hecho, la tercera etapa, la etapa de la interdependencia, es tan superior a las dos primeras que no existe comparación entre ellas. Nunca te graduarás de la tercera etapa de desarrollo, porque aquí hay mucho crecimiento y progreso que hacer.
Muchas personas quieren el poder y todo lo que ellas asocian con el poder, pero pocas quieren asumir la responsabilidad que debe ir con este poder. La responsabilidad requiere discernimiento, discreción y moderación. ¿Pueden las personas que disfrutan su independencia, ejercer está restricción sin verla como una forma de autorepresión? Ellas únicamente pueden hacerlo si comprenden que su poder conlleva una responsabilidad, y que, si ellas no quieren crear el caos a su alrededor, deben utilizar sus habilidades con más cuidado y más juiciosamente. Esto las prepara para tener discreción.
Ahora bien, muchas personas piensan que la discreción es simplemente mantener la boca cerrada. «No digas eso. No digas esa cosa. Refrénate. No digas nada a nadie. Estás más seguro cuando mantienes la boca cerrada». Esto es lo que las personas piensan de la discreción, pero la discreción no es eso. La discreción es saber cuándo hablar y cuándo no hablar, y ser capaz de seguir esto fielmente. Eso es la discreción. Esta requiere que tengas poder, habilidad y un alto nivel de autoaceptación. Si tienes una relación conflictiva contigo mismo, entonces no serás capaz de acercarte a ninguna cosa con Sabiduría. El hombre y la mujer del Conocimiento pueden retener su autoexpresión sin ningún sentido de autoagresión, y pueden correr el riesgo de decirle a alguien algo importante, tal vez algo que se considere riesgoso, sin tener ningún sentimiento de autoagresión. De hecho, la única verdadera autoagresión viene cuando vas en contra del Conocimiento. Pero debes tener una experiencia suficiente del Conocimiento para saber cuándo vas con este y cuándo te alejas de este.
La discreción, entonces, es la capacidad de hablar y de no hablar. Ahora bien, muchas personas no pueden expresarse a sí mismas, mientras otras hablan incesantemente, diciendo todas las cosas a quien sea que les escuche y con quien sea que ellas se sientan cómodas. Esto representa las dos etapas iniciales del desarrollo, pero no representa una etapa de madurez. Ninguno de esos enfoques es eficaz en la consolidación de una relación auténtica, o en lograr cosas armoniosas en el mundo. Por eso, puedes preguntar, «¿Cómo puedo saber cuándo hablar y cuándo no hablar?» Lo sabrás porque el Conocimiento te motivará. Si quieres decir algo a alguien y sientes la restricción, no lo digas. Si la sensación de restricción es muy profunda en ti, no dices nada. Pero, si la restricción está en la superficie de tu mente, y profundamente dentro de ti, sabes que debes comunicar algo, entonces tienes que arriesgarte y encontrar las palabras, sin excusa.
¿Cómo puedes discernir lo que está profundo dentro de ti y lo que está en la superficie? Sin el Conocimiento no puedes hacerlo. Puedes pensar que cualquier impulso es verdadero o que cualquier impulso es temor. Convertirte en un estudiante del Conocimiento es cultivar tu relación con el Conocimiento, que es tu relación más primaria. Esto te enseñará el verdadero significado de la discreción, porque encontrarás que el Conocimiento sólo habla en determinados momentos. Este espera por los momentos de buena disposición, cuando las condiciones son adecuadas, la audiencia es la correcta y existe la necesidad.
Cuando las personas comienzan a estudiar El Camino del Conocimiento de la Comunidad Mayor y siguen sus prácticas de acuerdo con la Antigua Tradición que se da aquí, ellas siempre hacen incesantes preguntas al Conocimiento: «Dime mi propósito. Dime lo que debo hacer. ¿Debo tomar este trabajo o debo tomar ese trabajo? ¿Debo ir con esta persona o no debería ir con esta persona? ¿Debería abrirme o debería cerrarme? ¿Cómo puedo tener paz? ¿Cómo puedo tener ecuanimidad? ¿Cómo puedo salir de esta situación? ¿Cómo puedo entrar en esa situación?». Existe este cuestionamiento incesante, ¿y qué reciben el noventa por ciento de las veces? Experimentan el silencio, o simplemente escuchan sus propias mentes —sus propias preferencias y su propia confusión—. Ellas oyen sí y no, haz esto o no hagas eso —ellas escuchan todas esas cosas—. Sin embargo, todo eso está en la superficie de la mente. En el fondo hay quietud.
Eso apunta al Conocimiento. El Conocimiento se cumple en sí mismo, por lo que es capaz de contenerse por mucho tiempo. De hecho, puede existir un tiempo muy largo entre la experiencia de conocer y la expresión de conocer. Usualmente, este es el caso. Puedes saber algo y, sin embargo, puede llevar años para que aflore. Puedes saber algo sobre otros y, sin embargo, puede llevarte años para que lo expreses a ellos eficazmente, si alguna vez lo haces. ¿Esto es autoreprimirse? No. Esto es el Conocimiento.
Tu relación con el Conocimiento debe desarrollarse para funcionar a ese nivel. Para la gran mayoría de las personas que están luchando con sus dependencias, esto no es significativo. Ellas no están experimentando la discreción en ningún grado. Ellas están experimentando la autorepresión. Ellas no pueden hablar. A menudo no saben lo que tienen que decir, y si lo saben, a menudo no pueden decirlo. ¿Por qué? Porque pondrían en peligro su dependencia. Si empiezas a realizar afirmaciones de independencia y a hacerte valer, empiezas a poner en peligro tu dependencia. Si no estás dispuesto a hacerlo, entonces no lo harás. Si estás listo para eso, entonces, comenzarás a entrar en la segunda etapa del desarrollo, que es la de independencia, en la cual comenzarás a disfrutar de sus libertades y a experimentar sus responsabilidades.
Te estoy dando aquí la idea de la discreción en un contexto muy amplio. Eso está ligado al aprendizaje de todas las cosas en El Camino del Conocimiento de la Comunidad Mayor. Ser capaz de hablar cuando es apropiado y de no hablar cuando no es apropiado, requiere un mayor desarrollo: una mayor comprensión de ti mismo, de tu naturaleza, de la dinámica de tus relaciones, y una fuerte lealtad a tu propia vida interior. Todo esto representa el ámbito más grande de tu desarrollo.
Ahora puedes preguntar, «¿Cómo puedo desarrollar la discreción? Me doy cuenta de que necesito usarla». Yo digo, «Conviértete en un estudiante del Conocimiento». Si tienes una afinidad con el Conocimiento y con la Comunidad Mayor, que representa la vida fuera de este mundo, entonces El Camino del Conocimiento de la Comunidad Mayor es tu camino. ¿Cómo sabes que es tu camino? Porque lo sabes. Esa es la única cosa que te mantendrá en él y te permitirá progresar. Después de todo, no te está prometiendo riqueza, poder, amor, comodidad, placeres, glorias, intervenciones divinas, contactos angelicales, y todo ese tipo de cosas. Sigues El Camino del Conocimiento de la Comunidad Mayor, porque sabes que debes seguirlo. Eso es lo que te hace avanzar.
Todas las otras ambiciones y motivaciones caen tarde o temprano. A medida que se alejan, comprendes que la mayoría de las conversaciones son innecesarias. La mayor parte de lo que consideres tu necesidad de autoexpresión, es simplemente compensar tu inseguridad. Aquí comprendes que todo lo que digas, tiene valor o debe tener un valor. Incluso cuando estás contento, quieres que esto sea una experiencia significativa, sin intentar crear un significado. Aquí comienzas a volverte más natural. A volverte más como el mundo natural, que es silencioso y tranquilo, excepto cuando las cosas están sucediendo. La persona que está quieta y en silencio tiene una gran profundidad, y con frecuencia evoca el respeto de otras, sobre todo si su silencio nace de la Sabiduría.
Las personas que se dedican a la recuperación del Conocimiento están comenzando a experimentar el Misterio de la vida, y están experimentando llevar el Misterio dentro de sí mismas. La presencia de este Misterio afecta a otras, incluso si nada se dice. El hombre y la mujer del Conocimiento tienen un gran impacto sobre otros. Ellas no desperdician su energía con la conversación sin sentido, el análisis o la especulación. Como están reteniendo su comunicación dentro de sí mismas, ésta es cada vez mayor y cada vez más potente. No están disipándola constantemente, corriendo hacia sus amigos, diciendo a todos lo que está pasando con ellos, y compartiendo todas sus experiencias más profundas con el fin de sacarlas de su sistema. No. El hombre y la mujer del Conocimiento las retienen en su sistema, de forma que pueda crecer en poder y esté más focalizada. Ellas quieren ahora mantener su energía, para aprovecharla y enfocarla, en lugar de gastarla tan pronto como se experimenta.
Las personas sabias han experimentado la necesidad de discreción y la practican de manera eficaz. Ellas practican, porque saben que es esencial. Esa es su motivación. Ellas no están motivadas por el temor a represalias, el miedo a la repercusión, o la ansiedad sobre la pérdida del amor o del dinero. Esa no es su motivación. Su motivación es comprender que su autoexpresión es valiosa, y debe darse a las personas adecuadas con el fin de que sea lograda. Comprenden que es beneficioso aprender las formas de expresarse eficazmente, utilizando las palabras correctas y, a menudo, utilizando el menor número de palabras posible. Cuando tienes algo importante que decir, la comunicación será más débil si usas más palabras.
Su motivación es que quieren el éxito sin traicionarse a sí mismas. De hecho, ellas quieren honrarse a sí mismas. Así, aprenden El Camino del Conocimiento de la Comunidad Mayor, lo que les lleva a decir ciertas cosas a ciertas personas en el momento adecuado, y el resto del tiempo ellas mantienen la quietud y el silencio, conversando sólo para gestionar las necesidades de la vida.
Los estudiantes de El Camino del Conocimiento de la Comunidad Mayor comprenden que necesitan practicar la quietud todo el tiempo. Tal vez la quietud te parece autocontrol o autorepresión, porque sigues deseando alejarte de todos tus pensamientos —tus fantasías, tus pequeños dramas, especulaciones, análisis, recuerdos del pasado y proyecciones hacia el futuro—. Practica la quietud. La quietud es necesaria si vas a tener discreción. Es necesaria si estas experimentando el discernimiento. Es necesaria si vas a ver lo que realmente está ocurriendo, y a saber cómo responder. La quietud es necesaria si vas a elegir las relaciones correctas, y a proceder de la manera correcta, donde no existe autoagresión. Es necesaria si deseas hablar y actuar con Sabiduría. La quietud es necesaria.
¿Cómo desarrollas la verdadera discreción? Yo te daré algunas pautas ahora. En primer lugar, comienzas como un alumno de El Camino del Conocimiento de la Comunidad Mayor, si tienes una afinidad por la Comunidad Mayor. Si no es así, elige otro camino, otra forma de desarrollo, pero siempre elige una preparación que no hayas hecho tú mismo. No tomes un enfoque ecléctico, eligiendo un poco de esto y un poco de aquello, la parte de esto que te gusta, la parte de aquello que te gusta y juntándolo todo. ¿Cómo sabrás lo que obtendrás? Tendrás sólo lo que te gusta, y lo que te gusta no te llevará a ninguna parte. Simplemente te consolará y te confirmará dónde estás ahora. De hecho, en El Camino del Conocimiento de la Comunidad Mayor aprendes a trascender tus preferencias, en lugar de vivir por ellas. El Camino del Conocimiento te lleva más allá de las preferencias, hacia lo que sabes. Las personas que eligen el enfoque ecléctico para su desarrollo sólo refuerzan sus preferencias y nunca escapan de ellas. Su sentimiento de que no son libres ni están satisfechas, continuará atormentándolas, con poco alivio a la vista.
Por eso, elige una preparación no sea de tu propia creación. Elije algo que te pueda llevar más allá de donde estás ahora, hacia un nuevo territorio. Eso es la educación y eso es el desarrollo. Sí, existe cierta necesidad de reafirmación, pero todavía tienes que ir más allá de donde te encuentras ahora. Si eliges un enfoque ecléctico, no irás más allá de donde te encuentras ahora. Sólo enfatizarás donde te encuentras ahora. Te invertirás más a ti mismo en ello. Por eso es el gran camino para ir a ninguna parte. Si vas a ser un verdadero estudiante de El Camino, entonces debes elegir una preparación que sea correcta para ti, pero que no se rija por tus preferencias y tus sentimientos a cada momento. Pues entonces, practicarás en los días que lo desees y en los días que no lo desees. Entonces serás capaz de considerar las ideas cuando te agraden y cuando no te agraden. Y serás capaz de aprender habilidades cuando estas parezcan satisfacer tus objetivos y cuando estas no parezcan satisfacer tus objetivos. Eso es lo que significa ser un estudiante: aprender algo nuevo, ir a donde no has ido antes, considerar nuevas ideas, repensar, renovar, rejuvenecer y redescubrir.
Si sientes que estás listo para llevar a cabo la preparación, debes comenzar a prepararte en El Camino del Conocimiento. Esto cultivará todos tus aspectos y hará posible la verdadera discreción. Mientras tanto, te daré algunas pautas. Estas son sólo directrices, lo que significa que debes aprender a usarlas con sabiduría de diferentes maneras y en diferentes situaciones. No son reglas invariables ni son las mismas en todas las situaciones. De hecho, la persona prudente es muy mutable y puede cambiar, y aplicar la Sabiduría en situaciones diferentes y de diferentes maneras. Esto representa madurez y progreso.
El estudiante principiante quiere saber el blanco y el negro de todo, así que cuando la preparación dice: «Haz esto», intenta hacerlo en todas las circunstancias, sin discernir cómo varían esas circunstancias o cómo eso debe aplicarse en diferentes circunstancias. Por ello, dada esta tendencia en la mayoría de las personas, digo, «Di lo menos posible». Comunícate con personas de tu confianza, con quienes sientas una alta consideración, y tengan un respeto por tu vida espiritual, sin intentar imponer sus puntos de vista sobre ti. Cuando tengas que decir algo, dilo simplemente. No necesitas explicarlo todo, dando una miríada de ejemplos y hablando hasta que no quede nada que decir. Deja que ellas pasen tiempo con lo que has dicho, en vez de intentar hacer que esto sea totalmente aceptable para ellas. Si sientes la necesidad de expresar algo, pero no es el momento oportuno, o no están ahí las personas adecuadas, entonces, mantenlo dentro de ti. Deja que el fuego arda más caliente en tu interior. Está bien tener esa presión. Mantén esa energía. Es como el sexo. Algunas personas piensan que cada vez que sienten el deseo sexual, tienen que salir y tener inmediatamente relaciones sexuales para aliviarse a sí mismas. Eso es una locura. Piensa en eso, y verás que es una locura.
Del mismo modo, si tienes algo que necesites decir a alguien en particular, o a todos, o al universo, y no tienes la oportunidad, o no es momento oportuno, o no es la oportunidad correcta, mantenlo dentro de ti mismo. Déjalo crecer. Así se desarrolla la profundidad, la potencia, la perspicacia y la autoconciencia dentro de ti mismo. Si hay presión, deja que la presión esté ahí. Entonces, cuando tienes la oportunidad de expresar lo que sea, esto se expresa con un poder tremendo. Al igual que tensando el arco, la presión es lo que proyecta la flecha hacia el mundo. Eso es lo que le da poder a tu autoexpresión. Las personas que hablan y hablan todo el tiempo, no tienen poder en su autoexpresión. Nada se ha acumulado en su interior. La flecha cae al suelo delante de ellas. No va a ninguna parte. Pero si dejas crecer tu comunicación dentro de ti, esta tiene poder, y cuando se expresa, hay potencia en ella.
Por eso, siente la presión. Dejar crecer el fuego. Si haces esto sabiamente, eso desarrollará el entendimiento y la capacidad de contenerte, lo que debes hacer si quieres llegar a ser un ser humano maduro. Sólo los adolescentes son salvajes y extravagantes, van por ahí diciéndole cualquier cosa a cualquiera cuando un sentimiento los golpea. Y no entienden por qué su vida es tan cargada de conflictos y hostilidad.
Es cierto que el Sabio permanece en silencio la mayor parte del tiempo. El Conocimiento es así. Pero, cuando el Conocimiento libera su flecha, puede cambiar una vida completamente. Puede alterar el curso del mundo. Sin embargo, aquellos que están luchando con sus dependencias no pueden ver esto. Ven esto como un oscurecimiento y una profundización de su dilema, aunque sea totalmente diferente. Y para los que disfrutan de su recién descubierta libertad de independencia, en la segunda etapa de desarrollo, estas ideas pueden parecer que les llevarán hacia atrás, hacia un estado de dependencia. Ellos no quieren que nada limite sus nuevas libertades. Esto se debe a que la independencia es una etapa muy adolescente. Los adolescentes no quieren ser retenidos ni limitados por nada. Por eso en la adolescencia hay muy poca Sabiduría; existe muchísima exploración y experimentación, y una gran cantidad de desastres, decepciones y errores terribles, pero muy poca Sabiduría.
Si buscas la Sabiduría, entonces debes ejercer la discreción, y debes aprender los caminos de la discreción. Para aprender los caminos de la discreción, debes aprender El Camino del Conocimiento. Por eso en lugar de aprender una habilidad, debes aprenderlas todas. En lugar de aprender una virtud, debes ser virtuoso. En lugar de aprender a adquirir un poder, debes ser poderoso. Aprender la discreción, en su auténtico sentido, es llegar a ser una persona completa y cohesionada, una persona que siente dentro la presencia del Conocimiento, una presencia que es autorenovadora.
Aquí comprendes que tu vida y todo lo que haces se expresa intrínsecamente a través de una red de relaciones, que querrás desarrollar lentamente con las personas adecuadas y con el propósito correcto. Eres un individuo, pero tu individualidad sólo tiene sentido en el contexto de las relaciones. Sólo tiene sentido en base a lo que puedes contribuir.
Aquí estoy describiendo la tercera etapa del desarrollo, la etapa de la interdependencia, en la cual vuelves a entrar en una relación como una persona responsable. Aquí eres capaz de pensar por ti mismo. Aquí puedes estimar tu propia experiencia y comprender que debes volver a comprometerte con la vida de una manera real y con un propósito, con el fin de tener alguna satisfacción. Porque, de hecho, la independencia, aunque emocionante y excitante en su recién descubierta libertad, es esencialmente solitaria y aislada. Es ineficaz e incapaz de producir grandes resultados. Después de todo, sólo puedes proclamar tu independencia durante algún tiempo. Entonces comprendes que tienes algo que hacer en la vida, y que deseas hacerlo.
Para hacer algo importante en la vida, debes entrar en una relación con otras personas y aprender a trabajar con ellas en armonía. Tienes que aprender a compartir el poder. Debes aprender a contenerte. Debes aprender a comprometerte cuando el compromiso es apropiado. Debes aprender el discernimiento. Debes aprender todas estas cosas, y esto te prepara para la tercera etapa de tu desarrollo, que es la etapa de la interacción dinámica y auténtica con otros. Aquí la necesidad de la discreción es mayor, a medida que comprendes la importancia de tu propia vida y de tu propia autoexpresión. Aquí comprendes que la mayoría de las conversaciones son innecesarias y son sólo una forma de compensar la inseguridad en las personas. Aquí prefieres el silencio, porque en el silencio empiezas a experimentar tu presencia, la presencia de otros y el significado de tus relaciones.