Como fue recibido por
Marshall Vian Summers
el abril 17, 2007

Escuchar el audio original de la revelación, en inglés:

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Esto es parte del Nuevo Mensaje para el mundo respecto al destino de las naciones y los pueblos y la mayor llamada que ahora está sonando para la humanidad.

Los pueblos y las naciones del mundo están entrando en un tiempo de grave dificultad y cambio. Los recursos mundiales están declinando. Las poblaciones están creciendo. Y a medida que esto ocurre, habrá competencia continua y grave peligro de conflicto y guerra.

Aquí serán despertadas antiguas animosidades. Los prejuicios serán aprovechados y utilizados por aquellos que son ambiciosos tanto dentro de los gobiernos como en las instituciones religiosas. Se aprovechará la debilidad humana y se extenderá el miedo por todas partes.

Es a causa de este gran umbral que un Nuevo Mensaje de Dios se ha enviado al mundo para la protección y el avance de la humanidad. A fin de comprender la grandeza de este Mensaje y su relevancia en tu tiempo, debes entender y reconocer los grandes cambios que ahora amenazan a la familia humana —amenazando con llevarla al declive, amenazando con arruinar los grandes logros de la civilización, amenazando con socavar el bienestar y la supervivencia de las personas en todas partes.

Aquí la política e incluso la misma religión se utilizarán como armas de guerra, como palanca para separar a la gente y enfrentar a unas contra otras en un gran conflicto, no sobre ideologías, sino sobre los recursos del mundo.

Aquí el conflicto será enmascarado. Será vestido con el disfraz de la política y la religión, pero en esencia se trata de una competencia por los recursos. Es un conflicto sobre el acceso y la distribución de los recursos.

La humanidad enfrenta ahora un gran peligro a medida que comienza a encontrar un mundo en declive —un mundo cuyo medioambiente ha sido degradado, un mundo cuyo clima se ha visto afectado, un mundo donde los recursos que sustentan la vida están siendo agotados y arruinados por la ignorancia y la avaricia humana—. Es por esta razón que se ha enviado al mundo un Nuevo Mensaje de Dios.

Para reconocer el Nuevo Mensaje y entender su Fuente y su significado para esta época, para este tiempo de Revelación, debes llegar a reconocer la difícil situación en la que está entrando la humanidad ahora y que ya está enfrentando en muchos lugares.

No podrás apreciar el Nuevo Mensaje de Dios a menos que puedas afrontar a estas realidades, a menos que puedas reconocer estas condiciones y puedas ver que, sin un mayor Mensaje de la Fuente de toda vida, la posibilidad de que la humanidad supere estos tiempos difíciles es muy pequeña. La posibilidad de que la humanidad evite la guerra, el conflicto y la degradación en curso es muy pequeña. La promesa para la humanidad de empezar un futuro mejor, un futuro que será completamente diferente al pasado, será muy pequeña.

Las probabilidades contra el éxito de la humanidad son ahora tan significativas que debe haber un Nuevo Mensaje de Dios. Debes ver el Nuevo Mensaje dentro de este contexto, de lo contrario no comprenderás el tiempo de Revelación en el que vives. No lo comprenderás.

Para quienes se vean tentados a tomar la espada en nombre de la religión o de la ventaja política: debéis reconocer que vuestros pensamientos, vuestras intenciones y vuestras acciones van en contra de la voluntad de Dios para la humanidad. Están violando lo que Dios quiere para la humanidad.

Porque Dios tiene la intención de que la humanidad se una y sea autosuficiente en un universo lleno de vida inteligente. Incluso en este momento, hay otros poderes más allá de este mundo que están esperando el fracaso de la humanidad, esperando la oportunidad de intervenir a fin de aprovecharse de una humanidad débil y en conflicto.

Si no podéis ver esto o no podéis aceptarlo, entonces no comprendéis la difícil situación de la humanidad en este momento. No comprendéis la tribulación que está ahora sobre la familia humana. Y no veréis el gran peligro, la Gran Oscuridad que ahora está acechando en el mundo, una oscuridad que nace de una Intervención externa y una oscuridad que nace de la competencia, el conflicto, la guerra, la ignorancia y la codicia del ser humano.

Vosotros que tomarías la espada en nombre de la religión o de la ventaja política: debéis comprender que estáis violando la voluntad de Dios para la humanidad. Y aunque el Creador no os castigará, en vuestro interior os apartaréis del Conocimiento de Dios dentro de vosotros. Os arrojaréis a la oscuridad y la confusión. Y conduciréis a vuestro pueblo y a vuestra nación hacia el conflicto, la desolación y la ruina. Porque la humanidad se encuentra más allá del tiempo en que una nación puede simplemente beneficiarse del declive de otra, pues ahora el mundo entero está en juego.

Si tomáis la espada en nombre de la religión o de la ventaja política, violaréis el Plan de Dios para la humanidad. Aunque Dios no os castigará directamente, os separaréis y alejaréis del Conocimiento de Dios que está dentro de vosotros, que Dios ha puesto dentro para vuestra propia protección y redención. Y os arrojaréis al caos y al conflicto, a la ira y a la miseria, y traeréis ruina y desolación a vuestra gente.

Este es un gran riesgo, y esa será la gran tentación para la humanidad: ejercer vuestros mutuos agravios,  ejercer vuestras antiguas animosidades, comenzar a competir y a entrar en conflicto con otras naciones creyendo que es para el bienestar de vuestra nación o por la Voluntad de Dios.

Pero en ambos casos estáis engañados. Estáis en el error. Estáis violando la Voluntad y el Plan de Dios para la humanidad. Aunque Dios no os castigará directamente, os separaréis de la Sabiduría de Dios y de la Voluntad de Dios. Entraréis en la confusión y en la oscuridad, en el agravio y, finalmente, en la desesperación.

Prestad atención, entonces, naciones del mundo, líderes del mundo y ciudadanos del mundo. Prestad atención a estas palabras, porque proceden de la Voluntad y la Presencia Divina en vuestra vida. Representan el Conocimiento que se ha puesto dentro de vosotros para guiaros y protegeros. Es el mismo Conocimiento que está aquí para guiar y proteger a toda la humanidad.

Por eso el Mensajero ha sido enviado al mundo —para traer este Nuevo Mensaje de esperanza, este Mensaje de restitución y resolución, a la familia humana en este gran momento de tribulación.

Porque estáis entrando en un tiempo de gran tribulación. Estáis apenas comenzando el tiempo en que pueden surgir las grandes guerras y los grandes conflictos. Las ascuas de estas guerras ya están incandescentes. La intención de estas guerras ya está viva en las mentes y corazones de muchas personas. Y las condiciones para estos conflictos y guerras están sobre vosotros.

Aquí la humanidad tiene su única gran oportunidad para unirse en su propia defensa y para su propia preservación, tanto dentro del mundo como ante una Comunidad Mayor de vida en el universo, donde la libertad es desconocida y solo unos pocos reconocen el valor de la humanidad.

Aquellos que tomen la espada en el nombre de Dios o para sacar provecho político, habrán fracasado en su misión y llamada en la vida, y también llevarán a otros al fracaso. En este fracaso no habrá paz ni resolución, porque habrán negado el Conocimiento de Dios dentro de sí mismos. Habrán negado el Plan del Creador para la humanidad. Se habrán tornado a sí mismos en contra de la Sabiduría mayor que Dios ha puesto en su interior y en el corazón de todos. Mediante la ignorancia, la arrogancia y la vanidad, habrán destruido su gran oportunidad para hacer una verdadera contribución a su gente, a su nación y al mundo.

Prestad atención, entonces, a esta advertencia. Lleva consigo la más grave de las consecuencias y el mayor significado. El significado completo de esta advertencia está más allá de vuestra comprensión, y sin embargo lo que tiene que deciros os resultará claro, sencillo y fácil de entender.

Líderes de las naciones y líderes de la religión: tened cuidado. Tened cuidado si buscáis hacer daño o conquistar a otra nación para vuestra propia ventaja o para expresar vuestro agravio o vuestras antiguas animosidades. Sed conscientes de que os estáis arrojando a la oscuridad, a la confusión y a la miseria, y como resultado traeréis desolación, indigencia y ruina a vuestros pueblos.

Y sed conscientes, los ciudadanos comunes, de que también tenéis la responsabilidad de seguir la Sabiduría y el Conocimiento que Dios ha puesto dentro de vosotros, de descubrir esta Sabiduría y Conocimiento y no violarlo a causa del enojo o la venganza, la ira o la avaricia. Vosotros también tenéis una responsabilidad, ya que el resultado no depende simplemente de los líderes de las naciones y las religiones. Depende en última instancia de cada persona.

Prestad atención, entonces, a esta gran advertencia. Esta advertencia nace del amor de Dios, pero no obstante es una advertencia. Os está advirtiendo en contra de la creciente posibilidad de error. Os está aconsejando que os tornéis al Conocimiento de Dios que vive dentro de vosotros —más allá de vuestra mente pensante y más allá de las ideas, conceptos y creencias que han sido históricamente establecidas dentro de la humanidad.

Porque hay una base moral y ética para vuestra existencia. Si violáis esto sufriréis las consecuencias, no porque Dios os castigue, sino porque os estáis castigando vosotros mismos, porque os habéis alejado de lo que Dios ha puesto dentro de vosotros y porque, a causa de la arrogancia, la ignorancia y la vanidad, os habéis concedido la autoridad para anular lo que Dios ha puesto en vuestro interior.

Se consciente del gran peligro para ti individualmente, para tu gente, para tu nación y para el mundo, porque el gran tiempo de prueba y tribulación está sobre vosotros. Cómo la humanidad elegirá responder, tanto sus líderes como sus ciudadanos, hará toda la diferencia en el resultado. El poder de decisión aquí está en ti. La Voluntad de Dios es clara. Dios está preparando a la humanidad para su encuentro con la vida en el universo. Esto es claro y se presenta en el Nuevo Mensaje.

Sin embargo, para poder cosechar estas grandes recompensas, para poderte preparar para un futuro que será diferente del pasado, para poder evitar la calamidad y el desastre, debes prestar atención. Debes detenerte. Debes contener tu ira y tus pasiones. Debes retirar tus juicios de los demás. Debes considerar la sabiduría de tus pensamientos y acciones, y sus consecuencias para el futuro.

Permanece preparado, porque tiempos grandes y difíciles están sobre la humanidad. Son un producto de la ignorancia humana y el abuso humano del mundo. Son el fruto de la falta de visión de la humanidad y su falta de preparación para el futuro.

Será la responsabilidad de todas las naciones y líderes el proveer a su población de manera adecuada en los tiempos que vienen, pero esto será cada vez más difícil y desafiante. Los ricos tendrán que cuidar de los pobres. Y los pobres tendrán que cuidarse unos a otros. Tendrá que haber mayor servicio a la humanidad y una mayor generosidad bajo estas difíciles condiciones.

Porque la humanidad ha saqueado la Tierra a tal punto que esta apenas puede sostener a la familia humana. Las condiciones y las circunstancias de tu vida, ya seas rico o pobre y sin importar en qué nación vivas, presionarán ahora estas necesidades sobre ti.

Sé consciente de que esta dificultad ha llamado el Nuevo Mensaje de Dios al mundo, y que el Mensajero de Dios ha sido enviado al mundo para dar este Mensaje, para aclararlo y para ser su principal enfoque y vehículo de expresión.

No juzgues ni condenes al Mensajero para evitar juzgar y condenar lo que Dios ha puesto dentro de ti. Porque, aunque el Mensajero es humano y falible, él trae consigo un Mensaje que está más allá de la invención humana y que está sin error, conflicto y contradicción.

Recibe entonces este Mensaje. Considéralo a la luz del mundo que ves y el mundo que conoces. Piensa en la historia de la humanidad y sus grandes batallas, sus grandes conquistas, y lo completamente destructivo que esto ha sido, que tantas personas deban sacrificarse para que unos pocos puedan enriquecerse.

Considera ahora que esto no puede continuar en el futuro si se quiere evitar que toda la familia humana entre en un estado de deterioro permanente, y que se haga vulnerable a la intervención y a la invasión de fuerzas de más allá del mundo, que incluso ahora están planeando tomar ventaja de los conflictos y la disolución de la humanidad.

Conocerte a ti mismo es conocer la Presencia de Dios en tu vida, es saber que Dios ha puesto un Conocimiento más profundo dentro de ti para guiarte y protegerte y para anular tus tendencias autodestructivas y tus búsquedas egoístas. Conocerte a ti mismo es saber lo que Dios ha puesto dentro de ti —no comprenderlo intelectualmente, sino saber de su realidad, experimentar su presencia y seguir su dirección.

A medida que la incertidumbre, la ansiedad y la competencia aumenten en el mundo, necesitarás esta orientación ahora más que nunca. Porque las instituciones, las comodidades y los consuelos de los que quizá te has beneficiado tal vez no estén allí para ti en el futuro. Las garantías y la seguridad que crees que se te proporcionaron, en cualquier grado en que haya sido, podrían no estar allí para ti en el futuro.

Entonces, ¿cómo sabrás cómo estar seguro? ¿Cómo sabrás qué hacer frente a la incertidumbre y el cambio? La respuesta de Dios está dentro de ti, y para recordarte esto, Dios ha traído un Nuevo Mensaje al mundo y ha enviado su Mensajero al mundo. Aún no sabes lo suficiente para cuestionar esto o disputarlo, porque hacerlo no es más que una expresión de tu ignorancia, tu arrogancia y tu vanidad.

Debes considerar el Nuevo Mensaje. Debes escuchar al Mensajero para saber, ver y comprender. Porque por tu cuenta, sin esta gran dotación, no podrás ver, saber y comprender. Tu conducta será determinada por otros. Y seguirás al miedo y no a la sabiduría en tu aproximación.

Dado el gran peligro y los grandes riesgos por delante, quizá puedas comenzar a ver la Luz que se ha traído al mundo ante la Gran Oscuridad que está creciendo en el horizonte.

Recibe entonces esta advertencia como un regalo de amor. Recíbela como un consuelo y una confirmación de que lo que sientes más profundamente es cierto, de que la humanidad se enfrenta a un gran peligro ahora —a un conflicto desde el interior y a una intervención desde el exterior—. Ten el valor de enfrentar esto. Ten la honestidad de reconocerlo. Ten la sobriedad de considerarlo, sin intentar hacer que sea lo que tú quieres que sea o lo que piensas que es.

Esta es tu responsabilidad. Este es el llamamiento de tu época. Es un tiempo de Revelación, y la Revelación está sobre ti.