Hacerse sabio


Como le fue revelado a
Marshall Vian Summers

Texto original: Becoming Wise (no disponible online)

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Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.

Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.

En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.




Nota a los lectores:
Esta traducción fue provista a la
Society por estudiantes del Nuevo Mensaje que se han ofrecido voluntariamente a traducir el texto original en inglés. La publicamos en esta forma inicial para que todo el mundo tenga una oportunidad de interactuar con una porción del Nuevo Mensaje en un su propio idioma.

Wisdom from the Greater Community, volume 2
Volumen 5 > Sabiduría de la Comunidad Mayor Volumen 2 > Capítulo 23

Sabiduría es permanecer con una Presencia Espiritual y compartir su percepción y entendimiento de la vida.

¿Qué significa ser sabio? ¿Cómo disciernes la Sabiduría en otro? ¿Cuáles son los resultados de lograr ese estado mental y esa disposición? Por supuesto, las personas tienen muchas imágenes asociadas con la Sabiduría. A menudo la asocian con el ascetismo o el autosacrificio, así como con la soledad, el sufrimiento, el misterio o una cualidad inexplicable en otros. A menudo la tienen en muy alta consideración, pero de tal forma que sienten que está muy lejos de ellas y fuera de su alcance o su comprensión.

Por tanto, no nos acerquemos a la Sabiduría como un estado último de la mente o lo que las personas suelen pensar como iluminación —como si uno alcanzara ese gran umbral y llegara a un estado completo y realizado, tras el cual todo marcha sobre rieles—. Es importante comprender que la iluminación es relativa con respecto a dónde uno se encuentra en la evolución general de la vida. Existen umbrales muy grandes en todo aprendizaje, y en el aprendizaje de la realidad de la vida también los hay. Hay muchos, no solo uno. Por tanto, no consideremos la Sabiduría como un logro final, sino como algo que cultivas a medida que avanzas.

Es posible que seas sabio hoy, aunque solo sea por unos momentos. Es posible que seas sabio mañana, aunque también solo sea por unos momentos. Esto es muy válido, porque está bien si solo eres sabio por unos momentos. De hecho, ¡es magnífico! Es un gran logro, porque si hoy eres sabio por unos momentos, tal vez mañana elegirás la Sabiduría y serás sabio por unos momentos más.

La experiencia de la Sabiduría se construye sobre sí misma. Debes tenerla para ver y valorar lo mucho que contrasta con tu estado mental normal. Aunque la Sabiduría es diferente de la comprensión o percepción interna de algo, debe considerarse de la misma manera. Si hoy o mañana tienes un momento de verdadera comprensión, será por un momento. No esperes tener comprensiones a cada instante.

La diferencia entre la comprensión y la Sabiduría es que con la primera tienes un entendimiento de algo. Penetras el misterio de algo y tienes un entendimiento muy breve pero significativo de ello. La sabiduría, sin embargo, se ocupa más de tu enfoque de la vida. Es más un estado de ánimo que cualquier información que puedas obtener o que cualquier comprensión que puedas derivar de una situación específica.

Por eso, no descartes la Sabiduría manteniéndola muy por encima de ti o reservándola solo para individuos excepcionales que, gracias a sus grandes sacrificios y una voluntad sobrehumana, han alcanzado una magnífica altura. Ese no es un enfoque saludable. La Sabiduría está disponible para ti. Está disponible porque el Conocimiento, la Mente Mayor, vive dentro de ti. Estar con el Conocimiento es Sabiduría. Estar sin el Conocimiento es estar sin Sabiduría. Ambos estados ofrecen una experiencia y un testimonio muy diferentes de la vida. Ambos crean una percepción muy diferente. Los Sabios ven un mundo distinto al que ven todos los demás, durante el tiempo que dure su experiencia de la Sabiduría. Algunas personas son sabias solo unas pocas veces en toda su vida. Otras lo son con más frecuencia. Menos aún lo son de manera consistente.

La pregunta, entonces, no es si quieres ser sabio o no, porque la mayoría de las personas dirían: “Sí, eso sería maravilloso”. Pero dirían “sí” con gran inquietud y duda, considerando todo lo que quizá asocian con la Sabiduría. La pregunta es: ¿con qué frecuencia quieres ser sabio? Esta es la pregunta más útil y práctica. Tu respuesta estará condicionada por cómo ves la Sabiduría y lo que piensas que hará por ti. Muchos asocian la Sabiduría con el ascetismo, por lo que piensan que les privará de todos sus pequeños placeres a los que brindan tanta devoción. O piensan que la Sabiduría los conducirá a alguna peligrosa serie de encuentros en el mundo donde serán perseguidos y crucificados, y ese no parece un resultado muy bueno. Por eso, tal vez las personas dirán: “Hoy no. En otro momento”.

Cada persona necesita una experiencia muy pequeña de Sabiduría para aprender de ella. Tienes que aprender sobre la Sabiduría. No puedes decir simplemente: “¡Sí, la quiero!”. Decirlo no significa nada, a menos que realmente la quieras y la valores, y la valorarás cuando la hayas experimentado y hayas visto que es gentil y redentora. De hecho, si persigues el estudio del Camino de Conocimiento de la Comunidad Mayor, encontrarás con el tiempo que solo la Sabiduría te dará lo que quieres. Solo la Sabiduría proporcionará un verdadero sentido de certeza, un verdadero respeto por ti mismo y la capacidad de amar. Solo la Sabiduría te dará los recursos y el enfoque necesarios para vivir tu vida al máximo y dar a otros de tal manera que tu valor se enfatice y el suyo también.

Por tanto, hablemos de experimentar momentos de Sabiduría. Esto es posible para ti; no está fuera de tu alcance. Cuando digo que la Sabiduría es estar con el Conocimiento, lo que quiero decir es que es permanecer con una Presencia Espiritual y compartir su percepción y entendimiento de la vida. Las personas tienen miedo de la Sabiduría o son ambivalentes al respecto porque temen que ellas mismas querrán cambiar, no que algo las cambiará. Cuando estás con la Sabiduría, estás percibiendo algo de mayor magnitud en la vida. Estás esperando esa chispa de verdad que corre como una corriente a través de la humanidad, y te estás abriendo a ella para que corra a través de ti, para que puedas conducirla y seas un terminal para su expresión.

La experiencia de la Sabiduría está mucho más allá de cualquier placer que puedas intentar adquirir para ti en el mundo. Eclipsa tu rango normal de necesidades. Es extática, energizante como una gran electricidad. Es profunda y penetrante. Disipa el miedo y te lleva más allá de la ambivalencia que impregna el pensamiento normal. De hecho, te cambia la vida incluso si la experimentas momentáneamente, porque crea un gran contraste. Ahora sabes lo que es posible. ¡Es posible tener esta experiencia! Y regresarás a ella.

A veces las personas tienen una experiencia de Sabiduría y ven que es algo muy diferente. Crea tal contraste y plantea tales cuestiones e interrogantes que ellas intentan evitarla. Pueden decir: “Bueno, fue una experiencia magnífica, pero no creo que quiera volver a tenerla”. Pero con el tiempo volverán, porque es natural hacerlo y porque comprenderán que todo lo que están buscando en sus otros esfuerzos puede alcanzarse o satisfacerse en este estado mental.

La experiencia de la Sabiduría es profunda, pero puede resultar confusa porque crea un enorme contraste. Aquí comprendes que quizá no eres realmente quien pensabas que eras. Quizá el mundo tampoco es realmente lo que pensabas que era. Esto exige una revaluación tremenda. A menudo, las personas no quieren emprenderla, pues es demasiado incómoda. Prefieren estar seguras en sus supuestos, asociaciones y creencias actuales. Sin embargo, con el tiempo volverán a esto, porque una vez que se abre una rendija en la gran puerta, querrás abrirla aún más. Volverás porque es natural que lo hagas. Es el anhelo del corazón, más que las ansiedades de la mente, lo que te traerá de vuelta a abrir la gran puerta un poco más. Quieres ver. Quieres saber. Quieres estar seguro. Quieres sentirte incluido. Quieres tener propósito, significado y dirección. Esto te devuelve al Conocimiento y a la experiencia de la Sabiduría, que es estar con el Conocimiento en el mundo.

Entonces, ¿cómo es la experiencia de la Sabiduría? Es tan grande que solo puedo describirla en sus diversos aspectos. Ninguna definición en palabras puede contenerla, y toda palabra que pudiera usarse parecería tan magnánima que tal vez pensarías: “Nada podría ser tan bueno. Nada podría ser tan maravilloso”. Pero, de hecho, lo es. Cuando experimentas la Sabiduría eres como un vaso vacío a través del cual puede fluir una gran corriente o energía. La mente, entonces, en vez de estar llena de sus propias complejidades, en cierto sentido se vacía. Aquí te vuelves mucho más atento y consciente de tu entorno, porque tu mente tiene libertad para hacerlo, en vez de estar envuelta en sus propios deseos y confusión. Aquí existe una gran fuerza, porque tu mente puede focalizarse completamente y de forma natural lo hará. Aquí entras en el tiempo presente, porque no estás viviendo en la ansiedad sobre el futuro o intentando reconciliar el pasado, que por supuesto no puede ser reconciliado.

Cuando estés en el tiempo presente y tu mente esté focalizándose por completo, tendrás una tremenda visión. Aquí podrás penetrar en la realidad de las cosas. Aquí no estarás buscando respuestas tanto como experiencia. Aquí podrás ejercer verdadera quietud, que permite que la mente se concentre, y se concentrará porque esta es una de sus funciones naturales. Aquí podrás estar con cada situación como participante y como observador. Sentirás una cualidad atemporal, como si hubieras conocido este estado antes, pero hace mucho tiempo. No sabrás quién eres ni dónde estás, pero sabrás que estás en el lugar correcto.

Ser capaz de renunciar a la necesidad de definirte a ti mismo te permitirá experimentar la magnitud de la vida de una manera muy concentrada. En este estado, tal vez tendrás comprensiones o tal vez no, pero la experiencia en sí misma será importante y memorable. La recordarás en un momento posterior en términos de cómo la sentiste, más que por lo que vino a tu mente.

El hecho de que tengas impulsos intuitivos o experimentes comprensiones no significa que estés experimentando la Sabiduría. Esta es una distinción muy importante. La Sabiduría es estar en cierto estado mental. En él vendrán a ti comprensiones si es necesario. Pero si no es necesario, no vendrán.

En ese estado mental hay alivio del intento constante de conseguir, tener y entender cosas. Esta lucha, que intenta contrarrestar el miedo y la ansiedad, es una condición crónica en el estado normal de la mente de las personas. Recibes un alivio de todo eso, ¡y qué gran alivio supone! Incluso si tu experiencia de Sabiduría dura solo un momento, el alivio es tan grande que tendrás una experiencia que resultará inolvidable. Aquí no estás haciendo preguntas y no necesitas hacerlas. Cuando surge el Conocimiento en la mente, todas las preguntas cesan; cuando el Conocimiento se pierde en la mente, o está oculto por la mente, todas las preguntas surgen.

La experiencia de la Sabiduría es necesaria para darte una verdadera comprensión de todo lo que he dicho en todos estos discursos. Como dije antes, no serás capaz de entender estas cosas en un estado de mente normal. Aunque mucho de lo que he dicho parecerá sensato y significativo, una mayor comprensión debe provenir de una mayor percepción y una mayor capacidad. Tener experiencias momentáneas o fragmentarias no será suficiente.

La Sabiduría no es algo que simplemente te sucede periódicamente, aunque eso es lo que muchas personas experimentan. Por ejemplo, pueden despertarse una mañana y sus mentes están claras, simplemente presentes —oyen los sonidos y experimentan el estar vivas de una manera muy conmovedora—. Eso es Sabiduría. Y entonces se pasa, o bien lo dejan atrás y siguen adelante, diciendo: “Tuve un momento maravilloso esta mañana y me sentí muy bien”. No saben por qué tuvieron esa experiencia. ¿Por qué vino? ¿Por qué no puede venir otra vez?

A veces las personas tienen una profunda experiencia de Sabiduría e intentan recuperarla volviendo al mismo lugar y haciendo lo mismo, teniendo la misma conversación o los mismos estímulos. Pero no pueden recuperarla. Tal vez tienen un momento como este en la práctica de la meditación, y entonces practican de nuevo con fuerza, pero no pueden recuperarla.

Quizá esos momentos parezcan ocurrirte inesperadamente y surgir de la nada, pero de hecho algo te está estimulando. No son las cosas normales. No es el precioso lugar en el que estabas. No es aquello maravilloso que comiste. No es la persona encantadora con la que estabas. Es un tipo diferente de estimulación. Es el Conocimiento en otro estimulando el Conocimiento en ti. Tal vez el otro no es una persona en la vida física. ¿Podría ser una presencia espiritual? ¿Podría ser una persona en el otro lado del mundo que entró en ese estado y tú entraste con él o ella? ¿Cómo puedes explicar esta influencia? ¿Cómo puedes recrearla? No puedes. Cómo las mentes afectan a las mentes representa un gran misterio. En sus manifestaciones más sutiles, la estimulación en el ambiente mental es tan penetrante y compleja que nadie en el mundo podría entenderla.

Piensa en el ambiente mental como un campo muy cargado a través del cual la electricidad fluye en un sinfín de maneras. Aunque parece azaroso y confuso, sigue patrones naturales y significativos en la vida. O piensa en él como una gran placa de circuitos electrónicos a través de la cual la electricidad fluye de una cosa a otra de maneras que están preestablecidas, pero que parecen confusas para un observador.

Para tener plenamente la experiencia de la Sabiduría, las experiencias momentáneas y aleatorias no serán suficientes tras un tiempo. Querrás volver a la gran puerta y que se te abra más —no toda de una vez, porque eso sería demasiado; solo una pequeña rendija cada vez—. Serás nutrido a través de esa experiencia, así que tras un tiempo siempre querrás volver a ella. Esto te llevará a buscar métodos de práctica y preparación que te permitan cultivar la oportunidad y la receptividad para que esta experiencia regrese de manera creciente y lo haga de formas que sean relevantes para tu vida y tus necesidades actuales.

Tarde o temprano deberás empezar a practicar. Es igual que con las personas que se interesan por un instrumento musical. Aunque frustradas, tienen momentos de deleite con él, y antes o después se dirán: “¡Realmente quiero aprender a tocar este instrumento! Me gusta tocarlo, pero no puedo hacerlo todavía”. Y entonces buscarán una preparación. No intentarán enseñarse así mismas si son inteligentes. Buscarán instrucción. Buscarán ayuda. Buscarán ser corregidas.

Si te sientes atraído por el gran misterio y la beneficencia de la vida, tarde o temprano tú también buscarás una verdadera preparación, porque ello te dará el mejor acceso a la Sabiduría y al Conocimiento. Recuerda, he dicho que tener grandes comprensiones no es Sabiduría, incluso si tales comprensiones o percepciones resultan ser muy precisas y verdaderas. El Conocimiento vive dentro de ti lo reconozcas o no, lo puedas experimentar o no y tanto si tiene alguna forma de expresión a través de ti como si no. Está ahí. No viene y va cuando tú vienes y vas. No desaparece cuando estás ciego o preocupado. La Sabiduría es aprender a identificar el Conocimiento, a recibirlo y a convertirse finalmente en un vehículo para su expresión. Eso es la Sabiduría.

La preparación es muy importante, no solo para que puedas alcanzar el estado de Sabiduría y aumentes su presencia en tu vida, sino también para comprender y aprender todo lo que impide el reconocimiento y la expresión del Conocimiento. Desaprender aquí es tan importante como aprender. ¿Quieres desentrañar las restricciones y complejidades que te mantienen preocupado y perdido en tus propios pensamientos? Es así como lo haces. Es así como comienzas a desenredar o desmontar todo lo que te mantiene soldado dentro de ti mismo e incapaz de relacionarte directamente con alguien o algo de una manera consistente.

Al conseguir las recompensas de la Sabiduría, aprendes las virtudes esenciales y aprendes a reconocer lo que impide la Sabiduría en otros. Esto es muy importante. Necesitarás saberlo para trabajar eficazmente con las personas y relacionarte con ellas de tal manera que puedas contribuir a su favor y también recibir su contribución. Aquí tu percepción y entendimiento cambiará y saldrán a la luz tus capacidades. Aprenderás cómo ajustar tu comportamiento y ganar control sobre tu mente consciente. Tendrás entendimiento y comprensión, y con ello también compasión. La compasión surgirá porque encontrarás que la preparación es mucho más difícil de lo que pensabas. No es algo que aprendas en un fin de semana.

Con el tiempo, tendrás compasión porque aprenderás que debes ser compasivo contigo mismo. Aquí aprendes a ser un buen maestro para ti mismo, un amigo de confianza, en vez de ser un crítico constante —un crítico exigente, irritable, duro y prejuicioso—. El crítico dentro de ti es finalmente reemplazado por un consejero fiel, conforme aprendes a recordarte las cosas importantes —la paciencia, la perseverancia, la apertura, la aceptación y el retorno al Conocimiento—. Todas las cosas que un sabio consejero o maestro te diría, aprendes a decírtelas tú mismo a medida que avanzas. Aquí aprenderás moderación, paciencia y ternura contigo mismo —compasión—. Estas son cualidades necesarias, que te permiten dar en el mundo y establecer una relación significativa y viable contigo mismo.

La preparación crea esto. Llegarás a la preparación porque, tarde o temprano, querrás encontrar la fuente de tu significado, propósito y dirección. Regresarás al Conocimiento porque, como en un gran e instintivo regreso a casa, este te atraerá de vuelta. Encontrarás cada vez más que los placeres del mundo te resultan momentáneos e insípidos. Hay algo más emergiendo en tu vida que te está atrayendo y llamando. Esto es natural. Es el gran emerger espiritual dentro de ti. Sucede muy lenta y gradualmente para que puedas recibirlo dentro de tu propia capacidad y hagas los ajustes adecuados para poder desarrollar tu capacidad en el tiempo.

La gran puerta de la vida no se abre de golpe, sino muy, muy gradualmente. ¿Por qué gradualmente? Porque está gobernada por la Sabiduría y por los Sabios. Considera cuánto tiempo les llevó aprender y desaprender, evaluar y reevaluar, recibir, aceptar y dar. Ellos saben algo sobre el aprendizaje de esto. Han aprendido a aprender, y eso forma parte de su Sabiduría. La Sabiduría, entonces, no es solo estar con el Conocimiento, sino aprender a ser un vehículo para el Conocimiento —permanecer con él, permitir que se exprese a través de ti, unirte a su quietud y utilizar su percepción.

Aprender a hacer esto representa la gran educación. Es lo que sabiamente podría llamarse Educación Superior. Las personas aprenden esto con mucho temor y vacilación al principio. No están seguras de querer aprenderlo. Parece muy extraño, pero también muy maravilloso. Tal vez teman perder el interés en las cosas a las que se han entregado, y teman el sentimiento de culpa y desperdicio que seguramente surgirá cuando comprendan que antes se habían invertido de una forma pobre e ignorante, y que habían entregado su vida, tiempo, energía y recursos a actividades con poco o ningún valor o promesa. Esto es algo muy difícil de enfrentar, pero lo enfrentarás porque debes buscar lo que es verdaderamente significativo.

La búsqueda de la Sabiduría y el Conocimiento es incesante. Si no la haces en este periodo de servicio en el mundo, ciertamente regresarás, porque cuando vuelvas a casa con tu Familia Espiritual comprenderás que es lo único que importa. Una vez que estés allí, te dirás a ti mismo: “Me olvidé por completo allí abajo. Debo regresar”. Volverás, y te olvidarás de ti mismo, y una vez más pasarás por el proceso de recuperarte dentro del contexto de tu humanidad. Sin la gran vestidura de humanidad este entendimiento está muy claro, pero debes tener esta percepción mientras te encuentras en la experiencia humana para que tal entendimiento sea aquí un medio efectivo de contribución.

Por tanto, la Sabiduría y el acercamiento al Conocimiento constituyen la gran educación. Lo esencial aquí es el viaje. La sabiduría no es solo una gran recompensa al final de la vida. Es la capacidad de estar con la vida tal como está ocurriendo, de involucrarte con ella de manera directa y significativa, y de poder recurrir al Conocimiento que llevas dentro de ti, lo cual antes solo parecía ser una idea o un potencial.

En cierto momento, acercarse a la Sabiduría requiere una preparación muy formal. Por ejemplo, las personas que están practicando los Pasos al Conocimiento se están preparando para la Sabiduría. Ellas tal vez comienzan esta preparación pensando que obtendrán algunas otras cosas: amor, riqueza, reconocimiento o seguridad. Puede que aspiren a retozar con los ángeles y a elevarse por encima del mundo para escapar de sus dificultades. Pero encuentran que la preparación es realmente muy diferente. El Camino las conduce en una dirección distinta. Quizá la montaña que están intentando alcanzar es la misma que aquella a la que las está llevando el Conocimiento, pero el sendero sigue un curso diferente. Y dicen, “Pensé que teníamos que ir por ese camino”, pero la preparación las está llevando en una dirección diferente.

Se podría decir que el acercamiento al Conocimiento implica una serie de grandes revaluaciones, nacidas de la necesidad y no de la curiosidad. Estas revaluaciones son necesarias porque has llegado a una coyuntura en la que debes revaluar o repensar tu posición y tus suposiciones. Nadie te está obligando a hacerlo. Simplemente has llegado a un punto donde debes hacerlo, porque es evidente que necesitas una nueva posición en la vida. Lo verás, lo sentirás, lo sabrás y se demostrará en tu vida. Estos son umbrales menores, aunque parecen grandes en su momento. Pueden hasta parecer catastróficos, pero son menores. Pero incluso siendo menores, son necesarios y muy importantes para tu progreso.

Aprender a dirigir la mente en vez de ser dominado por ella, usar el ambiente mental, usar tus recursos mentales y usar el ambiente físico y tus recursos físicos en vez de solo perderte en ellos, requiere mucha preparación. Algunos aspectos de la preparación parecen tener mucho sentido, mientras que otros aspectos parecen muy confusos e inexplicables.

Por ejemplo, las personas se preguntan por el énfasis en la quietud. Piensan: “Estoy intentando hacer algo y aprender algo. Estoy intentando adquirir el Conocimiento. Estoy intentando averiguar cosas. ¿Por qué tratar con la quietud? Bueno, está bien, practicare la quietud porque si la practico conseguiré las respuestas, ¿no?”. No, lo que obtienes es la quietud. Las personas no ven que la quietud en sí misma es la recompensa. Piensan que estar en quietud es ser estúpido y pasivo, y por tanto el énfasis en ella parece inexplicable. Su único valor para las personas es que, tal vez, si están quietas podrán conseguir lo que quieren. Todavía están tratando de conseguir, tener y adquirir. Traen su locura a la preparación e intentan usar la preparación para satisfacer su locura y las exigencias de su locura. Pero la preparación es tal que te librará de tu locura en vez de satisfacerla, porque la locura no puede satisfacerse. Por eso es locura.

En una verdadera preparación, al principio y durante mucho tiempo los estudiantes estarán en conflicto con la propia preparación. Tal vez sigan pensando que es maravillosa, pero en algún momento empezarán a dudar. En ese momento, las personas suelen abandonar la preparación para buscar algo nuevo. Dirán: “No estoy yendo a ninguna parte con esto. No me está pasando nada, y necesito resultados”. Entonces abandonan la preparación y buscan otra cosa. Lo que no entienden aquí es que su manera de acercarse a sí mismas, a la vida y a su preparación —que es todo lo mismo— está en conflicto con la propia preparación.

La preparación es una cura para la locura. Los Pasos hacia el Conocimiento son una cura para la locura, la locura con la que todos en el mundo viven en diversos grados. ¿Quieres tener Sabiduría? Entonces debes ser liberado de la locura. No sabes lo que eso significará, qué necesitará o cómo será. Aquí es donde las personas tienen imágenes de ascetismo. “Renunciar a la locura es vivir en una choza con un cuenco. ¡No quiero vivir así! Por eso, en vez de buscar la Sabiduría, estaré cerca de alguien que sea sabio y podré conseguir de ellos mis respuestas”. Eso es ridículo. No tienes la menor idea de cómo será la vida cuando la Sabiduría esté contigo de manera consistente. Simplemente sientes ambivalencia sobre si quieres renunciar a la locura o no. Aún crees que la locura te funcionará y te dará lo que quieres. Las personas participan activamente en su locura. No es algo que las domine, como una enfermedad que no pueden quitarse, sino que han invertido en ella y continúan invirtiendo en ella.

La preparación para el Conocimiento, que parece confusa, inexplicable y quizá indeseable, cultivará la verdadera Sabiduría, porque te enseñará lo que es el Conocimiento y cómo permanecer con él. No está aquí para darte lo que quieres. Está aquí para darte lo que sabes. No estás seguro de que lo que sabes sea lo que quieres, por lo que esto se te debe demostrar y probar con el tiempo. Esto requiere una larga preparación.

Tu locura se produce por querer algo que no es lo que sabes y que realmente no quieres. Esa es la locura del mundo. Es lo que mantiene a toda la humanidad en un estado de continua miseria. Parte del sufrimiento de estar en el mundo surge de vivir una vida física donde la muerte y la posibilidad de daño están muy presentes y son posibles. Pero la gran mayoría del sufrimiento humano está en la mente. Eso es locura. Enfrentar esa locura te llevará a hacer las grandes preguntas y a buscar un mayor alivio. Buscar alivio es parte de lo que te motiva hacia el Conocimiento. Pero no puede ser tu única motivación, pues también debes buscar —al menos de acuerdo con tu actual entendimiento— lo que el Conocimiento posee.

No puedes escapar al Conocimiento, porque él te hará volver a la vida. No puedes buscar solo consuelo en el Conocimiento, porque él requiere cambio y trabajo. No puedes buscar solo confirmación en el Conocimiento, porque él reconoce algo más en ti que lo que tú estás intentado confirmar. El Conocimiento no es como un día de fiesta. Te está llevando al mundo y te enseña cómo estar en él con Sabiduría.

Aprendes a estar quieto porque la quietud te permite conocer las cosas, penetrarlas mediante tu percepción y también asimilarlas. Te da la presencia mental para reconocer lo que es beneficioso y lo que no lo es, y lo hace sin condena. La quietud te da la libertad de tener paz, pero también te da la potencia para actuar. Aquí estás reservando tus recursos y energía mentales. El Conocimiento es como el arquero que ejerce el esfuerzo de tensar el arco para que, cuando llegue el momento de soltar la flecha, esta tenga verdadero poder y dirección.

Por tanto, conforme aprendes cómo funciona el Conocimiento, eres capaz de estar con él y expresarlo en el mundo. Esto es Sabiduría. Sabiduría no es tener todas las respuestas, como el hombre sabio en la cima de la montaña. El hombre y la mujer del Conocimiento pueden no tener, en un momento dado, respuestas para nadie, pero están teniendo una experiencia que está más allá del alcance aparente de todos a su alrededor. Poseer Sabiduría no significa ser feliz todo el tiempo, porque de hecho a veces experimentarás el sufrimiento del mundo con mucha intensidad.

Con la Sabiduría siempre estás dando. Reconoces que no entiendes cómo das, aunque entiendes ciertas cosas que puedes hacer allí donde el dar puede suceder, y te sentirás inclinado a hacer esas cosas. Pero cómo funciona el dar a través de ti supone un misterio y una experiencia misericordiosa.