El discernimiento


Como le fue revelado a
Marshall Vian Summers
el 22 de marzo de 1992
en Boulder, Colorado, Estados Unidos

Texto original: Discernment

Audio original no disponible.

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Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.

Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.

En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.


Wisdom from the Greater Community, volume 2
Volume 5 > Wisdom from the Greater Community, Volume 2 > Chapter 6

Existe una lección en los Pasos al Conocimiento que se concentra en una idea, “La calidad de mis relaciones determina la calidad de mi vida.” Pasa ahora algún tiempo considerando esta idea. Cuando pienses en ella, no pienses sólo en las personas con las que ahora estás involucrado en una relación. Incluye, además, tu relación con tu mente, tu relación con tu cuerpo, tu relación con tu lugar de residencia, tu relación con el entorno físico en general, y demás. Si haces esto honestamente, sin intentar excluir nada, verás que todo está incluido en esta idea y que esta idea se aplica a todos los aspectos de tu vida. Si has estado un poco en el mundo, y te has vuelto algo observador de los demás, comenzarás a ver la absoluta verdad de esta afirmación.

Así que, ¿dónde está el mejor lugar para investigar la calidad de tus relaciones? El mejor lugar para comenzar a investigar es mirando cómo inicias tus relaciones —¿con quién las comienzas?, ¿cuáles son tus motivos?, ¿qué estás buscando?, ¿cuáles son tus criterios?, ¿cuán rápido te mueves?, ¿cómo mides tu progreso?, ¿qué califica a una persona para estar en relación contigo y qué la descalifica?— Esta es la investigación que se te anima a llevar a cabo por ti mismo, pero sólo será fructífera si te involucras en ella con la mayor objetividad posible. Tu experiencia y tus observaciones de otros serán muy valiosas aquí. Pero la oportunidad para el engaño es muy grande, ya que todavía protegerás de este escrutinio ciertos motivos y objetivos en las relaciones, queriendo asegurarte de que siguen siendo objetivos genuinos para ti, evitando cuestionarlos y examinarlos honestamente.

Desarrollar el discernimiento es absolutamente fundamental para elevar la calidad de tus relaciones y, de hecho, la calidad de tu vida. La forma en que inicies una relación determinará la dirección en la que esta tome y establecerá su actividad tanto ahora como en el futuro. El discernimiento o su falta, determinarán con quién estarás, lo que harás y lo que tendrás que aprender como resultado. Así que, claramente, el mejor lugar para comenzar es cómo inicias una relación. Todas las relaciones que ahora tienes se iniciaron en algún momento, y, de hecho, buscas nuevas relaciones, incluso en este momento. Tal vez pensarás, “Bueno, yo no busco a un marido o una esposa”, pero estás buscando a otras personas para otros fines.

Para enfatizar la importancia del discernimiento, te daremos una idea muy fundamental en el Camino del Conocimiento de la Comunidad Mayor. Es una idea que requerirá una considerable reflexión y e investigación. La idea es la siguiente: “La verdad de cualquier relación puede ser conocida desde el principio”. Esto significa que las relaciones no son una apuesta tan arriesgada como podría parecer. ¿Esto es posible? No todo lo que pasará en una relación puede verse al principio, pero sí puedes saber si esa relación es apropiada para ti. De hecho, ya se sabe. Pero, ¿tienes acceso a este Conocimiento? ¿Estás disponible para él? Sin duda, él está disponible para ti. Si tú no estás disponible para él, ¿qué te impide acceder a él? Aquí, de hecho, empiezas a hacer preguntas muy importantes sobre cómo abordas la vida, y el grado en que puedes relacionarte con la vida de manera objetiva y honesta.

De hecho, incluso podrías tener las siguientes preguntas respecto a mí: “¿Quién es este orador que me da este discurso? ¿Se puede confiar en este orador? ¿Posee verdadera sabiduría? He sido engañado antes. Tal vez seré engañado de nuevo”. De hecho, Yo sólo puedo ser conocido. Puedes especular mucho sobre mí, y pintar cualquier imagen que desees. Pero mi valor sólo puede ser conocido. Si estás con el Conocimiento, sabrás quien soy y entenderás la profundidad de mi sabiduría. La cuestión de la confianza no será necesaria si el Conocimiento es tu guía. Pero, en un sentido activo, el Conocimiento no es realmente el guía para la mayoría de las personas, porque las personas confían en sus suposiciones hasta que demuestran ser falsas, lo que puede tomar mucho tiempo.

Considera cómo es posible saber desde el principio la idoneidad de una relación. ¿Cómo sabes estas cosas y cómo procedes? Si estás abierto a experimentar el propósito de otras personas —su temperamento, cuanto han avanzado, su madurez, y su forma de pensar y comportamiento—, si estás abierto a conocer estas cosas sin intentar valorarlas, y sin intentar encajar a los demás en tus ideales, entonces, de hecho, puedes saber si son un posible candidato potencial para estar en una relación contigo. ¿Cómo puedes saberlo? Porque el Conocimiento dentro de ti dirá “sí” o “no”. Si el Conocimiento no dice “sí”, entonces es un “no”. El “no”, puede significar que esa persona no es apropiada, o puede significar que debes esperar y no comprometerte. “No”, también puede significar que mires hacia otro lado o pases de largo. Aquí tienes que mirar más allá de las apariencias y no dejarte llevar por el encanto, la belleza, la riqueza, el poder y todos los atractivos que atrapan a las personas. Aquí miras sin amargura y sin desconfianza. Sólo estás abierto. Para tener esta apertura, debes aprender, con el tiempo, a no hacerte ilusiones sobre ti mismo. No debes vivir de acuerdo a ideas preciadas o a imágenes grandiosas. Debes volverte una persona simple, directa, abierta y con discernimiento —un hombre o una mujer del Conocimiento.

Verás, en este momento todavía no tienes este discernimiento. ¿Cómo puedo decir esto sobre ti?, te preguntarás. “Ni siquiera me conoces. ¿Cómo puedes decir esto de mí?” Puedo decirlo porque el verdadero discernimiento es raro en el mundo. Sólo se cultiva en una mente que se ha despojado de sus ilusiones, que vive con la vida tal como es, y se adhiere a un Poder Mayor que incluye lo que se ve, y también trasciende lo que se ve. El discernimiento no es hacer las preguntas correctas o tener la lista de chequeo correcta. Es la capacidad de saber. Es la capacidad de experimentar al otro, no de forma crítica, sino directamente. Es la capacidad de contenerte hasta el momento en que eres llamado a la acción, sin importar cuanto tiempo sea. Si no tienes ilusiones sobre ti mismo, entonces no podrás tener ilusiones sobre otros.

Así pues, el discernimiento es el producto de un gran desarrollo. Este gran desarrollo debe ocurrir para que el discernimiento tenga una base real y sea realmente eficaz en la vida. El gran desarrollo se llama el Camino del Conocimiento. Aquí recuperas la Verdadera Mente y, con ella, la verdadera vida. Déjame darte un ejemplo. Si interactúas con alguien y te seduce, te confunde, te intriga o te defrauda, y quieres conocerle y comprenderle, ¿cómo puedes lograrlo si no te involucras con él de alguna manera? Uno de los primeros requisitos aquí, es que no puedes querer nada de la situación. Lo que quieras determinará los criterios que utilizarás. Incluso querer el Conocimiento puede ser engañoso, porque aquí intentarás pensar y actuar según tus ideas de lo que es el Conocimiento y de cómo el Conocimiento podría pensar o lo qué el Conocimiento te haría hacer.

La esencia del discernimiento es la quietud. Si puedes estar en quietud con otro, sin intentar hacerlo bueno o malo, o divino o maligno, entonces puedes comenzar a experimentarlo de manera muy directa. Por eso enseñamos el camino de la quietud. Este produce en la mente la condición necesaria para que el Conocimiento emerja. De hecho, hablamos de la quietud a lo largo de nuestros discursos y estos se refieren a ella con frecuencia. Muchas personas piensan que discernir es volverse más crítico, tener estándares más altos, ser más enjuiciador, ser más cuidadoso, hacer más preguntas, o ser más reservado sobre uno mismo o sobre las posesiones propias. Si bien es cierto que a medida que te vuelves más discerniente, te vuelves más reservado, esa no es la esencia de lo que estoy hablando. La esencia de lo que estoy hablando es la capacidad de experimentar a los otros como realmente son, reconociendo sus cualidades superiores, pero también teniendo en cuenta su posición en la vida. Esto no requiere un largo análisis o un estudio detallado, porque un largo análisis sólo puede determinar el pensamiento y el comportamiento de una persona, pero no puede en absoluto dar cuenta de sus aspectos más profundos. Aquí necesitas estar presente. Permanece quieto y sabrás. Esto suena muy simple, y sin embargo, requiere un enfoque verdaderamente refinado.

Existen algunas preguntas fundamentales que puedes hacerte en el proceso de llegar a conocer a alguien. Para empezar, pregúntate: “¿Debo conocer a esta persona?” Segunda pregunta: “¿Debería involucrarme con esta persona?” Son dos preguntas diferentes. Puedes conocer a alguien sin involucrarte con él, manteniendo una distancia respetuosa. Más allá de estas dos preguntas, entonces, permanece quieto. No te apresures. Toma conciencia de lo que quieres en la relación y de todas las imágenes que ilustran lo que quieres. A continuación, sepárate de esas imágenes. Estas no son necesariamente malas, pero pueden destruir tu capacidad de ejercer un discernimiento real de la situación.

Dado que la calidad de tus relaciones determina la calidad de tu vida, es importante con quien te involucras y con qué propósito. No puedes ignorar esto, porque al igual que en un ambiente físico, tú vives en un ambiente mental, y este ambiente mental se compone de tu pensamiento y el pensamiento de aquellos con los que estás involucrado más directamente. Esto también describe tu entorno físico. La relación es la esencia de tu entorno, del entorno en el que vives. Lo que decidas hacer en tus relaciones determinará el tipo de vida que tendrás, y el tipo de problemas que tendrás que resolver. Esto es tan importante, que no puede pasarse por alto. Te juegas mucho si tomas una decisión equivocada. Y es difícil deshacer algo que, para empezar, nunca deberías haber hecho. Tu experiencia te lo ilustrará.

Por eso, comienzas con precaución, pero también debes tener un compromiso para desarrollar la quietud, la objetividad y la capacidad de experimentar la realidad de la otra persona, no en un sentido analítico, sino de una manera directa. El Conocimiento puede ser tu guía, si puedes estar con el Conocimiento. Para estar con el Conocimiento no puedes regirte por tus deseos, tus metas, tus anhelos y tus aversiones personales. Porque, de hecho, la persona que puede marcar la mayor diferencia para ti, puede ser alguien que no cumple con tus criterios. Y la persona que te hará el mayor daño podría ser alguien que es totalmente encantador para ti, y que parece encajar completamente en la imagen que estás intentando adquirir para ti mismo. Una vez más vuelve al Conocimiento y a la quietud. Si aprendes el Camino del Conocimiento de la Comunidad Mayor, según la preparación que se ha proporcionado, entonces, el discernimiento será un subproducto de tu logro y crecerá con tu logro. Dado que todo representa una relación, tu implicación con todo estará determinada por el grado en que hayas cultivado un verdadero discernimiento.

El discernimiento siempre debe basarse en lo que valoras. Déjame hablarte ahora de esto. Si valoras la belleza y el encanto, la riqueza y el poder, la comodidad y el placer, esta será la base de tu discernimiento. Si valoras a cualquiera de ellos o cualquier combinación de ellos, esa será la base de tu discernimiento. Sólo la realidad te llevará de vuelta a lo que es realmente verdadero y a lo que podría haber sido reconocido desde el principio.

Por lo tanto, pregúntate, ¿qué valoras? Pregúntate: “¿Qué valoro? ¿Qué estoy buscando?” Es fácil querer cosas. Puedes permitirte querer cualquier cosa, pero ¿qué es lo que realmente valoras? En esto, solo tienes dos opciones reales: O valoras la verdad y lo que la verdad aporta, o valoras las cosas que compiten con la verdad. Si nunca has probado la verdad, será muy difícil que la valores. Te parecerá un ideal. Puedes decir, “Quiero a alguien que diga la verdad, que me recuerde la verdad”. Pero si no sabes cuál es la verdad, sólo será otra imagen y otro objetivo personal.

Si valoras el Conocimiento como una realidad viva dentro de ti, entonces querrás enfatizar el Conocimiento y querrás permanecer cerca del Conocimiento, porque es la relación más importante que tienes. Es tan fundamental que si restableces tu relación con el Conocimiento, este te pondrá en el orden correcto con todos a tu alrededor. El Conocimiento no puede ser engañado. No tiene objetivos contradictorios. Vive con la verdad, porque él es la verdad. La verdad es su único énfasis —una verdad mucho mayor que la verdad en que las personas se concentran o reconocen como verdad—. Por eso, cuando volvemos a las cosas más fundamentales a enfatizar sobre el discernimiento, tenemos que hacer hincapié en tu relación con el Conocimiento, lo que representa tu amor por la verdad, tu experiencia de la verdad, y todas sus cualidades resonantes y regalos que afirman la vida.

Volver al Conocimiento es como volver a casa. Aquí te deshaces de mucho equipaje innecesario a lo largo del camino. Al irse las falsas metas se van las falsas relaciones; al irse las ilusiones sobre ti mismo se van las ilusiones sobre otros. Cuando desarrolles el Conocimiento, será cada vez más difícil para ti cometer un error en las relaciones.

Tu vida es preciosa; tu tiempo es corto. Has venido al mundo para aportar algo muy significativo y para trabajar con otras personas, en una aventura cooperativa, en un área específica. La única forma en que puedes descubrirlo y lograrlo es colaborando con las personas adecuadas, para el propósito correcto. Necesitarás el Conocimiento para hacer esto, y necesitarás todas las cualidades que se requieren para que el Conocimiento emerja —como la quietud, la paciencia, el discernimiento, la apertura, la moderación, la compasión y la afinidad—. Estas son grandes virtudes, y son fundamentales para vivir una vida genuina.

Desarrollar el discernimiento es volverse sobrio. Es sacudir las nubes que envuelven tu visión y dificultan que pienses con claridad. Es como salir de un letargo. Es enderezarse, como una persona que está embriagada y debe lavarse la cara con agua helada para recuperarse, para enderezarse. Las personas se embriagan con el romance. Se embriagan con el poder de sus relaciones comerciales; se dejan llevar por cosas que sólo producen dolor y miseria. Están intoxicadas. El discernimiento está más allá de ellas. Sólo quieren mantener sus indulgencias, por lo que buscan a otros que compartan sus indulgencias y que muestren la promesa de satisfacer con ellas estas indulgencias. Mientras tanto, hay una gran necesidad de conocer y una gran necesidad de ser conocido que son descuidadas.

La falta de discernimiento es un gran problema en las relaciones humanas. Y el discernimiento real no puede ser adquirido por los métodos que habitualmente las personas le atribuyen. Para llegar a ser realmente discerniente, debes volverte sabio, nada menos. El Conocimiento debe ser tu guía, nada más. Necesitarás tiempo para lograrlo y debes prepararte, pero la recompensa es tan grande y tan completa, la libertad del error es tan auténtica y tan diferente de lo que ves a tu alrededor, que el esfuerzo requerido es solo un pequeño precio a pagar por una recompensa tan grande.

Si puedes discernir qué hacer, entonces puedes hacer lo que sabes, y sabrás qué hacer, y la certeza será tuya. Si puedes discernir a que relaciones darte y a cuales negarte, entonces, tu vida tendrá la oportunidad de tener profundidad y armonía verdaderas, que son necesarias para que el amor propio y el verdadero logro tengan lugar.

El estudio del Camino del Conocimiento de la Comunidad Mayor requiere discernimiento. No solo lo fomenta, sino que lo requiere. Tu progreso aquí sólo puede frustrarse realmente por tu mala aplicación en las relaciones —en las relaciones con otros, en la relación contigo mismo, con tu mente, con tu cuerpo, y con el mundo—. Puedes preguntarte, “¿Cómo puede alguien fracasar en aprender el Camino del Conocimiento?” Y yo digo: “Busca o protege una relación inapropiada, y fracasarás, y tu fracaso será un difícil proceso de aprendizaje” Ya has fracasado bastante en este sentido. No sigas pagando el precio. Otros lo están pagando con creces. Puedes aprender de ellos. Paga un pequeño precio por una gran recompensa, en lugar de un gran precio por una pequeña recompensa. Si decides aprender el Camino del Conocimiento de la Comunidad Mayor, entonces, el discernimiento es un requisito. La vida te dará los desafíos que necesitas. Y ellos serán genuinos, y tu oportunidad para el éxito será grande. Lo que tendrás que negar, dejar pasar o retener dentro de ti mismo también será grande.

Verás, las personas suelen preguntar, “¿Cómo puedo tener éxito?” Y yo les respondo dándoles algo grande que hacer, algo realmente grande que hacer. Aprende la quietud. Aprende el discernimiento. Aprende el Camino del Conocimiento de la Comunidad Mayor. ¿Quieres tener éxito? Aprende estas cosas. Mi respuesta a tu pregunta te desafiará y desafiará tu discernimiento en este momento, porque si puedes discernir mi respuesta, entonces serás capaz de discernir tu verdadera petición y de entender que se te está dando una verdadera respuesta.