La ambición


Como le fue revelado a
Marshall Vian Summers
el 26 de enero de 1992
en Boulder, Colorado, Estados Unidos

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Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.

Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.

En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.


Wisdom from the Greater Community, volume 2
Volumen 5 > Sabiduría de la Comunidad Mayor, Volumen 2 > Capítulo 1

Es maravilloso alcanzar objetivos personales y adquirir cosas. Es maravilloso, pero solo durante un breve tiempo. Asegurar estas cosas conlleva un gran precio, parte del cual lo pagas al principio y parte después. El precio puede cuantificarse en términos de tensión, deshonestidad, deseo, codicia u otros problemas y errores semejantes que pueden acompañar la consecución de cualquier objetivo, incluso si se trata de uno valioso. Pero el mayor precio de los objetivos y adquisiciones personales es que te desconectan del Conocimiento dentro de ti. Aquí tus preocupaciones eclipsan tu verdadera determinación, tus verdaderas inclinaciones y tu voz interna, la cual te está hablando a lo largo del día para ayudar a guiarte y protegerte y para aconsejarte en asuntos grandes y pequeños.

Es maravilloso tener ese momento de logro en el que te dices: “¡Me propuse hacer esto y lo he hecho!” ¿Pero cuánto dura ese momento? ¿Y qué trae consigo? ¿No llega después la ansiedad de cómo proteger o expandir esa adquisición o ese logro? ¿No trae consigo un vacío que te hace sentir que debes establecer un nuevo objetivo, un nuevo lugar que alcanzar, algo nuevo por lo que esforzarte? Tu éxito aquí es muy breve y rápidamente es reemplazado por nuevas preguntas y nuevas ansiedades.

Sí, puede que recibas mucho ánimo del mundo y puede que mucha gente aplauda tus logros, pero ¿cuánto dura el placer de esto? Sin duda solo unos momentos. ¿Y es un placer hincharte de orgullo cuando otros te reconocen por tus grandes esfuerzos? ¿Es un placer recibir cumplidos cuando tus necesidades y tu propio cuestionamiento interno todavía no han sido satisfechos? Por tanto, te dispones a esforzarte de nuevo, haciendo frente a muchas adversidades, planeando, trabajando fervientemente para alcanzar otra cima, que te dará solo un placer y sentido de satisfacción momentáneos. En efecto, considera los costes, tanto ahora como después del logro si este lo consigues, y luego compáralos con el placer o la satisfacción que se cosechan como resultado.

Si puedes mirar esto con honestidad y claridad, usando tu propia vida como demostración así como la demostración de otros, sin duda verás qué vana y desesperada búsqueda es esta, qué poco se consigue que sea duradero y significativo y qué poca felicidad se genera en el mundo. Incluso si has buscado lograr algo y lo has hecho de la manera más ética posible, sin causar perjuicios o daños a los demás, ¿qué te ha costado? ¿No se te ha pasado la vida —los simples placeres y el asombro momento a momento, perdidos mientras estabas implicado intensamente en conseguir tu objetivo—? Y mientras intentas ahora alcanzar tu siguiente objetivo, ¿no eres dolorosamente consciente de que estás perdiendo algo? ¿No eres dolorosamente consciente de que quizás esta última búsqueda no vale realmente la pena? Quizá tener o poseer esa cosa o esa nueva habilidad realmente no es un logro tan grande después de todo.

Debes considerar estas preguntas, y las considerarás especialmente en momentos de decepción y cuando el éxito, si lo logras, es seguido por el vacío y el cuestionamiento lleno de temor: “¿Qué debería hacer ahora? ¿Qué queda para mí?” De hecho, si no conseguiste el objetivo te quedas con el cuestionamiento. Al principio, quizá cuestionarás tu valor o el valor de otros con los que estás implicado. Pero si eres honesto, acabarás cuestionando tus propias prioridades y motivaciones. ¿Qué te llevó a iniciar esta búsqueda? ¿Qué te mantiene en ella? ¿Es realmente valioso? ¿Es realmente lo que viniste a hacer aquí? Estas preguntas fundamentales son respondidas por una experiencia —una experiencia que al principio puede ser bastante dolorosa, como a veces es doloroso tocar algo que ha estado aguardando durante mucho tiempo—. Pero el dolor de esto es reemplazado rápidamente por una mayor percepción interna y una realineación dentro de ti una vez que das con una verdad esencial. Estas experiencias son el resultado de momentos de introspección, a menudo iniciados por graves decepciones y completados en tiempos de reevaluación.

Para moverte en una nueva dirección, para avanzar hacia el descubrimiento de la profundidad y el propósito verdaderos de tu vida, debes alejarte de la ambición. Aquí, una de las primeras cosas que te confronta es la pregunta: “¿Qué hago ahora?” como si lo que haces representase lo que eres. Para muchas personas esta gran desorientación está cargada de ansiedad y del temor de que, sin todos sus objetivos personales, no conseguirán nada ni ocurrirá nada, y que no habrá felicidad, ni logro, ni valor, ni relaciones —solo vacío y desesperación—. Así sería si el Conocimiento no viviera dentro de ti. Si el Conocimiento no estuviera contigo, todo tu valor se derivaría de lo que haces y lo que posees. Pero el Conocimiento vive dentro de ti, una realidad viviente más allá de tus deseos y miedos personales, más allá de tu ambición personal y tu ansiedad personal, más allá incluso de tu individualidad. Vive dentro de ti. Es grande. Está quieto.

El Conocimiento está viviendo dentro de ti, pero como sucede con tu corazón que está latiendo y tus órganos que están funcionando, no eres consciente de él. A lo largo de tu vida, tu cuerpo funciona con muy poca conciencia de tu parte, con muy poca apreciación y muy poco entendimiento. Con el Conocimiento sucede lo mismo. Está trabajando en ti cada minuto, pero pasa desapercibido porque no forma parte de tus planes y ambiciones. No forma parte de tu esfuerzo para adquirir cosas, ser alguien y defenderte de la pérdida. Pasa desapercibido. Pero incluso en este estado está sirviéndote. Aunque la mayor parte de este servicio es ignorado, el Conocimiento sigue protegiéndote y en ocasiones eclipsará hasta tus prerrogativas personales para poder salvarte de una gran calamidad. Pero no irrumpe en tu vida personal. Simplemente lleva a cabo su función para protegerte, sostenerte y moverte en la dirección de la autorrealización. Es una Mente Mayor dentro de ti.

Así que, mientras estás ocupado con tus planes, tus objetivos, tus miedos, tus ansiedades y todas las fantasías e ideas que estos conllevan, el Conocimiento vive dentro de ti. La decepción te lleva al Conocimiento porque, incluso si es solo por un breve instante, la decepción ilustra la futilidad de muchas de tus búsquedas. Esto te lleva a hacer una pausa para reconsiderar tus motivos e intentos primarios. Esta reevaluación, a su vez, puede conducirte a experimentar algo nuevo que ha estado dentro de ti todo el tiempo.

Este descubrimiento te apunta en una dirección diferente, una dirección en la que pocos han viajado. Por tanto, es misteriosa. Pero su sendero no es desconocido, porque hay individuos que han recorrido ese camino, y aunque cometieron muchos errores en su viaje, ellos pavimentaron un camino para ti. Para moverte en esta dirección la ambición no puede acompañarte, porque al principio no sabrás a dónde estás yendo, qué harás o incluso porqué lo haces. Aunque puedes asignar razones personales para justificar tu involucración, tus justificaciones y definiciones tarde o temprano demostrarán ser inadecuadas para justificar por qué estás eligiendo este camino.

Al elegir el Camino del Conocimiento entras en el Misterio. A elegir el camino de la ambición sigues las ambiciones de otros. Aquí tendrás mucha compañía. Conforme sigas tus propias ambiciones, te juzgarás a ti mismo y a otros con mucha severidad, llamando a este grupo “ganadores” y a ese grupo “perdedores”, a este grupo “bueno” y a ese grupo “malo”, intentando mientras tanto estar en el grupo ganador.

Para elegir un camino diferente, primero debes detenerte —detener el esfuerzo interminable de tener esto y de ser aquello, de lograr esto y de evitar aquello—. Debes dejar de empujarte a ti mismo y estar en quietud durante un tiempo, hasta que puedas sentir que hay para ti una diferente dirección que tomar. Esto inicia un periodo de fusión crítica. Durante cierto tiempo estarás deambulando en el desierto, por así decir, sin certidumbre sobre a dónde estás yendo o qué estás haciendo. Pero realmente estás yendo a alguna parte, si no interfieres.

El verdadero camino no es el camino de la ambición personal, por tanto desafía la definición. Todos los que han recorrido este camino han pasado por un periodo de deambulación, chocando contra cosas, sin certidumbre sobre a dónde están yendo y por qué están yendo allí. Nadie puede mapear esta parte del viaje. Bajo la luz de tus antiguas ambiciones y de todos los estándares y valores que las acompañaban, puede que parezcas bastante estúpido —estúpido y tonto, como un alma perdida—. Pero no estás perdido. No estás tan perdido como lo estabas antes, cuando estabas luchando contigo mismo todos los días, forzándote a someterte para tener, hacer y ser todas esas cosas que pensabas que eran necesarias para tu felicidad. Entonces estabas perdido, porque no estabas disponible para el Conocimiento. Incluso si valorabas la honestidad, antes no podías ser completamente honesto contigo mismo, porque no podías sentir tus inclinaciones más profundas. Solo podías malinterpretarte a ti mismo y a los demás.

Ahora te sientes más honesto pero menos seguro. Ahora tal vez te sientes más conectado contigo mismo, pero tendrás menos definiciones por las que vivir. Este no es un tiempo para tomar muchas decisiones. Es un tiempo para permanecer abierto y mantener una vida simple —involucraciones simples y un empleo simple—. Este es el tiempo para mantenerte sin una relación primaria si estás soltero. Es un tiempo para abstenerte de cambiar una relación primaria si estás en una. Es un tiempo de reevaluación interna. Pero no es un proceso mental.

Mientras deambulas en apariencia, encontrarás con el tiempo que en verdad estás siguiendo una cierta dirección, y que hay ciertas pistas a lo largo del camino, así como pequeñas referencias y cosas que te están ayudando. Aunque tu camino está todavía muy mal definido y es en apariencia incomprensible, estás realmente moviéndote en una cierta dirección.

El error que las personas cometen aquí es que intentan llevar sus ambiciones a la situación. Ahora piensan que van a alcanzar alturas espirituales. Ahora piensan que van a tener relaciones espirituales. Ahora piensan que van a tener riqueza espiritual, poder espiritual y prestigio espiritual. Cuando esto ocurre, las personas se redefinen a sí mismas de nuevo y se pierden. Ahora están doblemente perdidas, porque piensan que están haciendo algo muy genuino cuando, en realidad, están simplemente actuando desde sus ambiciones una vez más. Ahora es más difícil reconocerlo, porque todo puede parecer muy edificante. Pero esto no es diferente de la persona que está buscando conseguir un millón de dólares. Simplemente parece más edificante, y por tanto es más difícil comprender que no es sino otra forma de autoengaño.

Si puedes mantener la ambición a raya y permanecer en un estado de no saber y falta de certidumbre, entonces tu camino se revelará y lo seguirás lentamente. A medida que continúes, reconocerás que estás siguiendo una cierta dirección y que estás yendo allí por propósitos que puedes experimentar incluso si aún no puedes definirlos. También descubrirás que no estás viajando solo, porque llegarán compañeros para unirse a ti. Si aquí puedes abstenerte de la ambición y la autodefinición, entonces te moverás más poderosamente, y el Conocimiento dentro de ti será cada vez más una fuente de dirección, inspiración y protección que puedes experimentar. Sin tu intento de usar y dirigir tu vida, el Conocimiento emergerá. Esto no significa que seas débil o pasivo. Solo significa que estás prestando atención a algo mayor. Aquí tomas tu anterior autodeterminación y la aplicas a tu deseo de tener el Conocimiento y vivir una vida de mayor verdad. Ese es el compromiso. Si sigues esto honesta y sinceramente y estás dispuesto a trabajar por ello, entonces podrás generar suficiente energía para avanzar en el Camino del Conocimiento.

Durante este tiempo de transición, todo es redefinido. Pero muchas cosas no se definen durante mucho tiempo. Este es un periodo en el que debes encontrar libertad respecto a tus propias definiciones de ti mismo, lo cual es una clase muy real de libertad. Debes liberarte de todas tus creencias y suposiciones sobre el mundo y sobre otras personas, así como de todos los juicios y quejas que acompañan a estas creencias y suposiciones. Esta es una libertad que puedes experimentar. Solo entonces, una vez que has viajado lo suficiente en esta dirección, puedes comenzar a ver realmente que la ambición es una forma de infierno personal para la gente. Tanto si ganan como si pierden en sus grandes búsquedas, hay poco deleite, poca empatía con la vida, poca afinidad con otros y poca satisfacción. Todo ello llega a parecer muy trágico.

A medida que recorras el Camino del Conocimiento de la Comunidad Mayor verás, particularmente en las vidas de otros que te inspiran, que se logran grandes cosas cuando la gente está permitiendo que emerja un mayor Conocimiento en su interior y está combinando eso con habilidades prácticas en su campo de empeño. Esto produce algo de valor duradero. Su actividad les consume, pero de una manera diferente. Verás que a veces consiguieron algunas recompensas y reconocimiento por sus logros, pero frecuentemente no. Ellos estaban siguiendo otra cosa. Estaban participando en una Mayor Realidad para conseguir algo. A veces produjeron cosas de valor práctico. A veces solo produjeron Misterio. Sus objetivos personales no eran la fuerza motivante. Su deseo de hacer algo, ser algo y tener algo no era la fuente de su poder. No estaban involucrados por eso. Sí, en la mayoría de los casos estaban implicadas algunas de sus propias ambiciones personales, pero no eran predominantes. La ambición personal nunca ha creado nada de valor en el mundo. Solo una mayor iniciativa, nacida del Conocimiento dentro de los individuos y combinada con el Conocimiento de otros que están trabajando en concierto con ellos, puede producir algo de mayor valor.

Para aquellos que han elegido el Camino del Conocimiento y están la fase de “deambular por el desierto”, hay poca garantía de que vayan a producir algo de valor para alguien en algún momento. No hay garantía de éxito. No hay fama, ni gloria, ni riqueza. Ellos no conseguirán amor ni dinero. No sabrán lo que van a sacar de la situación. Lo están haciendo solo porque deben hacerlo. O bien su vida anterior probó ser demasiado dolorosa, o bien experimentaron la llamada de algo diferente —generalmente una combinación de ambas cosas—. Lo que ellos producirán, no pueden decirlo. Quiénes serán, no pueden decirlo. Qué tendrán, no pueden decirlo. Ahora depende del Poder Mayor. Ellos están ahí, dispuestos a continuar con cualquier cosa que sea necesaria. Ellos están verdaderamente motivados. Su resultado está más allá de ellos. Ahora pueden ser participantes primarios en el logro de un resultado concreto o un resultado misterioso, cualquiera que pueda ser, pero ellos no saben lo que están creando. Ahora solo están participando en la creación. Ahora tienen una mayor promesa. Aun así, hay muchos peligros a lo largo del camino. Pueden cometer muchos errores, particularmente si intentan recuperar el control y determinar la naturaleza y la dirección de su búsqueda. Pero si no hacen esto, llegarán a descubrir la realidad del Conocimiento, la dirección del Conocimiento y la expresión del Conocimiento en sus vidas individuales.

Para experimentar el Conocimiento debes seguir al Conocimiento. Para valorar el Conocimiento debes seguir al Conocimiento. Para comprender el Conocimiento debes seguir al Conocimiento. No puedes permanecer apartado del Conocimiento y tener algún entendimiento de él. No puedes decir certeramente: “Bueno, tuve una experiencia de intuición y eso es todo lo que es.” El Conocimiento es mayor, mucho mayor. Debes seguirlo para conocerlo. Y para conocerlo tendrás que proceder sin ambición.

Para comenzar este viaje, tus propias ambiciones deben fallarte. En realidad, no fallan. Simplemente comienzas a comprender lo que son y lo que producen. Esto parece un fracaso, porque piensas que sin tus ambiciones no eres nada y no estás yendo a ninguna parte. Por tanto, la experiencia de fracaso acompaña a esta gran reestructuración de tu vida. A medida que procedes, una Mente Mayor dentro de ti comienza a emerger, y esta será la fuente de tu dirección, tu logro y tu significado. Esto no es algo que puedas encontrar. Solo puedes participar y aprender a medida que avanzas.

Qué simple y aun así qué difícil es esto para las personas que, debido a que están disociadas de Dios, están intentando ser Dios en sus propias vidas. O bien ellas toman obstinadamente el control de sus vidas, o bien renuncian en sumisión a una idea de Dios, un Dios distante, un Dios que no las aconsejará. Ambos extremos, incluyendo todas las posiciones intermedias, están gobernados por la ambición. La persona dominante está dispuesta a ser responsable. El seguidor sumiso no está dispuesto a ser responsable. Pero ambos están en la misma categoría debido a lo que les motiva.

Para saber que el Conocimiento es real, para entender su presencia y su expresión en tu vida, debes seguirlo —no pensando que lo hará todo por ti, sino comprendiendo que te indicará las cosas que debes hacer—. Te moverá hacia ciertas cosas y te alejará de otras. Ofrecerá una oportunidad de que nuevas personas se unan a ti y las antiguas se vayan. Esto sucede sin ambición.

Piensa en la ambición así: Es un intento de hacer que la separación funcione. Es un intento de hacer que tu yo individual y autocreado sea satisfactorio. Este intento debe fracasar para que comiences a ver que tienes una vida mayor, una vida que existe sin tu autodefinición pero que necesita tu asistencia y toda tu energía para su expresión. Esta es una nueva vida, un nuevo impulso, una nueva motivación. Es rara porque pocas personas la han emprendido. Es grande porque se extiende más allá de los límites de la ambición humana. Es misteriosa porque su fuente está más allá del mundo. Es provechosa porque produce un mayor resultado y genera satisfacción en la gente.

La próxima vez que te preguntes “¿Qué es realmente lo que quiero?” hazte una pregunta diferente. Pregúntate: “¿Qué buscaría si no quisiera nada?” Hazte esta pregunta diferente y nuevas preguntas vendrán a tu mente. Esta es una clase diferente de cuestionamiento y conduce en una diferente dirección. Si crees que tus intentos de realizarte son satisfactorios, entonces ve a pasar tiempo con personas que están más avanzadas en su búsqueda que tú, y ve qué clase de resultados están produciendo. Observa la calidad de sus vidas. Observa el grado de su satisfacción. Mira su capacidad para estar en relación, para experimentar afinidad y comunidad. ¿Te inspiran estas personas o lo que poseen? Para ti no será diferente. Ganes o pierdas, perderás la esencia de la vida. Es por eso que debes elegir de nuevo y hacerte una nueva clase de pregunta a ti mismo.