Mensaje de Marshall Vian Summers


Por Marshall Vian Summers

Texto original: no disponible online

Life In The Universe
Volumen 4 > La vida en el universo > Mensaje de Marshall Vian Summers

Para mí, la vida en el universo no es una idea, una hipótesis o una simple posibilidad. Es la realidad atemporal donde ha tenido lugar cada aspecto y cada evento de nuestras vidas, tanto individual como colectivamente.

Tras la cortina de brillantes estrellas sobre nuestras cabezas se encuentra el cosmos viviente, pleno de movimiento, cambio, conflicto y relaciones. Es una comunidad vasta —trillones de civilizaciones avanzando en un incesante proceso de nacimiento, crecimiento, madurez y declive, todo en un universo en expansión cuyos límites exteriores nadie ha explorado.

Esta comunidad está gobernada por la silenciosa pero penetrante Presencia de Dios, que hace miles de millones de años desencadenó la creación del universo manifiesto, ofreciendo forma y separación a quienes las deseaban. Las fuerzas de la física y la evolución fueron puestas en marcha. La vida evolucionaría. Y aun así, junto a la creación de este universo, el Creador inició un plan para poner fin a la separación y reunir en última instancia a toda la vida consciente. Este es el universo donde siempre hemos vivido. Y esto está íntimamente relacionado con quiénes somos, con por qué estamos aquí y con el futuro de nuestro mundo.

La gente pregunta: ¿cómo sé estas cosas? Las sé gracias al Nuevo Mensaje de Dios. Durante los últimos 30 años he caminado por un sendero misterioso, un viaje de miles y miles de pasos. Este sendero me ha conducido a mí y a los que me acompañan a las mayores alturas, a vistas en las que nuestro futuro y nuestro destino pueden vislumbrarse con asombrosa claridad. Igualmente me ha llevado de vuelta a los barrancos y quebradas de la vida mundana, desde donde era difícil ver el alcance mayor de la revelación que se me estaba entregando.

Navegar por este paisaje de lo destacable y lo mundano ha sido el viaje que he tenido que emprender. Pero a lo largo de incontables millas, este viaje misterioso ha producido algo de la mayor magnitud para ti, para otros y para toda la humanidad.

Un Nuevo Mensaje de Dios ha llegado al mundo. Este es un evento que sucede una vez cada milenio. Ha sido entregado a través de mí por la Presencia Angélica, la cual me ha preparado durante largo tiempo para recibirlo. Y hoy es tremendamente vasto —más de 9.000 páginas, recibidas durante un periodo de 30 años—. Esta revelación del Creador se ha entregado para reencender la inteligencia y el fuego espirituales en la gente de todas partes, de todas las naciones y todas las tradiciones de fe. También está aquí para advertirnos de los peligros manifiestos de nuestro tiempo y para preparar a la familia humana para su destino en un mayor ámbito de vida llamado la “Comunidad Mayor”.

Sin esta revelación, ¿podríamos saber nuestro lugar y nuestro propósito en el universo? ¿Podríamos saber el destino de la humanidad y lo que nos aguarda más allá de las fronteras de nuestro mundo? ¿Podríamos ganar la sabiduría, la comprensión y la motivación para preservar nuestro mundo, terminar nuestros conflictos interminables entre nosotros y emerger con éxito y seguridad a un universo no humano, un universo que no tiene nuestros intereses en mente? Esto no podría lograrse sin una revelación de Dios.

Este libro es parte de esa revelación. Es la culminación de una comunicación proveniente de más allá del reino físico, revelando cosas que, incluso con los mejores esfuerzos de la ciencia y la filosofía, no podríamos llegar a conocer en nuestro tiempo de vida o en el de nuestros hijos, si es que acaso es posible.

Este libro se entregó, como un relámpago, en un periodo de tres días del año 2008. Tras su entrega me sentía tan aturdido, abrumado e inspirado como los que fueron testigos a mi alrededor. Dios había revelado la realidad y la espiritualidad de la vida en el universo.

Pero en realidad esta revelación tuvo su origen más de 30 años atrás. Las primeras enseñanzas del Nuevo Mensaje, recibidas en los años 80, mencionaban continuamente a la Comunidad Mayor, el panorama mayor de vida en el universo. La espiritualidad de la vida más allá de nuestro mundo se reveló por primera vez en una serie de libros entre los que estaba ESPIRITUALIDAD DE LA COMUNIDAD MAYOR, cuyas 300 páginas de misteriosa revelación se entregaron en solo siete días. Años después, se reveló más en los dos primeros conjuntos de discursos de los ALIADOS DE LA HUMANIDAD, que hablan de nuestro destino como un mundo libre en la Comunidad Mayor. Y luego llegó LA VIDA EN EL UNIVERSO.

Recuerdo la mañana del año 2008 cuando por primera vez fui llamado a recibir este libro. Desperté repentinamente siendo temprano, antes de la salida del sol, sintiendo una gran Presencia que me urgía a levantarme. Me sentí empujado a ponerme en pie, dejar la casa y caminar media milla hasta mi estudio personal —un lugar que yo llamo la “Habitación de la Nube”—. Una vez allí, me senté en la misma silla donde he recibido muchas de las revelaciones anteriores del Nuevo Mensaje. Permanecí sentado tranquilamente durante un tiempo. Y entonces la voz Angélica llenó mi mente y la habitación con su dominante gran Presencia, y me dio instrucciones para comenzar. Comencé a grabar, sin saber lo que iba a ocurrir, sin sentir personalmente que tuviera algo que decir.

Mi mente fue sobrepasada. Y entonces escuché surgir, tímidamente, las primeras palabras: “Vivís dentro de una Comunidad Mayor de vida inteligente en el universo. Esta es vasta, abarcando el espectro completo de la evolución…”

Durante ese día grabé los primeros cinco capítulos de LA VIDA EN EL UNIVERSO. Al día siguiente me desperté de nuevo a la salida del sol y sentí el impulso de ir a la Habitación de la Nube para continuar. En ese punto, sabía que me encontraba en el proceso de recibir un libro. En esa segunda mañana, los siguientes cinco capítulos fueron hablados a través de mí y grabados. Y en la tercera mañana, desperté muy temprano. Aún estaba oscuro cuando partí de casa, caminando por un sendero en las tranquilas y soñolientas estribaciones de las Montañas Rocosas. Esa fue la última mañana. Ese día se dieron los últimos cuatro capítulos, finalizando con estas palabras:

“Las grandes Fuerzas Espirituales Invisibles que existen en vuestro mundo apoyarán esta sabiduría y esta educación, pues se trata de algo vital para el futuro de la humanidad. Es vital para educar a la humanidad y para su comprensión de lo que debe hacerse en el mundo ahora y de dónde vendrá la fuerza para hacerlo. Sois parte de la Comunidad Mayor. Siempre habéis vivido en la Comunidad Mayor. Y ahora ha llegado para la humanidad el momento de emerger a ella, lo cual siempre fue su destino.”

Después de cada día y cuando todo acabó, estaba completamente exhausto. En solo tres días, sin preparación ni preconcepción previa alguna por mi parte, el libro estaba terminado. Así fue. Lo que leéis en LA VIDA EN EL UNIVERSO son las palabras exactas que se dijeron en ese breve intervalo de tiempo. Se trata de una revelación hablada. La única libertad que me he tomado es la de organizar las palabras en párrafos y frases, de modo que pudiera leerse con más claridad y fuese traducida más fácilmente a otros idiomas. En vuestras manos está la revelación directa de Dios, entregada mediante la Presencia Angélica que supervisa nuestro mundo y todos los mundos en la Comunidad Mayor.

Tenemos ante nosotros una puerta hacia nuestro futuro y nuestro destino en el universo. El universo ha estado siempre ahí —hemos vivido la totalidad de nuestras vidas sumergidos en él, rodeados por él—. Pero la mayoría de las personas apenas han concedido un pensamiento a lo que esto podría significar y a cómo este mayor panorama de vida está actualmente modelando nuestro mundo y nuestro destino.

Quizá levantamos la vista hacia las estrellas para apreciar un cielo nocturno particularmente bello. Pero pronto volvemos nuestra vista al suelo; la niebla de las preocupaciones y creencias humanas está siempre a la espera de envolvernos de nuevo. Pero el mundo está cambiando. El Contacto ha comenzado y nuestra emergencia a la Comunidad Mayor está en marcha. La puerta está abierta. ¿Pero quién pasará por ella?

¿Quién puede reconsiderar su propia vida y su identidad a la luz de esta revelación? ¿Quién puede considerar las implicaciones del contacto con esas fuerzas que han llegado a nuestras orillas, prometiendo paz, salvación y regalos del espacio, pero albergando intenciones ocultas? Ahora somos los nativos de un nuevo mundo que enfrenta una intervención de poderes externos. Ellos están listos para tratar con nosotros. Pero nosotros no estamos listos para tratar con ellos.

Hay mucho que puede confundir y nublar nuestra aproximación a la realidad de la vida en el universo. Ante el Contacto nos sentimos inmediatamente esperanzados o temerosos, haciendo de inmediato suposiciones sobre quién vendría a nuestro mundo y con qué propósito. A pesar de nuestros avances científicos, nuestra visión del espacio está oscurecida por la lente que suponen las arraigadas creencias, preferencias y suposiciones que tenemos. En nuestro aislamiento sobre la Tierra, no hemos tenido razones ni motivo para pensar en la vida de ninguna otra manera. Proyectamos hacia el espacio nuestras perspectivas y valores, y con ellos hacemos suposiciones sobre cómo podría ser o debería ser la vida.

LA VIDA EN EL UNIVERSO nos enseña que la tecnología no conduce a una mayor moralidad o ética. Aunque esta verdad ha sido demostrada claramente en nuestra propia historia, la mayoría de la gente todavía prefiere abrigar fantasías de viajeros espaciales iluminados que llegan aquí por puro altruismo para ofrecer la salvación a una humanidad en lucha, o bien de temibles predadores y destructores que vienen a hacer estragos sin límite. Ambas fantasías están lejos de la realidad.

LA VIDA EN EL UNIVERSO nos enseña que según las civilizaciones maduran y progresan tecnológicamente, la libertad a menudo disminuye, si es que acaso existió en un principio. Toda nación avanzada se encuentra en una búsqueda de recursos constante, incluso a veces desesperada. La tecnología no libera a una nación de esta necesidad de recursos, sino que más bien tiende a incrementarla. Existen límites al crecimiento, en todas partes y para todos. En vez de liberar, una tecnología excesiva encadena a un ciclo de agotamiento y dependencia que en última instancia conduce al colapso medioambiental y a la subyugación en el universo. LA VIDA EN EL UNIVERSO revela este hecho.

Gran parte de esta revelación va en contra de lo que pensamos sobre la vida. Pero ¿cuál es el propósito de una revelación de Dios sino revelar, corregir y educar? Dios sin duda no está atado por nuestras creencias, nuestras preferencias y nuestras suposiciones, sino que revela solo lo que es verdaderamente necesario para el bienestar y el avance de la humanidad.

Solo Dios puede ser la fuente de una revelación sobre la vida en el universo. ¿Quién sino Dios podría hablar de lo que la religión significa en sus miles y millones de expresiones, en incontables sociedades, en puntos opuestos del universo? Ni siquiera la nación más avanzada del espacio podría tener un conocimiento directo de estas cosas.

Sin una revelación que nos prepare para la vida en el universo, perderíamos allí nuestra libertad y nuestra soberanía. Dios lo sabe. Es por eso que se ha entregado un Nuevo Mensaje de Dios. La humanidad se encuentra en el umbral del espacio. Nuestro medioambiente está en declive, nuestro clima está desestabilizándose cada vez más, nuestras naciones y religiones están divididas y los recursos que sostienen la vida en la Tierra están agotándose rápidamente. Una intervención está en curso, por parte de fuerzas del universo. ¿Podéis ver lo que está en juego? ¿Podéis ver cuánto se necesita que Dios hable de nuevo?

El Nuevo Mensaje de Dios, del cual LA VIDA EN EL UNIVERSO es una parte, es una respuesta a las grandes necesidades del mundo actual. Parte de su propósito es proteger a la humanidad, prepararla para el Contacto y avivar la conciencia de que todos nosotros somos una sola gente con un único destino, guardianes de un hermoso planeta que es muy valorado por otros más allá de nuestras fronteras.

¿Qué otra cosa podría finalizar nuestros interminables conflictos y pavimentar el camino hacia una mayor libertad, cooperación y unidad en la Tierra? No podemos estar luchando contra nosotros mismos y afrontar un peligro y una adversidad mayores procedentes del universo. No podemos permitirnos seguir luchando incesantemente para ver quién consigue acceder a los recursos restantes del mundo. Tenemos una causa mayor para unirnos en favor de nuestra supervivencia, nuestra seguridad y nuestro bienestar.

Otro propósito del Nuevo Mensaje de Dios es revelar la mente más profunda que Dios ha conferido a todos los seres conscientes, una mente más profunda llamada Conocimiento. El Conocimiento representa la esencia de nuestra espiritualidad, pero su presencia está destacablemente ausente en muchas de las enseñanzas religiosas del mundo. Mediante el Conocimiento, Dios nos está llamando a cada uno de nosotros a salir de la oscuridad de nuestro pasado para dirigirnos a una nueva vida de contribución, relación y autorrealización.

En el universo, la religión está representada por la Espiritualidad de la Comunidad Mayor, una fuerza y realidad espiritual que es experiencial y elemental y que resulta extrapolable de un mundo a otro, sin estar ligada a una cultura concreta, sin historias de la creación, sin adoración a héroes y sin la historia particular de un grupo o una tribu. Por primera vez en la historia, la espiritualidad del universo está ahora disponible aquí, en la Tierra.

Algunos se preguntarán si realmente nos la merecemos. Viviendo en la Tierra, que en sí misma es solo una mota en un universo increíblemente enorme, la humanidad continúa dividida, inmersa en el conflicto, en la degradación y en la violencia. ¿Merecemos una nueva revelación, un nuevo comienzo y un nuevo camino hacia delante?

Sí, los merecemos. A pesar de nuestros muchos errores y de la tragedia que ha supuesto gran parte de nuestra historia, la humanidad ha mantenido vivos el Conocimiento y la espiritualidad. Esto es un gran logro en un universo de civilizaciones donde ambas cosas muy a menudo han sido olvidadas y negadas. Aquí no se han perdido el poder del Espíritu y la libertad individual, todavía no.

El impacto del contacto con la Comunidad Mayor es total. Puede vencernos, o bien puede renovarnos completamente, fortalecernos y lograr que nos unamos como nunca antes lo hemos hecho. ¿Qué vía tomaremos, el camino de la sumisión o el camino de la libertad y la autodeterminación?

La humanidad tiene una gran promesa. Merecemos este nuevo futuro, un futuro que será diferente del pasado. Cumplamos la promesa de la humanidad. Recibamos esta revelación, tomando conciencia de nuestra gran necesidad y de la gran respuesta que ha llegado.

Construyamos y establezcamos nuestro lugar en la Comunidad Mayor como una sociedad libre y autodeterminada, y resistamos las influencias que aquellas pocas razas que buscan usar el mundo en su propio beneficio están ejerciendo sobre nosotros. Volvámonos los aliados de la humanidad y protejamos la civilización humana de la explotación y la corrupción desde dentro y de la intervención desde fuera. Esto es un movimiento a favor de la soberanía humana en la Tierra y el Nuevo Mensaje es nuestra declaración de objetivos, nuestro mapa y nuestra guía hacia lo desconocido.

Este es el momento de cumplir la promesa de la humanidad. Ya no somos por más tiempo una tribu aislada en un mundo desconocido en el universo. Nuestro aislamiento ha terminado. Nos encontramos frente a la Comunidad Mayor de mundos, un universo no humano en donde la libertad individual es rara. Este es el mayor evento en la historia humana y debemos prepararnos.

Si os sentís llamados a un propósito superior y sentís que tenéis una conexión con la vida de más allá de este mundo, entonces este libro es para vosotros. LA VIDA EN EL UNIVERSO es para vosotros. Pasad conmigo por esta puerta para adentraros en un universo y una vida mayores.

 

Marshall Vian Summers

2012