Evitar el colapso y las guerras de desesperación


Como le fue revelado a
Marshall Vian Summers
el 2 de enero de 2009
en Boulder, Colorado, Estados Unidos

Texto original: Preventing Collapse and the Wars of Desperation

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Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.

Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.

En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.




Nota a los lectores:
Esta traducción fue provista a la
Society por estudiantes del Nuevo Mensaje que se han ofrecido voluntariamente a traducir el texto original en inglés. La publicamos en esta forma inicial para que todo el mundo tenga una oportunidad de interactuar con una porción del Nuevo Mensaje en un su propio idioma.

Con los recursos del mundo disminuyendo y un número creciente de personas bebiendo de un pozo que mengua poco a poco, el riesgo de competencia, conflicto y guerra aumenta. A los grupos y naciones que ya están en disputa mutua, les resultará difícil resistir la tentación de reclamar los recursos que necesitan para sus propios pueblos.

A medida que los recursos disminuyan, las naciones se volverán más protectoras de lo que tienen. Y habrá menos disponible para que las naciones de todo el mundo puedan comprar estos recursos —recursos que no son solo materiales industriales, sino también alimentos, la disponibilidad de agua, medicinas, cosas que son fundamentales para el bienestar de la gente en todas partes.

Sin embargo, aunque el riesgo de guerra y las condiciones para la guerra aumentan, eso no significa que la guerra sea inevitable. No significa que no se pueda detener o mitigar.

Las condiciones cambiantes del mundo están proporcionando a la humanidad un requisito fundamental, que es el de conservar sus recursos, protegerlos y dejar de abusar de ellos. Pero eso requerirá un gran cambio en la forma en que las personas ven estas cosas en la actualidad.

Hoy la humanidad es como la langosta en el campo, devorando todo lo que ve y asumiendo que siempre habrá nuevos campos. Algunas personas incluso asumen que habrá nuevos mundos que explorar una vez que la Tierra se haya agotado, pero ese enfoque es autodestructivo y carece de futuro.

La humanidad no puede salir al universo a reclamar lo que ha destruido aquí en la Tierra, porque esos recursos son propiedad de otros. Y en la mayoría de los casos, esos otros son mucho más poderosos que ella. Además, la humanidad necesitará establecer una mayor riqueza y estabilidad para ser capaz de dejar este planeta y explorar los ambientes cercanos.

En el mundo, el énfasis sigue estando en el crecimiento y la expansión. Todos los sistemas económicos se basan en el crecimiento y el acceso a cantidades cada vez mayores de recursos. Esto no puede continuar. Es por eso que el cambio que se avecina es tan monumental, fundamental y de gran alcance.

La humanidad tendrá que entrar en una clase diferente de paradigma, un tipo diferente de énfasis general, que ahora tendrá que estar en la estabilidad y la seguridad, porque ha alcanzado los límites de lo que el crecimiento puede producir.

Aunque puede haber ciertas industrias nuevas que crezcan y se expandan, el uso general del mundo por parte de la humanidad no puede crecer. Tendrá que encontrar nuevos recursos, por supuesto. Pero todo el énfasis tendrá que cambiar.

La familia humana tendrá que adaptarse a un mundo cambiante y a las Grandes Olas de cambio que están llegando al mundo: grandes cambios en sus medioambientes y sus climas, meteorología violenta, declive en la producción de alimentos e inestabilidad y crisis tanto económicas como políticas.

Esto requerirá un coraje y un cambio tremendos. Pero este cambio no se puede lograr a través de la guerra, porque la guerra destruye recursos para todos. En este sentido, la guerra es, en última instancia, autodestructiva.

Aunque este precio podía posponerse o compensarse en el pasado, porque siempre había un mundo que requería una mayor exploración y nuevos recursos, ahora se ha llegado al umbral en el que el mundo no puede proporcionar mucho más para su creciente población humana. Y es por eso que el énfasis general tendrá que cambiar.

Si la humanidad continúa en su trayectoria actual, agotará el mundo más allá de toda restauración en cuarenta años. Y en el tiempo intermedio, se enfrentará a una inestabilidad calamitosa, e incluso al colapso de las naciones.

No pienses que la tecnología por sí sola resolverá estos problemas. Debe haber un cambio de corazón, un cambio en la forma de vivir de la gente, particularmente entre las naciones ricas; un énfasis en la simplicidad, un énfasis en la autosuficiencia.

A medida que los recursos energéticos disminuyan o dejen de estar disponibles, las personas tendrán que hacer más hincapié en los aspectos regionales y locales, lo que significa que sus recursos tendrán que proceder de fuentes más cercanas. Este es un cambio completo en el énfasis de muchas naciones en el mundo actual. Esto no será impulsado por la ética o la moralidad, sino por la necesidad absoluta.

Aquí la guerra se vuelve impensable, porque no ofrece ninguna ventaja real. La guerra siempre fue cosa de necios, excepto en los raros casos en que uno tenía que defender su nación contra ejércitos invasores. Pero la guerra para conquistar recursos producirá ahora consecuencias que son mucho más costosas que cualquier beneficio que se pueda lograr para cualquier grupo o nación. Esta es ahora una cuestión práctica, así como una cuestión moral y ética.

Las personas tendrán que usar menos y ser más autosuficientes. El consumo excesivo es el motor de la guerra, demandando que su nación busque recursos más allá de sus propias tierras, recursos que debe adquirir a cualquier coste, causando intervención, engaños y manipulación de otros pueblos y naciones.

Sin embargo, este énfasis no se abandonará fácilmente. Quizá la humanidad tendrá que enfrentar una serie de trágicas calamidades para persuadirse de que debe cambiar su enfoque y establecer un sistema y un énfasis diferentes. Las razas inteligentes cambian basándose en el reconocimiento, y las razas que ejercitan menos la inteligencia aprenden basándose en consecuencias trágicas.

Por tanto, las personas deben tener en esto una visión más amplia. Deben mirar más allá del mañana. Deben mirar hacia el futuro en el horizonte de la vida, para ver lo que realmente se avecina. Deben tener el coraje y la determinación para enfrentar tiempos de cambio y gran incertidumbre. Seguir enfatizando el crecimiento y las maravillas de la tecnología será contraproducente, tal como incluso hoy es contraproducente.

Los suelos de todo el mundo tendrán que ser rejuvenecidos, no por la tecnología sino mediante un rejuvenecimiento biológico, de lo contrario no satisfarán las necesidades de la humanidad en el futuro.

Los ríos tendrán que limpiarse. Los lagos tendrán que limpiarse. El agua es preciosa. Es preciosa en muchas partes del mundo, y lo será cada vez más por todo el planeta a medida que los recursos hídricos se vuelvan escasos en regiones muy pobladas.

La producción de alimentos se interrumpirá e incluso se destruirá en grandes regiones, debido a un tiempo meteorológico violento e impredecible. Esto ya está ocurriendo en muchos lugares, afectando las vidas de personas de todo el mundo.

El gran desafío para la humanidad aquí en la Tierra será cómo alimentar y cuidar a sus pueblos. No será quién puede hacerse rico y ganar dinero sin hacer nada. Eso es vivir de ilusiones. En realidad, es beneficioso para la familia humana que esté llegando al final de este gran y necio esfuerzo.

En esencia, además de los problemas morales y éticos relacionados con los conflictos humanos, que son reales y sustanciales, ahora simplemente no puede permitirse la guerra. Te costará demasiado. Les costará a todos demasiado. Siempre ha costado demasiado a todos, pero ahora la humanidad no puede permitírselo.

Pero eso no significa que no pueda suceder y no vaya a suceder si no se hace un gran esfuerzo para prevenir las condiciones que harán que la guerra sea inevitable. Si la gente tiene hambre, no será razonable, lógica o complaciente. Si las personas están perdiendo sus formas de autosuficiencia, no puedes esperar que se comporten de manera ordenada, sensata o productiva.

Este es el gran riesgo. Este es el riesgo de guerra más allá de las afirmaciones de poder de una nación sobre otra, o por diferencias históricas o religiosas, o por agravios antiguos entre naciones y grupos. Será una guerra de completa desesperación, una guerra de terribles consecuencias, una guerra que será muy difícil de extinguir.

Es en este nuevo mundo en el que estás entrando: un mundo en declive, en el que las guerras de desesperación serán cada vez más posibles. Y solo podrán ser frustradas y evitadas mediante el mantenimiento sabio y ético de los recursos y de su distribución.

Tarde o temprano, la humanidad tendrá que encontrar formas humanas y éticas de limitar su población. Pero aún no se encuentra ahí. Tarde o temprano, la humanidad tendrá que cambiar toda su relación con el mundo. Pero aún no se encuentra ahí. El énfasis aquí es práctico, así como moral y ético.

Las naciones ricas tendrán que fomentar cada vez más la simplicidad y la autosuficiencia. Aquellos que son ricos tendrán que usar su riqueza para ayudar a otras personas de maneras muy directas y significativas. Tendrán que abandonarse muchos lujos, porque será mucho más importante usar los recursos de otras maneras.

En vez de comprarte un coche nuevo o esas hermosas joyas, apoyas a un pueblo al otro lado del mundo. En vez de adquirir interminablemente cosas que realmente no necesitas, te aseguras de que los alimentos lleguen a las personas que más los requieren. En vez de esta indulgencia sin fin en tu propia belleza y salud personal, tu énfasis se vuelve ayudar a las personas, alimentarlas y servir a las que tienen las mayores necesidades.

En el futuro, tendrá que hacerse un gran énfasis en el cuidado de las personas mayores, las cuales serán mucho más vulnerables que en la actualidad. La exigencia de una actividad desinteresada y el servicio a la humanidad será tan abrumadora que esto debería consumir los pensamientos y los objetivos de los ricos en particular, pero también debería ser el énfasis de la gente en todas partes.

Ahora tendrás que ganar suficiente dinero para cuidar de otras personas, quizá personas que ni siquiera conoces y que son vulnerables en tu comunidad: niños sin padres, personas mayores, personas con discapacidades. El gobierno no podrá ocuparse de toda esta gente.

Toma tu energía vital y apúntala en esta dirección. Aprende a cultivar alimentos en tu patio trasero, en parcelas vacías, en cualquier lugar que puedas, porque los alimentos serán preciosos en el futuro, más preciosos de lo que son hoy y más difíciles de adquirir.

Esto tiene muchos beneficios positivos, uniendo a las personas en apoyo del comportamiento constructivo de la gente, como antídoto contra la obsesión y la adicción personal. Esto puede generar mucha más humanidad y un reconocimiento entre los pueblos. Aquí, las necesidades de la gente son todas iguales. Y son necesidades auténticas, no las indulgencias de los ricos o de los compulsivos. Son necesidades esenciales. Esto une a la gente.

Los gobiernos tendrán que hacerse cargo de cuidar de su propio pueblo en vez de tratar de ejercer su influencia o dominación sobre otros pueblos y naciones. Si las necesidades de la gente son simples, los gobiernos pueden hacerlo. Pero si las necesidades de la gente son excesivas y complejas, entonces los gobiernos tendrán que tratar de adquirir recursos por cualquier medio.

Aquí debes reconocer que existe una diferencia real entre el cese de la guerra y el establecimiento de la paz. Una sociedad pacífica requiere mentes pacíficas. Si las mentes no están en paz, si están en guerra —llenas de conflicto, enemistad y condena—, entonces todo lo que puedes esperar es el cese de la guerra, contener la guerra.

No todo el mundo va a estar en paz. Y en tiempos de grandes cambios e incertidumbres, las personas serán menos pacíficas, menos complacientes y, en muchos casos, menos sabias y compasivas. No se puede pedir a la gente que cambie y también que esté en paz. Porque el cambio es difícil y perturbador. Implica un riesgo. Expone tu debilidad, tu condena de los demás y tus propios prejuicios y limitaciones.

Por ello, la estabilidad y la seguridad deben ser el centro de atención. La gente solo puede soportar cierto nivel de inseguridad o inestabilidad antes de que las sociedades empiecen a derrumbarse, y el desorden social comience a estallar, y los grupos se vuelvan unos contra otros, y las naciones se vean arrastradas a conflictos cada vez mayores — guerras de desesperación.

Estás entrando en tiempos peligrosos, tiempos inciertos, un tiempo difícil de adaptación para la gente en todas partes, un tiempo que requerirá una mayor unidad y cooperación humanas. Aquí tú mismo debes ser más responsable de cómo vives, de lo que consumes y de lo que haces, de lo que das y de lo que recibes. No puedes simplemente pasar la responsabilidad a los dirigentes o a las agencias gubernamentales. Todo lo que hagas debe seguir aquello que sabes que es correcto. Eso incluye tu papel como consumidor.

Muchas personas tienen altos ideales y valores, pero siempre quieren comprar las cosas más baratas. Siempre quieren la ganga, sin darse cuenta o querer reconocer que estas cosas proceden de las peores condiciones laborales del mundo. Por tanto, mientras defienden la paz, la armonía y el bienestar de las personas, están apoyando las industrias más degradantes, las peores condiciones laborales y la mayor explotación humana.

Todo lo que hagas ahora debe formar parte de una base ética. Todo lo que compras, todo lo que consumes y todo lo que usas debes hacerlo con mayor conciencia y mayor sensibilización.

Es cierto que en la actualidad hay muchas naciones que no son autosuficientes en la producción de alimentos, en la disponibilidad de agua y en la fabricación de bienes esenciales. Por tanto, el comercio entre naciones y su interdependencia es una realidad y no se puede deshacer.

No obstante, el énfasis de los gobiernos debe pasar de tratar de ser dominantes y amenazar a sus vecinos, a ocuparse de las necesidades esenciales de sus pueblos. Aunque esto parece obvio, no es el caso hoy día.

Los gobiernos quieren protegerse a sí mismos más que a sus pueblos. Quieren reafirmar el poder y la influencia. Quieren apoyar las acciones militares en otras naciones. Quieren apoyar revoluciones, organizaciones terroristas, levantamientos, etcétera. Algunas naciones quieren destruir el tejido económico de otras naciones mediante la importación de bienes baratos, destruyendo así la productividad de la gente a la que le están vendiendo cosas. Los ejemplos aquí son muchos. Y esto conduce a una mayor inestabilidad, a una mayor incertidumbre y a mayores tensiones entre los pueblos y naciones. En vez de importar tantos bienes, la gente debería establecer estas industrias por sí misma.

El problema de que todas las naciones se vuelvan tan interdependientes es que, cuando una cae, las otras caen también. La civilización humana se vuelve más frágil y menos resiliente. Por tanto, el punto de equilibrio debe establecerse a partir de la realidad del mundo y de la situación real de todos sus pueblos.

No basta con que las naciones ricas simplemente den caridad a las naciones que están en crisis o padecen hambruna. Las naciones ricas tendrán que cambiar su comportamiento y sus valores, y tendrán que ser más responsables sobre cómo viven y cómo usan el mundo.

Aquí debe haber una revolución en el pensamiento más que una revolución de armas: una mayor sensibilidad, una mayor conciencia, una mayor responsabilidad hacia la gente. Esto es redentor y necesario.

A medida que el mundo cambia, debes cambiar para adaptarse a él. A medida que los recursos disminuyen, debes cambiar para adaptarte a esto. Aquí debes usar todo con cuidado. No puede producirse la cantidad de residuos que hay en la actualidad, residuos despilfarradores.

Esto es un signo de la decadencia e ignorancia de la humanidad. Es un signo de que la humanidad no está prestando atención a la condición del mundo y no es consciente de su propia vulnerabilidad a este respecto.

Las personas piensan que el mundo continuará proveyendo infinitamente para sus necesidades y deseos, como si fuera una cornucopia de riquezas que solo requiere de inversión y gasto. Ese es un viejo paradigma de pensamiento, una vieja forma de ver el mundo.

En cierto modo, era apropiado en la historia. Pero ahora, la humanidad se está acercando peligrosamente a tal grado de sobreexplotación del mundo que está cambiando la condición del mundo mismo. El planeta no acomodará la ocupación humana si este cambio continúa.

La guerra es un fracaso. Es siempre un fracaso en la comunicación y el reconocimiento humanos. Pero las guerras de desesperación son un fracaso a un nivel mucho mayor, una especie de fracaso que realmente no se puede deshacer.

Porque una vez que estás desesperado, entonces tus opciones son pocas. Ya has pasado el punto en el que las cosas podían mitigarse. Ya te has llevado a la desesperación. Y es en este entorno donde entran en juego las mayores debilidades y desventajas de la humanidad.

Es importante que los gobiernos de todo el mundo comiencen a educar a sus pueblos sobre las condiciones cambiantes del mundo y sobre las grandes olas de cambio que se avecinan, y también sobre cómo la humanidad debe adaptarse a estos cambios antes de que se impongan las verdaderas limitaciones a la gente. Las personas pueden adaptarse al cambio si son conscientes de él, pueden prepararse y tienen tiempo para prepararse. Pero necesitan este tiempo. Necesitan esta preparación. No informar a la gente de lo que viene es irresponsable e inadmisible.

Este es un Mensaje para toda la humanidad. Procede del Creador de toda vida. Es un regalo de profundo amor y respeto. Pero también contiene una advertencia y una revelación sobre lo que se avecina en el horizonte.

La humanidad está ahora tomando prestado de su futuro. Está gastando sus recursos futuros. Está gastando su dotación natural a tal ritmo que se dirige hacia el agotamiento y el colapso.

Si no puedes ver esto, entonces no estás mirando. Si piensas que la tecnología por sí sola resolverá todos estos problemas, entonces no estás viendo los límites de la tecnología y los peligros de la privación. Si no puedes ver que el mundo es un pozo menguante, entonces no reconocerás las consecuencias de tus acciones o el futuro hacia el que te diriges, un futuro que no podrás evitar, un futuro que afectará a todos.

Los tiranos no pueden utilizar la estabilidad y la seguridad para oprimir a la gente. No puede haber una excusa para destruir la libertad y la autoexpresión. Pero es una realidad fundamental que debes enfrentar como parte del mundo natural y como ciudadano de la civilización humana. Este reconocimiento es fundamental.

Muchas personas no pueden ver esto, porque están obsesionadas con su punto de vista político. Tanto desconfían de los demás y tanto condenan a los líderes y las instituciones humanos, que están ciegos frente a las circunstancias naturales que les dan vida, que les prometen una vida para el futuro. Aquí la humanidad depende de un conjunto de supuestos que ya no son válidos y que no pueden sostenerse.

Dios ha dado a cada persona una Inteligencia más profunda, el mayor poder del Conocimiento, una Inteligencia que no está llena de enemistad, juicios o falsas suposiciones. Es una Inteligencia que está aquí para protegerte, guiarte y conducirte a una vida mayor en servicio al mundo.

Es a este nivel más profundo donde encontrarás tu humanidad, tu compasión y tu fuerza. Es a este nivel más profundo que llegarás a reconocer que estas palabras que hablamos son verdaderas, y que no puedes negarlas sin ponerte a ti mismo y a tu comunidad y nación en grave riesgo.

Este no es un mensaje de miedo. Es un mensaje de amor, respeto y preocupación. No malinterpretes esto, o no reconocerás el regalo de sabiduría que realmente es y cómo te fortalecerá y renovará tu vida.

Un gran cambio en el mundo requerirá un gran cambio en la conciencia, las creencias, las suposiciones y el pensamiento humanos. No reces a Dios pensando que te dará una abundancia cada vez mayor, porque Dios te ha dado este mundo y os ha dado el uno al otro. Si no puedes encontrar el esplendor que hay en esto, si no puedes usar estos recursos y esta riqueza responsablemente, de tal manera que tus hijos y sus hijos tengan un futuro, entonces no le pidas nada más a Dios. Si agotas tu herencia natural, entonces no pienses que Dios o alguna raza de otro mundo vendrán a salvarte.

Estás entrando en la era de la responsabilidad y la cooperación humanas. Debes ser capaz de responder. Eso es la responsa-abilidad, la responsabilidad y la cooperación humanas, en vez de la búsqueda individual de riqueza y dominio.

El mundo está cambiando y tú debes cambiar con él. Debes adaptarte a él y esperar que no se adapte a la humanidad más allá de su capacidad de sostenerla en el futuro. Es este reconocimiento y este poder del Conocimiento lo que te dará la claridad, la certeza y el entendimiento que necesitarás para proceder y navegar los tiempos difíciles que se avecinan.

Aquí encontrarás la fuerza para reconsiderar tu vida en una evaluación profunda. Aquí verás cómo puedes servir a los demás, y cómo puedes formar parte del gran y necesario cambio que debe ocurrir, particularmente en las naciones ricas, donde la gente tiene la libertad de redirigir sus vidas y cambiar sus circunstancias.

Encontrarás tu fuerza en el Conocimiento. Encontrarás tu dirección al nivel del Conocimiento. Encontrarás tu humanidad y la humanidad de los demás al nivel del Conocimiento. Querrás que otros tengan éxito para que tú puedas tener éxito. Querrás que otros sean estables para que tú puedas ser estable. Querrás que se satisfagan las necesidades de los demás para que no tengas que luchar con ellos sobre quién sobrevivirá y quién no. Aquí verás que tú y los demás no debéis caer en la desesperación. Ese es el gran peligro, y es un gran riesgo.

El poder para ver esto, saberlo y traer esta conciencia al mundo está contigo ahora. Tal vez no se refleja en tus pensamientos, creencias y actitudes, pero es fundamental en el Conocimiento más profundo que Dios te ha dado, el cual no ha sido cambiado y corrompido por el mundo.

Es este poder el que debes tener ahora para hallar tu camino y encontrar el valor, la fuerza y la determinación que necesitarás, como individuo, para entrar en un nuevo mundo y encontrar allí el éxito y la realización.