Profundizando tu práctica espiritual


Como le fue revelado a
Marshall Vian Summers
el 1 de noviembre de 2008
en Boulder, Colorado, Estados Unidos

Texto original: Deepening Your Spiritual Practice

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Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.

Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.

En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.






Nota a los lectores:
Esta traducción fue provista a la
Society por estudiantes del Nuevo Mensaje que se han ofrecido voluntariamente a traducir el texto original en inglés. La publicamos en esta forma inicial para que todo el mundo tenga una oportunidad de interactuar con una porción del Nuevo Mensaje en un su propio idioma.

En algún momento necesitas empezar una práctica espiritual, porque tienes que aprender a redirigir tu mente y a abrirte a una experiencia más profunda, a la corriente más profunda de tu vida. En algún momento necesitas descubrir cómo es realmente tu naturaleza más profunda y la sabiduría del Conocimiento que Dios ha puesto dentro de ti para guiarte, protegerte y conducirte a una mayor realización en el mundo y a [proveer] un mayor servicio a la humanidad.

Esto requiere preparación, porque requiere una refocalización de tu mente y un reordenamiento de tu vida y tus prioridades, y fundamentalmente una profunda evaluación de tus motivos y actividades y de las asociaciones que tienes con otros.

Aquí naturalmente alcanzas un umbral donde comprendes que debes realizar esta evaluación más profunda, porque estás sintiendo una necesidad más profunda del alma. La necesidad más profunda del alma es que encuentres y cumplas el mayor propósito que te ha traído al mundo, así como que te reúnas, mediante tu experiencia más profunda, con aquellos que te enviaron al mundo y con el Creador de toda vida.

Dios ha asegurado esta posibilidad poniendo el Conocimiento dentro de ti, una inteligencia más profunda, una inteligencia que funciona más allá del dominio y la esfera del intelecto. Esta inteligencia más profunda vive dentro de ti. Te está proveyendo guía y consejo continuamente, pero todavía no la escuchas ni la sientes, porque estás demasiado absorto en tu vida exterior y tu mente está demasiado atrapada en sus propios dilemas y conflictos.

En lo fundamental, la práctica espiritual va sobre poner tu mente superficial —tu mente personal social, la mente que ha sido formada y creada por tu condicionamiento social, por tu familia y por tus experiencias en el mundo— en contacto con el poder y la presencia del Conocimiento dentro de ti.

Porque, en verdad, tu intelecto ha de servir a este mayor poder. Esto representa un cambio de autoridad dentro de ti, un cambio desde la autoridad de tus creencias y suposiciones e ideas, que son todas débiles, falibles e incompletas, hacia un poder más profundo dentro de ti; un poder que Dios ha puesto en tu interior, un poder que ha de dirigir tu vida, resolver tus dilemas, liberarte de la adicción y la fantasía y llevar tu vida a una mayor armonía y equilibrio, de modo que puedas proveer algo único e importante para el mundo.

Experimentar este cambio desde tus creencias al poder y la presencia del Conocimiento es un tremendo viaje que emprendes. Es como una revolución dentro de ti, pero es una revolución que ocurre lenta y progresivamente. Y el poder que esto trae consigo es enteramente natural. Representa una educación más grande y profunda, y es una parte esencial de tu evolución y tu desarrollo como individuo en el mundo.

Porque fuiste enviado aquí con un mayor propósito, y ese propósito lo mantiene el Conocimiento dentro de ti, aguardando el momento en el que tengas la madurez y la seriedad sobre tu vida para inquirir sinceramente y prepararte para la emergencia de este Conocimiento.

Esta no es una ocupación informal. No es algo que haces cada cierto tiempo cuando estás desencantado con el mundo y quieres respuestas.

Aquí la respuesta no es meramente una idea, una imagen o incluso una visión. La respuesta es una puerta que se abre y a través de la cual debes pasar, un viaje que ahora emprendes, no un viaje gobernado por tu intelecto y tus suposiciones o por las creencias tradicionales de la sociedad, sino un viaje guiado por el Conocimiento. Porque solo el Conocimiento sabe cómo llevarte al Conocimiento, y solo el Conocimiento sabe cómo llevarte al Poder y la Presencia de Dios en tu vida.

Tengas o no una afiliación religiosa, formes parte o no de una tradición religiosa, este mayor viaje te espera. Esto requiere práctica y preparación. No ocurre solo porque sí. Requiere una serie de habilidades y una profunda evaluación de tu vida, tus creencias y tus suposiciones. Requiere una reconsideración de tu pasado, una resolución de tus conflictos, así como un verdadero perdonar de tus errores y los errores de los demás. Esto representa toda una nueva vida.

No es algo que aprendas en un fin de semana, en un mes o incluso en un año, porque esta montaña es una gran montaña que ascender. Y es ascendiéndola como ganas la sabiduría, la perspectiva y las habilidades que necesitarás.

Como en el ascenso a una montaña, se trata de una serie de pasos y en realidad también de una serie de umbrales donde tienes que elegir de nuevo seguir avanzando, umbrales donde te desanimas o intentas hacer concesiones, pensando que lo que tienes es suficientemente bueno, que estarás satisfecho allí donde estás. Pero el Conocimiento te mantendrá subiendo esta montaña, porque debes ascenderla para tener una visión clara del panorama de tu vida y del mundo, una vida y un mundo que no puedes ver desde los valles y tierras bajas a sus pies.

No hay manera de eludir esto. No hay píldoras que tomar, conjuros mágicos que hacer ni tratos secretos que puedan evitar este viaje fundamental. Y debes hacerlo conscientemente, porque requerirá verdadera determinación por tu parte. Requerirá que asumas el mando de tu barco, que asumas el mando de tu vida, tus pensamientos y tus sentimientos en un grado muy alto.

Uno no sube a una montaña dando tumbos de manera ciega. Ello exige verdadera determinación y el descubrimiento y la aplicación de tu mayor fuerza, así como la disposición a renunciar a aquellas atracciones y seducciones que han capturado tu mente y tu vida hasta ahora.

El Creador de toda vida ha dado a la humanidad la Enseñanza en los Pasos al Conocimiento como un camino puro que seguir. No es el único camino en el mundo, sin duda, pero es puro e incontaminado y es extremadamente poderoso. Pero requiere práctica diaria, porque cualquier cosa que practicas diariamente acabas haciéndola muy bien. Adquieres las habilidades, las capacidades y la fuerza para hacer algo, incluso algo que requiere gran capacidad, con tremenda facilidad y determinación.

Esta práctica diaria es esencial, porque cada día estás reforzando tus creencias, tus hábitos y tus inclinaciones. ¿Cuáles son estas creencias, estos hábitos y estas inclinaciones? ¿Eres consciente de ellos? ¿Ves cómo estás reforzando tus debilidades, tus distracciones y tu vulnerabilidad ante la persuasión de otros? ¿Ves en el día a día cómo mantienes tu mente absorta, raramente consciente de dónde estás o qué está ocurriendo a tu alrededor, e inconsciente de la guía y el poder del Conocimiento dentro de ti?

Las personas cometen errores principalmente porque no están mirando y no están escuchando. No están recibiendo su orientación desde el Conocimiento en su interior y no están comprendiendo su entorno.

Es como conducir un automóvil mientras hablas por teléfono. Las personas lo hacen, ya sabes, pero la verdad es que no están realmente presentes en la conducción del automóvil y tampoco están realmente presentes en la conversación por teléfono. Están haciendo ambas cosas a la vez, pero están viviendo de forma arriesgada. Y no son realmente conscientes de dónde se encuentran o qué están haciendo.

La gente se compromete en relaciones, en actividades, en carreras profesionales y en actividades calamitosas y desastrosas con esta clase de media conciencia. Ellos están ahí, pero no realmente. Están escuchando, pero no están realmente escuchando. Están mirando, pero no están realmente mirando. Y así, se adentran en situaciones peligrosas, toman decisiones desastrosas, entregan sus vidas a gente, lugares y cosas, y quizá sienten la incomodidad de esto. Quizá sienten contención en su interior, pero no pueden seguirla ni entenderla. Solo están medio despiertos, atraídos por la realidad y por sus sueños, todo al mismo tiempo.

Aquí tu práctica no es simplemente repetir una práctica de meditación o recitaciones. Aquí la práctica debe ser un verdadero énfasis en mejorar tus habilidades y refinar tus intenciones. Si simplemente te presentas cada día para tener una experiencia de meditación, bueno, esta tendrá poca o ninguna calidad si no pones en ella toda tu atención.

Para aprender cómo aquietar la mente debes tener algo en lo que focalizarte, debes estar en un lugar tranquilo, debes estar sentado confortablemente y debes tener una actitud pasiva. Cuatro cosas se requieren aquí. Tu actitud pasiva significa que no estás intentando agresivamente que algo suceda, o resolver problemas, o involucrarte en otros tipos de actividades mentales. Estás simplemente ahí de una manera relajada.

Por tanto, si te sientas en meditación y solo experimentas agitación o frustración, significa claramente que no estás satisfaciendo los requerimientos de la situación. Tienes que estar relajado; no puedes ser agresivo. Respira profundamente. Deja que tu respiración te lleve más hondo. Tienes que tener algo en lo que focalizar tu mente: una imagen, un pensamiento, un mantra, algo que no estimule mucha actividad intelectual, algo en lo que la mente pueda afianzarse para poder deslizarte bajo su superficie, hacia un pozo de silencio. En este pozo de silencio, en sus profundidades, se encuentra el poder y la presencia del Conocimiento.

Aquí aprendes cómo deslizarte bajo la mente. Y si la mente está demasiado agitada o atrapada, entonces la usas para contemplar, para pensar sobre una parte de la gran Enseñanza en el Camino del Conocimiento. Si la mente no te permite ir bajo ella, entonces deberías usarla para contemplar —no para resolver problemas en el exterior, sino para considerar lo que tu Enseñanza te está dando en relación a cosas específicas en tu vida, o para considerar lo que el Conocimiento te ha estado diciendo o indicando respecto a una decisión que debes tomar.

Aquí tu tiempo siempre se usa beneficiosamente, con gran intención. No cierras simplemente tus ojos esperando lo mejor. Estás aplicando tu intención. Estás usando tu situación beneficiosamente. No estás desperdiciando esta oportunidad.

El valor de aprender a ir bajo tu mente es que, en cualquier momento de tu vida en el que necesites ver, saber y comprender algo, puedes apagar tu mente. Tienes este grado de control sobre ella. En vez de dominarte y oprimirte, tu mente aquí se vuelve la gran herramienta de comunicación que realmente es.

Con el tiempo, en tu práctica, te darás cuenta de que tu mente sirve en dos funciones primarias: o bien está contemplando y resolviendo problemas con el poder del Conocimiento, o bien está quieta. Experimentar paz implica una mente quieta. Y para alcanzar este estado, debes ser capaz de ir bajo la superficie de la mente, hacia el pozo de silencio. Debes familiarizarte con este entorno más profundo en tu interior. Aquí no puedes estar intentando que algo ocurra. No puedes estar intentando controlar la experiencia. Simplemente tienes que establecer tu curso y mantenerlo.

El pozo de silencio es extremadamente refrescante. Aquí puedes escuchar, sentir y experimentar el poder y la presencia del Conocimiento y aquello que te está indicando.

Tu práctica espiritual, sin embargo, va más allá de una meditación formal o una práctica de contemplación. Va contigo en tu vida. Siempre que estés excesivamente agitado por algo, pregúntate: ¿Hay algo que necesite aquí? ¿Hay algo que necesite saber aquí? ¿Hay algo que necesite hacer aquí? Tres preguntas.

Aquí, en vez de ser una víctima de tu mente, estás usándola de nuevo para un mayor propósito. Estás intentando discernir tu propia experiencia desde un lugar de mayor objetividad. Quizá hay algo que necesitas. Quizá hay algo que necesitas saber. Quizá hay algo que necesitas hacer. Si alguna de estas preguntas tiene una respuesta, quieres ponerte en posición de experimentarla.

Tu mente es como el océano. En la superficie es constantemente batida por los vientos del mundo. Es caótica, sin dirección clara. Un día está calmada, al día siguiente turbulenta, y todas las tormentas del mundo la impactan. Pero en lo profundo tu mente está quieta, y hay corrientes más profundas moviendo tu vida —corrientes que tienen cierta dirección, corrientes que están influenciadas por mayores poderes celestiales.

En el océano, las aguas del mundo se están moviendo de una determinada manera por todo el planeta, pero no puedes ver estas fuerzas desde la superficie. Y no puedes ver la gran abundancia de vida que hay dentro del océano mirando solo desde la superficie. De igual manera, mirando tu mente desde la superficie en la que vives cada día no puedes ver sus profundidades, ni las corrientes más profundas que están moviendo tu vida, ni el propósito mayor por el que has venido y al que el Conocimiento te llevará, si puedes seguirlo.

Cuando estés fuera en el mundo escucha dentro de ti. Observa el mundo y escucha dentro de ti. Esta es una práctica que puedes hacer casi en todas partes. Es esta atención, tanto al interior como al exterior, lo que te permite discernir las señales del mundo y los mensajes que el Conocimiento en tu interior te está enviando. En vez de estar atrapado en tus ideas, en tu imaginación, en tus problemas, en tus quejas, en tus pesares, en tus deseos, en tus fantasías, en tus expectativas, [ahora] estás realmente prestando atención.

Las personas se están perdiendo casi todo por no prestar atención. Ni siquiera están disfrutando la maravillosa realidad de la vida en el momento, porque no están prestando atención, porque sus mentes están en otra parte.

Cuando estás esperando algo es un gran momento para practicar la escucha interna. Cuando te subes a bordo de un autobús o un transporte o [estás] alrededor de otras personas, no las juzgues ni las evalúes. Solo observa y escucha. Pregúntate: ¿Qué estoy observando aquí? Y escucha más profundamente que la respuesta inmediata de tu intelecto.

Hay tanto tiempo para practicar aquí… es sorprendente. Desperdicias mucho tiempo a lo largo de tus días, cuando podrías estar aprendiendo a experimentar tu naturaleza más profunda mientras estás fuera en el mundo.

Es esta escucha interna y este observar lo que te permitirá ver cosas que otras personas no pueden ver, escuchar cosas que otras personas no pueden escuchar y saber cosas que otras personas no pueden saber. Pero para esto hace falta gran habilidad, así como un enfoque compasivo, porque aquí estás aprendiendo cómo servir al mundo y estás aprendiendo a entender el mundo. En vez de juzgarlo solo para reforzar tus ideas y tu propio sentido de importancia, estás aprendiendo cómo escucharlo, como un verdadero estudiante, como alguien que no está basando su experiencia en sus suposiciones.

Aquí eres capaz de experimentar cosas maravillosas en la vida —el disfrute del momento, la magnificencia del mundo natural—. Aquí eres capaz de experimentar la complejidad de los seres humanos y su naturaleza dual —su naturaleza animal y su naturaleza espiritual—. Eres capaz de ver cosas en el momento que todos los demás se están perdiendo. Todos ellos están soñando. Todos están atrapados en sus pensamientos y en su imaginación. Se están perdiendo la vida. Y no están viendo cosas que es importante ver.

Cuando estés pensando en el futuro, no pienses simplemente en lo que vas a conseguir para ti o en tu miedo de lo que podría ocurrirte a ti y al mundo. En cambio, mira al horizonte de la vida para ver qué puedes ver. Dentro de tu mente, mira al horizonte de la vida para ver qué puedes ver. Pregúntate: ¿Qué está llegando para el mundo? ¿Y qué debo hacer para prepararme? Esto es considerar el futuro desde un lugar de claridad y observación.

Abstente de juzgar o condenar a otras personas, porque eso es ciego y te impide observar, aprender y escuchar.

En las conversaciones con otros, presta atención a lo que realmente están diciendo. Para hacerlo tienes que serenar tu mente y simplemente estar quieto, escuchando. Mucho de lo que escucharás será irrelevante, insignificante o incluso falso, pero estás prestando atención a lo que está realmente ocurriendo en su interior. Como las personas raramente son conscientes de su propia experiencia real en el momento, podrás escuchar cosas en ellos, servirles y hablar quizá más directamente de aquello que estás escuchando y viendo. Esto cambia tu conversación desde lo superficial e insignificante a un ámbito más profundo donde una verdadera involucración puede ser posible.

Encuentra lugares donde puedas estar en quietud, donde haya muy poco ruido externo y aprendas a experimentar el lujo de la quietud. Al principio parecerá atemorizante y quizá te sentirás inseguro en ella, temiendo lo que podrías sentir, temiendo lo que podrías ver, temiendo lo que podrías saber, temiéndote a ti mismo. Pero en realidad, la quietud es un lujo. Es un ambiente para la paz y el reconocimiento. Es también un ambiente para una verdadera consideración de tus decisiones más fundamentales.

Si tu vida es ajetreada y ruidosa todo el tiempo, nunca cultivarás esta conciencia de tu experiencia más profunda. Estarás constantemente reaccionando a tu entorno, constantemente empujado, constantemente atrapado en conversaciones e interacciones superficiales con otras personas, sin sentir nunca la corriente más profunda de tu vida, atrapado e incapaz de escuchar y responder al poder y la presencia del Conocimiento en tu interior.

Aquí estás viviendo la vida, pero solo al 10%. Te estás perdiendo todo lo demás. Corriendo de aquí para allá, ocupado, atrapado, te estás perdiendo el 90%. Te estás perdiendo la parte buena, la parte mejor. Por tanto, quieres aminorar y tener momentos en los que puedas estar en quietud en un ambiente sereno. Incluso si vives en la ajetreada gran ciudad, puedes encontrar estos lugares de santuario.

A medida que comiences a responder a la necesidad más profunda de tu alma, encontrarás la necesidad de saber quién eres y por qué estás aquí y qué has de hacer aquí realmente. Encontrarás que tus valores cambiarán. Tus prioridades cambiarán. En vez de estímulos, buscarás quietud. En vez de conversaciones superficiales con otros, buscarás hacer una conexión más profunda siempre que sea posible. En vez de estar constantemente ocupado, querrás aminorar la marcha para poder experimentar la vida a tu alrededor y la realidad de la vida dentro de ti. Quieres conseguir el otro 90% que has estado perdiendo. Y querrás estar junto a otras personas que sienten lo mismo, que tienen las mismas motivaciones más profundas.

Cuando escuches a otros hablarte, si te están presentando algo importante, pregúntate: ¿Qué sé realmente sobre esto? Aquí estás discerniendo constantemente la experiencia natural del Conocimiento entre tus propias ideas y creencias.

Aquí empiezas a comprender cada vez más que no eres tu mente, y que tu mente puede ser tanto una ventana como un muro. O bien te permite mirar hacia el mundo, o bien te impide por completo ver. Y tú quieres mantener esta ventana limpia y clara. No quieres que se empañe y se ensucie, porque quieres usarla para mirar afuera, hacia el mundo. Es tu pequeño centro de mando para estar en el mundo. Quieres usarla para aprender cómo usarla con eficacia. Quieres usarla para discernir el verdadero significado de las personas, los lugares y los eventos, así como el verdadero significado de tu propia experiencia.

Manejar la mente y usar la mente conforma una parte importante de tu práctica espiritual. En el estudio de los Pasos al Conocimiento y otras enseñanzas espirituales, aprendes cómo entrenar la mente para pensar en ciertas líneas, de modo que pueda resonar con esta inteligencia más profunda dentro de ti y sea un vehículo para su expresión.

Has pasado años y décadas teniendo tu mente condicionada por tu cultura, por tu familia, por tus amigos y por el mundo en general. Has estado practicando y reforzando diariamente todas estas influencias y las conclusiones que has sacado de ellas.

Ahora debes hacer un verdadero esfuerzo para redirigir tu mente, reenfocarla y comprender que tú no eres tu mente. Quieres mantener esa ventana limpia y clara. Quieres aprender a usar la mente como el hermoso vehículo de comunicación que realmente es y está destinado a ser. Es el sirviente perfecto. Nunca debería ser la autoridad. Y es un dios muy malo.

Quieres usar la mente en vez de ser usado por ella. Eso es muy importante. Eso cambia la autoridad desde tus ideas hacia un poder más profundo en tu interior. Pero no es fácil hacerlo. No es fácil deshacer e ir en contra de años y décadas de condicionamiento social, aprendiendo cómo reevaluar tus experiencias pasadas de tal manera que puedas extraer de ellas el máximo valor.

Llevas contigo la falta de perdón, porque te sientes herido por personas y circunstancias. Y no has perdonado a esas personas y circunstancias porque no has obtenido de ellas el verdadero valor: lo que te enseñaron sobre la necesidad de Conocimiento y las consecuencias de vivir sin el Conocimiento, lo que te han enseñado sobre qué es la verdadera sabiduría y las consecuencias de vivir sin ella.

Cuando obtienes suficiente valor de un encuentro previo con una persona o un evento dolorosos, entonces comienzas a verlos de modo muy diferente. Fue desagradable, por supuesto. Quizá podría haberse evitado. Pero también te está dando algo, y tú lo estás usando. Y esto está templando tu descontento y tu resentimiento.

Esto es todo parte de tu práctica espiritual, como ves. En todas partes a donde vas, en todo lo que haces, con toda persona con la que estás… todo es un ambiente para la práctica espiritual. Esto parecerá ser mucho esfuerzo al principio, pero lo que realmente te está pidiendo hacer es estar presente y atento a donde estás y a lo que estás haciendo, escuchando el poder y la presencia del Conocimiento dentro de ti y sabiendo que no todo lo que experimentas está viniendo de tus cinco sentidos, que estás viendo más allá de los límites de tu cuerpo.

Una de las dificultades que las personas tienen es que intentan usar su práctica espiritual para reforzar sus ideas y creencias preferidas. Quieren usar la vida como un recurso para reafirmar sus ideas y creencias. Esto sigue siendo un autoengaño, porque realmente quieres [lo contrario,] usar tus ideas y creencias para reafirmar la vida. Quieres que la vida te enseñe lo que es cierto, no intentar usarla para reforzar lo que tú piensas que es cierto. Aquí, de nuevo, las personas constantemente confunden la realidad con sus propios pensamientos. Confunden el intelecto con el poder del Conocimiento en su interior.

Por tanto, es un problema continuo, que requiere una continua atención. No deshaces décadas de condicionamiento en un fin de semana o en un mes o en un año. Es algo continuo, como ves, pero es moverse en la dirección correcta. Tu progreso puede parecer lento, pero te estás moviendo en la dirección correcta, por fin. En vez de cavar un hoyo aún más profundo para ti mismo, viviendo en una mayor experiencia de oscuridad, confusión y aislamiento, [ahora] estás saliendo. Has hecho el gran giro, y ahora estás moviéndote en una dirección positiva.

Tu intelecto estará impaciente. Querrá respuestas. Querrá conclusiones. Querrá lo que quiere ahora mismo. No quiere esperar. Es impaciente porque está inseguro, y está inseguro porque no está enraizado en tu verdadera realidad. La mente está nerviosa. Está asustada. Está buscando constantemente. Está molesta. Está viviendo en su propio infierno, el infierno de la Separación.

El mundo te enseña que tu mente es tu dios, y que deberías recurrir a otras mentes que son más fuertes que la tuya para obtener guía y consejo. El mundo te enseña que eres tu mente y tu cuerpo, los cuales son ambos falibles y pueden ser dañados y destruidos fácilmente.

Por tanto, en la mente vives en un estado continuo de miedo y aprensión. Y la única manera que tienes de escapar de esto es mediante la fantasía y la adquisición —mediante la búsqueda de personas, lugares y cosas—. Y te obsesionas con esto porque, sin ello, sientes la profunda inseguridad y ansiedad de tu mente.

Sin embargo, cuando tu mente comienza a servir a un mayor poder dentro de ti, comienzas a deshacer la base de su inseguridad. Es insegura porque está separada, porque no tiene un mayor poder al que servir. Fue diseñada para servir. Pero si no tiene nada que servir salvo a sí misma, entonces se hunde en el caos y no se descubren sus verdaderas capacidades.

Es por eso que el Conocimiento dentro de ti da dirección a la mente, da contención a la mente, comienza a dirigir la mente —de manera natural y apropiada, porque esta es la verdadera naturaleza de tu existencia—. En la verdadera jerarquía de tu ser, tu cuerpo sirve a tu mente y tu mente sirve al Conocimiento o Espíritu —y tu Espíritu sirve a Dios.

Cuando las personas comienzan su práctica espiritual, esta jerarquía del ser está toda del revés. Sus mentes están sirviendo a sus cuerpos, y ellas están intentando usar al Espíritu como una especie de recurso para servir a su mente. Todo este planteamiento está del revés. Es incorrecto.

Así que todo ha de desaprenderse. Tu vida tiene que llevarse a su verdadero equilibrio y función. Y esto conlleva tiempo, aprendizaje y reevaluación.

Es difícil vivir en tu estado natural si has estado viviendo previamente una vida antinatural, gobernada por el hábito y la convención y las expectativas de otros. Vivir sin el Conocimiento es vivir una vida antinatural —una vida de constante irritación, ansiedad y necesidad de huir.

Aquí, incluso las relaciones representan un alivio, una necesidad de escapar. Y esa es la creación del romance y toda la fantasía del romance, que en realidad tiene muy poco que ver con si puedes realmente estar con éxito en relación con otra persona o no.

La necesidad de escapar de tu propia ansiedad, de tu propio malestar, conduce a interminables búsquedas y distracciones, ninguna de las cuales puede resolver tu problema fundamental. Y tu problema fundamental es que tu mente no está conectada con el Conocimiento dentro de ti, de modo que la mente y el Espíritu están desconectados.

La mente está en caos, atrapada en el mundo, perdida, frustrada, desesperada. Se vuelve un sirviente miserable o bien un cruel tirano. Son muchos los roles que la mente puede asumir aquí, pero fundamentalmente está fuera de sintonía y fuera de relación con tu naturaleza más profunda.

Es tu práctica espiritual lo que pondrá tu mente y tu cuerpo en verdadera relación con tu naturaleza más profunda. Esto te dará un sentido de integridad. Esto te permitirá sentirte bien con respecto a tu vida. Esto te dará el criterio para llevar tu vida al equilibrio y la armonía, para retirarte de relaciones e involucraciones que carecen de propósito y que no tienen futuro o posibilidad de éxito, para reenfocar tu vida, para reorientar tu vida hacia donde el Conocimiento quiere llevarte, a donde tu corazón quiere ir.

Todavía tienes todos los problemas de vivir en la realidad física: los problemas de proveer para ti mismo, los problemas de crear estabilidad, los problemas de aprender cómo comunicarte de manera efectiva con otras personas. Pero ahora estás siendo guiado por un verdadero poder dentro de ti. Y esto te permitirá sentir que tu vida tiene sentido y que tiene un verdadero propósito y un verdadero destino, incluso si no puedes definir estas cosas por ti mismo.

Todo lo que haces, todas las personas con las que estás, toda actividad, suponen una oportunidad para profundizar esta conexión como un acto consciente, para cultivar tu conciencia del Conocimiento y aprender cómo distinguir el Conocimiento entre todas las otras voces de tu mente, todas las formas de engaño dentro de ti y en el mundo a tu alrededor.

Este es el gran viaje en la vida, más importante que el éxito, la riqueza, la belleza, el encanto, la adquisición y la aprobación de los demás.

Es por esto que fuiste enviado al mundo. Aquí, en vez de simplemente ser un ser humano que tiene alguna naturaleza espiritual en alguna parte, eres realmente un ser espiritual trabajando a través de tu humanidad, trabajando a través de los límites de la mente y el cuerpo y de los límites que el mundo a tu alrededor pone sobre ti.

Fuiste enviado aquí para un mayor propósito, y por ello eres como un ángel en el mundo, intentando funcionar dentro de los confinamientos de vivir en un cuerpo e intentando usar la mente de manera efectiva para comunicarte con otros y discernir correctamente el mundo a tu alrededor.

Con el tiempo, te identificarás más y más con el Conocimiento porque este es fiable, profundo y poderoso. Es todo lo que tu intelecto no es. Y sentirás que tu vida tiene una mayor base, una base más allá de este mundo, y esto te dará la experiencia de estar en el mundo pero sin ser del mundo, proporcionándote un sentido de seguridad, continuidad y fortaleza que nada en el mundo podría proporcionarte nunca. Esto te dará la fuerza para capear, resistir y aprender de las tragedias y las decepciones de la vida, así como de la decepción en otras personas y sus trágicas decisiones para sí mismas. Esto te dará la fuerza para resistir pérdidas personales y tiempos de gran confusión y frustración.

Aquí tu corriente corre profunda y no la destruyen tus experiencias externas. Aquí tu propósito permanece, a pesar de lo que ocurra en el exterior. Lo que ocurra en el exterior solo cambia cómo intentarás comunicar el significado que estás experimentando dentro de ti.

El mundo exterior requerirá constante adaptación y resolución de problemas —constantes problemas, obstáculos y dificultades a lo largo del camino—. Pero ahora estás afianzado en una realidad más profunda. No es una realidad que se base en ideas o ideologías. Es el poder y la presencia del Conocimiento, que está más allá de estimaciones y definiciones. Aquí tus mayores regalos emergerán, y tu vida será una inspiración y un gran servicio a otros, de acuerdo con tu diseño e intento originales. Esto satisface la necesidad del alma, que es tu más intensa y profunda necesidad.

Si satisficieras todas las otras necesidades, esta seguiría siendo para ti la necesidad más fundamental e importante. Más allá de atender los requerimientos básicos de cuidar de tu cuerpo y de tu mente, esta es tu mayor necesidad.

Satisface esto y tendrás una satisfacción y un sentido de permanencia que nada en el mundo puede destruir. Y serás una luz sobre el mundo. Y tu servicio al mundo será profundo y en muchos casos inexplicable.

Es tu práctica espiritual lo que te llevará a eso. Y en su momento te darás cuenta de que todo lo que haces es una práctica y un refuerzo, que todo lo que piensas es una práctica y un refuerzo, que estás practicando y reforzando todo el tiempo, tanto si eres consciente de ello como si no. Por tanto, aquí escoges practicar lo que realmente necesitas practicar, para utilizar los regalos del Conocimiento y las grandes Revelaciones que se han dado a lo largo del tiempo y la Revelación que se está dando ahora a la humanidad mediante un Nuevo Mensaje de Dios.

Que el poder y la presencia del Conocimiento te guíen y te bendigan y te enseñen [a distinguir] lo que es bueno de lo que solo parece bueno, y que te muestren la verdadera corriente de tu vida y el camino para conectar con otros. Solo el Conocimiento sabe estas cosas, y son estas cosas las que más desesperadamente necesitas. Que este poder pueda guiarte, corregirte, contenerte y prepararte para una vida mayor y un mayor servicio al mundo.