La iluminación


Como le fue revelado a
Marshall Vian Summers
el 19 de septiembre de 2008
en Boulder, Colorado, Estados Unidos

Texto original: Enlightenment

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Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.

Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.

En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.




Nota a los lectores:
Esta traducción fue provista a la
Society por estudiantes del Nuevo Mensaje que se han ofrecido voluntariamente a traducir el texto original en inglés. La publicamos en esta forma inicial para que todo el mundo tenga una oportunidad de interactuar con una porción del Nuevo Mensaje en un su propio idioma.

Es natural que las personas deseen descubrir su naturaleza más profunda, así como descubrir y cumplir su mayor propósito para venir al mundo. De hecho, todos han sido enviados aquí con un mayor propósito, aunque muy pocas personas lo han descubierto o incluso han entendido que es una realidad para ellas.

Una vez que te has afianzado en el mundo y tienes las provisiones adecuadas —alimento y agua, refugio, vestimenta y seguridad— se establece un conjunto más profundo de necesidades: la necesidad de libertad personal y autoexpresión, la necesidad de oportunidades, la necesidad de desarrollarse y cultivar las habilidades y capacidades propias, la necesidad de tener libertad política y oportunidad económica. Pero más allá de la posibilidad de satisfacer estas necesidades, existe una necesidad mayor y más fundamental dentro del individuo. Y aunque muchas personas en el mundo actual ni siquiera pueden satisfacer el primer conjunto de necesidades de alimentación, refugio y seguridad, esta necesidad más profunda también reside en su interior.

Una de las tragedias de la pobreza es que niega la posibilidad de que un gran porcentaje de la humanidad haga su contribución al mundo. Las innumerables personas que, de otro modo, se convertirían en grandes contribuyentes a sus culturas y sociedades y también al bienestar y el progreso de la humanidad, ni siquiera tendrán la oportunidad de obtener esta mayor expresión de sus vidas. Ellas son superadas por sus circunstancias; están prisioneras de sus circunstancias.

Otras personas que están más acomodadas se vuelven prisioneras de sus deseos y sus obsesiones. Se vuelven prisioneras de sus ambiciones o sus intereses personales, de sus romances o sus adicciones. En todos estos casos, las personas no pueden acceder a su naturaleza más profunda, a la corriente más profunda de su vida y, con ello, a la posibilidad de experimentar y expresar el propósito superior que las ha traído al mundo.

Para algunas personas, la iluminación se ve como el objetivo final: volverse libre del apego; libre de las restricciones mundanas; libre para sumergirse en una conciencia mayor, la conciencia de toda vida, quizá la conciencia de Dios; estar internamente sin restricciones; estar libre de ira, resentimiento y baja autoestima.

Para algunas personas, la iluminación se convierte entonces en su nueva obsesión. Ellas piensan que están aquí en el mundo para eso: para escapar del mundo, para escapar del ciclo sin fin de la existencia y de todo el sufrimiento, la lucha y la dificultad que ello implica.

Si tu propósito fuera descubrir el Conocimiento más profundo que Dios ha puesto dentro de ti, seguir ese Conocimiento y ser un vehículo para su expresión en el mundo, si tu definición de la iluminación fuera esta, entonces la iluminación sería completamente apropiada. Pero en la mente de muchas personas, la iluminación es algo muy diferente. Es una especie de exaltación personal. Es un escape de la vida. Es una retirada del mundo. Es una gran ambición.

Sin embargo, si las prácticas espirituales que conducen en dirección de la iluminación pueden involucrarte con tu Conocimiento más profundo, tu naturaleza más profunda, entonces tendrás que volver al mundo para servir. Porque si descubres tu naturaleza más profunda, si experimentas la Mente más profunda del Conocimiento dentro de ti, te darás cuenta de que tienes un destino en el mundo y un servicio que realizar aquí, un servicio muy específico que involucra a ciertos individuos.

Aunque estuvieras buscado la dicha y la satisfacción, en realidad encuentras que tienes un gran servicio que hacer en el mundo, y que debes regresar a él con todas sus dificultades, sus tragedias y sus seducciones, porque es para eso que viniste al mundo.

No viniste al mundo para escapar de él. No viniste al mundo para buscar la felicidad y la satisfacción personal, porque eso solo te convierte en un consumidor compulsivo y te conduce a la obsesión contigo mismo, que es la fuente de toda enfermedad mental.

Si tu búsqueda de la iluminación te compromete con el Conocimiento, entonces estarás preparado para regresar al mundo, y puede que tu forma de servicio te involucre en situaciones muy difíciles, donde la necesidad es profunda. No puedes escapar de este servicio, porque realmente representa tu destino.

Para algunas personas, sin embargo, la iluminación no tiene nada que ver con el Conocimiento. Es una meta personal. Es la experiencia última de felicidad y satisfacción. Y ese es el objetivo de sus vidas: estar felices y contentas.

Así que emplearán sus vidas, todos sus recursos y toda su autodeterminación en intentar erradicar, superar o ignorar todas las tendencias dentro de sí mismas que las mantienen pequeñas y encadenadas al mundo. Pero ellas también ignorarán el poder y la presencia del Conocimiento, así como lo que este las está llamando a hacer. Estas personas tendrán que enfrentar la culpa, la culpa de no estar respondiendo a su naturaleza más profunda y a la necesidad más profunda del alma. Pero ellas tenderán a descartar esta culpa, pensando que, simplemente, forma parte de las limitaciones que deben superar.

Aquí existe confusión, incomprensión y un malentendido de la meta y el propósito de la vida. Si bien la paz y la satisfacción son ciertamente importantes, estas deben ser el subproducto o el resultado de una implicación en el mundo cada vez más profunda.

Escapar del mundo para buscar la felicidad no es diferente a tratar de enriquecerte con posesiones o ganando una alta posición social. Todavía es un enfoque en la autorrealización personal. Pero tú no viniste al mundo para realizarte a ti mismo. No viniste aquí para ser un consumidor compulsivo, usando todas las cosas del mundo para tu propia edificación, tu propia satisfacción, tu propia felicidad.

Este es un punto de aclaración muy importante, porque si no ves esto pensarás en la iluminación como una especie de noble camino a seguir, la búsqueda suprema, la mayor aventura, el mayor y más significativo desafío en la vida. Pero corres el riesgo de perderte lo que es fundamental para quién tú eres y para el propósito superior que te ha traído al mundo.

Si bien puede ser necesario retirarte del mundo —incluso por períodos prolongados de tiempo— para construir una conexión interna con este Conocimiento más profundo que Dios ha puesto dentro de ti, para experimentar tu vida a un nivel cada vez más profundo y para obtener un sentido de verdadera dirección en la vida, este retiro del mundo para la mayoría de las personas debe ser temporal.

La persona que está destinada a ser monástica es un individuo singular, y su participación en la vida monástica no debe estar motivada por la incapacidad o el rechazo a funcionar en el mundo. Eso representa un motivo falso, que no procede del corazón.

No puedes purificarte completamente a ti mismo antes de estar al servicio de otros. Eso no es posible, pues el propio servicio forma parte de la purificación. Si bien es cierto que no puedes servir a las personas sin construir una vida interior y una base en el Conocimiento dentro de ti mismo, es igualmente cierto que no puedes retrasar indefinidamente el servicio mientras te esfuerzas y luchas por obtener una especie de perfección dentro de ti.

El objetivo de tu práctica espiritual —en cualquier forma que adopte, en cualquier tradición en que pueda existir— es involucrar a tu mente superficial, tu mente mundana, con la Mente del Conocimiento que Dios ha puesto dentro de ti y seguir ese Conocimiento, el cual te llevará a experimentar, y luego a expresar, tu mayor propósito para estar en el mundo, que es una forma específica de servicio a la vida.

No pienses que estás sanando el mundo solo con tu práctica espiritual, aunque esta sí ejerza una influencia beneficiosa en el entorno mental. Tú tienes un mayor servicio que realizar. Incluso aquellos que viven en monasterios deben servirse unos a otros, y hacerlo en un estado de humildad y respeto.

Porque para un ser consciente, la vida es servicio. No eres meramente una planta o un animal que solo tiene que sobrevivir y reproducirse. Estás aquí con un propósito superior. No estás aquí para ser una langosta sobre el mundo, consumiéndolo todo a la vista. Estás aquí con un propósito superior.

Este propósito superior representa la realización de tu alma y el cumplimiento de tu destino. Hacer esto adecuadamente te libera de tener que volver a este nivel de la vida. Porque esto terminará con la Separación dentro de ti y construirá una conexión lo suficientemente fuerte con lo que Dios ha puesto en tu interior y con Dios, de manera que no necesitarás volver a entrar en la vida física. Tu servicio entonces estará en otro nivel. Será un mayor servicio y una mayor responsabilidad.

No busques la perfección. No puedes perfeccionar tu mente personal; no puedes perfeccionar tu cuerpo; no puedes vivir una vida de perfecta ecuanimidad sin divorciarte del mundo y del Conocimiento dentro de ti. Por mucho tiempo que te impliques en la práctica espiritual, debes regresar al mundo para servir.

Todo el mundo fue enviado al mundo para servir. Pero el servicio requiere preparación. Requiere la actitud y la comprensión correctas.

Hay muchas personas que se dedican al servicio como una especie de compensación por su propia falta de integridad, y por su incapacidad para ser honestas sobre sus vidas y relacionarse con otras personas de manera veraz y apropiada. De este modo, ellas buscan contrarrestar el sentimiento de culpa e ineptitud que esto produce, dedicándose a diversas formas de servicio. Pero su servicio es una especie de autocompensación. Está ligado a sus propias vidas de compromiso y a su enfoque de la vida.

Por tanto, no está completo. No es auténtico. No tiene el poder del Espíritu en su interior. Es más bien una forma de escape, una forma de evasión, un intento de probarse a uno mismo su propia valía.

Esto no es verdadero servicio. Es por eso que debes dar los Pasos al Conocimiento y construir una conexión con el Conocimiento antes de intentar dedicar tu vida al servicio. En este sentido, debes construir una base, porque no puedes determinar la forma del servicio. Puedes tratar, puedes intentar muchas cosas diferentes, puedes entregarte a muchas cosas distintas, y aunque esto puede ser beneficioso para otros, puede que no te conduzca a ninguna parte.

Porque naciste con un propósito superior. La forma de servicio que estás destinado a dar vive dentro de ti, sagrada y segura en el Conocimiento dentro de ti. No puedes descubrirla con tu intelecto. No se basa en tus metas o ambiciones personales.

Debes rendirte al Conocimiento dentro de ti, y debes aprender a encontrar este propósito superior y distinguirlo de todas las demás compulsiones y expectativas en tu mente, y debes obtener la fuerza y ​​la libertad interior para entregarte en esa dirección, superando así tus otras ambiciones, requiriendo así que reconcilies tu vida, que pongas tu vida en orden y te retires de tus búsquedas autodestructivas y de tus compromisos en relaciones que, realmente, no van a ninguna parte y no pueden producir nada de valor para el mundo.

Esta es la autopurificación de dar los Pasos al Conocimiento. Pero no es lo mismo que intentar volverse perfecto según las nociones o ideales de uno mismo, o los ideales de cualquier otra persona, o incluso los ideales de la religión y la enseñanza religiosa.

En lugar de la exaltación personal, desciendes a la verdad dentro de ti mismo. Es una reconciliación. No es un escape de la vida. Es un reimplicarte con la vida. Y esto comienza al reimplicarte con la corriente más profunda de la vida en tu vida, el hilo de verdad que ha existido cada día de tu vida.

Aunque quizá has construido una existencia que no está relacionada con este hilo más profundo de verdad, este permanece. Es tu cordón umbilical con Dios. Es el núcleo y centro de tu verdadera vida. Incluso si has creado una vida llena de otras obligaciones, compromisos y apegos, debes reconectarte con este hilo más profundo de tu vida.

Solo el Conocimiento sabe por qué estás aquí y qué debes hacer. Por tanto, aunque puedes intentar hacer innumerables cosas, intentar realizarte o incluso tratar de servir al mundo, solo el Conocimiento dentro de ti sabe a dónde necesitas ir y qué necesitas hacer. Y más importante aún: el Conocimiento conoce el camino que debes seguir para prepararte, para recuperar tu integridad y tu claridad mental a fin de reconocer y prestar este mayor servicio.

Aquí la ambición personal y la autoevasión son grandes obstáculos para reconectar con el Conocimiento. Las personas han invertido intensamente en sus actividades personales, en sus relaciones personales. Quieren probar que su inversión fue sabia y eficaz, por lo que siguen intentando que funcione. Siguen intentando que su relación funcione o que su búsqueda en la vida sea exitosa. Siguen y siguen intentándolo, solo posponiendo el día en el que se darán cuenta de que no se están moviendo en la dirección correcta, y de que su constante inversión de sí mismas y sus recursos solo está aumentando y profundizando su dilema.

Es por eso que debes comenzar dando los Pasos al Conocimiento, porque esto aportará claridad a tu vida y te restaurará tu mayor poder y mayor sentido de certeza. Te liberará de otras obligaciones o compromisos que no tienen futuro y que solo están desperdiciando tu vida.

Nunca pienses a este respecto que estás justo donde debes estar, porque, en verdad, estás tratando de subir una montaña. Estás intentando subir más allá de los valles y los árboles a fin de ver, saber y tener la claridad para comprender los parámetros de tu vida y el mayor viaje que debes emprender.

Aquí deben dejarse a un lado muchas cosas, incluyendo la iluminación. Las metas personales, las ambiciones, los logros supremos… todos ellos están motivados por la inseguridad personal y la duda en uno mismo.

Sin el Conocimiento para guiar tu mente, esta es como un niño errante. Es como un huérfano en el mundo, siempre inseguro y temeroso, siempre sintiéndose inadecuado y añorando algún tipo de unión o reconexión con una realidad mayor. Te empuja. Te empuja incesantemente a intentar encontrarte a ti mismo en personas, lugares, cosas o incluso en la iluminación.

Cualquiera que sea el objetivo declarado, el factor motivante es el mismo. Nace de la Separación. Nace del hecho de que no estás conectado con el Conocimiento, y de que tu mente personal está descontrolada, intentando buscar satisfacción, intentando buscar seguridad, intentando buscar felicidad, tratando de buscar la felicidad absoluta. Está motivada por la inseguridad y un profundo sentimiento de fracaso personal.

A medida que sigues dedicándote a estas actividades, sean las que sean, tu sensación de fracaso personal y ansiedad solo aumenta, porque no has satisfecho la necesidad más profunda de tu alma. Aunque sigues tratando de cumplir tus metas y ambiciones, estas continúan robándote tiempo y disminuyendo tu oportunidad de obtener acceso al Conocimiento y de reconectarte —reconectar tu mente y tu conciencia— con el propósito superior que te ha traído al mundo.

Algunas personas pueden decir: «Bueno, no hay realmente un propósito superior para mí. Solo estoy aquí para iluminarme y poder liberarme del mundo y sus restricciones». Pero esa es la máxima expresión de la Separación: la idea de que no existe un propósito mayor para la persona. De que ella simplemente está aquí para tratar de crear una realidad suprema para sí misma, o para saltar a la realidad suprema tal como tal persona la concibe.

Pero su problema es que lo que la motiva es el miedo y la ansiedad, así como un profundo sentido de deficiencia en su propia vida y naturaleza. Ella está tratando de crear y de hallar la respuesta, pero la respuesta ya se ha dado.

La respuesta se dio al principio de los tiempos, cuando comenzó la Separación. Dios creó instantáneamente el Conocimiento en todos los seres conscientes: una conciencia más profunda, un sentido más profundo de conexión y responsabilidad, una experiencia más profunda de realización y relación.

Si tu idea de iluminación apunta hacia el Conocimiento, entonces es apropiada. Pero tu comprensión aún es incompleta. Porque debes ver que tu búsqueda de claridad, certeza y fuerza te llevará a una mayor forma de servicio en el mundo. El objetivo no es la dicha, la satisfacción o la paz, sino la participación a un nivel superior.

Si tu idea de iluminación es lograr una especie de escape de la vida, entonces debes reconsiderar tus objetivos y contemplar seriamente la realidad de que Dios ya ha puesto la respuesta dentro de ti, y que tú no puedes encontrar esta respuesta solo con la práctica espiritual. Porque la respuesta es un movimiento. No es solo un descubrimiento. No es solo un momento repentino en el que tus ojos se abren y tu mente se aclara por completo.

Puede que tengas esos momentos lúcidos como un fruto de tu práctica espiritual, pero, esencialmente, estás aquí para aceptar el mayor movimiento de tu vida, un movimiento que tiene una dirección y un propósito en el mundo, un movimiento que te llevará al mundo para comprometerte con ciertas personas en un propósito mayor y más específico.

Los separados son reclamados en todas partes del universo a través del Conocimiento. Cualquiera que sea tu comprensión u orientación, cualquiera que sea la naturaleza de tu práctica espiritual, la verdad sigue siendo que eres salvado a través del Conocimiento.

El Conocimiento no es una costa distante. No es un lugar remoto. No es el resultado de un largo y arduo viaje. Está dentro de ti en este momento. Te está hablando todos los días, pero tú no puedes oírlo porque tu mente está demasiado llena de ruido y demasiado implicada en sus propias actividades.

No es la perfección lo que buscas, sino esta implicación y esta relación más profundas con Dios. Esto te trae de vuelta al mundo para contribuir algo al flujo y la evolución de la vida aquí, así como al bienestar de la humanidad y del mundo. No intentes definir este rol último por ti mismo, porque eso solo entorpecerá tu progreso.

Aquí tu mente debe vivir con preguntas y no depender de las respuestas. Debes tener una sensación de seguridad y confianza en ti mismo para saber que estás en el camino correcto, que estás subiendo una gran montaña, que no puedes saltar a la cumbre y que no conoces qué es la cumbre, ni a qué se parecerá, ni lo que significará para ti. No sabes lo que verás a medida que ganes una mayor altitud en esta montaña. Por tanto, avanzas con una especie de fe, pero no es una fe pasiva, porque estás completamente comprometido en tu preparación.

No estás esperando a que un rayo te impacte. No estás esperando a que algún evento mágico o algún milagro te abra los ojos. Estás haciendo el viaje. Estás subiendo la montaña paso a paso. Estás aprendiendo a dar los Pasos al Conocimiento, para obtener un sentido y una experiencia cada vez mayores de la corriente más profunda de tu vida. Este es más un proceso de dejar ir cosas que de tomar cosas; es más un proceso de reducirte a lo realmente esencial y real en tu vida, en lugar de asumir más ideas, más actividades, más compromisos y más relaciones.

Es como un vaciamiento, pero ocurre gradualmente, porque debes elegir por el camino qué valorar y qué no. Debes distinguir lo que es bueno de lo que solo parece bueno. Debes ganar esta sabiduría a través del discernimiento, a través de las decisiones, a través del proceso de asumir ciertas responsabilidades y dejar otras.

Es por eso que la iluminación repentina no significa nada; es solo un momento. Todavía debes hacer el viaje. No hay una alfombra mágica secreta que te eleve en esta montaña. La presencia de un gran maestro, incluso el contacto con la Presencia Angélica, no te transportará a las alturas de esta montaña. Debes hacer el viaje.

Es haciendo este camino como te haces fuerte, como adquieres sabiduría, como maduras como persona, como aprendes a tomar decisiones sabias y a discernir, cada vez con mayor claridad, la verdad y la falsedad que hay en tantas cosas, y a separarlas, y a discernir la verdad de la falsedad en un número cada vez mayor de situaciones. Aprendes a hacer esto sin condenar, sin odiarte a ti mismo ni odiar a los demás. Te vuelves más sobrio y claro acerca de la vida, pero siempre conectado con la promesa de la vida.

Hay maestros espirituales, o quienes claman ser maestros espirituales, que prometen iluminación, liberación, libertad y satisfacción completas, una vida sin dificultad, una vida sin conflicto. Pero ¿qué es esto? Es un escape de la vida. Es una evasión. Es como darle a alguien una droga y hacer que se vuelva adicta para que ya no tenga que experimentarse a sí misma o su condición nunca más.

Las personas que se sienten atraídas por esto no están dispuestas a vivir una vida monástica real, con todas sus restricciones y limitaciones. Quieren tener el mundo, pero en sus propios términos. Quieren el mundo que ellas quieren. No están dispuestas a enfrentarse al mundo tal como es. Quieren tener amor, pero no pueden aceptarse a sí mismas ni al mundo, por lo que el amor permanece fuera de su alcance. Quieren sentirse bien consigo mismas, pero, en el fondo, ellas no se sienten bien consigo mismas, porque están descuidando algún tipo de responsabilidad primordial en la vida. Les falta una conexión.

Entonces, se esfuerzan más. Se vuelven más inflexibles en su práctica espiritual. Se vuelven más críticas con su propio estado de ánimo. Se vuelven más críticas con los demás, buscando tener su idea de perfección o liberación.

Es como la persona que se propone buscar la riqueza material a cualquier coste. Ella va a sacrificar sus relaciones. Va a sacrificar su salud. Va a renunciar a participar en la vida a fin de lograr sus objetivos. Está decidida; está obsesionada.

Dios ya ha puesto una respuesta dentro de ti, pero esta respuesta solo surgirá cuando estés preparado y cuando tu deseo de ella se vuelva puro y claro. Emergerá a medida que tu vida alcance un orden y armonía mayores, a medida que hayas reconciliado tus actividades y te hayas vuelto honesto acerca de tus compromisos con otras personas.

Entonces el mundo mismo sacará este Conocimiento de ti, porque tú no puedes sacarlo de ti mismo. El mundo activará tu propósito superior. Te dirá dónde necesitas servir, dónde tu servicio puede producir el máximo beneficio, a quién debe dirigirse y cómo debe expresarse.

Qué diferente es esto de las personas que intentan realizar su idea de la iluminación, o que intentan escapar del ego en todas las cosas. Aquí es el ego quien quiere escapar del ego. El ego se apunta al viaje. Se está empoderando. Incluso mientras buscas escapar de sus limitaciones, sigue contigo.

Es como intentar no sentir dolor. Si tratas de no sentir ningún dolor emocional o físico, te retirarás de la vida. La vida es incómoda. La vida es desafiante. La vida presenta problemas y dilemas, algunos de los cuales son muy difíciles de entender y resolver. Algunos no los puedes resolver. Si no quieres sentir estas cosas, entonces te estás llevando a otro lugar, alejándote del mundo y de la posibilidad de cumplir tu propósito superior aquí.

Tu primera responsabilidad es dar los Pasos al Conocimiento. Tu segunda responsabilidad es poner tu vida en orden, lo que significa que todo lo que haces es verdadero, y que has ganado la fuerza para liberarte de obligaciones, compromisos, conductas y apegos que no representan esta verdad fundamental dentro de ti. Para muchas personas, esto toma años y años, pero debe ocurrir.

Luego aprendes a mirar el mundo sin condena. Miras para escuchar, para sentir la necesidad de Conocimiento en el mundo y para ver a dónde está llevándote el Conocimiento dentro de ti.

Aquí estás pasando de una vieja vida a una vida más grande, pero no puedes poner una vida más grande encima de una vieja vida. Estás haciendo un viaje de una realidad a otra pero, mientras lo haces, sigues en el mundo. Y mientras lo haces, mantienes tu práctica espiritual en el Camino del Conocimiento.

A menos que estés destinado a ser un monástico, lo cual es un papel muy singular con requerimientos muy específicos, no pienses que vas a escapar del mundo. No pienses que vivirás en el mundo sin estar en él. Eso es como estar en una relación sin estarlo realmente, algo que caracteriza las relaciones de muchas personas. Sí, ellas están ahí, pero no de todo corazón.

Tienes que estar en el mundo de todo corazón. No puedes ser ambivalente al respecto. De lo contrario, solo buscas los placeres del mundo sin ninguno de sus dolores, y eso es deshonesto. Es irreal. Es como querer estar en el océano sin mojarse. Es querer estar en una relación sin experimentar las dificultades de comunicarse y de comprender a la otra persona. Es como cenar solo el postre y perderte lo que realmente te nutre.

La iluminación es verdadera o falsa, dependiendo de a dónde te lleve y de lo que enfatice. Si es un camino hacia el Conocimiento, si es una preparación para una mayor implicación en la vida, entonces se está moviendo en la dirección correcta. Sin embargo, si no está orientada de esa manera, entonces te está llevando a otro lugar. Está profundizando tu obsesión contigo mismo. Te está apartando del mundo. Te está alejando de una auténtica relación, hundiéndote más en tu ser [personal], un ser que, verdaderamente, no tiene realidad.

Aquí tu comprensión debe ser clara. Fuiste enviado al mundo con un propósito, así que no necesitas crearlo. Dios te ha dado el Conocimiento para redimirte, así que no tienes que redimirte a ti mismo. Dios te ha dado una mayor dirección en la vida, así que no tienes que crear esta dirección. Pero tienes que prepararte activamente: descubrir el Conocimiento, poner tu vida en orden y dar los pasos para experimentar y expresar un mayor propósito en la vida que te revelará sobre todo el mundo.

Aquí ganas una mayor relación con el mundo, contigo mismo y con otros. Son estas relaciones mayores las que terminan la Separación dentro de ti, las que demuestran que estás realmente conectado con la vida y con una vida mayor más allá de este mundo. Esto pone fin a la Separación en todas las direcciones. Establece, simultáneamente, relaciones por encima de ti, por debajo y a tu alrededor.

Así es como funciona el Plan de Dios. No va sobre la purificación del intelecto. No va solo sobre desprenderse del ego. Porque cuanta más atención le das a tu ego, más fuerte se vuelve. El ego ama la atención; vive de la atención y de lo que inviertes en él. Aquí puedes desviarte de tu verdadero camino y pasar tu vida intentando buscar una meta que no puedes lograr por ti mismo.

Porque se necesita una mayor rendición y entrega; pero no a un Dios lejano o un poder distante, no a un maestro espiritual, no a una idea o un conjunto de creencias, sino a la corriente más profunda de tu vida, que está aquí para llevarte a cierto lugar y para prepararte para vivir en el mundo de una forma muy diferente.

Dios ha enviado un Nuevo Mensaje al mundo para aclarar estas cosas y proporcionar los Pasos al Conocimiento. Existen otros caminos al Conocimiento que se han establecido en el mundo a lo largo del tiempo, y muchos de ellos son muy potentes y auténticos. Pero pueden ser muy difíciles de encontrar. Quienes los enseñan no están en la arena pública y pueden ser muy difíciles de encontrar. Por eso, Dios ha enviado los Pasos al Conocimiento al mundo, para que se convierta en un camino para las personas que no pueden encontrar otro camino y que necesitan las bendiciones y el poder del Conocimiento en sus vidas hoy.

El Nuevo Mensaje de Dios también revela el destino de la humanidad dentro de una Comunidad Mayor de vida inteligente en el universo, y cómo la humanidad debe prepararse para las Grandes Olas de cambio que están llegando al mundo, a medida que este planeta experimente cambios medioambientales.

Para comprender tu propósito, debes comprender el contexto en el que se expresará, y es por eso que un retiro permanente del mundo es tan contraproducente.

Debes aprender sobre la emergencia de la humanidad a una Comunidad Mayor de vida y de la gran amenaza a la libertad humana que existe en el mundo actual, por parte de esas fuerzas del universo que están aquí para aprovecharse de una humanidad débil y dividida. Y debes aprender sobre las Grandes Olas de cambio que están llegando al mundo: la degradación medioambiental, el agotamiento de los recursos, la meteorología violenta, el cambio climático, la creciente inestabilidad económica y política y la amenaza de guerra y conflicto. Estás aquí para ser parte de todo esto, por lo que debes aprender sobre la condición del mundo y lo que se avecina en el horizonte, lo cual solo una Revelación de Dios puede proporcionar.

Para saber quién eres y por qué estás aquí, debes comprender dónde se encuentra el mundo y hacia dónde se dirige. Debes entender tu entorno para saber qué hacer en la vida, correcta y sabiamente. Estás aquí para servir al mundo, por lo que debes comprender el mundo con mayor claridad, objetividad y valentía. No puedes estar apartado y tener una relación al mismo tiempo.

El Conocimiento te llevará a una mayor asociación con la vida, con el mundo y contigo mismo, pero debes dar los Pasos al Conocimiento, y debes poner tu vida en orden, y debes prepararte para una mayor implicación con el mundo, pues por eso has venido. Y es sobre esto que reflexionarás cuando dejes este mundo.

El poder y la presencia del Conocimiento están contigo. Siempre lo han estado. Debes comenzar ahora a sentir su corriente más profunda, a reconocer sus señales, a responder a sus estímulos y restricciones, y a renunciar a tus ideas y creencias para servir a un poder mayor que vive dentro de ti en este momento, y que te llevará a través de los grandes e inciertos tiempos que se avecinan.