Cambio real


Como le fue revelado a
Marshall Vian Summers
el 6 de noviembre de 2008
en Boulder, Colorado, Estados Unidos

Texto original: Real Change

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Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.

Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.

En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.


Cada vez es más evidente, para un creciente número de personas, que un gran cambio es necesario si la humanidad ha de responder a los desafíos de su tiempo. Se necesita una gran cambio en cómo funcionan los gobiernos, en cómo las personas se comportan y responden. Se necesita un gran cambio en muchas organizaciones e instituciones para adaptarse a un conjunto cambiante de circunstancias en el mundo.

Porque las Grandes Olas de cambio están llegando al mundo, grandes cambios medioambientales. Os enfrentáis a un mundo de recursos en disminución, un mundo cuyo clima ha sido afectado generando un clima violento e impredecible, un mundo donde la inestabilidad política y económica está aumentando y hay un riesgo cada vez mayor de conflictos y guerras por los recursos restantes. Sin duda, no puedes aferrarte a la forma que prefieras de vida, ciego frente a las Grandes Olas de cambio.

Muchas personas proclaman la necesidad de cambio, pero quieren que cambien otras personas; realmente ellas mismas no quieren cambiar. Ellas quieren mantener sus privilegios y beneficios y tener más, y arremeten contra cualquier persona o cosa que piensen que amenaza sus derechos y sus bienes.

Hay un clamor por el cambio, pero ¿quién va a cambiar, y qué va a cambiar? Las personas que son ricas quieren mantener su riqueza y tener más. Las personas que no son ricas quieren la riqueza, y necesitan muchas cosas prácticas. Y luego, por supuesto, hay grandes y crecientes cantidades de personas en el mundo que ni siquiera pueden satisfacer las necesidades diarias de la vida. Ellas necesitan fuentes fiables y suficientes de alimentos. Necesitan estabilidad política. Necesitan seguridad. Necesitan gobernanza ética. Las necesidades son inmensas y crecientes. Pero debes preguntarte: ¿quién tendrá que cambiar aquí? Y aunque es posible que señales con el dedo a determinadas personas o instituciones, si eres realmente honesto en tu cuestionamiento, debes mirarte a ti mismo.

Debes evaluar tus necesidades reales, las necesidades más profundas dentro de ti, y contrastarlas con tus preferencias y deseos. Si la necesidad es genuina, ella se distinguirá de lo que simplemente deseas. Hay necesidades primarias, por supuesto —la necesidad de alimentos, agua, vivienda, seguridad y protección—. Existe la necesidad de una verdadera compañía, la necesidad de comprometerse con otras personas de maneras significativas y productivas. Estas son las necesidades esenciales. Ellas se deben satisfacer, o no podrás funcionar en el mundo.

Luego, por supuesto, está la necesidad de un tipo mayor de relación basada en lo que estás realmente destinado aquí a lograr. Y eso empieza a moverte en un mayor nivel de necesidades —a la necesidad del alma, a la necesidad de encontrar el Conocimiento más profundo de que Dios ha puesto dentro de ti para guiarte, protegerte y llevarte a una mayor vida en el mundo.

Hay necesidades psicológicas de creatividad y productividad, de reconocimiento de los demás y de comunicación honesta y productiva. Para satisfacer estas necesidades dentro de ti, debes cambiar. Tú tienes necesidades básicas fundamentales, tienes necesidades psicológicas, y después tienes las necesidades del alma. Para satisfacer estas necesidades, no puedes ser tal y como tu pasado te ha moldeado hasta ahora. Es posible que desees que el mundo cambie tu alrededor, y puede que te manifiestes a favor de esto, y tal vez tus peticiones son genuinas, pero, fundamentalmente, debes cambiar, o de lo contrario no podrás satisfacer las necesidades del cuerpo, las necesidades de la mente y las necesidades del alma.

Tú no puedes simplemente exigir que el mundo te dé todo lo que crees que quieres, porque ni siquiera sabes realmente lo que necesitas más allá de los requisitos básicos de la vida. Las personas dicen querer relación y matrimonio, pero no están preparadas. Dicen querer saber su verdadero propósito en la vida, pero no están preparadas. Dicen querer un trabajo significativo en el mundo, pero no están preparadas. Ellas no se han preparado para eso. No pueden tener estas cosas tal como ellas son ahora, no están preparadas. No se han preparado. No han sufrido el cambio real que debe ocurrir.

Muchas personas quieren y demandan el cambio en el mundo. Ven una verdadera necesidad de cambio, pero ellas mismas no están dispuestas a cambiar. No están dispuestas a volver a evaluar sus pensamientos, sus comportamientos, sus compromisos, sus creencias y sus actitudes. Y así se agitan en el exterior por el cambio, pero ellas mismas no cambiarán. Están tan arraigadas en su posición como las personas a las que dicen oponerse.

De esta manera hay conflicto en el mundo, porque las partes opuestas están atrincheradas en sus puntos de vista. No están dispuestas a cambiar. Las personas dicen querer la paz y trabajar por la paz, pero ya ves, no están dispuestas a cuestionar o renunciar a su posición, lo que en sí mismo hace imposible lograr la paz.

Incluso para adaptarte a las Grandes Olas de cambio que vienen al mundo, realmente tendrás que cambiar tu forma de pensar, lo que esperas de ti mismo y de los demás, cómo vives. Aquí se requiere un cambio fundamental, real, solo para poder responder a las circunstancias cambiantes de tu vida.

Tú puedes cambiar a los líderes de tu gobierno, pero eso solo puede lograr un cambio efectivo en función del grado en que las personas estén dispuestas a cambiar. Los políticos pueden cambiar en el gobierno de la nación, pero si las personas son reacias a cambiar, reacias a adaptarse a los cambios, reacias a pasar por las dificultades y la transición a un conjunto diferente de circunstancias, entonces nada realmente importante va a suceder. Y cuando se hace un progreso real, es porque existe una voluntad de cambio, una capacidad de cambiar y las personas implicadas tienen que cambiar.

Así que se habla mucho de cambio, pero no hay mucho cambio real. Aquí, para ser realmente responsable, debes mirar tu vida, tus creencias y tus expectativas y suposiciones, para ver realmente lo que vas a hacer en el mundo real, en el mundo que ves hoy y en el cambio que se ve venir en el horizonte, porque es deshonesto exigir cambios, esperar el cambio, cuando tú mismo no estás dispuesto a cambiar.

Y decir: “Bueno, voy a cambiar si otras personas cambian,” es deshonesto. Eso es poner la responsabilidad fuera de ti mismo. Eso es deshonesto. Tú tienes que cambiar, incluso si otras personas no cambian. Ese es tu compromiso.

El cambio real es un cambio de corazón —un cambio en la manera de sentirte sobre las cosas—, un cambio en la percepción de ti mismo y de tu vida, un cambio no solo en la percepción, sino en lo que elijes hacer como resultado. Ese es el cambio real. De lo contrario, te enfrentas a una situación en la que las personas quieren mantener lo que tienen y tener más. Y sean o no auténticas sus necesidades, esa es su posición. Y elegirán a los dirigentes del país que ellos piensen que les darán lo que quieren, incluso si ello lleva a la nación a la ruina.

Y cualquier líder que afirme ser un candidato del cambio realmente tendrá que pedir a las personas cambiar su forma de verse a sí mismos y tener un cambio de corazón. Porque ese es el nivel en el que el cambio real se produce. Pues cambiar meramente las circunstancias de uno mismo —como cambiar donde se trabaja o se vive, o incluso los cambios en las relaciones que uno tiene— no provocan un cambio de corazón. Tú puedes casarte varias veces y ser la misma persona con las mismas esperanzas, los mismos problemas, las mismas conductas, las mismas sentencias contra otros, las mismas actitudes en contra de ti mismo. Aquí tú estás realizando un gran esfuerzo para cambiar tus circunstancias, pensando que vas a cambiar tu experiencia de manera significativa, pero este puede no ser un cambio de corazón —un cambio fundamental en la forma en que te ves a ti mismo y a los demás y en lo que valoras.

Sin un cambio real, las personas están atrincheradas en sus posiciones, son esclavas de sus comportamientos y su condicionamiento, y tratan de llevarse bien con otras personas que están atrincheradas en sus posiciones y que son esclavas de sus creencias y condicionamientos sociales. Y eso da por resultado el mundo ves: un mundo de inmensa transigencia individual, un mundo de inmensa tensión, un mundo que experimenta un estrés constante y que está lanzando a la humanidad en un camino de autodestrucción. O bien os destruiréis a vosotros mismos intensificando el conflicto, o bien simplemente agotaréis la capacidad del mundo para sosteneros, porque el cambio real no ha sucedido todavía para suficientes personas.

El cambio real sucede porque un Conocimiento más profundo dentro de ti comienza a ejercer su influencia en tu consciencia cotidiana. Aquí una mente más profunda se conecta con la mente superficial, siendo la mente superficial la mente en la que vives cada día. De alguna manera, una consciencia más profunda dentro de ti ha atravesado las barreras y la evasión para alcanzarte en la superficie. Tú estás teniendo profundos sentimientos de pesar, pensamientos más profundos que están cambiando y dando forma a tu experiencia de ti mismo. No se trata de una conciencia social. Es la consciencia que Dios ha puesto dentro de ti. Es parte de una mente más profunda dentro de ti, una mente llamada Conocimiento, una mente que está relacionada con tu capacidad de tener experiencias directas profundas, una mente que alterará el curso de tu vida.

Cuando decimos que estás experimentando un cambio de corazón, significa que estás experimentando el Conocimiento dentro de ti, y que estás siendo afectado por el Conocimiento dentro de otros. Este tipo de reconocimiento interno es lo que realmente te da el poder y la conciencia para cambiar el curso de tu vida a un nivel real —no solo a nivel de las apariencias, sino a un nivel real—. Esto lleva a una evaluación más profunda de tus pensamientos, tus creencias, tus actitudes, tu comportamiento y tus implicaciones con los demás. Es fundamental y es natural. Es como si estuvieras comenzando a experimentar tu verdadera inteligencia, tu verdadero yo.

Esto comienza un proceso en el que ya no eres un extraño para ti mismo. Tú ya no vives en la superficie, de acuerdo a lo que la sociedad y los demás esperan, de acuerdo con lo que te han enseñado a creer y condicionado a hacer. Estás empezando a tener ahora una experiencia interior real, y es un gran avance si puedes permanecer con ella; es ella la que producirá un cambio real, un cambio fundamental en cómo te experimentas a ti mismo y lo que decides hacer con tu vida como resultado.

A veces, una experiencia dramática y perturbadora en la vida puede crear un cambio de corazón. A veces, un fracaso de otro que está cerca de ti, o la pérdida de un ser querido, o el fracaso de su propia empresa, pueden crear un cambio real de corazón en ti. En circunstancias normales, que son aquellas que las personas tratan de mantener, puede no haber nada que produzca un cambio de corazón. Tú solo continuarás tratando de obtener lo que deseas sin ningún tipo de alteración real de tu pensamiento o tu comportamiento.

El cambio en el exterior requiere un cambio en el corazón del individuo. Quizás necesidades extremas generarán esto. Y las personas pueden actuar muy noblemente ante una crisis, y muchas personas lo hacen, pero una crisis es una forma muy costosa de aprender, pues muchas personas fallan e incluso perecen ante una crisis. Por tanto, no esperes a que una crisis cree el estímulo y la motivación para producir un cambio de corazón dentro de ti, porque esa es una situación en la que muchas personas sufrirán y se perderán. A una gran escala, una crisis es extremadamente cara. En vez de escuchar al Conocimiento dentro de ti, estás esperando lo que la vida te traiga para crear un tratamiento de choque, y esta es una forma muy peligrosa de aprendizaje.

Pero muchas personas posponen el cambio que incluso ellas mismas saben que deben hacer, hasta que se produce la crisis. Y aquí los riesgos son muy grandes. Si la humanidad no se prepara para las Grandes Olas de cambio y no altera el curso de la conducta humana en una escala mayor, habrá crisis. Y frente a una crisis de esta magnitud, muchas personas se perderán; muchas personas perecerán. Es una manera muy imprudente y costosa de aprender.

Por tanto, es más inteligente aprender sin tener que pagar precios tan altos, o exigir a otros pagar precios tan altos. El Conocimiento dentro de ti puede guiarte a través de cada paso, si vas a aprender a escuchar y aprender a seguir y aprender a distinguir el Conocimiento de las otras voces en tu mente: la voz del miedo, la voz del deseo, la voz de tu cultura, la voz del acomodamiento, la voz de la concesión, la voz de la condenación. Solo hay una voz verdadera en tu interior.

No esperes hasta que tu vida esté en crisis para cambiar las cosas que sabes que debes cambiar y has sabido que debes cambiar. Porque si esperas hasta el final, te verás entonces obligado a hacer cosas y tendrás muy pocas opciones, y el costo va a ser inmenso. Y tú tendrás que pagar enormes precios para hacer las cosas que podrías haber conocido y previsto mucho antes, sin tener que pagar este tipo de precios.

Cambiar antes de que el cambio sea forzado en ti requiere un cambio de corazón, un tipo de movimiento dentro de ti mismo —un alejamiento de la vida solamente en la superficie de tu mente, constantemente preocupado, constantemente ocupado, constantemente atrapado en tus deseos, miedos y juicios de los demás—, aprendiendo a escuchar a la corriente más profunda de tu vida, la cual te está hablando todo el tiempo.

Un cambio de corazón también significa un cambio en lo que vas a escuchar dentro de ti y en otras personas. En el mundo se habla mucho, pero se escucha poco. Las personas no experimentan la comunicación real que se está produciendo. Ellas optan por permanecer al margen de las grandes necesidades que los rodean. Eligen vivir en la superficie para no sentir dolor o malestar. Viven en la superficie para que no sentir que tienen que asumir responsabilidades mayores en la vida, o efectuar cualquier cambio en su forma de pensar o sus circunstancias. Quieren que el mundo cambie, pero ellas no quieren cambiar.

El problema de querer solo que el mundo cambie es que hay otras personas que están en desacuerdo contigo. Tal vez estas personas quieran que el mundo cambie de una manera diferente, o no quieran cambiar las cosas que tú deseas cambiar. Así que ahora tú estás en oposición a otros. Entonces, si estás más profundamente involucrado, tú tendrás que hacer frente a dificultades con otras personas que se sienten amenazadas por tu deseo de cambio, que sienten que serán privadas o disminuidas por el cambio que tú deseas llevar a cabo, y por ello tienes su oposición.

Para llegar a una verdadera cooperación, tiene que haber un cambio de corazón. Para que las personas hagan realmente sacrificios para lograr las cosas que son evidentemente necesarias, se requiere un cambio de corazón. Se requiere la presencia y el poder del Conocimiento. Se requiere un reconocimiento de lo que realmente está ocurriendo y de los riesgos y peligros de no responder a un conjunto genuino de necesidades.

Aquí todos tienen que ofrecer un servicio mayor al mundo y encontrar maneras de proporcionarlo sin generar guerra. Aquí las personas tienen que escuchar a los demás, incluso a aquellas personas que opinen de manera diferente, para escuchar lo que realmente están pidiendo y qué es realmente lo que les preocupa. Si los dos queréis lo mismo, pero utilizáis palabras diferentes o tenéis ideas diferentes sobre la forma en que se puede lograr, tú debes escucharle. Esto es muy importante.

No esperes que otras personas tengan un cambio de corazón, si tú no has tenido un cambio de corazón. No exijas de otros lo que tú mismo no estás dispuesto a hacer. No les pidas cambiar si tú eres reacio a cambiar. Y aquí debes estar dispuesto a cambiar incluso si otros son reacios. Eso es lo que te dará el poder y la integridad para realmente volver a evaluar tu vida y discernir una mayor dirección para ti mismo.

Toda la energía que se usa en juzgar, condenar, denunciar e indignarse contra los demás es energía perdida y desperdiciada, energía que podrías haber traído a una evaluación más profunda de tu vida y a dar un nuevo enfoque a lo que tú mismo debes hacer. Las personas pierden gran parte de su fuerza vital quejándose y lamentándose cuando ellos mismos son reacios a realizar el tipo de cambios personales y los sacrificios que serán necesarios para ser una fuerza de cambio en el mundo. Las personas están perdiendo su poder y su potencia en comportamientos que no producen nada de valor.

Es más fácil criticar que hacer. Es más fácil exigir y esperar que las cosas sucedan que hacer que las cosas sucedan. Para entregarte a este nivel, se requiere un cambio de corazón —en las cosas que tú realmente valoras y sientes realmente que son importantes­—. Vas a tener que salir y hacer que algunas cosas sucedan. Vas a tener que efectuar algún cambio en tu propia vida y tus circunstancias. Vas a tener que liberarte de relaciones que no van a ninguna parte, con personas que no comparten una inclinación y una dirección más profundas que ahora estás descubriendo para ti mismo. Vas a tener que renunciar a los beneficios y compromisos establecidos que te frenan y te retienen allí donde estas.

Lo que te motiva a hacer esto y te da el poder para hacerlo es el poder y la presencia del Conocimiento dentro de ti, porque él no tiene miedo. No ha hecho concesiones. No es un producto de tu condicionamiento social. Es la gran donación de Dios. Tanto si eres religioso en tu forma de pensar o no, el Conocimiento vive dentro de ti. Tanto si te adhieres a una tradición religiosa o no, el Conocimiento vive dentro de ti. Es el poder que Dios te ha dado para encontrar tu verdadera dirección en la vida, y experimentar esto producirá un cambio de corazón, un cambio real dentro de ti.

Aquí tú no estás meramente queriendo, esperando, demandando y quejándote; te estás poniendo en la tarea de encontrar y seguir una dirección más profunda en la vida. Estás sirviendo a esas cosas que sabes que debes servir. Sin la mera intención de enriquecerte a ti mismo o de ganar prestigio o dominio sobre los demás, tú estás sirviendo a una motivación pura. Y esto te da fuerza, determinación y perseverancia de un tipo que la ambición personal por sí sola nunca podría proporcionar. La ambición personal es impulsada por las circunstancias, pero el Conocimiento es impulsado por un Poder Superior.

Si bien reconoces la necesidad de un cambio en el mundo que te rodea —la necesidad de cambio en cómo vive la gente, cambio en el gobierno, cambio en cómo la gente usa el mundo, cambio en cómo las personas asumen comportarse los unos con los otros—, tú realmente debes mirarte a ti mismo. ¿Estás viviendo la vida que estas destinado a vivir? ¿De verdad estás siendo honesto contigo mismo sobre lo que haces respecto a tus actividades y relaciones con los demás? ¿Están construidas tus relaciones sobre una base firme y una resonancia real con otros? ¿Estás involucrado en un trabajo que sea sostenible en el futuro, teniendo en cuenta las Grandes Olas de cambio que están llegando al mundo? ¿Estás usando en exceso de los recursos del mundo? ¿Cuál es tu relación ahí? ¿Estás sinceramente involucrado con las principales personas de tu vida o solo estableciste estas relaciones por conveniencia y para beneficio personal?

Ahora vas a encontrar las verdaderas preguntas, para las que no hay necesariamente respuestas inmediatas, porque tienes que vivir con las preguntas para que las respuestas se revelen y encontrar la fuerza para responder a lo que estás viendo y sabiendo. Esto requiere de un trabajo real. No es una actividad que pueda ser llevada a cabo por perezosos o indolentes.

Aquí incluso el mundo está exigiendo un cambio de corazón. Las Grandes Olas de cambio exigen un cambio de corazón. Tus comprometidas circunstancias, tus relaciones insatisfactorias, tu mal estado de salud —física y mental— están exigiendo un cambio de corazón. Todos ellos te animan a venir al Conocimiento dentro de ti mismo.

Cuando alguien realmente tiene un cambio de corazón, es algo notable. Algo importante ha ocurrido. El Conocimiento está emergiendo en el individuo. Ellos están pasando por un largo y confuso proceso de cambiar su enfoque y cambiar la fuente de la autoridad dentro de sí mismos, cambiando desde sus deseos errantes y su condicionamiento social a una fuerza y presencia más profunda y a una consciencia más profunda dentro de sí mismos.

Entonces ellos comienzan a despertar. Ahora ven que realmente están aquí para hacer algo, y tienen que ir a ver lo que es, y deben mirar dónde están perdiendo energía a través de un comportamiento inconsciente, a través de relaciones que carecen de un propósito mayor, a través de implicaciones sin sentido y a través de conductas auto-destructivas. Ahora realmente tienen que recogerse en sí mismos, para recuperar su fuerza, para construir un enfoque, para generar el esfuerzo que se requiere para hacer lo que tienen por hacer ante sí. Ahora deben volverse sobrios respecto a sus deseos y sus fantasías. Ellos empiezan a vivir una vida real.

Este es el aspecto que tiene la redención en el individuo. La redención no es simplemente cambiar tus creencias. No se trata simplemente de adoptar una postura social o un punto de vista político diferente. Eso no es la redención. La redención es un cambio de corazón en un nivel fundamental. Es, en esencia, poner tu intelecto al servicio de tu Conocimiento interior, porque el Conocimiento es la forma en que Dios te influye, y por tanto de esta manera te estás llevando a Dios en la forma más primaria y genuina.

Incluso si no eres religioso, incluso si no asistes a una iglesia, un templo o una mezquita, ahora estás comenzando a honrar lo que Dios ha puesto dentro de ti. Y tú estás dispuesto a seguir y descubrir lo que esto significa y dónde te llevará la vida.

Esto es un verdadero cambio de corazón. Aquí, en vez de juzgar y evitar a otros, empiezas a discernir por qué son como son y las circunstancias que les han llevado a comportarse de la manera en que lo hacen. Y ves que en lugar de juicio y condenación, este reconocimiento más profundo te muestra la importancia de seguir el Conocimiento dentro de ti mismo, la importancia de experimentar un verdadero cambio de corazón. Sin esto, las personas solo seguirán siendo como son hasta que les ocurra algo. Y lo que les ocurra podría provocarles un cambio de corazón, o simplemente podría destruirlos, ya sea lenta o inmediatamente.

Si miras el mundo con compasión, ello generará un cambio de corazón. Ello evocará esta conciencia más profunda, este Conocimiento más profundo dentro de ti, un sentimiento más profundo por ti y por la vida y un respeto más profundo por los demás. Esto te lleva más allá de la esfera de las ideas, creencias, conceptos. Te lleva a una experiencia más profunda, y comienza a abrir tu corazón a ti mismo y a los demás. En lugar de limitarse a juzgar y evaluar, empiezas a sentir la condición de otras personas. Tú estás conmovido por su valentía, y estás conmovido por sus concesiones y sus dilemas. Tú estás conmovido por sus logros y por su sufrimiento. Dejas de ser frío, remoto, y calculador.

Este es un cambio de corazón. Este es el cambio real. Debe suceder en ti. No lo exijas ni lo esperes en los demás, si no está sucediendo en ti. Y si está sucediendo en ti, debes darle tu atención. Tú debes estar ahí con él.

Este es el cambio real. De lo contrario, la sociedad puede ser reorganizada, grupos diferentes pueden llegar al poder, pueden tener lugar revoluciones, se perderán vidas, se producirán crisis; pero en cierto sentido, no se habrá producido necesariamente el cambio real fundamental. No habrá habido un avance. Estarás simplemente viviendo bajo circunstancias diferentes. Tus circunstancias habrán cambiado, pero tú ni habrás cambiado.

Lo que realmente produce el cambio es un cambio de corazón en el individuo y en un número suficiente de personas para generar un movimiento mayor, un cambio de valores, la disposición a cooperar y trabajar en algo importante para el beneficio mutuo de todos. Todos los grandes movimientos en la política y en las culturas han sido el producto de este cambio de corazón. Todas las grandes actividades compasivas de la humanidad —el compromiso de restaurar el mundo natural, el compromiso de atender los grandes retos en la vida, el compromiso de servir a los necesitados— son el resultado de un cambio de corazón.

Aquí tú estás dispuesto a ver cosas, saber cosas y hacer cosas que otras personas no ven, no saben y no hacen. Aquí estás dispuesto a asumir mayores responsabilidades en vez de evitar las responsabilidades. Aquí te involucras realmente en el mundo en lugar de retenerte. Aquí te pones en posición de servir al mundo, en lugar de usarlo solo como un recurso para cumplir tus deseos y tus fantasías.

Es como vivir una vida completamente diferente. Es una vida que te da gran satisfacción, valor y conexión contigo mismo y con otros. Una vida muy diferente a estar simplemente perdido en tus ideas, siendo un desconocido para ti mismo y para otros, una vida de conducta calculada, una vida tratando constantemente de sobrepasar o superar en táctica a otros para conseguir lo que quieres. Se puede ver aquí dónde surge la corrupción y cómo se promueve y construye. Y se puede ver aquí también dónde se enfrenta y deshace.

Visto desde una mayor perspectiva, todo tiene que ver con el Conocimiento —los resultados de conectar con el Conocimiento y los resultados de no conectar con el Conocimiento, el resultado de vivir de acuerdo a las ideas y el de una vida vivida a un nivel mucho más profundo—. Es fácil llegar a estar hastiado del mundo, es fácil criticar y condenar a los demás. Es fácil, y es por eso que mucha gente hace esto. Pero es mucho más difícil mirar bajo la superficie, tomarse el tiempo para realmente entender por qué ciertas cosas están sucediendo y explorar cómo pueden resolverse.

Tú te entregas a esta mayor participación porque ha habido un cambio de corazón. Puedes comprometerte a servir en el mundo y a estar en profunda relación con los demás porque ha habido un cambio de corazón. Puedes convertirte en una fuerza para el bien en el mundo, en una persona que inspira a los demás, una persona que representa un valor real para su comunidad, porque ha habido un cambio de corazón.

En algún lugar a lo largo del camino tu consciencia tomó el lugar de tus ideas. Has hecho una conexión más profunda dentro de ti. Has sentido el poder y la presencia del Conocimiento. Tú reconociste que algo estaba realmente mal, y que ibas a comprometerte con su resolución. Ya no eres solo un observador crítico de la vida, ahora eres un participante. Ahora estás comprometido. Y si tu participación es regida y motivada por la mayor inteligencia que Dios te ha dado, tú serás compasivo, y estarás dispuesto a reconsiderar tus ideas y tus creencias frente a las necesidades reales del mundo que te rodea.

Esto es lo que el mundo necesita. Se necesitan personas que estén impulsadas ​​y guiadas por este Poder Superior. Esto es lo que necesitas —convertirte en lo que eres y cumplir con tu destino mayor en el mundo, un destino que fue decidido antes de venir aquí—. Esto es lo que necesitas para satisfacer la necesidad más profunda e importante de tu alma.