Como fue recibido por
Marshall Vian Summers
el abril 1, 2011

Escuchar el audio original de la revelación, en inglés:

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Dios ha hablado de nuevo.

Nosotros somos los que traemos el Mensaje. La Voluntad de Dios se presenta a través de Nosotros.

Estamos más allá de tu apreciación, más allá de vuestras teorías religiosas y de tu especulación personal.

Porque la imaginación humana solo puede fabricar a partir de lo que experimenta en el mundo físico. Pero la realidad existe más allá de este —más allá del dominio y del alcance del intelecto.

Esta es la verdad en todo el universo, en la Comunidad Mayor en la que vivís.

Nosotros traemos el Gran Mensaje para esta era, nacido del Creador de todos los universos, para la protección de la humanidad, para la salvación del mundo.

Nosotros somos aquellos que no puedes comprender. Pero somos la fuente y el medio de lo que debe reconocer la humanidad y hacer en su propio nombre, de lo que debe ver y no ha visto, de lo que debe conocer y no conoce, de lo que debe hacer y no ha hecho.

Este es el Mensaje para esta era. Este es el tiempo de la Revelación.

Uno ha sido enviado al mundo para recibir la Revelación y traerla a la conciencia humana; una tarea monumental.

Recibir el Nuevo Mensaje es recibir la mayor Revelación que se haya dado nunca a la familia humana.

Presentarla al mundo es una tarea monumental, una tarea para el Mensajero y para todos aquellos que le ayudarán a llevar la Revelación a todos los lugares donde se la necesita.

Se la necesita en todas partes, pues la humanidad encara un gran peligro. Ha sembrado las semillas de su propio declive con la destrucción y la degradación de su medioambiente —de sus aguas, su suelo, su aire—, hasta el punto de que el propio mundo está comenzando a cambiar, y este cambio traerá grandes pruebas y tribulaciones al mundo y a la familia humana.

La humanidad encara un universo de vida inteligente. Tendrá que prepararse ahora para esto, pues el contacto ha comenzado —ha comenzado por aquellos que ven la oportunidad de aprovecharse de una humanidad débil y en conflicto.

Este es un tiempo de gran cambio e incertidumbre, en el que poderes externos intentarán ganar influencia y en el que la humanidad caerá presa de su propia ignorancia, estupidez e indulgencia.

El Mensaje es demasiado grande para describirlo en una frase, pero te acercará a Dios y a lo que Dios te ha enviado a hacer, como individuo, aquí en el mundo, lo cual es muy diferente de lo que hoy crees e imaginas.

Dios ha traído sabiduría del universo para preparar a la humanidad para el universo.

Dios ha traído la esencia de la espiritualidad en una forma pura —sin el velo de la historia y la manipulación humanas, sin el peso de la política, la voluntad y la corrupción humana.

Nosotros traemos los Pasos al Conocimiento para que puedas conocer la mente más profunda que Dios ha puesto dentro de ti, para guiarte en un mundo cada vez más peligroso.

Ahora habrá una gran convulsión, y ya está comenzando —desastres naturales nacidos de la ignorancia de la humanidad y de su mal uso y abuso del mundo.

Este es un tiempo de reevaluación, un tiempo de responsabilidad, un tiempo para dejar atrás la estupidez y la arrogancia.

Solo Dios sabe lo que está llegando.

Nosotros hemos traído el Mensaje —un Mensaje con un millar de mensajes, un Mensaje con un millar de enseñanzas, un Mensaje suficientemente grande para tenerte ocupado por el resto de tu vida, un Mensaje suficientemente grande para redirigir la energía, la conciencia y el esfuerzo humano de modo que la humanidad pueda tener un futuro más elevado que su pasado y pueda sobrevivir a las Grandes Olas de cambio y a la intervención y competencia del universo a vuestro alrededor.

Entonces, escucha esto, no con tus ideas, tus creencias o tus juicios, sino con la mente más profunda que Dios te ha dado para escuchar, ver, saber y actuar con mayor certeza.

Nuestras palabras no son para la especulación ni el debate. Eso es propio de los necios, que no pueden escuchar ni pueden ver.

Te aterroriza la Revelación, porque cambiará tu vida. Pero deseas la Revelación, porque cambiará tu vida.

Es el conflicto en tu mente lo que te ciega. Son los propósitos contrapuestos los que te mantienen en un estado de confusión y no te permiten ver.

Nosotros somos los que hemos traído todas las Revelaciones al mundo.

Porque Dios no habla. Dios no es una persona, ni un personaje, ni una personalidad ni una conciencia singular. Pensar así es subestimar al Creador y sobreestimarte a ti mismo.

Somos Nosotros quienes hemos hablado a Jesús, a Buda, a Mahoma y a otros maestros y videntes que, a lo largo de las eras, han traído una mayor claridad al mundo —a los profetas de cada era y a los Mensajeros que solo vienen en los grandes puntos de inflexión para la humanidad.

No puedes adorarnos. No conocerás Nuestros nombres.

Porque ahora debes ser responsable y utilizar los talentos y el poder que el Creador te ha dado para servir a un mundo de necesidad, turbulencia y agitación crecientes.

No te postres ante el Creador si no estás dispuesto a realizar aquello para lo que se te envió aquí, si no puedes tomar los Pasos al Conocimiento, si tienes la arrogancia de pensar que puedes determinar tu suerte, tu destino y tu realización.

No seas hipócrita. No te arrodilles para adorar al Dios al que no puedes servir o al que no vas a servir.

Es mejor, entonces, vivir tu vida determinada por ti mismo y enfrentar todos los peligros que esto supone, en vez de adorar a un Dios al que no puedes servir.

Si no puedes responder a la Revelación, entonces, ¿qué estás haciendo aquí ahora?

Todos los Mensajeros han sido perseguidos. Todos los Mensajeros han sido malinterpretados. Todas las Nuevas Revelaciones han sido resistidas, negadas y disputadas.

No hay tiempo para eso ahora. La suerte de la humanidad quedará determinada en los próximos veinte años: la condición del mundo, la condición de la familia humana, la suerte y el futuro de la civilización humana.

Ya no estáis solos en el mundo, ni tampoco en el universo, por supuesto. No sabéis lo que está ocurriendo en el mundo ni lo que está llegando sobre el horizonte, porque estáis demasiado asustados para ver y sois demasiado arrogantes, asumiendo que sabéis. Por eso debe darse la Revelación para mostrar lo que no podéis ver y no sabéis, más allá de la especulación y la estimación humanas. Esto está imbuido en todas las Enseñanzas del Nuevo Mensaje.

Este es el Nuevo Mensaje. Lucha contra esto y estarás luchando contra tu propio reconocimiento.

Pues debes llegar a conocer la mente mayor y la fuerza mayor que el Creador te ha dado.

Eso, que es enseñado en cada religión pero que está oscurecido y velado en todas ellas, es lo que ahora debes reconocer.

Dios no está controlando el mundo. Dios no está creando las catástrofes, las tormentas, los terremotos, las inundaciones ni las sequías.

Dios está observando para ver cómo la humanidad lidiará con un mundo al que ha cambiado —un mundo nuevo, un mundo nuevo e impredecible.

La humanidad está emergiendo a una Comunidad Mayor de vida en el universo, porque otros están aquí buscando influencia y dominio en un mundo de gran valor e importancia.

Pero las personas no ven. No escuchan. Y si acaso piensan, lo hacen para crear un entendimiento que afirme sus ideas y sus creencias.

Y por tanto los pueblos no ven. Las naciones no se preparan. Y el comportamiento destructivo continúa.

Nosotros vigilamos el mundo. Hemos estado vigilando durante mucho, mucho tiempo.

Somos aquellos que Dios ha enviado para supervisar el desarrollo y la evolución de la humanidad, y para recibir las Revelaciones que luego son dadas a los Mensajeros, para recibir las visiones que son dadas a los profetas, para hacer sonar las advertencias, para proveer las bendiciones y, ahora, para proveer la preparación para un mundo distinto al que habéis experimentado en el pasado y para un futuro en el que la humanidad tendrá que hacer frente a la propia Comunidad Mayor.

Dios no va a salvar a la humanidad expulsando el mal, acabando con los problemas que la humanidad ha creado o los problemas que debe enfrentar como parte natural de su evolución.

Pensar así es malinterpretar vuestra relación con lo Divino, ya que ahora vivís en un estado de Separación.

Pero la Separación nunca fue completada, porque existe una parte de vosotros que sigue conectada a Dios.

A esta parte Nosotros la llamamos Conocimiento. Y esta demostrará ser el factor decisivo en el resultado de tu vida personal —en el significado y el valor de tu vida— y si la humanidad puede prepararse, adaptarse y crear en un nuevo mundo, en un nuevo conjunto de circunstancias.

Nunca se ha dado antes una Revelación así a la familia humana, porque no era necesario.

Habéis creado una civilización en el mundo. Está fracturada y dividida, pero es una civilización.

Vuestras naciones y culturas se han vuelto cada vez más interdependientes. Esta era la intención del Creador, porque esa es la evolución natural de la humanidad y de todas las razas inteligentes en el universo.

Ahora debéis encarar el próximo gran umbral: un mundo en declive, un mundo de recursos en declive, un mundo de estabilidad en declive, un mundo con alimentos y agua menguantes, un mundo donde una humanidad cada vez más numerosa tendrá que enfrentar las condiciones del mundo. Para esto necesitáis la Nueva Revelación.

Las Revelaciones pasadas del Creador no pueden prepararos para las Grandes Olas de cambio. No pueden prepararos para vuestro destino en la Comunidad Mayor. No pueden prepararos para los grandes umbrales que están ahora sobre vosotros y que estarán sobre vosotros cada vez más.

No tenéis respuestas frente a estas cosas. Por eso está entregándose la Revelación, porque la humanidad necesita ahora ser aconsejada, alertada y bendecida, y necesita recibir la preparación para un futuro que será distinto del pasado.

Escucha estas palabras, no con tu intelecto sino con tu corazón. Ellas apelan a una mayor verdad en ti —una mayor verdad más allá de conceptos, creencias e ideas.

Apelan a una resonancia natural en ti, a una afinidad natural, a una inclinación natural, a una dirección natural que vive dentro de ti en cada momento, más allá del dominio y el alcance del intelecto.

Esta es una comunicación a tu naturaleza más profunda —para amplificarla, hacerla surgir y ponerla en contraste con tus ideas, tus creencias y tus actividades tal y como existen hoy.

No estás preparado. Dios ha enviado la preparación.

No eres consciente. Dios está proveyendo la conciencia.

Estás en la incertidumbre. Dios está llamándote al centro de la certeza en tu interior.

Estás en conflicto. Dios está proveyendo el camino para salir del conflicto.

Te degradas a ti mismo y degradas a los demás. Dios te restaura tu verdadero valor y propósito en el mundo.

El mundo está cambiando, pero no lo ves. Dios te ha dado los ojos para ver y los oídos para escuchar, pero difieren de lo que haces y lo que entiendes hoy.

La humanidad fracasará sin la Nueva Revelación. Sin ella, el mundo se volverá cada vez más oscuro, más peligroso y más conflictivo.

La Humanidad vacilará y fracasará ante sus propios errores y su falta de claridad.

Los recursos del mundo serán gastados en el conflicto, la competición y la guerra. La gente se levantará contra sus gobiernos. Las personas se levantarán unas contra otras.

Habrá indecible conflicto en el futuro, mayor y más continuo que cualquier cosa que hayáis visto antes.

Es la Nueva Revelación quien contiene los ingredientes que os faltan en vuestro entendimiento, la clave para tu conciencia y la fuente de tu poder, tu fuerza y tu determinación.

Para esto debes tener una mente seria, tomar tu vida seriamente y comenzar a atender los grandes requerimientos y necesidades de tu vida.

Por eso Dios ha enviado la Revelación.

Esta es la Revelación. Nosotros somos la Revelación.

Ahora no hay héroes que adorar, ni individuos que deificar, solo una mayor responsabilidad que asumir y una sabiduría mayor que utilizar.

No hay escape mediante la iluminación personal. No hay huida.

No hay autoengaño. Hay solo una mayor resonancia y responsabilidad, un mayor sacrificio y contribución.

Esto es lo que salvará al mundo. Esto es lo que salvará la libertad y la autodeterminación de la humanidad en un universo donde la libertad es rara y debe ser protegida muy cuidadosamente.

Esto es lo que restituirá la dignidad al individuo y la capacidad de contribuir algo de mayor poder e importancia, sin importar cuáles puedan ser tus circunstancias.

Escucha estas palabras —no con tus ideas, tus creencias o tus argumentos, sino con tu corazón, con tu naturaleza más profunda.

Pues Dios solo puede hablar a lo que Dios ha creado en ti. Dios no creó tu personalidad social. Dios no creó tus ideas y creencias. Dios no creó tus decisiones, tus fracasos y tus pesares.

Dios solo puede hablar a lo que Dios ha creado en ti, que es algo más profundo, más poderoso y más natural dentro de ti.

El Nuevo Mensaje te está llamando. Una vez que tomes conciencia de ello, entonces debes encarar el desafío del reconocimiento y de lo que esto significará para tu vida.

Las personas rechazan la Revelación porque no quieren cambiar. No quieren tener que reconsiderar sus creencias, sus ideas y su posición en la sociedad.

Ellas, realmente, no pueden impugnar el Nuevo Mensaje. Solo pueden evitarlo y luchar contra él para proteger sus inversiones previas y su idea de sí mismas.

¿Quién puede luchar contra la Voluntad y la Sabiduría del Creador, salvo por motivos espurios?

Aquí verás el dilema que encara cada persona. ¿Cuán honestas quieren ser realmente consigo mismas, con lo que ven y lo que saben? ¿Cuán conscientes quieren ser realmente de sí mismas, de su situación y del mundo a su alrededor? ¿Cuán responsables están dispuestas a ser para poner sus vidas en equilibrio y tomar las decisiones difíciles que no han sido capaces de tomar antes?

Aquí verás al intelecto actuando como si fuera una especie de dios, cuando, en realidad, es un exquisito sirviente. Ese es su propósito y su diseño.

Aquí verás la arrogancia y la ignorancia entrelazadas de una forma engañosa a la que tanta gente se adhiere.

Verás lo que es grande y lo que es pequeño, lo que es fuerte y lo que es débil, lo que es verdadero y lo que es falso, lo que es muy valioso y lo que solo aparenta serlo.

La Revelación lo revela todo.

La Revelación te llama a seguir lo que es grande dentro de ti, y a controlar lo que es pequeño. No habla de ningún término medio en este asunto.

No puedes tenerlo todo. No podéis tener vuestro futuro y vuestro pasado a la vez, porque estos no son compatibles.

Es solo mediante la decepción y el fracaso que llegas a ver que no estas viviendo la vida que has de vivir, y que no estás siendo honesto ni veraz contigo mismo, ni tampoco con otros —algo duro de reconocer, pero aun así necesario en un tiempo de reevaluación, un tiempo de tomar conciencia, un tiempo de Revelación.

Escucha estas palabras —no con tus ideas, tus suposiciones ni con tus defensas, ni con arrogancia, orgullo o estupidez, sino con tu naturaleza más profunda, porque eso es lo que te debe ser revelado.

Esto es parte de la Revelación.